Agricultura
La extrema derecha instrumentaliza las tractoradas del campo con convocatorias paralelas ‘asindicales’

Hoy ha arrancado el calendario de movilizaciones de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en Catalunya, Burgos y Araba. El resto de tractoradas las ha azuzado un grupo de Whatsapp promovido por la extrema derecha.
Tractorada La Fondarella Lleida - 2
Cientos de agricultores y ganaderos catalanes bloquean con sus tractores el acceso a la A-2 en La Fondarella, Lleida. Marc Asensio (©)

Cuando una organización agraria anunció que hoy arrancaría una serie de movilizaciones en el sector, la extrema derecha empezó a moverse con la intención de instrumentalizar las movilizaciones, como ya ocurrió hace un año con el descontento de los camioneros. Pero, a diferencia del transporte de carretera, el campo está organizado y, aunque cueste, puede trazarse una línea entre el grupo formado por fagocitados por la extrema derecha y el de organizados en sindicatos y cooperativas agrarias.

Los primeros se definen como ‘apolíticos’ y en un enmarañado decálogo de 12 puntos acaban defendiendo las grandes explotaciones que degradan el territorio y envenenan el agua, reniegan del cambio climático y de la UE; los segundos pretenden vivir dignamente trabajando en el sector primario y exigen unas instituciones que regulen mirando al pequeño productor, en vez de al grande y al distribuidor. Todo esto ha convertido a las tractoradas de hoy en un lío y ha desdibujado reclamaciones legítimas. 

“Estamos viendo una instrumentalización de Vox del campo”, resume José Manuel de las Heras, de la Unión Campesina de Castilla y León

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, que aglutina a sindicatos que no son de ultraderecha, recuerda que ellos fueron los primeros en convocar movilizaciones para el 6 de febrero. Lo hicieron el 11 de enero en una tanda de tractoradas en varios territorios durante distintos días, arrancando esta mañana. Sus tractores han desfilado por carreteras y autopistas de Catalunya, Burgos y Araba. Piden una Política Agraria Común (PAC) mejor regulada, que no facilite la agricultura y ganadería industrial, que se implemente de una vez por todas la Ley de la Cadena Alimentaria —tras dos años de postín— y que se aplace la entrada del cuaderno digital de explotación, así como la excepción de su aplicación para las pequeñas y microexplotaciones agrarias y la compensación económica de los sobrecostes que su implantación ocasione. Es lo que en los medios se define como ‘burocratización’.

A la Unión de Uniones pertenece el sindicato agrario mayoritario en Catalunya, Unió de Pagesos, la Unió de Llauradors i Ramaders del País Valencià y la Unión Campesina de Castilla y León. José Manuel de las Heras es el presidente de esta última y recuerda que las movilizaciones estaban convocadas debidamente en la provincia de Burgos, tanto en la capital como en Miranda del Ebro, Medina de Pomar y Aranda del Duero. “Estamos viendo una instrumentalización de Vox del campo”, resume. 

Por eso no ha ido a Burgos en tractor. Se ha desplazado en coche por si había que pedir a participantes que se salieran de la marcha. “Hay que ir quitando caretas de quien dice no a los sindicatos”, añade. Agrega que los agricultores a los que representa son los primeros en respetar las normas medioambientales, pero que eso también incluye que los productos importados las cumplan. Considera que el “detonante” del movimiento que está habiendo en toda Europa es que “se ha juntado todo: la nueva PAC, la guerra de Ucrania que encareció la mayoría de inputs (abonos, fertilizantes, etcétera) y las sequías”. Esto provocó que “la última cosecha se ha afrontado con unos gastos tremendos y, ahora mismo, el cereal, ante las importaciones, no vale nada. El agricultor está cabreado”, advierte.

