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Sáhara Occidental
Un micro para el Sáhara, un viaje de ida y vuelta entre la radio y el destierro
La asociación Un micro para el Sáhara lleva dos años organizando eventos para financiar los viajes en los que llevarán material a los campos de refugiados y formarán a los profesionales de la radio saharaui.
Mientras los periódicos se llenaban de noticias relacionadas con Cristina Cifuentes, la división del PSOE o el pacto del PP con el PNV, en mayo de 2017 algunos compañeros del máster de Radio Nacional de España (RNE) se tomaban un vermú después de las clases. A las portadas de los grandes medios se les estaba escapando el nacimiento de uno de esos granos de arena que acaban formando una playa en la que no tiene cabida la injusticia.
Así fue la génesis de Un micro para el Sáhara (UMPES), la asociación que da voz y soporte a los refugiados saharauis a través de la radio y que consiguió congregar a más de mil personas el pasado domingo en la madrileña sala La Riviera durante la última edición de ‘Ellas por el Sáhara’.
Ebbaba Hameida, saharaui de nacimiento y que vivió en los campos de refugiados hasta los seis años, hablaba a sus compañeros de máster sobre su procedencia siempre que podía. “Yo les engañé pero ellos se dejaron engañar”, dirá esta periodista dos años después de aquella conversación, así que ya que decidieron viajar al Sáhara, también decidieron hacer algo que nunca antes se había hecho.
La radio y el Sáhara
Las cosas han cambiado mucho desde aquel mayo de 2017. La propia Hameida recuerda cómo fue el arranque de UMPES: “Aunque al principio no teníamos infraestructura, después de montar la web y las redes sociales hicimos un crowdfunding en el que participaron medio centenar de personas que juntaron más de 10.000 euros”.
Karla Ferrera, una de las fundadoras de UMPES, comenta a El Salto que “la radio es el medio más utilizado en los campamentos porque es barato y fácil de utilizar ya que solo se necesita un transistor con pilas para emitir, además de que muchos campamentos ni siquiera tienen luz eléctrica”.
“Queríamos un proyecto que consistiera en un intercambio cultural con el Sáhara Occidental en el que pudiéramos ir allí para aprender cómo llevan haciendo radio y televisión más de 40 años en el desierto y con escasos recursos”, añade esta periodista de RNE.
Diez personas constituyen actualmente esta asociación en la que todos son comunicadores, aunque la mitad están íntimamente ligados a la radio pública debido al contexto en el que nace el proyecto. Aun así, UMPES ha ido incorporando los perfiles que necesitaba, “algo en ocasiones complicado porque todo se hace de manera altruista”, tal y como comenta Marta Curiel, otra de las fundadoras.
UMPES como asociación profesional
Curiel, que trabaja actualmente en RNE, incide en el alto grado de profesionalidad que rodea a UMPES: “Cada campo, como puede ser el diseño o la fotografía, está cubierto por un profesional de ese sector que sepamos que se va a involucrar y esté en sintonía con la causa”. Del mismo modo, aprovecha la ocasión para dedicar unas palabras dirigidas a la difusión y el apoyo que están teniendo desde los medios de comunicación, sobre todo Radio 3.
De hecho, “uno de los objetivos del proyecto también era sensibilizar a los propios periodistas de la importancia de informar sobre el conflicto del Sáhara y que hay verdades universales que no se debe dudar en transmitir como la defensa de los Derechos Humanos”, concluye la periodista radiofónica.
Objetivo que está cumplido ya que la asociación sirve de cobertura para que les acompañe un periodista de El País, Xavier Aldekoa, de 5W y La Vanguardia, y varias personas tanto de RNE como de TVE que irán mandando historias a sus respectivos medios.
En cuanto a la financiación, Ferrera comenta que no reciben ningún tipo de ayuda de las instituciones, por lo que la autogestión siempre ha sido una constante en el proyecto. Por eso, además de los diez euros mensuales que paga cada asociado, también organizan algunos eventos que sirven como altavoz de la causa saharaui.
Éxito en todos los eventos organizados
Un concierto de presentación en la sala Moby Dick de Madrid les sirvió para darse a conocer gracias a la actuación de algunos grupos emergentes. Poco después llevaron a cabo la primera edición de la Jaima Electrónica, por la que “pasaron más de 2.000 personas a lo largo de la tarde”, tal y como apunta orgullosa Ferrera. En 2019 se volvió a repetir este evento en la Nave de Terneras del Matadero de Madrid, donde el éxito volvió a acompañar a UMPES. Lo mismo pasó en sus conciertos en Madrid de ‘Ellas por el Sáhara’, el primero en la sala Galileo Galilei y el último en La Riviera, donde músicas comprometidas con la causa saharaui, como Rozalén, Amparo Sánchez o Rocío Márquez, pusieron los acordes necesarios para ayudar a financiar el proyecto.
“Aunque nuestro día a día es complicado porque tenemos que compatibilizar nuestro trabajo con la asociación, la labor que llevamos a cabo desde UMPES es diaria”, comenta Ferrera. A lo que se refiere la periodista es a las habituales charlas a las que acuden para presentar el proyecto con el objetivo de acercar la realidad saharaui: “Se trata de un trabajo continuo en el que siempre estamos involucradas, como cuando participamos en la semana del periodismo de la Universidad Carlos III o nuestro próximo viaje a Vitoria en noviembre para presentar el documental que hemos realizado en los mismos campamentos de refugiados”, añade Curiel.
