Análisis
El franquismo y la “limpieza de las ciudades” de españoles y españolas de provincias

Hay una idea extendida sobre la relación del régimen franquista con los movimientos migratorios, pero la cara amable y permisiva de la dictadura con los procesos migratorios desde los sesenta no se extendió en las primeras décadas de la dictadura.
Rostros vallecas
Imágenes del censo de infraviviendas en Vallecas de mitad del franquismo. En las fotografías tenía que aparecer un habitante de la vivienda en primer plano y al pie de la edificación “el número de orden de filiación”© Foto: Fondo COPLACO – Archivo Regional de la Comunidad de Madrid
Es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha.
9 feb 2025 05:31

Hace unas semanas, el guionista Eduard Sola elogió el poder transformador de las migraciones en la gala de los premios Gaudí. Revindicó sus orígenes charnegos, denominación utilizada para hacer referencia a los emigrantes que llegaron a Barcelona desde diferentes puntos de España (sobre todo Andalucía) durante la dictadura. Estas declaraciones y su eco mediático abren una ventana de oportunidad para repensar las migraciones desde nuevas perspectivas. Estas visiones, además de desmentir las lecturas de los movimientos poblacionales como uno de los grandes problemas del continente europeo, sirven para comprender mejor la realidad social y económica de nuestro país.

Durante gran parte del siglo XX, España fue un país de emigrantes. Todavía hoy en día, la ciudadanía española seguramente tenga algún amigo, familiar o conocido que, durante la década de los sesenta o setenta, se marchó a Francia, Alemania o Suiza. El principal motivo de esas migraciones fue el económico. El retraso español (pese a la modernización) obligó a muchos españoles y españoles a marcharse de sus localidades natales tratando de huir de la miseria. La importancia de esas migraciones también ha dejado huella en el cine. Los films ¡Vente a Alemania, Pepe! y Un franco, 14 pesetas se acercaron a estas experiencias españolas. En ambos casos, los protagonistas marcharon a Europa en busca de unas oportunidades económicas y laborales que no tenían en España. Como decía uno de los protagonistas de Un franco, 14 pesetas: “Te tiras unos añitos allí y vuelves hecho un señor”. Una vez allí, descubrían que no todo era tan fácil.

El cambio de residencia y de provincia otorgaba el anonimato, lo que impedía, entre otras cuestiones, ser acusado por un vecino o conocido por haber participado en el bando republicano en la guerra

Las dos películas, de manera indirecta, acaban reforzando una idea bastante extendida sobre la relación del régimen franquista con los movimientos migratorios: la dictadura “facilitó” la emigración a Europa para aliviar los problemas de desempleo dentro del país, sobre todo en el mundo agrario. Esa cara más amable y permisiva de la dictadura con los procesos migratorios desde los sesenta no siempre fue así. Desde finales de la Guerra Civil (1939) hasta el inicio de la apertura del régimen (1957), el franquismo diseñó diversas estrategias a diferentes niveles para impedir la movilidad de la sociedad. Se vertebró un rígido control de los movimientos de la población dentro del propio país con el objetivo de impedir que se produjeran desplazamientos internos, ya que en aquellos momentos todavía no se había retomado el contacto con Europa. El reciente libro de Miguel Díaz Sánchez, Fronteras de papel. Franquismo y migración interna en la posguerra española (1939-1957) (PUV Universitat de Valencia, 2024), es una excelente manera de aproximarse a este ángulo ciego de la historiografía sobre la dictadura.

Cine
Crítica > ‘La trinchera infinita’
El repunte de los fascismos obliga a revisar nuestro pasado más reciente con películas como ésta de Garaño, Arregi y Goenaga


Se pueden destacar dos motivos, entre los muchos que existen, por los que vertebraron una política contra los movimientos de población fuera de sus provincias. En primer lugar, permitir las migraciones suponía perder el control político y social de la ciudadanía. El cambio de residencia y de provincia otorgaba el anonimato a cualquier español o española, lo que impedía, entre otras cuestiones, ser acusado por un vecino o conocido por haber participado en el bando republicano en la guerra.

