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Policía
Fabien Jobard: “La abolición de la policía no es ninguna utopía”
![Fabien Jobard](/uploads/fotos/r2000/3eb4d52a/Fabien_JOBARD-17_11_2021%20copia.jpg?v=63906659532)
No hay ninguna instancia dentro de los Estados modernos que genere las mismas emociones que la policía. Alabados por parte del conservadurismo como garantes de que “los malos” se llevan lo suyo —jarabe de porra— y detestados por cientos de jóvenes y no tan jóvenes que lucen orgullosos sus camisetas con el acrónimo ACAB, los policías de las sociedades europeas se presentan a sí mismos como la primera línea de defensa contra el caos.
El director de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique Fabien Jobard (París, 1971) es una de las personas europeas que más saben de policías, modelos policiales, de las obsesiones de los agentes y de su encaje —a veces difícil— en sociedades que, en su mayoría, les valora y les teme a partes iguales. Ahora presenta en España el cómic Policía global (Garbuix Books, 2025), dibujado por Florent Calvez y traducido por Montserrat Terrones, en el que da a conocer la historia de los cuerpos policiales modernos, pero también las alternativas —no necesariamente menos brutales— que existieron y existen en el mundo para llevar a cabo el mandato de control social que hoy nuestras sociedades adjudican a estos hombres (y mujeres) armados.
El cómic comienza con un recuerdo de la represión policial de las manifestaciones de los últimos años en Francia. ¿Qué ha cambiado en la percepción que la sociedad francesa tiene de la policía en este tiempo?
En estos años, durante el movimiento de los Chalecos Amarillos, la policía aparecía en los titulares de las noticias casi todas las semanas. Fue un período de tiempo muy tenso. La confianza del público, el apoyo de la gente a la policía, sin duda se derrumbó. Y esto pasó solo unos años después de los ataques terroristas que tuvimos en París, que fue una época en la que, por el contrario, la confianza del público en la policía estaba en su punto más alto. Sin embargo, con carácter general, tenemos que decir tres cosas sobre la confianza pública en la policía: la primera es que no hay ninguna autoridad pública, ninguna agencia pública, que obtenga más apoyo y confianza que la policía. Si le preguntas a la gente si confía en los gobiernos, los parlamentos, los políticos, la justicia, los medios de comunicación, o los periodistas, la respuesta es que no lo hacen. Y en comparación con eso, la confianza del público francés con respecto a la policía es muy alta. Sin embargo, existe una cierta falta de legitimidad entre el público francés en comparación con la confianza de la sociedad que hay en Reino Unido o Alemania, donde la confianza pública en la policía es de alrededor del 90%. En Francia ronda el 70%. En tercer lugar, la policía es un tema divisivo.
¿En qué sentido?
Hay personas que siempre confiarán en la policía porque incluso piensan que la brutalidad policial es necesaria para mantener unida a la sociedad francesa. Y hay una minoría, de en torno a una quinta parte de la opinión pública francesa, que es muy crítica y que es muy consciente del uso de la fuerza por parte de la policía y del racismo de esos cuerpos. No hay ninguna sociedad de Europa occidental en la que los temas policiales sean tan candentes, tan problemáticos y que se discutan a diario como lo son en la sociedad francesa.
En todo el mundo, existe un fenómeno de mano dura como respuesta a la crisis económica desde 2008, esto ha llevado a un aumento de las expresiones de extrema derecha que abogan más o menos abiertamente por un mayor control social. ¿Cómo afecta esto a las fuerzas policiales?
Desde siempre, muchos agentes de policía en Francia han apoyado a estas organizaciones de extrema derecha. En la década de 1980, el apoyo al Frente Nacional por parte de los policías franceses ya era bastante alto. La cuestión en la actualidad es que el Frente Nacional, Reagrupación Nacional (RN) en este momento, es cada vez más un partido “normal”, uno como todos los demás, “atrápalotodo”. RN expresa algunos puntos de vista conservadores y palabras contundentes sobre la inmigración y contra el Islam, pero para mi pesar, eso no lo hace muy original, muy extravagante, ahora en Francia. Así que, de hecho, y teniendo en cuenta que Marine Le Pen reúne a un 25, 30 o puede que un 35% del voto en las primeras vueltas de las elecciones en Francia, la especificidad de las orientaciones o inclinaciones políticas de los agentes de policía no es tan relevante.