UMPES desde los campos de refugiados
Aunque su actividad en la Península ya es reseñable, más aún son aquellas acciones que llevan a cabo en los propios campamentos saharauis. “En el primer viaje de octubre de 2017 tuvimos una muy buena acogida a la hora de formar y compartir experiencias con los profesionales de la comunicación saharauis”, dice Hameida mientras remarca conscientemente que también hay que luchar contra un hambre ensombrecido muchas veces, ese hambre del olvido que se sacia haciendo memoria y dando visibilidad para que los protagonistas sientan que siguen presentes en la historia.
En esta ocasión, del 11 al 20 de octubre se desplazarán hacia los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) donde las actividades que llevarán a cabo tienen gran contenido con perspectiva de género. Así lo explica Ferrera: “Aunque el feminismo es un continuo en la asociación, esta vez cobra especial interés porque fueron las mujeres saharauis de ‘Dulce voz del Sáhara’ quienes se pusieron en contacto con UMPES proponiendo unos talleres de comunicación ya que querían darse a conocer en el resto de campamentos”, además de necesitar ciertas herramientas para hacerlo como refuerzo de guion, redes sociales o montaje. Ante este aspecto, la asociación llevará material para las radios comunitarias que poco a poco han ido armando en las diferentes comunidades saharauis para comunicarse entre sí.
Una premisa en la que inciden desde UMPES es el acompañamiento a los ciudadanos saharauis, un hecho que también guarda relación con la profesionalidad del proyecto: “Nosotros somos comunicadores y quienes cuentan las historias tienen que ser ellos, nosotros tan solo ponemos un micro. No tenemos que hablar por los desplazados, queremos que sean ellos mismos quienes cuenten sus historias, porque tienen mucho que decir y el problema está en que aquí no les escuchamos”, según analiza la situación Curiel.
Rozalén y Beatriz Romero pondrán el acento multidisciplinar en este viaje, ya que buscarán potenciar la expresión artística y emocional de las mujeres saharauis a través de la musicoterapia y el baile con un taller que han llamado ‘Puerta Violeta’.
Las relaciones entre la Península y el Sáhara Occidental
La cantante hispano-saharaui Suilma Aali no deja pasar la oportunidad de criticar al Estado español por el desamparo en el que viven en el Sáhara Occidental: “Son este tipo de iniciativas las que verdaderamente llegan a la sociedad y es una pena que las instituciones no hagan nada al respecto, aunque solo fuera por la deuda histórica que tenemos con ese pueblo”, tal y como denuncia la artista que también participó en la II edición de ‘Ellas por el Sáhara’.
Amparo Sánchez (Amparanoia), ya habitual en los eventos de autofinanciación en este tipo de causas y que también estuvo presente en el concierto de La Riviera, viajó a los campos con UMPES en 2017. Las palabras de la compositora están llenas de sentimiento: “Es sobrecogedora la situación extrema en la que viven, en un desierto en el que no hay absolutamente nada y donde ellos son capaces de tener un huerto en el que plantar lechugas y espinacas”. La cantante de Amparanoia también coincide con Aali cuando dice que “es muy conmovedor ver la entereza del pueblo saharaui al estar tan unidos ante el abandono total de los políticos y la comunidad internacional”.
La radio enseña la situación de vulnerabilidad
Sánchez no duda en describir a UMPES como algo fundamental en la lucha por un Sáhara libre ya que “la radio está creando puentes, acercando un público que les escucha al tener la posibilidad de transmitir en directo para toda España. Conseguir que no se sientan solos en ese lugar tan inhóspito y también —continúa la veterana artista— como una herramienta, un arma para sensibilizar a la gente que no conoce la situación”.
En este aspecto, Aali es concisa: “La mejor acción que puedes hacer de forma individual es estar informado de la situación porque a partir de ahí te puedes dar cuenta de la gran injusticia que se ha hecho con el pueblo saharaui”.
Aunque Hameida entiende la lucha por la libertad del pueblo saharaui como una obligación, lo que más le emociona es la implicación de sus compañeros: “Ver a otras personas como si fueran mi familia y que se implican de esa forma en el proyecto, para mí es la mayor recompensa de todas, esto es un regalo que me están haciendo”, sintetiza la fundadora de UMPES. De hecho, son las palabras de Hameida las que marcan un futuro tan necesario como esperanzador cuando dice que “una vez que se enciende un micro no sabes hasta dónde puedes llegar. Un micro se puede encender en muchos focos y en muchos puntos”, ejemplificando así que si se unen personas comprometidas con las injusticias y un vermú solo pueden salir proyectos realmente ilusionantes.
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Los refugiados los niños las mujeres en campamento pasa muy mala vida porque toda la ayuda que manda Europa le reparten los jefes del polisario por malí y Mauritania y los pobres refugiados pasan hambre frío y mal trato de los mandos del polesario
El campo de refugiados existe poque Argelia y Rusia quieren, es la guerra fría entre Rusia y EEUU, Rusia quiere una ventana mirando al Atlántico y los Aliados no la dejan, Argelia es muy rica en hidrocarburos, que ayude a estos refugiados, ya que están en su territorio, este conflicto nunca tendrá fin, y los refugiados lo están pagando, mientras sus líderes están llevando una buena vida fuera del campamento.
Siempre Argelia ayudando primero hay que documentarse y después opinarse... y porque tu no Ayudas si ves el motivo fuera de Argelia??