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Centros de Internamiento de Extranjeros
Khadija Abouobaida: “Lo que le pasó a mi hermano es responsabilidad del Estado”
Marouane Abouobaida nació a Rabat en 1996. En 2019 cruzó el estrecho de Gibraltar con un grupo de veinte amigos para llegar a territorio español. Le detuvieron e ingresó en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Zapadores (València). La versión oficial dice que se suicidó, pero la familia denuncia que Marouane sufrió violencia y desatención médica bajo custodia policial. Su hermana, Khadija Abouobaida, asegura que sin la componente del racismo todavía estaría vivo.
¿Quién era Marouane?
Nacimos y nos criamos en Rabat (Marruecos). Venimos de un barrio humílde que se llama Regreg y que también es el nombre de un río que pasa por aquí. Mi padre, que era conductor de taxi, murió en 2013 cuando Marouane tenía 17 años. Mi madre, Habiba, tiene ahora 60 años y trabaja en casa. Marouane era el más pequeño de la familia y el único chico con cuatro hermanas. Le gustaba el deporte y hacía yudo. Estudió el bachillerato y con la muerte de nuestro padre empezó a sentirse responsable de la familia. Quería trabajar para ganarse la vida y ayudar a nuestra madre, así que empezó a pensar en salir de Marruecos. Decía que algún día se compraría un coche para llevarla donde ella quisiera. Ese era su sueño.
¿Cómo empieza su ruta migratoria?
Un año y medio antes de irse, Marouane ya había empezado a pensar en la ruta. Se compró un salvavidas y se lo probaba dentro de casa para insinuarnos que quería migrar. Cuando se fue no nos lo dijo. Supimos que había salido con más amigos y que eran unos veinte jóvenes, todos del mismo barrio. Nos llamó desde dentro del Centro de Internamiento de Extranjeros de València y nos explicó que algunos habían sido deportados, mientras que él y otros chicos habían sido detenidos e internados en aquel recinto policial, el CIE de Zapadores. Desde dentro estaba en contacto con nosotros por videollamada o por teléfono. Siempre nos decía que allí no estaba bien, que no había comida suficiente y que lo estaba pasando mal.
La policía nunca nos llamó. Nos enteramos de la muerte de mi hermano por sus compañeros del CIE
Marouane fue trasladado a la celda de aislamiento después de recibir una brutal paliza por parte otros internos. ¿Habló con vosotros de la violencia que estaba sufriendo dentro del CIE?
Durante su estancia allí decía que estaba recibiendo maltrato por parte de algunas personas que también estaban internas en el CIE. También por parte de la policía. Nos relató que el día en que recibió aquella paliza, quería ir a ducharse y un chico vino y le empujó, imidiéndole ducharse. Después vinieron otros chicos, le pusieron una toalla alrededor del cuello y empezaron a golpearle muy fuerte. Hablamos con él ese mediodía y nos dijo que no se encontraba bien. Le dolía mucho la cabeza y no veía bien por uno de los ojos, a causa de los golpes que había recibido. Esa fue la última vez que tuvimos contacto con Marouane.
Poco tiempo después, la policía lo metió en una celda de aislamiento. Él no podía expresarse ni moverse y nosotros perdimos el contacto con él. Llamábamos a sus compañeros en el CIE, pero nos decían que Marouane no se encontraba bien y que no podía hablar porque estaba en aislamiento.
Centros de Internamiento de Extranjeros
CIE La muerte de Marouane Abouobaida en el CIE de València no tendrá responsables penales
¿Cómo os enteráis de la muerte de Marouane?
La policía nunca nos llamó. Tampoco las autoridades del CIE ni el consulado marroquí. No nos dieron ninguna información. Nos enteramos de la muerte de mi hermano por sus compañeros del CIE. De hecho, él murió un lunes y nosotros no lo sabemos hasta el día siguiente, cuando sus compañeros me llamaron para comunicarnos la noticia.
Yo estaba trabajando y en un primer momento no me lo podía creer. Me quedé en estado de shock, emocionalmente no sabía qué hacer. No era capaz de gritar ni de comunicar la noticia al resto de la familia. Después de unos minutos, llamé a mi hermana que vive en Agadir. Salí con el uniforme del hospital donde trabajaba, cogí un taxi y fui directamente a casa de mi madre, que ya se había enterado por mi hermana. Más tarde fuimos al Ministerio de Asuntos Exteriores en Rabat, para confirmar lo que nos decían, y también contactamos con el consulado marroquí en València, que ya tenía la información del CIE y que se encargó de los trámites para la repatriación del cuerpo.
El CIE era una prisión para mi hermano, que no había hecho nada para estar allí. Tenía muchos sueños y toda una vida delante, pero volvió en un ataúd
¿Sientes que el racismo fue un factor determinante?
Sí. Siempre lo he dicho y siempre lo diré. El CIE era una prisión para mi hermano, que no había hecho nada para estar allí y que lo único que quería era buscar una vida mejor. Tenía muchos sueños y toda una vida delante, pero volvió en un ataúd. Lo que le pasó a mi hermano es responsabilidad del Estado. Mirando el video del suicidio en las cámaras de seguridad, confirmé que cuando Marouane cayó al suelo, todavía estaba vivo y nadie le prestó la asistencia médica que podría haberle salvado.
¿Habéis recibido alguna muestra de reparación por parte del Estado español?
No hemos recibido ningún tipo de reparación por parte del Estado. Me gustaría que se volviera a abrir el expediente y que se investigara bien para que haya justicia. Estoy convencida de que todo el que le pasó a Marouane es por ser marroquí. Continúo muy dolida y sigo sin poder superarlo.
Por otro lado, estamos agradecidas por el apoyo que hemos recibido de Casa Marruecos y la plataforma CIEs NO de València. El acompañamiento que hemos recibido de estas dos organizaciones ha sido muy importante. Estuvieron con nosotros y sentimos que también estuvieron con Marouane.
¿Cómo valoráis la respuesta de la justicia española?
Ha sido muy frustrante. He sentido humillación e injusticia, como si la vida de mi hermano no tuviera el valor de un ser humano. Siento que no se ha hecho nada para investigar el caso. Antes de que pasara todo esto, tenía otra visión de España y otro pensamiento sobre Europa. Pensaba que había derechos y que mi hermano podría encontrar un trabajo digno y un futuro. Después de lo que le pasó, me cuesta mucho pronunciar el nombre de este país. Ahora solo quiero justicia para Marouane, porque siento que todavía no está bien. Cuando haya justicia, él estará bien.