Literatura
Literatura Jérôme Leroy: “Son los hijos de antiguos comunistas, no sus padres, los que se convirtieron en fascistas”
¿Qué relación tienen los agentes de policía con la política?
Un punto muy importante, y lo señalamos en el cómic, es que los oficiales de policía no están muy interesados en la política. Ellos muestran un alto nivel de desconfianza hacia la política, hacia la ideología y, sobre todo, hacia los políticos. Aun así, siempre y cuando el gobierno satisfaga las demandas materiales de los sindicatos policiales —bueno, habrá personas que den voces—, tienen motivos para estar muy satisfechos con el régimen político de Francia. Las organizaciones policiales tienen turno de palabra en la constitución de un régimen político, eso marca una enorme diferencia.
![Policía Global 2](/uploads/fotos/r2000/500b8606/TRIPA_Polici%CC%81a%20global_ALTA_2%20copia.jpg?v=63906659658)
¿Vivimos en sociedades más inseguras?
Los asuntos acerca de la seguridad han sido un tema político importante en Francia desde la mitad de la década de los años 90. La reforma policial, la organización de su trabajo, formó parte del debate político desde entonces. Ahora, si haces la pregunta, ¿te sientes seguro o inseguro? La sensación de inseguridad está a un nivel alto en Francia, sin embargo, no ha empeorado desde finales de la década de 1970. El hecho es que la sociedad está marcada por dos aspectos: el primero es el terrorismo islámico —y también tienes el 11 de marzo en Madrid— pero en Francia el terrorismo islámico es un tema desde mediados de la década de 1980. En segundo lugar, hay una enorme segregación territorial en Francia.
25 personas, manifestantes o transeúntes, perdieron un ojo durante el movimiento de los chalecos amarillos a causa de 13.000 disparos con balas de goma
¿Cómo influye eso?
Los centros de las ciudades son muy ricos y las periferias de estas ciudades son pobres. En estos barrios, pobres y desfavorecidos, encontrarás principalmente jóvenes de ascendencia no francesa y colonial, lo que hace que la confrontación con la policía sea un aspecto muy delicado de la vida cotidiana allí. A veces, de vez en cuando, se producen enormes disturbios a gran escala en Francia, como los de 2023.Este fue un motín provocado por el disparo de un oficial de policía, que costó 850 millones de euros si sumas las destrucciones, los deterioros, los incendios, etc. De hecho, no conozco muy bien España, pero pasé ocho años en Alemania y puedo decir que, en comparación con Francia, en Alemania se vive en una sociedad muy pacífica.
En España también. ¿Hasta qué punto la militarización progresiva de ciertas fuerzas policiales, o al menos la sofisticación de sus equipos, ha cambiado la mentalidad de estos cuerpos?
En la primera mitad de la década de 1990, desde 1993 en adelante, la inseguridad se extendió en forma de disturbios, combates entre la policía y los jóvenes locales, etc. Comenzó a convertirse en un aspecto cotidiano de la discusión pública en Francia. En 1994, las balas de goma se introdujeron en las fuerzas policiales de Francia. Muy específicamente en ese momento, se introdujo en las brigadas de policía que se ocupan de la violencia juvenil en las banlieues de Francia. Y ahora, 30 años después, estos equipos, estas armas, están en manos de los oficiales de policía que se ocupan de las protestas públicas en el centro de nuestras ciudades. Como probablemente sepas, 25 personas, manifestantes o transeúntes, perdieron un ojo durante el movimiento de los chalecos amarillos a causa de 13.000 disparos con esta munición durante las manifestaciones políticas de esa época.
Francia
La mano dura de Macron, el príncipe progresista
Decenas de manifestantes han sido mutilados o heridos: cinco perdieron una mano, cuatro sufrieron contusiones en las partes genitales. Una represión inédita en Francia desde mayo del 68 que daña la imagen del presidente Macron
¿Cómo han cambiado los “enemigos” de la policía en estos tiempos?
