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Derecho al agua
Crisis civilizatoria desata reyertas en territorios ancestrales de El Salvador
El país El Salvador, es parte de la porción del Continente americano llamada Centroamérica, ubicada en el hemisferio norte, al sur de México y Guatemala. Constituye uno de los países que será más afectado por los efectos del Cambio Climático Extremo que padece el planeta Tierra. Estamos frente al periodo más devastador conocido en los últimos 400 mil años[1].
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), a través de un reporte de 2021 señala que la temperatura promedio anual aumentó más de 1.3 ºC en las últimas seis décadas y que los escenarios climáticos apuntan a aumentos de entre 2 ºC y 3 ºC adicionales. A nivel planetario, antes de llegar al año 2100, unas 410 millones de personas residentes en ciudades tendrán sequías fatales.
El maíz, uno de los 5 principales cultivos a escala global, y grano de carácter supremo para culturas milenarias mesoamericanas, (y otras)[2], desaparecerá en 24% para 2030. Y la tendencia no se detendrá, según lo reportó en 2021 la Oficina de Asuntos Espaciales de EUA (NASA, en inglés)[3].
En efecto, la humanidad es capaz de lanzarse al espacio y de crear tejidos orgánicos vivos en laboratorios, y a la vez se enrumba a su extinción y la de todas las formas de vida que conocemos.
La Gran Aceleración[4] es el aumento sin precedentes del consumo de masas, el desborde demográfico, el excesivo consumo energético fósil que propicia a su vez un desarrollo económico irracional, la tendencia de extracción y expoliación de los territorios que redunda en la violencia frontal contra la vida, los cuerpos que los habitan y los símbolos y sentidos que esa realidad material crean. Para 2030, los incendios extremos aumentarán hasta un 14%, un 30% para finales de 2050 y un 50% para finales de siglo[5]. El Continente Americano, tierra en plena madurez o Abya Yala, según la cultura Aymara[6], más bien sufre y se encamina a su ocaso.
El caso de El Salvador. El Agua ya no corre.
Un país donde llueve casi tres veces más que el promedio mundial[7] (Según el Banco Mundial el país ocupa la posición 41 de 189 naciones[8]), tiene al mismo tiempo la disponibilidad de agua más baja por habitante de todo el Continente de América[9]. La gravedad, esa fuerza invisible que lanza todo hacia el suelo, se ha detenido para más de un cuarto de la población salvadoreña. El 20% es la proporción de hogares sin acceso diario a agua por cañería en el hogar en el país[10].
Y el escenario podría ser incluso peor.
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) reportó que los acuíferos en El Salvador han disminuido alrededor de 4 metros (13 pies)[11], y más de 95% de las fuentes de agua del país están contaminadas de manera que no se consume sin tratamiento[12]. En El Salvador estudios alertan que para el año 2100, la precipitación disminuirá entre 18 % y 40 %[13] y el crecimiento del nivel del mar podrá, en el mediano plazo, adentrarse entre el 10% y el 28% de las tierras costero marinas.
Ante esta situación preocupante, en diciembre de 2021 se aprobó en la Asamblea Legislativa la Ley General de Recursos Hídricos que ha sido fuertemente criticada por organizaciones ambientalistas y de derechos humanos en El Salvador que estudian la crisis hídrica del país[14]. En efecto, en lugar de contribuir a las soluciones de la crisis hidrosocial en el país, seguramente esta tenderá a complejizarse. Indigna que la nueva ley permita la explotación irrestricta de fuentes de agua hasta por 30 años a usuarios que usan más de 300 mil metros cúbicos al año, sin necesidad de contar análisis del inventario y balance hídricos. Preocupa, además, el nuevo precio que se pagará por el uso del agua en El Salvador, más aún porque a la fecha no existe información sobre los detalles necesarios para tener claridad del monto a pagar en concepto del canon. Más de 2 mil comunidades, que se abastecen del vital líquido a través de sistemas autogestionados, se enfrentan a un escenario de desafíos tecnológicos, institucionales, jurídicos y económicos sin precedentes.
En El Salvador las denominadas Juntas de Agua surgieron a mediados de los años 90 en un contexto de posguerra con enormes demandas de reconstrucción e infraestructura para servicios básicos en todo el país, principalmente zonas rurales y periurbanas. Los sistemas comunitarios de abastecimiento de agua potable suplen un servicio donde el Estado no llega. La política pública está en función de grandes negocios, como de la minería de criptoactivos, monocultivos, actividades mineras, viviendas de lujo, etc., no tanto en el agua de la mayoría de la población.
