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Televisión
‘El Bloque’: así se hace la tele musical del siglo XXI
Acudir a esa gran tele que es YouTube supone encontrar el mejor programa de televisión hecho en España en los últimos años: El Bloque.
La forma más rápida de explicar El Bloque a alguien que no lo haya visto jamás es compararlo con La Edad de Oro. Como Paloma Chamorro, Alicia Álvarez y Madjody, sus presentadores, se sientan en el plató a hablar con los artistas de tú a tú, sin mesas, sin grandes jerarquías y sin pompa alguna, casi como si se tratara de una charla entre colegas, y no como en esos programas cada vez más frecuentes en televisión en los que el presentador es más protagonista que el invitado. Esa cercanía es la que explica que un programa que no tiene padrinos logre entrevistar a artistas que se prodigan poco o nada en los medios convencionales o que incluso se animen a estrenar allí en primicia sus últimos temas, como han hecho La Zowi o Yung Beef.
La clave está, como apunta Madjody, en la implicación con una escena que ha sido ignorada hasta hace poco: “Llevamos también mucho tiempo trabajando en otros proyectos que a lo mejor no han tenido el altavoz que ha tenido El Bloque y al 90% de los artistas que han pasado por nuestro programa ya los habíamos entrevistado previamente, habíamos mostrado interés cuando no tenían la relevancia que tienen hoy en día y, obviamente, pues lo agradecen”.
Ahora que giran por todo el mundo, que sus hits suenan en todas partes y que se han convertido en iconos de moda para las generaciones más jóvenes, nadie duda de la relevancia de C. Tangana, Bad Gyal, Yung Beef o La Zowi, pero no siempre ha sido así: “Ahora que hay tanta gente interesada por la escena, veo que la gente los mira como si fueran experimentos. Si quieres llegar a algo con esos artistas no los puedes mirar de arriba abajo, sino desde la misma altura, pero se les mira desde el paternalismo o desde el clasismo. Hoy mismo, el Pucho [C. Tangana] ha dicho que El Bloque tenía que estar en la televisión pública. Pero, claro, es que a la televisión pública no le interesa enseñar que estos artistas que no tienen formación académica y que usan el lenguaje de la calle no les interesan así, les interesa azucararlos”, explica la periodista y doctorada en Comunicación Alicia Álvarez.
Pero empecemos por el principio: El Bloque lo integran un colectivo de periodistas, diseñadores gráficos, fotógrafos y profesionales de imagen y sonido (Quique Ramos, Blanca Martínez aka HJ Darger, Alba Rúperez, Aleix Mateu, David Camarero, Daniel Madjody, Aida Camprubí y Alicia Álvarez) que deciden poner en marcha el programa hartos de que les cortaran las alas: “Todos nosotros estábamos colaborando y proponiendo temas en medios y sentíamos que, o bien no nos dejaban presentar determinados temas porque no nos los ‘compraban’, o directamente nos apetecía hacer otro tipo de periodismo. Entonces empezamos a hablar de hacer algo, no sabíamos muy bien cómo enfocarlo y al final el formato elegido fue televisión porque veíamos que era algo visual y que no tenía sentido de otra manera”, aclara Alicia.
El fin del programa Show bizness de Madjody fue el empujón que necesitaban: el periodista se empeñó en llevar el programa a Radio 3, pero la negativa de la dirección a incluir otro “programa de rap” terminó de convencerles: “Todos teníamos la sensación de que estábamos viviendo un cambio de paradigma musical en la escena que no estaba representado fielmente y al cual no se estaba dando una importancia en medios que nosotros sí le estábamos dando”, explica Madjody. Él reconoce que se sentían “en deuda con esa escena, con ese movimiento y que necesitábamos hacer de altavoz de alguna manera de eso que habíamos visto todos pero que solo se veía representado en los medios como algo anecdótico y cogido con pinzas y tomado a modo de chiste”. Alicia recuera que “eso es justo lo que más nos cabreaba: veíamos cómo los vapuleaban y los tomaban a coña, por ejemplo ese momento del juego de la botella con C. Tangana [en referencia a la entrevista que le hicieron en Cadena Ser y en la que invitaron al artista a jugar a la botella] fue ‘tío, está gente está reventando entradas y les están haciendo esta mierda de entrevistas’”.
