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Catalunya
Las enfermeras cierran la semana ganando el pulso a la Generalitat y sin desconvocar la huelga indefinida
La mecha prendió el 22 de noviembre, cuando CC OO, UGT, Satse y el Sindicat de Metges de Catalunya, firmaron el III Acuerdo de Condiciones de Trabajo para el Institut Català de la Salut (ICS). Las enfermeras se sintieron doblemente menospreciadas, salarial y laboralmente, y el sindicato minoritario Infermeres de Catalunya —no alcanza el 10% de la representación para poder formar parte de la mesa sectorial— convocó una huelga indefinida que arrancó el martes 12 de diciembre. Ese día y el siguiente, otros cinco sindicatos —Catac-CTS, CGT, la Intersindical, Som Intersindical y Som Sanitat— también celebraron dos jornadas de huelga para protestar por el mismo acuerdo, recogiendo el malestar de todas las categorías sanitarias.
Pero la semana laboral ha terminado con un resultado que no esperaba la Generalitat, ni tampoco los sindicatos mayoritarios. Ambos han tenido que mover ficha. Según los datos de Trabajo, ayer viernes fue el día en el que más trabajadoras secundaron la huelga en Atención Primaria. Un 28% en el turno de la mañana y un 20% en el de la tarde. Nueve puntos más que el martes. La manifestación de ayer en Barcelona fue un éxito de asistencia y un chute de energía entre las asistentes.
Opinión
Opinión Huelga por la dignificación de todos los trabajadores sanitario
Un ataúd abría la comitiva por la avenida Diagonal, junto con la pancarta que señalaba, en catalán, que Un consejero que desprecia a las enfermeras es un consejero que no valora la sanidad. El citado consejero, Manel Balcells, se dio por aludido y anunció que trasladará al Ministerio de Sanidad la propuesta de elevar el reconocimiento de la categoría profesional de las enfermeras —del A2 para las antiguas diplomaturas al A1, el equivalente a las licenciaturas o los grados actuales—, y también de otros profesionales sanitarios —fisioterapuetas, nutricionistas—. Pero la vicepresidenta del sindicato convocante, Laia Marsal, advierte de que el paso es insuficiente, por lo que “la huelga continúa, ya que el consejero ni siquiera nos ha convocado a una reunión donde poder trasladarle nuestras peticiones”. Balcells se niega a reunirse con ellas, esgrime que carecen de la representación suficiente.
El sindicato promovió la organización a través de un grupo de WhatsApp en el que participan una delegada por centro de Atención Primaria. Alba Pitarch, delegada de un CAP del Área Metropolitana de Catalunya, explica que en ese espacio comprobaron que el agravio era compartido por los más de 400 centros de Atención Primaria de Catalunya. El ambiente parecía listo para emprender la huelga, “la más importante que yo recuerde”.
Explica que en los centros se han organizado para que todas las compañeras que desean secundar la movilización puedan hacerlo, al tiempo que compaginan los servicios mínimos decretados por la Generalitat. En su caso, ella ha podido parar martes y miércoles; jueves y viernes fue servicio mínimo. Pitarch cursó Enfermería cuando ya era un grado —cuatro años de facultad desde hace 13 años, frente a los tres de las antiguas diplomaturas—, pero el acuerdo firmado el pasado noviembre, que llevaba 17 años sin renovarse, sigue sin reconocer las nuevas responsabilidades que asume este colectivo sanitario, como la prescripción médica sin la visita de un médico.
La brecha generacional, la pérdida de poder adquisitivo desde la anterior crisis y la pandemia han perturbado a este colectivo que ha cogido con el pie cambiado a los sindicatos mayoritarios que firmaron el acuerdo. Satse rectificó ayer y mostró su “apoyo total” a las enfermeras, asegurando que están trabajando con el Departament para corregir los errores y “no dejar pasar ninguna injusticia”. El sindicato mayoritario entre las enfermeras admite que “reconoce y entiende” la preocupación “legítima” de unas tablas salariales que “incluyen errores” y que plantean un “agravio” entre categorías. Laia Marsal, vicepresidenta del sindicato convocante y minoritario, Infermeres de Catalunya, augura cambios en las próximas elecciones sindicales.
Distribución clasista del presupuesto
Por su parte, Maribel Ramírez, delegada de CGT y TECAI en el Hospital Bellvitge —nueva nomenclatura para las auxiliares de enfermería— sostiene que hay “mucho malestar acumulado” a lo largo de 17 años, sin regularización del salario. “Cobro lo mismo que hace 20 años, pero la vida ha subido muchísimo”, alerta. Considera que el acuerdo se ha firmado “corriendo, sin publicitarlo y sin explicarlo a la clase trabajadora”, motivo por el cual considera que hay personas que se están desafiliando de sus sindicatos al sentirse “traicionadas”. Desgrana las cuentas del acuerdo categoría por categoría, pero a grosso modo indica que “no tienen sentido”: “El Departament ha ofrecido 400 millones para el convenio de la sanidad concertada y a nosotros, 320”. Por categorías profesionales, la distribución del presupuesto es “clasista, sin una subida lineal a todas las categorías”. Recuerda que las más precarias —lencería, lavandería, cocina y parte de las administrativas— apenas superan el SMI.
Según los datos recogidos por el Departament de Salud a lo largo de esta semana, los centros de Atención Primaria han tenido el siguiente seguimiento de la huelga: un 19,4% el martes; un 15,9% el miércoles; 15,1% el jueves y, ayer viernes, alcanzó el 28% en el turno de la mañana y el 20% en el turno de tarde.
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Muchas gracias por el apoyo , pero añado una puntualización. Las enfermeras también somos facultativas y podemos hacer el doctorado.