Montse Cortiñas (UPA): “Estamos escuchando cosas muy preocupantes, como que hay que irse de la UE. Los agricultores y ganaderos que yo represento estamos bien en la UE. Y tampoco somos negacionistas”

Los ‘asindicales’ han salido en el resto de provincias de Castilla y León. La extrema derecha ha fagocitado reclamaciones legítimas y le ha el añadido negacionismo climático y el odio a la Unión Europea en un decálogo populista de 12 puntos que circula en un grupo de Whatsapp creado para el día de hoy y autoproclamado ‘Agrupación Nacional de Agricultores y ganaderos del sector primario 6/02/2024’.  

Lo mismo ha ocurrido en Euskal Herria: más de 500 baserritarras (granjeros, en castellano) alaveses han llegado al polígono de Jundiz, en Gasteiz, convocados por la Unión Agroganadera de Álava. El sitio escogido no es baladí: delante de dos grandes cadenas de distribución, Eroski y Mercadona. Entre sus reclamaciones destaca la de “frenar la especulación y la compra de tierra por parte de agentes de fuera del sector agrario y de fondos de inversión”, así como la exigencia de “impedir la instalación de energías renovables en terrenos agrícolas”, no porque no crean que las renovables son necesarias, apuntan desde el sindicato. 

Sin embargo, más de 800 tractores han desfilado hacia Iruñea en el rebaño del antisindicalismo. Los baserritarras navarros que no gustan de formas fascistas esperarán a la convocatoria unitaria de COAG, Asaja y UPA, una intersindical que es mayoritaria en las negociaciones con el Gobierno. En Bizkaia se movilizarán el viernes.

Tractorada La Fondarella Lleida - 3

La vicepresidenta de UPA, Montse Cortiñas, ayuda a desenmarañar el embrollo: “Estamos escuchando cosas muy preocupantes, como que hay que irse de la Unión Europea. Los agricultores y ganaderos que yo represento estamos bien en la UE, fuera hace mucho frío, si miras a Inglaterra y otros países. Y tampoco somos negacionistas”. Cuando Pedro Sánchez presidió en septiembre una cumbre europea celebrada en Córdoba, esta intersindical se manifestó pidiendo una flexibilización de la PAC y anunció una serie de acciones si no se conseguía, de cara a las elecciones europeas. Su calendario empieza el 8 de febrero, en Ávila, Salamanca y Ciudad Real. De ahí saltan a casi todas las provincias de la península en diez días de movilizaciones. 

Por su parte, Unión de Uniones, la intersindical más pequeña que ha empezado a movilizarse hoy, continuará mañana en León, el 8 en Ávila y la semana que viene en Segovia. Mañana se concentrará en el puerto de Castelló de la Plana y València y el 13 de febrero, en los puertos de Tarragona y Santander. Su movilización grande, “porque Madrid es el centro de todo”, será el 21 de febrero, a las puertas del Ministerio de Agricultura.

En Catalunya no había líos: la Unió de Pagesos es la organización mayoritaria desde hace años. Joan Caball es su coordinador general y afirma que está harto de palabras y que necesita hechos que les permitan “soluciones para vivir dignamente” de su labor. Sobre la convocatoria catalana, explica que viene del sector primario, no de la extrema derecha y que la Unió de Pagesos es una organización “democrática, con 50 años de existencia, que defiende el país, la cultura y el territorio”. 

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fllorentearrebola
7/2/2024 9:52