En segundo lugar, aceptar los cambios de residencia del campo a la ciudad conllevaba, de manera indirecta, reconocer el fracaso del proyecto político de la propia dictadura. La política agrarista no estaba funcionando y ese era el principal motivo por el que la sociedad estaba comenzando a abandonar el campo. El alcalde de Espejo (Córdoba) se quejaba al gobernador civil de que “el pueblo se va desmembrando poco a poco y sus hijos huyen aterrados ante el pavoroso problema del hambre que ha invadido sus hogares”. Además, las migraciones ponían al descubierto algunas de las miserias de la dictadura.

Los vecinos de estos barrios de Madrid y Barcelona no eran extranjeros, sino españoles y españolas provenientes de toda la geografía del país, sobre todo del sur

Desde la postguerra, Barcelona y Madrid recibieron a miles de emigrantes de toda España que, ante la falta de recursos, fueron asentándose en barrios periféricos donde autoconstruyeron chabolas y barracas. El Plan de Urgencia Social de Madrid de 1957 muestra desde un punto de vista gráfico las impactantes imágenes de las cuevas, chabolas y barracas de la capital. Y un informe fechado en octubre de 1960, reconocía la existencia de 72.241 chabolas en Madrid en las que se alojaban, sobre todo, emigrantes venidos de toda España. Estos barrios demostraban la incapacidad de la dictadura para organizar una respuesta urbanística y de vivienda que revertiera la situación. Y, ante tal problemática, la respuesta fue reforzar la política antimigratoria para evitar que continuaran creciendo el extrarradio de las grandes ciudades.

Temporeros
Asentamientos chabolistas 25 años de asentamientos chabolistas de migrantes en las zonas freseras de Huelva
La demanda de mano de obra del sector agrario o la ausencia de soluciones habitacionales, entre otras causas, han llevado a la cronificación del chabolismo. El Protocolo suscrito hace un año puede suponer el comienzo de su fin.


Una de las cuestiones más delicadas de la lucha contra la emigración fue la organización de un discurso (lo que hoy en día se denominaría relato) que justificara su visión contraria a los desplazamientos fuera de las provincias. Los vecinos de estos barrios de Madrid y Barcelona no eran extranjeros, sino españoles y españolas provenientes de toda la geografía del país, sobre todo del sur. Esta característica singular de estos movimientos poblacionales impedía que la dictadura basase el discurso contra las migraciones en ideas xenófobas relacionadas con la nacionalidad, con los rasgos físicos o incluso exclusivamente con la ideología. La solución que dieron a esta problemática desde las élites dictatoriales del gobierno central y de las dos grandes ciudades fue vertebrar un discurso en el que se identificaba a los emigrantes provincianos con una condición social y económica baja y en muchos casos, con la mendicidad. De esta manera, estos españoles y españolas no eran definidos como ciudadanos, si no como “masas rencorosas”, “desgraciados que no pueden pagar habitación [y] se refugian en sus edificios destruidos” entre los que “generalmente hay maleantes”.

Entre 1952 y 1957 solo en Barcelona se deportaron 17.331 personas, la mayoría definidas como “vulgares maleantes y delincuentes contra la propiedad”

La dictadura utilizó parte de sus instrumentos de poder, coacción, represión y control para evitar los desplazamientos hacia las ciudades. Como muestra el libro de Miguel Díaz, el régimen de Franco tenía miedo de que la emigración ayudase a desestabilizar el orden público e incrementara la mendicidad en un contexto de falta de empleo, vivienda y alimentos. Por todo ello, la dictadura apostó por utilizar cuatro armas para evitar las migraciones: identificación (salvoconductos y documentos de identidad), abastecimiento (cartas de racionamiento y Auxilio Social), vivienda y trabajo (obligatoriedad de la cartilla profesional) para cercenar los movimientos migratorios. Y, lo más llamativo de todo, para la emigración ilegal que había sorteado todo ese férreo control, puso en marcha un sistema de deportación desde Madrid y Barcelona que trasladaba a los emigrantes a sus localidades de origen.

