Agricultura
Acompañamiento, el factor clave que la UE olvida en la transición que exige al campo hacia la agroecología

La PAC ha disminuido en un 7,5% el presupuesto para el periodo 2023-2027, al mismo tiempo que la UE se ha lanzado en una carrera de firma de tratados de libre comercio que hunden las producciones locales.
Tractorada Barcelona  07-02-24
Miles de agricultores catalanes entran en Barcelona desde distintos puntos del país para hacer sus demandas y concentrarse en el Departamento de Acción por el Clima, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Cataluña. Marc Asensio (©)

Un suelo estéril tarda entre cuatro y ocho años en recuperarse. La última reforma de la PAC nació para impulsar el mayor cambio agraria de los últimos 50 años: extender la agroecología hasta llegar a un 25% en diez años para ir sustituyendo a la agroindustria. Pero el objetivo nació de una reforma con un presupuesto menguado: con una reducción del 7,5% para el periodo 2023-2027. Al mismo tiempo, la UE se ha lanzando a una carrera para aumentar los tratados internacionales de libre comercio, los cuales suscribe sin cláusulas espejo o de reciprocidad. De una parte, Europa quiere que el campo transite hacia la agroecología. De otra, permite importar cualquier alimento cultivado y criado con formas prohibidas en la UE —con abuso de fitosanitarios, antibióticos y fertilizantes—. En este contexto ha explotado el enfado del sector primario. Un malestar que los expertos reconocen y legitiman, mientras advierten de que, para deshacer este entuerto, el foco debe situarse en el acompañamiento que agricultores y ganaderos necesitan para recorrer esta transición sin perder producción, y evitar abocarles al cierre de las explotaciones, porque, como recuerda la agroecóloga Isa Álvarez: “En el campo no sobra nadie”.

Fernando Fernández es el director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Govern de las islas Balears. Es una rara avis: ocupó el cargo en la anterior legislatura progresista y, tras la insistencia del sector agrario, el PP y Vox le han mantenido en la administración. Consiguió consensos entre las organizaciones agrarias y el movimiento ecologista. Y esto, asegura, es lo que se necesita Balears, el Estado y, sobre todo, Bruselas. 

En su carrera profesional ha vivido cinco reformas agrarias. La última supone un cambio “ambicioso” e “inevitable”, pero el ritmo y las formas que exige son “inasequibles”. Ni él es capaz de “profundizar” en los decretos que emanan de Bruselas. Mucho menos, las organizaciones agrarias y los agricultores y ganaderos de las pequeñas explotaciones. La UE ha publicado 12 reglamentos y directivas en cuatro años —“es muchísimo”—, cada una lleva aparejada sus propios decretos, que se cuentan a cientos. Y exigen cosas imposibles de cumplir, sin tener en cuenta territorios ni inclemencias: “Al arco mediterráneo se le pide la trituración de la poda hecha antes del 1 de marzo, cuando hay cítricos que aún están en el árbol”, así como “no poder pasar del 20 al 40% de tierras en barbecho en tiempo de sequía”, cuando la cosecha del cereal de otoño se ha echado a perder por falta de agua y no hay nada que sembrar. El Ministerio de Agricultura ha negociado ambas cosas con Europa y ha conseguido una prórroga hasta el 1 de abril y el ok al 40%, a consecuencia de las movilizaciones de esta semana. Pero Fernández sigue frustrado: “El 1 de abril tampoco es suficiente”.

Tractorada Bilbao 1
La tractorada organizada por los sindicatos agrarios vizcaínos EHNE y ENBA a su llegada a San Mamés. Gessamí Forner

“Como administración, no somos capaces de asumir la burocratización que impone la UE de ciertas obligaciones de información y control en sistemas bastante complejos, como el reglamento de nutrición sostenible de suelos”, expone. Esto está ligado al uso de los fitosanitarios, lo que ha saltado a la prensa como una batalla entre agricultores y ecologistas. “Las reducciones de fitosanitarios te pueden parecer bien a nivel teórico, pero chocan con la realidad porque implican pérdida de producción. No hay sustitutos para los fitosanitarios. El ritmo del cambio de modelo agrario no está bien calculado”, concluye. 

El mayor cambio 

David González es agroecólogo e impulsa proyectos diversificados utilizando herramientas de la agricultura regenerativa. Señala que muchos suelos de la península ibérica se encuentran con menos del 1% de materia orgánica —están prácticamente muertos—. Cuando planifica un campo, lo hace a largo plazo: “En nuestra experiencia, si se hacen bien las cosas, se necesitan entre 4 y 5 años para obtener valores de fertilidad buenos para niveles altos de cosecha agroecológica, y se requieren hasta ocho años en lugares con poca precipitación”. 

Agricultura
Agricultura La extrema derecha instrumentaliza las tractoradas del campo con convocatorias paralelas ‘asindicales’
Hoy ha arrancado el calendario de movilizaciones de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en Catalunya, Burgos y Araba. El resto de tractoradas las ha azuzado un grupo de Whatsapp promovido por la extrema derecha.

Para recuperar un suelo apuesta por la diversificación: meter ganado en campos que eran monocultivos de cereal y plantar frutales, por ejemplo. Ello no solo mejora la fertilidad del suelo, también permite la diversificación de la economía para que el granjero pueda ir tirando y deje de jugarse el jornal a una cosecha que vende a precio cerrado —el precio que le ordenan— y que recoge un camión de Mercadona o cualquier otro gran distribuidor. 