El territorio indígena y la búsqueda de la autonomía
En Sonsonate estaban registradas la mayor cantidad de tierras ejidales[15] y cofradales de uso comunitario. Así se denominaron las tierras que aún quedaron en mano de las poblaciones indígenas. La porción más grande de tierra, no obstante, pasó a terratenientes y ladinos, generando una enorme y violenta desigualdad. No es casual que el departamento de Sonsonate sea conocido como el epicentro del levantamiento indígena que culminó con varias decenas de miles de personas asesinadas o desaparecidas en el año 193215. Las y los herederos de las tierras ancestrales, que aprendieron del equilibrio vital y espiritual de la naturaleza fueron declarados “enemigos” del Estado y con ello se censuró su cosmogonía y conocimiento. En la actualidad, de los 262 municipios en los que se divide El Salvador, Sonsonate es uno de los tres departamentos más violentos[16] y su territorio es el único con niveles de estrés hídrico declarados; la mayoría de gente vive en zonas rurales y contiene concentraciones de población indígena que no tienen otros departamentos.
Una sentencia de la Cámara Ambiental de San Salvador[17], donde se ventilan demandas contra el Estado salvadoreño, aseveró que la instalación de una octava hidroeléctrica sobre el Sensunapan afectaría de manera significativa e irreversible el caudal del río y el patrimonio tangible e intangible de comunidades indígenas en Sonsonate. Al menos 12 sitios sagrados o encantados y de memoria de los pueblos Nahua en los cantones Sisimitepet y Pushtan en Nahuizalco podrían destruirse, desapareciendo consigo el saber de comunidades[18] que ahí habitaron hace 1500 años (700 D.C).
En la actualidad múltiples conflictos socioambientales han sido registrados en la zona. La cuenca hidrográfica Sensunapan Banderas y el sistema cosmogónico que la reviste en términos culturales y de identidad cuenta con múltiples denuncias por violaciones a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de poblaciones vulnerables y ecodependientes[19]. Según los balances del Sistema de Explotación que reporta el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN, 2019), el indicador de estrés hídrico es 0.65, que implica una situación donde el nivel de diferencia entre la demanda y la oferta de agua es alto. Hay siete centrales hidroeléctricas que han afectado negativamente el cauce del Sensunapan y con ello el valor cultural-patrimonial, las posibilidades de pesca, los espacios de recreación y el favorable clima que el ecosistema del río aseguraba.
Comunidades de Nahuizalco se han opuesto a la instalación de proyectos hidroeléctricos . A la fecha, el Estado salvadoreño ha concedido permisos de explotación hidroeléctrica a 7 centrales en el cauce del río Sensunapan. De ellas, 4 tienen permiso ambiental y otras tres están en proceso de evaluación, no obstante, se encuentran funcionando. Desde hace 18 años, comunidades y organizaciones indígenas de Nahuizalco han logrado detener la instalación de una octava central hidroeléctrica en la zona. La consigna es “La Octava no va” y la abandera el Comité Indígena para la Defensa de los Bienes Naturales de Nahuizalco que ha obtenido durante 2008, 2020 y 2021 pronunciamientos a su favor por parte del Tribunal Latinoamericano del Agua, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos humanos, y han ganado dos premios a nivel nacional por la labor de defensa ambiental y cultural. También en 2021 obtuvieron medidas de protección sobre el referido cuerpo de agua otorgadas por una instancia judicial.
Es por esta orden judicial que el Ministerio de Cultura de El Salvador está mandado a impulsar política pública que reconozca y proteja el patrimonio tangible e intangible de los Pueblos Indígenas y de las y los salvadoreños. En esta misma sentencia el MARN recibe el mandato de no otorgar permiso de funcionamiento a la Pequeña Central Hidroeléctrica Nuevo Nahuizalco II, la octava. Con ello se evitaría que cerca de cuatro kilómetros de río no corran la suerte de al menos cinco tramos donde el río ha sido desviado o totalmente secado. La Cámara Ambiental, dictaminó en una inspección hecha en marzo de 2022[20] que lugares considerados sagrados por los Pueblos Indígenas como el Cital Panisca, el Remolino o Caracol ya han sido impactados gravemente por la presencia de hidroeléctricas al afectar el caudal en varias centenas de metros en los alrededores de cada sitio.
Por ello, en la lucha por el Sensunapan, en cuanto a gestión de derechos en materia ambiental y cultural, se dibuja un futuro insospechado. A la fecha, las instancias judiciales en mención han extendido en tres ocasiones las medidas temporales de protección sobre los sitios sagrados y los ecosistemas amenazados por la octava hidroeléctrica. Ahora el Estado salvadoreño tiene disponible hasta octubre de 2022 para cumplir lo pendiente: El MARN debe desestimar y detener cualquier solicitud ambiental de proyectos hidroeléctricos; junto con las alcaldías de Nahuizalco, Sonzacate y Sonsonate debe asegurar una actualización de la política de gestión de desechos sólidos. El Ministerio de Cultura debe asegurar la declaratoria de bienes culturales de los sitios sagrados o de memoria de las comunidades de Pushtan y Sisimitepet. Después de 18 años aún siguen resistiendo y con ello iluminando con fuerza una nueva estrategia de lucha: la defensa del patrimonio indígena, desde donde lo natural y lo cultural representan una sola unidad de sentido biocultural.