En Barcelona existían varios edificios dedicados exclusivamente a la clasificación y reclusión de los migrantes hasta que fueran devueltos a sus provincias. El desplazamiento se realizaba en tren. Normalmente eran escoltados con “cuatro guardias de la policía armada y un cabo”. Entre 1952 y 1957 solo en Barcelona se deportaron 17.331 personas, la mayoría definidas como “vulgares maleantes y delincuentes contra la propiedad y dedicándose a la vida inmoral en todos los sentidos […] se ha limpiado la ciudad”.

A pesar de todas estas medidas, el régimen fracasó en el intento de evitar la emigración interior. Miles de españoles y españolas se asentaron en las grandes ciudades en busca de mayores posibilidades económicas y sociales. Las redes de apoyo que se tejieron entre emigrantes permitieron sortear la rigidez de la dictadura. Un número significativo de habitantes del mundo rural asumía el riesgo a ser detenido a cambio de salir de la miseria del agro español. En Cataluña, por ejemplo, se calcula que tres cuartas partes del crecimiento demográfico de estos años procedía de la inmigración.

El protagonismo de estos emigrantes no terminó con su asentamiento cerca de los grandes núcleos industriales del país. La película El 47 muestra un buen ejemplo de todo ello. Las malas condiciones de vida y la escasez de servicios públicos más de veinte años después de llegar a los núcleos industriales abrió una ventana de oportunidades para la concienciación social y política. Una parte relevante de estos emigrantes se vincularon a movimientos vecinales para exigir la mejora de sus barrios.

Este proceso migratorio interior, muchas veces olvidado, debe tenerse en cuenta a la hora de analizar la historia más reciente de nuestro país. No solo para comprobar una vez más las estrategias represivas de la dictadura, sino también para comprender la evolución de las propias dinámicas rurales y urbanas de España y vislumbrar el origen de algunas de las resistencias que contribuyeron a acabar con la dictadura y a vertebrar el sistema democrático en el que vivimos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Análisis
Análisis La izquierda y la política de rearme de la Unión Europea
El aumento en defensa pondrá en marcha una nueva carrera armamentística que no puede resultar más que en un mayor empobrecimiento de las clases populares.
Análisis
Análisis De geografías viables o de cómo habitar el territorio
La destrucción que trajo la barrancada es directamente proporcional a la ocupación del territorio y a los metros cuadrados de asfalto que nos dejaron los sucesivos booms inmobiliarios.
Análisis
Análisis ReArm Europe, el triunfo del capitalismo verde militar
El plan que acaba de presentar la presidenta de la Comisión Europea vuelve a utilizar la mágica cifra de los 800.000 millones, ahora con el objetivo declarado de transformar el modelo de defensa europeo.
Migración
Migraciones Bruselas anuncia un nuevo proyecto de ley para acelerar las deportaciones de personas migrantes
La Comisión Europea ha presentado este martes un nuevo proyecto de ley que tiene como objetivo intensificar y acelerar las deportaciones de personas indocumentadas a sus países de origen o países de tránsito.
Badajoz
Derechos laborales Denuncian la privatización y precariedad en la muerte en el piso tutelado en Badajoz
Los sindicatos y consejos profesionales señalan que las subcontrataciones limitan los recursos humanos y materiales, poniendo en riesgo a menores y profesionales.
Comunidad de Madrid
Privatización de los servicios sociales Ayuso propone 40 residencias privatizadas en una comunidad donde solo el 5% son públicas
El gobierno de la Comunidad de Madrid planea la construcción de 40 residencias cuya gestión estará en manos de empresas privadas. Partidos políticos, sindicatos, ONG y colectivos sociales se unen para oponerse a este nuevo “plan privatizador”.
Toledo
Medio ambiente El vecindario de Seseña lucha contra una planta de asfalto que se instalará a 650 metros de sus casas
Tan solo falta un informe de la Junta de Comunidad de Castilla-La Mancha para que se comience a levantar una planta de asfalto cerca de las viviendas de este pueblo de Toledo.
Pueblo kurdo
Siria Las milicias kurdas firman un acuerdo ambiguo con Damasco en un Estado sirio aún sin definir
Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), lideradas por los kurdos, y el Gobierno de Al Jolani han firmado un acuerdo que promete estabilidad, pero que deja más preguntas que respuestas.
Huelva
Medio ambiente Un fondo de inversión amenaza Doñana con la construcción de un proyecto gasístico
Los ecologistas alertan sobre los peligros ambientales de la petición del nuevo sondeo asociado al almacenamiento de gas natural Marismas, promovido por Trinity Energy Storage, en el que participa el fondo de inversión Teset Capital

