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Rap
Portavoz: “La Constitución de Pinochet convenía únicamente a las minorías que ostentan el poder, y eso les permitía manejar el país según sus intereses”
Agosto de 2011. Como cada día desde hace meses, el centro de Santiago de Chile es una olla a presión. Cientos de miles de estudiantes marchan contra el primer gobierno de Sebastián Piñera por una educación pública de calidad, cuestionando el modelo socioeconómico consignado en el país desde la constitución de 1980 y perpetuado durante la dictadura militar a través de décadas de terror, olvido e impunidad.
Entre cacerolas y pancartas, Jorge Ferrer Millanao (Santiago de Chile, 1987) es uno más de los jóvenes que rebosan el asfalto capitalino y que ha decidido erigirse como Portavoz de la multitud frente a la desigualdad crónica impuesta por obra y gracia de aquellos eruditos de Chicago. Una instantánea de aquel momento en la que un joven grita puño en alto frente a una ristra de carabineros protegidos con escudos presidirá, meses más tarde, la portada de su Escribo Rap con R de Revolución, uno de los proyectos musicales más reveladores y proféticos en la historia nacional desde la maltrecha nueva canción chilena.
“Vengo del Chile del Víctor Jara y la Violeta Parra, los hermanos Vergara, el Cisarro y el Zafrada. El Chile de los 33 mineros atrapados que casi murieron por culpa de negreros empresarios”
Diez años después, nos reunimos con él en La Alameda para recorrer el proceso histórico en el que su país está inmerso desde entonces: un estallido social, la pandemia del covid19, un nuevo mandato presidencial en La Moneda nacido al calor del ‘reventón social’ y con un proceso de renovación constitucional en marcha que será finalmente votado el próximo 4 de septiembre. El mundo mira atento a Chile.
Chile
América Latina revuelta Qué se juega Chile el 4 de septiembre con el plebiscito de nueva Constitución
¿Por qué es tan importante el estudiantado chileno para comprender todo lo que ha venido ocurriendo aquí en estos años?
Tanto en Chile como en otras partes del mundo, los estudiantes representan el movimiento de vanguardia en lo que a luchas sociales se refiere. Son chicos y chicas de clases y barrios populares que viven de primera mano la precarización de la vida y el endeudamiento perpetuo con las corporaciones bancarias para poder formarse. El hecho de haber nacido sin las ataduras de la dictadura los hace también sumamente rebeldes y valientes. En octubre de 2019, por ejemplo, fueron ellos los que dieron el empujón definitivo a las protestas, saltándose los torniquetes del metro frente a las alzas en las tarifas.
Cuestionar el acceso a la educación representa indudablemente una crítica transversal a este modelo que convierte todas nuestras aspiraciones en mercancía
Yo vengo de ahí, de la ‘revolución pingüina’ de 2006, donde ya nos manifestábamos para que la educación se considerara un derecho fundamental y no un bien de consumo, pero también del movimiento de pobladores por la vivienda digna y de la Asamblea Territorial local de mi comuna, Conchalí. En este caso, cuestionar el acceso a la educación representa indudablemente una crítica transversal a este modelo que convierte todas nuestras aspiraciones en mercancía.
Tu canción “El otro Chile” ha trascendido fronteras y es considerada una de las bandas sonoras del estallido. En plataformas digitales acumula más de 40 millones de reproducciones, muchas de ellas durante las primeras semanas de movilizaciones.
Esta nueva escuela de raperos le debemos mucho a internet en cuanto a difusión de nuestra música se refiere. Me llegan mensajes de Palestina, Perú, Guinea Ecuatorial, Bolivia, Australia… lo cual es siempre muy bonito y hace que tu profesión cobre sentido. Pero creo que hay que tener cuidado con la idolatría. Yo mismo admiro a otros muchos artistas y líderes sociales, pero eso puede hacer que te idealicen y uno no es perfecto.
“Mata a tu ídolo” parece precisamente una respuesta a esto.
Así es. “Mata a tu ídolo y confía en tus vecinos. Mata a tu ídolo y confía en ti mismo. Mata a tu ídolo y confía en tus amigos” [rapea].
La confianza y el respeto entre iguales es fundamental para salir adelante. Volviendo al movimiento estudiantil, yo aprendí que todos representábamos ese otro chile que compartía anhelos históricos y nos chocábamos siempre con los mismos obstáculos. La organización asamblearia de los movimientos sociales permite generar un espacio horizontal donde todas las opiniones cuentan.
¿Al pueblo ya no le asusta la revolución?
La realidad es que, en 2019, por la participación ciudadana tan masiva en las marchas, había una sensación generalizada de que algo evidente en cuanto a transformación social iba a pasar. En ese momento, lo que la mayoría quería era una asamblea constituyente que modificara con carácter inmediato la Constitución y por ende, este sistema neoliberal. Sin embargo, los procesos políticos no son tan rápidos como uno quisiera.
Pero ese es el objetivo que se persigue ahora con la Convención Constitucional, ¿no?
Lo bueno de la Convención es el grado tan alto de representatividad social que ha adquirido. Desde Arica a Punta Arenas hay constituyentes que pretenden abandonar el centralismo y los preceptos bajo los que siempre se ha regido Chile.
En varias ocasiones te hemos visto defender públicamente el “Apruebo” en el plebiscito del próximo 4 de septiembre.