Hice entrevistas con comisarios y otros jefes de policía que ejercían a mediados de los 90. Y cuando me hablaron de protestas públicas, me contaron sus batallitas de enfrentamientos contra la extrema derecha, contra la extrema izquierda, contra las protestas de personas extranjeras al comienzo de la Revolución Iraní, contra los movimientos sociales. Si haces, y yo lo hice, las mismas entrevistas con personas que ahora están a cargo de las comisarías de policía, las “buenas historias” que te contarán de sus primeros años en el servicio de policía son historias que están relacionadas con disturbios, violencia en la banlieue, enfrentamientos con jóvenes inmigrantes coloniales o incluso, ya sabes, jóvenes franceses con un legado colonial. Se olvidan por completo de los conflictos en torno a Mayo del 68, los conflictos sociales de la década de los 70, incluso de las protestas estudiantiles de los 80 y 90. Ahora su cultura profesional, 20 o 25 años más tarde, se caracteriza por la violencia juvenil. Y eso ha cambiado profundamente la forma en que ven la sociedad, la violencia en la sociedad y la legitimidad de la protesta. Esos dos ejemplos, las balas de goma y la cultura profesional, muestran que ha habido cambios masivos en la policía en Francia.
Artes gráficas
Gráfica rebelde: los carteles políticos del Mayo del 68 francés
Medio siglo después de las revueltas que pusieron en jaque a la Francia de Charles de Gaulle, los pósters del Mayo del 68 siguen manteniendo su vigor. Serigrafías que se diseñaron en talleres ocupados, impresas a un ritmo vertiginoso y producidas desde la más absoluta autogestión.
Al mismo tiempo, la vigilancia estricta y la capacidad de control a través de la tecnología han aumentado extraordinariamente en estos años. ¿Cómo cambia el paradigma de la acción policial?
En el cómic señalamos la forma en que se perciben estas tecnologías y cómo se están viendo en la rutina policial diaria y cotidiana. Las mujeres y los hombres jóvenes no se postulan a las organizaciones policiales para trabajar con computadoras y que los ordenadores y los algoritmos les digan lo que tienen que hacer. Los agentes de policía se enorgullecen de salir a la calle y trabajar con personas. Hablan constantemente sobre “sentir la situación”, y sobre el sexto sentido policial con respecto a lo que está sucediendo a su alrededor. Y este tipo de lectura acerca de la sociedad tiende a entrar en conflicto con la algoritmización de esa misma sociedad. Este es el primer aspecto. El segundo aspecto es que hablamos de lo que pueden hacer los algoritmos, pero nunca hablamos de los fracasos de, por ejemplo, los programas policiales predictivos en Los Ángeles o Nueva York, etc. Lo que podemos ver en Estados Unidos es que hay algunas compañías privadas han ganando mucho dinero, enormes cantidades de dinero, vendiendo algoritmos a las fuerzas policiales. Y después de algunos años, las fuerzas policiales no renovaron los contratos porque estas máquinas no cumplen su promesa predecir los actos delictivos. Incluso tienen dificultades para anticiparse a aglomeraciones y reuniones de gente con intención hostil. En lo que respecta al comportamiento individual, bueno, la base del trabajo policial sigue siendo sentarse en el automóvil, conducir por la ciudad, lo que ellos llaman quemar gasolina.
Las autoridades públicas, y esto tiene que ver con la radicalización de nuestras sociedades, han destinado más dinero a la policía, lo que significa menos dinero para los hospitales o las escuelas
El libro no aborda uno de los movimientos más importantes de la historia reciente de Estados Unidos, Defund the police. ¿Cómo interpretas su propuesta política?