Últimas

Formación El Salto
Formación Escritura situada: creación literaria para trazar un relato colectivo
El Salto propone un curso para desbordar los límites del periodismo. Con esta formación, nos adentramos en la escritura creativa de la mano de Sarah Babiker, Marisa Mañana y Gloria Fortún, en una formación coordinada por Patricia Reguero.
Ecuador
Ecuador Los derechos de la naturaleza en Ecuador, una “luz de esperanza” en la lucha por el medio ambiente
El derecho de la naturaleza, una figura jurídica introducida en la Constitución de Ecuador, está sirviendo para frenar proyectos que atentan contra los ecosistemas. Así ocurrió en el Bosque Los Cedros, en el norte de este país sudamericano.
Galicia
Galicia La Xunta del PP ejecuta su última maniobra para hacerse con el control total de la TVG
El PP lleva al Parlamento la nueva ley de medios que otorga al Gobierno gallego la capacidad de elegir al director de la cadena sin mayoría cualificada, elimina la fiscalización de contenidos por profesionales y abre la puerta al castellano.
Rusia
Guerra en Ucrania Kagarlitsky, desde la cárcel, sobre las negociaciones de alto el fuego: “Sin liberación de presos no hay paz”
Borís Kagarlitsky es una de las figuras más reputadas de la izquierda rusa. Desde 2023 escribe desde la cárcel. El Salto publica dos cartas recientes ante la perspectiva de un alto el fuego en la guerra que Rusia sostiene con Ucrania.

Recomendadas

Galicia
Galicia La Xunta entorpece el acceso a más de 8.500 contratos que suman 57 millones de gasto
La Axencia de Doazón de Órganos e Sangue indexa miles de pagos sin concepto e imposibilita su fiscalización. La Xunta de Alfonso Rueda aduce que la opacidad es causada por “un fallo de codificación”. Sin embargo, esa práctica se repite desde 2018.
Islamofobia
Religión El aumento de vetos al hiyab en escuelas reaviva el debate sobre la islamofobia en España
Cada vez son más los centros educativos que están vetando estas prendas propias de la cultura musulmana a través de disposiciones en sus protocolos internos.
Fronteras
Fronteras Sombras en el acuerdo de cesión de competencias pactado por el PSOE y Junts
El acuerdo sobre transferencia de las competencias en materia de migración entre PSOE y Junts encuentra el 'no' de Podemos y de organizaciones de migrantes y el 'sí' con matices de la izquierda independentista y de Sumar.
República del Sudán
Belkis Wille “En Sudán hay milicias practicando violaciones a gran escala contra mujeres y niñas”
Belkis Wille, investigadora de Human Rights Watch, denuncia los abusos de grupos armados como las Fuerzas de Apoyo Rápido en el conflicto sudanés, donde se registran crímenes tanto de esclavitud sexual como de sometimiento mediante violaciones.