La mirada hacia el futuro se alimenta del pasado para hacer real la posibilidad de abandonar la visión errática, superficial y violenta en la cuenca del río para recuperar los saberes ancestrales y el equilibrio sagrado de todos los sistemas o tejidos simbólicos y ecológicos. La construcción de poder popular y agencia frente a las amenazas a la vida por el extractivismo son los viejos caminos que recorren defensoras y defensores del Sensunapan hacia la esperanza de abrazar la cosmogonía y la identidad perdidas. Será la única manera de estrechar una nueva relación con la madre tierra, y con ello la posibilidad de perpetuar la vida en esta sufriente porción de La Tierra. El Ecocidio y la pérdida total de la identidad indígena en El Salvador son evitables.
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[1]En los últimos 40.000 años por lo menos el ser humano ha influido cada vez más en el medio ambiente, contribuyendo por ejemplo a la desaparición de la megafauna americana y australiana. Algunos científicos se pronuncian por llamarle Antropoceno de larga duración, dividido en épocas como la industrialización capitalista (1850-1950) y la gran aceleración. La mayoría de ellos reconocen, no obstante, que es necesario dejar de lado, de una vez por todas, toda visión lineal y determinista del tiempo histórico.
[2] Olmecas, Toltecas, Mexicas, Mayas, entre otros, comparten una herencia tremendamente estudiada por la antropología latinoamericana. Como ejemplo de referencia puede leerse a Paul Kirchhof y Ruben Morante en El universo mesoamericano. Conceptos integradores
[3]Un estudio de la NASA predice impactos del cambio climático global en los cultivos en 10 años. Disponible en: https://www.nasa.gov/feature/esnt/2021/un-estudio-de-la-nasa-predice-impactos-del-cambio-clim-tico-global-en-los-cultivos-en-10-a
[4] Concepto de autores que también han desarrollado teoría en torno al Antropoceno, Capitaloceno y el Occidentaloceno.
[5] Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y GRID-Arendal. Disponible en: https://www.grida.no/publications/769
[6] La cultura Aymara se extiende en cuatro países de Suramerica: Perú, Bolivia, Chile, Argentina y según censos la constituyen 16 millones de personas.
[7] Ibarra, Campos y Rivera en https://www.unes.org.sv/wp-content/uploads/2017/01/Propuestas-politica-nacional-hidrica.pdf y también según Datos del Banco Mundial disponibles en: https://www.indexmundi.com/es/datos/indicadores/AG.LND.PRCP.MM/rankings
[8] Promedio detallado de precipitaciones (mm anuales) - Ranking de países disponible en: https://www.indexmundi.com/es/datos/indicadores/AG.LND.PRCP.MM/rankings
[9] Información del Observatorio para América Latina y El Caribe de Agua y Saneamiento: https://www.olasdata.org/es/el-salvador/
[10] Encuesta de Hogares para Propósitos Múltiples de la DIGESTYC, 2020. Disponible en: www.digestyc.gob.sv/index.php/temas/des/ehpm/publicaciones-ehpm.html?download=788%3Apublicacion-ehpm-2020
[11] Birley, Rachel, Revista Panoramas de la Universidad de Pittsburg, disponible en: https://www.panoramas.pitt.edu/health-and-society/environmental-issues-el-salvador
[12] Informe de calidad del agua de los ríos en El Salvador: https://cidoc.marn.gob.sv/download/informe-de-calidad-de-agua-de-los-rios-de-el-salvador-ano-2020/?wpdmdl=9140&refresh=62a358c6273ec1654872262
[13] El Salvador. Efectos del Cambio Climático sobre la Agricultura de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Sede Subregional en México https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/25919/1/lcmexl969.pdf
[14] Asamblea Legislativa aprueba Ley General de Recursos Hídricos. https://www.asamblea.gob.sv/node/11857
[15] Montes, Segundo (1993). Evolución de la tenencia de la tierra en El Salvador. En Sociología latinoamericana: (sociología II) (pp. 431-440). San Salvador, El Salvador: Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
[16] Observatorio de la violencia ORMUSA. Disponible en: https://observatoriodeviolenciaormusa.org/focos-de-inseguridad/
[17] Mujeres indígenas piden prorrogar medidas cautelares para el río Sensunapán. Periódico La Prensa Gráfica https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Mujeres-indigenas-piden-prorrogar-medidas-cautelares-para-el-rio-Sensunapan-20211129-0081.html
[18]14 Cámara Reitera prohibición de construir proyecto hidroeléctrico en el río Sensunapan https://gatoencerrado.news/2022/02/04/camara-reitera-prohibicion-de-construir-proyecto-hidroelectrico-en-el-rio-sensunapan/
15 Línea Base UNES (2021) en el marco del proyecto “Gestión Sustentable de los recursos naturales en la región hidrográfica Sensunapan Banderas” por H. Díaz .
[19] UNES (2021) Diagnóstico de Conflictividad Socioambiental en la región hidrográfica Sensunapan Banderas.
[20] Expediente de Medidas Cautelares en la Cámara Ambiental de Segunda Instancia de San Salvador (Ref. 01-2021-MC-Amb (4)