En ese momento nace El Bloque, con un piloto protagonizado por MC Buseta y al que tres meses más tarde seguía el primer episodio, con un Yung Beef que rehúye los medios pero que ahí no tuvo problema en criticar los titulares que le han dedicado o en hablar de la polémica que se generó cuando quemó un billete de cinco euros. El programa, que lleva ya casi 200.000 visitas, les puso en el punto de mira no solo por el contenido, sino por el lenguaje visual tan innovador que gastan: usan el formato vertical para los vídeos, en vez del clásico cintillo con los nombres de los invitados, imitan el etiquetado de Instagram, insertan gifs y hasta crean memes (algunos tan brillantes como el de Maluma feminista). Se trata de un lenguaje visual con el que está familiarizado cualquier usuario de redes sociales y que les ayuda a conectar con un público que ha crecido con internet.
“Como no tenemos casi presupuesto y no podemos invertir en platós y dirección de arte, se trabaja todo en sala —explica David Camarero—, entonces eso implica que lo que define las secciones del programa es el tema gráfico, la postpo y todo lo demás. Nos parece fácil, es el entorno en el que nos movemos todo el rato y nos sale un poco solo, nos sorprende que no haya otra gente haciéndolo y aprovechando otros recursos, porque nosotros, si te fijas, de lo que tiramos principalmente es de Instagram, de Snapchat y de poco más, pero hay millones de recursos y nos sorprende que nadie más esté tirando de estos recursos”.
El Bloque es el clásico ejemplo de creatividad usada para suplir la carencia de financiación: sus creadores no tienen padrinos, ni patrocinadores, ni becas, ni apoyo institucional de ningún tipo. La sala Apolo les cede el espacio físico en el que grabar (la Sala 3 del famoso club) y una marca de licor patrocina una microsección del programa en la que los artistas se lanzan a hacer versiones a capella, pero con ese dinero no cubren siquiera gastos: sacan adelante El Bloque sacrificando su vida personal y reinvirtiendo en el programa todo el dinero que ganan en los bolos y charlas que les salen. “Somos el primer programa que se financia como los artistas de ahora —explica Aleix Mateu— que nadie les financia por sacar una mixtape sino por dar bolos y estar por ahí. Nuestra forma de trabajar no es sostenible dentro de un gran medio y esta forma de financiación paralela es la vía que nos toca”. Ellos se encargan de todo, desde grabar a llevar las redes sociales y tan mal no les está saliendo cuando empiezan a salirles imitadores: “Entendemos que se puede copiar, nosotros también hemos copiado, y los artistas también y todo el mundo copia, eso es innegable, el tema es con qué perspectiva lo estás haciendo y con qué ética, si de repente hay un artista súper underground y llega Sony y te hace lo mismo pero blanqueado, es normal que te puedas picar un poco”, aclara Aleix.
Música
Bea Pelea, el reguetón que quiere unir a las mujeres
Bea Pelea, con solo una mixtape autoeditada, es la última en sumarse a la lista de artistas que están reescribiendo las normas y desmontando todos los tópicos con un reguetón infeccioso que, además, apela al feminismo y la sororidad.
Lo que empezó como un experimento —la idea era sacar adelante tres programas y tirar la toalla si no les salía financiación— se ha convertido en un proyecto que dura ya un año y al que todos le tienen especial cariño porque les permite innovar, cambiar continente y contenido en cualquier momento, improvisar y hasta crecer en lo personal (“cuando empezaron a salir todos estos casos del acoso a mujeres por parte de músicos y fotógrafos y justo en ese programa sacamos un meme de un artista que salía en muchos casos de estos. No sabíamos qué hacer y tuvimos un debate muy interesante de género”, explica David).
Cuando se les pregunta por el futuro, todos tienen claro que, les guste o no, El Bloque, como la escena de la que se ocupan, es finito y está, cuando menos, llamado a mutar. Pero también tienen claro que, por mucho dinero que les pongan sobre la mesa, el formato actual no solo no funcionaría en televisión, sino que tendrían que negociar sus propias reglas del juego… y algo me dice que serían, como muchos de los artistas que pasan por su plató, un hueso duro de roer.
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Desde lo más fondo de mi corazón que ha empezado a estudiar Periodismo hace 3 meses y se lleva interesando por la música urbana poco tiempo, doy gracias a estas personas por dar visibilidad a estos artistas y ser un medio paralelo, algo de vosotros para nosotros, sin blanqueos de por medio.
Excelente iniciativa, y grandes profesionales al frente de esa televisión