González asesora, planifica y acompaña. “Cuando acabó la II Guerra Mundial, se invirtió una ingente cantidad de dinero público para impulsar la agricultura industrial”, recuerda. Paquetes de semillas controlados por oligopolios, fitosanitarios, maquinaria pesada, sistemas de regadío. “Ingenieros agrónomos acompañaban a esa transición impuesta por la agroindustria”, agrega. Nacieron las Cámaras Agrarias, las cuales recomendaron este modelo como el adecuado. En el campo hicieron lo que les mandaron. Y el círculo se cerró a gusto de la industria.

Mirar al cielo

Los agricultores y pastores eran los encargados antaño de predecir el tiempo. En Euskal Herria usaban las témporas del calendario lunar para adivinar cómo sería cada estación. Y despertaban la tierra en Santa Águeda, el 5 de febrero, con canciones que cantaban mientras golpeaban el suelo con un bastón. Ahora la tierra ya está despierta desde hace semanas y el cambio climático ha alterado los ciclos de producción. Los agricultores son los primeros en notar sus consecuencias y negar la emergencia climática no está en su agenda política, eso es cosa de Vox.

La extrema derecha se ha colado en el campo dando voz a los intereses de la agricultura industrial, instrumentalizando la frustración de agricultores y ganaderos. Hay organizaciones agrarias que han reaccionado tarde a los vítores contra la Agenda 2030 —una proclama negacionista— y han tardado en sumarse a pedir la moratoria de los tratados de libre comercio, la simplificación de la burocracia y vender cubriendo costes, como reivindican los sindicatos que defienden la agroecología, como EHNE Bizkaia, y otras no tan ancladas en la soberanía alimentaria, como Uaga, Unión de Uniones, UPA, etc. Mientras, la sociedad no sabe si aplaudir o dar la espalda a los tractoristas que han tomado calles y carreteras.  

La mayoría son hombres, blancos y con suficiente aval para pedir un crédito al banco para comprar maquinaria agraria que usan para arar unas tierras en propiedad. Resulta sencillo empatizar con un pequeño agricultor que se desvive por mantener el caserío familiar y entristecerse con el pequeño ganadero que tuvo que sacrificar 80 vacas porque la industria tumbó el precio de la leche. Pero, ¿qué ocurre con las explotaciones medianas y por qué se piensa en el agricultor como figura sola? 

Isa Álvarez insiste en que en el campo no sobra gente. “Lo que nos sobran son las corporaciones como Monsanto y Bayern, pero no las personas. Tenemos que tener cuidado con los campos medianos para que se puedan generar transiciones hacia modelos que se sostengan sin dependencias externas”, insiste. Asegura que, por ejemplo en Almería, es común la explotación de producción de monocultivo en la que trabaja una familia entera, algo que les expone con mayor frecuencia a una plaga, la cual no pueden subvertir sin el uso actual de agrotóxicos. Para que la familia pase del monocultivo a la diversidad deben prescindir del camión de Mercadona y disponer de cadenas de distribución cortas, “un boom que experimentó Bizkaia entre 2010 y 2012 con los grupos de consumo, y permitió reconvertir explotaciones”. 

Solamente el 1% de lo que se come en Gasteiz es de origen alavés, añade David González. Desde su cooperativa están impulsando con fondos europeos crear un “anillo marrón” en la ciudad de Gasteiz para elevar ese porcentaje. Volver a unir productor con consumidor. Y reconstruir socialmente el concepto urbe y rural. 

“Cuando alguien decide mudarse al campo se le pregunta si está seguro, si no lo está romantizando, pero nadie cuestiona el viaje contrario, a pesar de los precios disparados de la vivienda en la ciudad”, razona Isa Álvarez. “El siglo XX fue el siglo de la urbanización y somos hijas de los años 70, de una generación migrante que se fue del campo y nos educó pensando que en lo rural no hay futuro, bajo una premisa desarrollista”. Por ello Álvarez pide que se deje toda esa mirada atrás, “ni lo urbano es central ni lo rural es periférico”. “Miremos al territorio en su conjunto”, sugiere. Tal y como lo hace el informe de Amigos de la Tierra que cita González, que promueve una reconversión del campo hacia la agroecología por comarcas hidrográficas, con el que se conseguiría que el Estado español solo tuviera que importar el 1% de productos alimentarios. Lo que produce la tierra, que vaya al plato, sin viajar ni contaminar. Hay unos poco agricultores y ganaderos que ya lo practican, otros tienen claro que ese camino es inevitable, pero se sienten solos, y para el resto, “la clave es el diálogo, la participación y estructurar espacios de trabajo y consenso, aunque signifique modular las propuestas iniciales", expresa Fernando Fernández. 

Archivado en: Ganadería Agricultura
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Ganadería
Ganadería Cinco meses compartiendo chozo y pastoreando ovejas
María González Lalueza y Susana de Benito han pasado cinco meses de este año juntas en una cabaña del pueblo leonés de Salamón.
Macrogranjas
Balears Sineu, el pueblo mallorquín que ha conseguido frenar, de momento, una macrogranja de 750.000 aves
Avícola Son Perot proyecta a un kilómetro de Sineu una instalación para gallinas ponedoras que consumiría un tercio del agua de esta población. La plataforma Macrogranges No pide al Govern que prohíba este tipo de instalaciones en Balears.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Uruguay
Uruguay La izquierda parte como favorita en la segunda vuelta de las elecciones en Uruguay
El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, parte con ventaja en las encuestas. El alto número de indecisos, y la ausencia de mayorías en parlamento y senado, marcan estos comicios.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.
Más noticias
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.