Las movilizaciones agrarias que estamos viendo han fijado como enemigos a batir todas las tímidas políticas de verdeo de la PAC, y en el estado español piden la derogación de la ley de bienestar animal, que no se les apliquen medidas de reducción de emisiones y poder seguir utilizando el arsenal químico que emplean en su agricultura intensiva e industrial. Pretenden desmarcarse ahora de la extrema derecha pero lo cierto es que llevan decenios alimentando el argumentario paranoico de la extrema derecha. Asaja lo ha hecho sin rubor, pero la Unión, UPA e incluso Coag también se han sumado a la campaña de largo recorrido contra el ecologismo y contra todo atisbo de políticas ambientales o de pacificación de unas prácticas agrícolas que son agresivas con el clima, la biodiversidad y la salud de los consumidores. En Extremadura La Unión, que en este artículo se cita tanto, se ha caracterizado por no perder ocasión de atacar a las organizaciones Ecologistas como si estás fueran enemigas de la agricultura, mientras callan ante el oligopolio de la distribución que impone precios a la baja. Denuncian todos las entradas masivas de producciones de las agriculturas del Sur, pero callan ante nuestras exportaciones por ejemplo de carne (alimentada con soja y maíz latinoamericano) que están compitiendo deslealmente con las producciones de los países que la importan. Denuncian todos que los agricultores del Sur hacen dumping con sus producciones baratas, pero no hay mayor proteccionismo y mayor dumping que las cuantiosas ayudas de la PAC. Acusan las organizaciones agrarias a los Ecologistas de ser chiringuitos subvencionados y sin embargo nadie recibe más subvenciones que los agricultores industriales y sus chiringuitos profesionales, que además hacen fraude masivo con ellas (en el caso de Extremadura hay sentencias firmes, algunas de cárcel, que implican a los dirigentes de La Unión, Coag, etc). Llama la atención y sería gracioso sino fuera trágico que las organizaciones agrarias carguen contra las muy pacatas medidas de reducción de emisiones de CO2, a pesar de que Agroseguro reconoce que las incidencias y pérdidas agrícolas por sequía, granizo y otros eventos meteorológicos se están disparando. Eso sí estás organizaciones que llevan votando neoliberal (y también desde hace poco neofascista) desde hace decenios acuden a papá Estado a exigir que se les compense por los destrozos del cambio climático que ellos mismos alimentan. Por no hablar de sus campañas de odio a la biodiversidad, les estorba el lobo, el cormorán, el meloncillo, y hasta los abejarucos, y en esas vergonzosas campañas contra los ecosistemas han estado todos, incluidos los pretendida mente progresistas de la Coag. La revuelta "parda" del campo español es un claro ejemplo de lo que se nos viene encima con un escenario de reducción y encarecimiento de recursos fósiles que son el sustento de la "agricultura de extinción" y de la "ganadería Auschwitz". El modelo agroganadero actual va a quebrar por su excesiva dependencia del petróleo y por el cambio climático que esto promueve. El sector agrícola-alimemtario a nivel global y en todo su ciclo (del campo, a la mesa y al basurero) es responsable de casi la mitad de las emisiones de CO2 que hacen del mundo el infierno inhabitable que ya está empezando a ser. Nuestras organizaciones de agricultores han decidido ponerse del lado del meteorito que les va a extinguir, pero entre tanto están dispuestos a arruinar los ecosistemas, la fertilidad de la tierra, y la salud de las personas. Si alguien cree que merecen alguna simpatía les añadiré un dato: se oponen a la aplicación del salario mínimo a sus trabajadores, y explotan inmisericordemente a la poblaciones más vulnerable: la inmigrante, las freseras de Huelva, los aberrantes invernaderos de Almería. Otra agricultura es posible y necesaria.

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GessamiForner
7/2/2024 17:41

Mencionas el ejemplo de Extremadura pero no citas que dentro de las organizaciones agrarias encontramos posturas dispares y, mucho menos, citas los procesos de transformación que están viviendo algunos sindicatos que están dentro de dichas organizaciones. Desgraciadamente, ejemplos como el de Extremadura son habituales pero, afortunadamente, no son los únicos. Extremadura no invalida a los agricultores de Araba que cortaron ayer el centro de distribución de Mercadona en Gasteiz. Ni a los agricultores que salieron a las carreteras de Burgos ni a los de mañana de Bizkaia, los cuales, por cierto, están dentro de COAG y defienden la agroecología.

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RamonA
6/2/2024 22:46

Gracias por INFORMAR ante tanta manipulación. El pequeño y mediano agricultor y ganadero no tienen nada que ver con los dueños de la agroindustria y de las macrogranjas. Tienen intereses contrapuestos. Lo que han hecho los agricultores vascos en Mercadona y Eroski es una buena senda que lleva al buen camino.

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