We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Brasil
“Nós, Mulheres da Periferia”, un proyecto periodístico de São Paulo
La periodista Lívia Lima preparaba un sábado la comida en su casa de la zona este de São Paulo, Brasil. Con una lata de cerveza en la mano, Lívia también estaba pendiente de la lavadora y participaba en una reunión para cumplir un desafío: expresar con palabras qué significa ser una mujer de la periferia.
Era diciembre de 2013. Lívia recibía a un grupo de amigas, también periodistas y residentes de las periferias, en el patio de su casa. De experiencia en experiencia se creó uno de los primeros textos del colectivo, llamado cariñosamente “Manifiesto”.
“Somos las que vamos al centro médico a por medicamentos y para programar cita para dentro de cinco meses. Somos las que recogen firmas para exigir guarderías. Somos quienes trabajan juntas en la obra y hacemos la comida. Somos quienes denunciamos que la vecina sea maltratada por su marido. Somos amor, perdón, paciencia, dulzura, fortaleza. Somos esperanza. ¡Somos Nosotras, mujeres de la periferia!”.
Cada vez que ese texto se leía en algún evento, las personas se emocionaban, aplaudían. Lloraban las integrantes del colectivo leyendo y la multitud escuchando, sin imaginar cómo surgió todo eso.
Tres meses después de aquel encuentro en la casa de Lívia, el 8 de marzo de 2014, se lanzó el colectivo Nosotras, Mujeres de la Periferia. Primero, como una página en Facebook. Después, como una web.
Somos las que recogen firmas para exigir guarderías. Somos quienes trabajan juntas en la obra y hacemos la comida. Somos quienes denunciamos que la vecina sea maltratada por su marido
Dos años antes, en marzo del 2012, cinco periodistas de la periferia habían publicado un artículo en el diario Folha de São Paulo sobre qué era ser una mujer en la periferia. Ellas eran parte de un blog que buscaba noticias en las áreas pobres de la ciudad. Este blog dio origen a la Agência Mural.
“Somos negras, blancas, jóvenes, ancianas, madres de otras niñas. Nos gusta la fotografía, la danza, el funk, el teatro. En la entrevista de empleo, el sitio donde vivimos da vergüenza. En la happy hour, es normal escuchar: “¿A esa hora los coches pueden entrar? Es una hora peligrosa. ¿Quieres dormir en mi casa?”. Trabajamos cerca, trabajamos lejos, conducimos coches, usamos el autobús. Somos muchas, diferentes historias, el mismo lugar. Es imposible reducirnos a un estereotipo”, decía el artículo.
“Fue una oportunidad interesante poder escribir y no generar conflictos. Escribimos nuestras percepciones sobre qué era ser mujer de la periferia”, recuerda la periodista Bianca Pedrina, de 34 años, una de las autoras del texto. “Lo mejor vino después”, explica. “Entendemos que había un vacío de información cuando se hablaba de mujer y periferia, sobre todo con el enfoque que las personan tienen sobre género, raza y clase”.
Cuando las autoras se encontraron con la repercusión de este artículo, pasaron a crear un proyecto para producir artículos y reportajes sobre la vida de estas mujeres.
Trabajamos cerca, trabajamos lejos, conducimos coches, usamos el autobús. Somos muchas, diferentes historias, el mismo lugar. Es imposible reducirnos a un estereotipo
La desigualdad se manifiesta en las estadísticas sobre género en el país. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), los hombres dedican 10,5 horas a la semana al cuidado de la casa y de los niños, mientras que las mujeres dedican 18,1 horas. De conformidad con la investigación, el rendimiento medio mensual en Brasil es R$ 2.306 para hombres y R$ 1.764 para mujeres.
Comienzo
El grupo comenzó con ocho periodistas y una diseñadora, todas residentes en los barrios de la periferia del municipio de São Paulo y de las ciudades cercanas.
El primer reportaje de la web fue un especial sobre la vivienda. Después escribieron sobre el trabajo doméstico y sobre la vida de las mujeres negras.
En 2015, el colectivo obtuvo una subvención pública para la realización del proyecto “Destruyendo Estereotipos: yo, mujer de la periferia, en los medios de comunicación”. A lo largo de tres meses, proporcionaron locales a las mujeres de la periferia para que hablaran y debatieran sobre cómo veían su propia imagen reflejada en los medios.
Más de cien mujeres, entre 17 y 92 años, participaron en los debates, ejercicios de retrato y autorretrato, con lienzos de pintura y cámaras de fotos. “En ese momento estaba deprimida y gracias a los momentos juntas, conseguí liberarme, contar mis experiencias, expresar mis sentimientos. Vemos que podemos con todo, nos empoderamos, nos volvemos guerreras con voluntad de crecer y luchar contra los prejuicios, la violencia y tantas otras adversidades que nos amenazan”, comenta Estefania Félix, de 53 años, una de las participantes.
Las integrantes compaginan el proyecto con sus trabajos cotidianos. “Vivimos mucho viajando, trabajamos en el centro, vivimos en barrios de la periferia”, explica Bianca. “Estamos poco en la zona. Fue importante vivirlo con las mujeres más mayores, y no sólo accediendo a internet, y oírlas debatir cosas importantes, dejando que ellas hablaran sobre qué es ser mujer de la periferia y cómo se ven retratadas en los medios”, continúa.