Le tengo mucha fe a este proceso porque es histórico el trabajo que se está haciendo. Yo sé que los medios de comunicación en manos de los grandes grupos económicos están tratando de boicotearlo desinformando a la gente. La Constitución de Pinochet convenía únicamente a las minorías que ostentan el poder, y eso les permitía manejar el país según sus intereses. Por eso hago campaña por el “Apruebo”. Creo que es el espacio más democrático desde hace mucho que hemos tenido en Chile en términos políticos.
Desde que Gabriel Boric asumió el cargo de presidente de la República en marzo de 2022, los desafíos a los que ha tenido que hacer frente han sido enormes. El mandatario más joven de América Latina ha heredado un país polarizado donde el aumento en el costo de la vida y el consiguiente endeudamiento, la crisis migratoria en el norte o el conflicto en la Araucanía en el sur del país no han cesado. Y las secuelas del estallido aún siguen latentes: según datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), solo durante el periodo entre octubre de 2019 y marzo 2020 se contabilizaron más de 3.000 violaciones a los derechos humanos, 460 heridos oculares y 34 personas fallecidas. En esas semanas de revuelta se estima que el cuerpo de Carabineros disparó 193.000 cartuchos lacrimógenos y lanzó más de 45.000 granadas químicas. Las imágenes de los saqueos y disturbios donde estaciones de metro, edificios e iglesias fueron incendiadas recorrieron todo el mundo, proyectando la imagen de un país en descontrol.
El gran reto que enfrenta ahora la nueva Administración es recuperar la confianza de una sociedad chilena desencantada con el rol histórico de la clase dirigente política. El hecho de ser un mandatario proveniente de los movimientos sociales —en 2012 fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile— le presupone una conexión con la realidad del ciudadano de a pie que lo diferencia de sus predecesores.
Durante un concierto reciente levantaste un cartel que rezaba “Fuera Yáñez” —Ricardo Yáñez es desde 2020 General director de Carabineros de Chile, máxima autoridad de dicha fuerza policial—. También te pudimos ver en el último cierre de campaña de Boric actuando junto a Los Vásquez o Ana Tijoux. ¿Qué valoración haces de estos meses de nueva Administración?
Me gustaría que Boric se pusiera más tajante con el cumplimiento de las demandas populares, y no le diera tanta importancia a los intereses del gran empresariado y a la derecha. A menudo parece como si tratara de quedar bien con todos, pero si se pretende llevar a cabo cambios estructurales y profundos en el país debes saber que obviamente habrá un grupo que tratará de impedirlo articulando para ello toda su maquinaria.
Trato de mirar al futuro con optimismo, ya que nunca habíamos tenido una oportunidad como esta para garantizar derechos donde la mayoría gane
El caso de Carabineros es paradigmático: en su campaña había prometido hasta la saciedad que reformaría la institución, ya que se trataba de un organismo que había violado histórica y sistemáticamente los derechos humanos, y por ahora no ha sido así. Además, el estado de excepción en Wallmapu sigue vigente. Todo esto obviamente ha generado descontento y esperemos que con el avance de la Convención Constitucional se ponga más en sintonía con el sentir de la ciudadanía que lo eligió. Trato de mirar al futuro con optimismo, ya que nunca habíamos tenido una oportunidad como esta para garantizar derechos donde la mayoría gane.
Desde España siempre se nos vendió Chile como “la excepción latinoamericana”, un “oasis económico” por el supuesto éxito de un modelo que contrastaba con el de sus países vecinos. Incluso Piñera dijo una vez que eran “el Jaguar de Latinoamérica”. ¿Por qué crees que se ha tardado tanto en despertar?
El legado neoliberal de la dictadura lo recogió la Concertación —coalición de partidos de izquierda, centroizquierda y centro que gobernó Chile durante cuatro administraciones (1990-2010) y durante el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet (2014-2018)—. Se vendían como democráticos, pero la voluntad por cambiar el modelo socioeconómico y político nunca existió. Todos los agentes comunicacionales nos vendían las bondades del mercado, invisibilizando lo que de verdad representaba la privatización de los derechos fundamentales como la educación, la sanidad o el agua, en términos de perjuicios a las clases más desfavorecidas y la concentración desmedida de riqueza.
El pánico total que había impuesto la dictadura, la memoria trágica que tenían nuestras familias de aquel tiempo junto a la poderosa dominación cultural e ideológica —conocido como el ‘gran apagón cultural’— a la que nos sometieron nos mantuvo adormilados y resignados mucho tiempo. El cambio viene por las nuevas generaciones que han crecido desvinculados de esa tradición represora y ha permitido que el pueblo al unísono dijera basta.
¿Crees que hay miedo en Chile a que pueda ocurrir algo similar con la izquierda en España en donde se han terminado desinflando las esperanzas de transformación que generó todo lo derivado del movimiento 15M?
Siempre existe la posibilidad de que el nuevo gobierno de Boric acabe aburguesándose o “concertanizándose”. Por eso creo que el actor fundamental de estos años tiene que ser el conjunto del movimiento social, el cual está en todo su derecho de pedir más a Boric, ya que su llegada al poder es la consecuencia política directa de las grandes protestas que llevó a cabo la gente. De su gobierno espero cercanía y comprensión con las demandas populares, que articulen su mandato en torno a ellas poniendo siempre nuestros intereses por delante.
La libertad de los presos políticos encarcelados durante el estallido es algo que su administración debe abordar con más sensibilidad. No están ahí por cometer un delito, sino que estaban, como otros millones de personas, luchando por un país más justo.