Es un movimiento muy interesante. Los cómics tratan sobre la abolición de la policía. Una de mis principales intenciones en el libro era demostrar que la abolición de la policía no es ninguna utopía. Es una realidad, de hecho, en la mayor parte del mundo. Esa ha sido nuestra realidad en Europa hasta mediados del siglo XIX: es un hecho que las comunidades gestionan sus propios problemas sin depender de las autoridades estatales. Esa es nuestra historia. Ahora, Defund the police es un movimiento mucho más interesante. Considera un error convertir a la policía en la autoridad que está a cargo de todo, que se encarga de reprimir las protestas, hacer frente al terrorismo y prevenir la violencia, obviando el hecho de que prevenir la violencia ha sido durante mucho tiempo una tarea de los trabajadores sociales. Pero las autoridades públicas, y esto tiene que ver con la radicalización de nuestras sociedades, han destinado más dinero a la policía en tiempos de crisis presupuestaria, lo que significa menos dinero para los hospitales, las escuelas y el trabajo social. Defund the Police solo dice que hay que dar dinero a los profesionales adecuados, a los que saben cómo tratar bien con una juventud que viven en una sociedad diversa, jóvenes que viven en una sociedad que envejece, como es el caso de España, Alemania, Italia y, en cierta medida, también en Francia.
![Policía Global 1](/uploads/fotos/r2000/5ec41a47/TRIPA_Polici%CC%81a%20global_ALTA_%20copia.jpg?v=63906659603)
En el libro explicas que las fuerzas policiales tienden a pensar que son incomprendidas por el resto de la sociedad. ¿Por qué ocurre este fenómeno?
Los agentes de policía actúan en sociedades divididas. En Estados Unidos y, hasta cierto punto, en Francia, realmente tienen la sensación de que forman parte de la “delgada línea azul”, como ha sido nombrada, que protege a nuestras sociedades del caos y la devastación. Los agentes de policía tienen conflictos políticos, ideológicos y morales con personas que muestran poco respeto por su trabajo o con personas que, según ellos, respetan poco su trabajo. Los agentes de policía provienen generalmente de familias que están bien integradas en la sociedad francesa y que no son adineradas. Se trata de jóvenes que intentaron encontrarse a sí mismos a través de la educación, pero que en su mayoría fracasaron en la universidad. Jóvenes que han sentido que las élites francesas están muy lejos de ellos. Y cuando están en la policía, tienen la sensación de que trabajan por la seguridad de la élite francesa y que la élite francesa no expresa ningún gratitud, ningún reconocimiento por su trabajo. Eso les hace estar muy enfadados con nuestras élites sociales, políticas e intelectuales.
¿Cómo influye la cuestión territorial en un país tan centralizado como Francia?
La policía francesa es una organización muy centralizada. Es muy habitual que los agentes que trabajan en París sean de Normandía o Bretaña, en el oeste de Francia. Tan pronto como terminan el turno, regresan en tren o en coche a sus casas, y ahí no tienen ninguna conexión o casi ninguna conexión con las sociedades en las que trabajan, con las sociedades urbanas. Así, están fuertemente vinculados a su propio mundo, a las sociedades de las que provienen: ciudades más pequeñas, incluso pueblos, de zonas poco urbanizadas de Francia. Si eres policía en Francia, vienes de Marsella, Toulouse, Burdeos o incluso Martinica es más probable que estés desarraigado y trabajes en un lugar en el que no tienes raíces. A esto le tienes que agregar que tienen horarios específicos. Ya sabes, trabajan muy temprano o bastante tarde, que los policías suelen casarse entre ellos, que conviven y se relacionan principalmente entre ellos, que tienen una alta tasa de divorcios y una alta tasa de suicidios. Así que hay una especie de condición moral, o un modo de ser policía muy específico, que está muy vinculada a la organización territorial de Francia, a la desindustrialización y al centralismo de la organización policía.
¿Es posible que la policía no funcione como base principal de la defensa de los intereses capitalista?
En pocas palabras, si vives en una sociedad muy dividida, a nivel de clases sociales, no puedes esperar que la policía sea la única autoridad igualitaria de esta sociedad. Había un sociólogo de la policía de los años 50 que dijo que cada sociedad tiene la policía que se merece. Y esa es la razón por la que hablamos de los intentos de los especialistas estadounidenses para importar el modelo policial japonés a los Estados Unidos. Se han gastado millones de dólares intentando implantar ese modelo. Sin embargo, la sociedad estadounidense posterior a la esclavitud tiene muy poco en común con la sociedad japonesa. No soy muy optimista con respecto a que se puedan dar ese tipo de cambios.