Como parte del mismo proyecto, se hicieron nueve entrevistas más extensas a residentes de las periferias. En la mayoría de las conversaciones estaban presentes los desafíos de lidiar con una sociedad desigual, racista y machista, pero al mismo tiempo encontrar la fuerza, la irreverencia y luchar para mantener la supervivencia en este lugar.
“No fuimos allí para imponer cómo ellas debían ser vistas. A menudo escuchamos cosas que no creíamos que fuésemos a oír, como la reproducción de machismos, pero también nos dimos cuenta que muchas lograron una mejora de su condición de mujer y residente de la periferia, pues el simple hecho de ser mujer y el lugar donde ellas viven, dicta mucho sus vidas” cuenta Bianca.
“Al menos en los locales se podían reunir, porque a la hora de lavar, planchar, de la jornada triple, no era posible verse”.
Este proyecto finalizó a finales del 2015 con la realización de la exposición multimedia Quem Somos [Por Nós], en noviembre, en el barrio de la Cachoeirinha, en la zona norte de São Paulo.
La exposición contaba con material producido por las participantes de los talleres: autorretratos pintados en tela, retratos hechos con cámara fotográficas, carteles e instalaciones con relatos de las mujeres durante los talleres y pequeños videos con fragmentos de las nueve entrevistas individuales y que se podían ver en pantallas.
Nós, Carolinas
En 2016, el colectivo accedió a otra convocatoria pública y obtuvo una subvención para la realización del documental Nós, Carolinas, con cuatro de las nueve mujeres entrevistadas en el proyecto anterior. El trabajo dio origen a un cortometraje en el que cuatro mujeres de barrios y edades diferentes hablan sobre sus experiencias en la vida y de temas como el racismo, la soledad, la maternidad y la autoestima.
Según el Mapa de la violencia del 2015, organizado con el apoyo de la ONU, entre 2003 y 2013 hubo un aumento del 54 por ciento en el número de asesinatos de mujeres negras. En el mismo periodo, la tasa de homicidios de mujeres blancas bajó al 9,8 por ciento.
“El haber participado me ayudó a ver mejor la cuestión de cómo nos vemos. Estamos acostumbradas a nacer, crecer, trabajar y vivir sin prestarnos atención. Ya pasé por esa fase”, cuenta la auxiliar de educación Tarcila Pinheiro, de 33 años, una de las entrevistadas.
“Me di cuenta de que mi historia no era única. Una madre soltera que busca mejorar a través del estudio, el trabajo, cuidar de los hijos, conciliar todo. Tomar conciencia de lo dura que es nuestra vida diaria, intentar hacer cualquier cosa es un acto de esfuerzo muy grande”, explica Tarcila.
El nombre “Nosotras, Carolinas” surgió de dos homenajeadas: la primera, llamada cariñosamente Doña Carolina. La segunda fue la escritora Carolina Maria de Jesús, residente de la antigua favela de Canindé, en la zona norte de São Paulo, que después de mucha insistencia consiguió transformar sus escritos sobre lo cotidiano en las favelas en el libro “Quarto de Despejo - O Diário de uma Faveleda”, publicado en 1960.
Lívia Lima recuerda con cariño aquel proceso. “Desde los locales, nos involucramos con las mujeres y sus historias, y creamos lazos afectivos. Conseguimos un cambio muy grande en mujeres jóvenes y mayores, hombres, profesores, educadores, comunicadores”, dice.
El documental se estrenó en 2017, de nuevo un 8 de marzo, marcando el Día Internacional de la Mujer. Estuvo en cartelera en diferentes regiones de São Paulo, sobre todo en barrios de la periferia. Después, el documental se exhibió en diferentes espacios, debates y reuniones. Se puede ver aquí.
Derechos humanos
En 2018, el colectivo ganó un concurso de periodismo de investigación y Derechos Humanos para hacer un reportaje sobre la atención ginecológica recibida por las mujeres de la periferia en el SUS, el servicio público de salud de Brasil, y que se espera finalizar en el segundo semestre del año.
“Estamos recorriendo más nuestras zonas, entendiendo esa realidad, que es de nuestras madres, y no sólo de nosotras, porque muchas de nosotras tenemos convenio”, dice Bianca Pedrina, integrante de Nós.
Los resultados buscan entender la razón de los fallos del servicio, reconocido por largas colas y espera de meses para las consultas. “Hay una tendencia de precariedad para que las personas vayan cada vez más a lo privado, paguen y la salud se convierta en un producto”.
........
Aline Kátia Melo forma parte de la Agência Mural de Jornalismo das Periferias. La producción de Nós, Mulheres da Periferia se puede consultar en su web y en la página de Facebook del proyecto.
Artículo traducido por Susana Pérez Gimeno.
........
¡La revista Pueblos se despide!
Cerramos a partir de octubre. Estamos preparando un número muy especial, con artículos inéditos y también textos e imágenes publicados desde 1995. Si quieres participar, ¡escríbenos!
Más información: https://bit.ly/2PKUOPM