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Siria
Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
En pocas horas, Israel vulneró de nuevo las líneas marcadas, sus tropas cruzaron las barreras vigentes durante medio siglo y rompieron con los parámetros establecidos con mediación de la ONU desde 1974. Aprovechando la caída del régimen de Bashar Al Assad en Siria, sus tropas traspasaron el domingo la férrea valla de separación en los Altos del Golán ocupados desde 1967 y se adentraron en el sur de Siria. Ahora se abre un panorama incierto, a la espera de verse si el paso de Israel es sólo táctico o lleva a una ocupación permanente.
En solo dos días, en la primera incursión terrestre de Israel en Siria desde los pactos de alto el fuego de 1974, sus tropas pasaron a controlar al menos 235 kilómetros cuadrados de territorio sirio que corresponden a la llamada buffer zone, la zona desmilitarizada entre Siria e Israel patrullada por una misión de la ONU que supervisa la tregua entre ambos países desde hace 50 años, tras el fin de la Guerra del Yom Kippur. Esta avanzadilla fue paralela a la mayor tanda de bombardeos israelíes sobre posiciones sirias de los últimos años.
En Damasco y otros puntos del país, los sirios celebran el derrocamiento de la dinastía Al Assad y plantean su transición, pero el Estado judío actúa ante la frágil situación para no quedar al margen. “Israel busca tener una posición de fuerza para condicionar el futuro de Siria”, considera Salman Fakhreddin, analista y antiguo miembro de Al Marsad, grupo en defensa de los derechos humanos en los Altos del Golán.
Fakhreddin advierte ante “el interés colonialista de Israel para apoderarse de más tierras” en base a los propios sucesos del pasado
Ante el escenario cambiante e histórico que reina estos días en el país, el statu quo y las delimitaciones que marcaron la zona por décadas se hacen añicos abruptamente, y el papel que realizaban en la zona los más de mil soldados de la Fuerza de la ONU de Observación de la Separación (UNDOF) parece dejar de tener sentido a ojos de Israel. Sus tropas también tomaron la parte siria del Monte Hermón, la gran montaña de la zona, con su cima más alta de hasta 2.814 metros de altura. “Esto les garantiza también control ante la carretera entre Beirut y Damasco”, otro elemento estratégico ante el conflicto regional de la actualidad, dice Salman.
Todo ello sigue un patrón propio de Israel a lo largo de su historia: la adopción de una política de hechos consumados sobre terreno para imponer nuevas reglas del juego a sus enemigos o rivales potenciales. Este método se aplica a través de la fuerza, las amenazas o la intimidación, va acompañado de la unilateralidad y no suele respetar los parámetros del derecho internacional, cómo analistas señalan que sucede ahora en Siria.
Siria
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Fakhreddin, en su setentena, es residente en Majdal Shams, el pueblo más grande del Golán, colindante con la barrera metálica de separación con Siria, donde la mayoría de vecinos como él —árabes sirios de religión drusa— no ha estado durante décadas, desde la ocupación por parte de Israel de este altiplano en la Guerra de los Seis Días de 1967. El Estado judío lo considera clave para su seguridad, se lo anexionó en 1981 y desde entonces realiza una política de colonización en la zona que ha llevado ahí a en torno 25.000 colonos israelíes.
Ante ello, con el paso hacia el otro lado de la línea divisoria de las tropas israelíes, Fakhreddin advierte ante “el interés colonialista de Israel para apoderarse de más tierras” en base a los propios sucesos del pasado. Los temores no surgen de la nada, y se agravan ante la presencia en la coalición de gobierno israelí de partidos de ultraderecha judía, supremacistas y mesiánicos que defienden el proyecto expansionista del ‘Gran Israel’.
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo, en un documental del canal Arte.
Con todo, tras el caída de Al Assad el domingo, el primer ministro Benjamin Netanyahu arguyó que los acuerdos de separación con Siria hechos en 1974 dejaban de ser vigentes. Las autoridades también aseguraron que su incursión es temporal y limitado, y que ella buscan crear una zona de seguridad. Sin embargo, varios expertos —así como la ONU y muchos Estados que condenaron su avanzadilla— remarcan que el cambio de poderes en Siria no da legitimidad a Israel para saltarse los pactos, y con ello viola de nuevo la ley internacional.
En solo 48 horas, el ejército reconoció haber hecho unos 480 ataques aéreos sobre objetivos militares estratégicos de Siria para evitar que caigan “en manos terroristas”
“Las Fuerzas de Defensa de Israel no interfieren en los acontecimientos que tienen lugar en Siria y seguirán actuando para preservar la zona de amortigüamento y proteger el Estado de Israel”, afirmó el lunes a través de su cuenta de X el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraae. El domingo, también instó a los vecinos de cinco pueblos sirios en la franja tomada por Israel a no moverse, en un tipo de toque de queda. “Por su seguridad, deben permanecer en casa y no salir hasta nuevo aviso”, trasladó a los residentes del área.
Con todo, el argumento de no injerencia por parte de Israel ante el rápido desarrollo de acontecimientos en la transición siria cae por sí solo ante la contundencia de sus bombardeos sobre el conjunto el país. En solo 48 horas, el ejército reconoció haber hecho unos 480 ataques aéreos sobre objetivos militares estratégicos de Siria para evitar que caigan “en manos terroristas”. Israel bombardeó puestos de milicias y objetivos de la órbita de Irán y Hezbolá en Siria de forma usual en la última década, pero una campaña de bombardeos de tal intensidad como la de estos días no tenía precedentes. Drones y aviones de combate israelíes han buscado destruir lo que quedaba del ejército de Al Assad, desde buques de guerra, bases militares, depósitos armamentísticos, arsenal avanzado o aviones de sus fuerzas aéreas. Esto va en línea con la meta israelí de imponer su hegemonía militar regional, y debilita la capacidad castrense de un potencial nuevo Estado sirio.
“Israel está destruyendo toda la capacidad militar presente y futura de Siria”, denunció el martes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Por su parte, el propio ejército israelí estima haber acabado con entre el 70 y 80% de equipamiento estratégico que quedaban de las fuerzas sirias.
El martes, tras comparecer en una nueva vista de su juicio por corrupción en Tel Aviv, Netanyahu dijo que quiere establecer relaciones con los nuevos poderes formados en Siria, pero dejó de nuevo advertencias: “Lo que pasó al antiguo régimen le pasará también a este si permite a Irán restablecerse en Siria” o “nos ataca”. Si esto sucede, “responderemos con fuerza”, concluyó en un mensaje de vídeo en tono intimidatorio.