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Pista de aterrizaje
Vera Yin Yang: “Mi mayor reto fue liberarme, obviar el arte que la gente quería ver”
Hablamos con Vera Yin Yang, una ilustradora autodidacta que "pinta lo que le quema".
Vera Yin Yang (Elche, 1984) es una artista totalmente autodidacta. Su obra traslada un fuerte mensaje reivindicativo y comprometido con la lucha feminista, y es el reflejo de aquello que vive habitualmente: “Pinto lo que me quema”. Estudió relaciones laborales, pero pronto se dio cuenta de que no quería malgastar su vida analizando cómo las empresas podían ganar más dinero, así que se formó como técnico en animación sociocultural. A eso se dedica actualmente, mientras ilustra y colabora con proyectos benéficos o de concienciación. Cuando comenzó a llevar a cabo proyectos en institutos, se dio cuenta de que la juventud seguía reproduciendo roles agresivos, racistas y machistas. Y de cómo eso le quemaba.
¿Por qué y cómo empezaste en el mundo del arte?
Llevo dibujando desde pequeña, pero no fue hace mucho que empecé a mostrar lo que hago. Y lo que hago, lo hago por necesidad. No me considero buena dibujante, para mí es simplemente una forma de expresar mi visión del mundo. Veo algo, me enciendo, surge la idea, lo visualizo y acabo dibujándolo o haciendo una foto y pintando encima. No tengo formación al respecto más que tutoriales de Internet. Simplemente pruebo cosas nuevas y me busco la vida cuando quiero hacer algo.
¿Cuál ha sido tu mayor reto hasta ahora?
Dejar de pensar en lo que quería ver la gente. Liberarme. Hasta hace dos años ocultaba mi trabajo porque quienes lo veían reaccionaba mal. Estaba atravesando una etapa difícil y mis obras eran más oscuras, lo cual generaba rechazo. De hecho, hubo un tiempo en el que dejé de pintar porque me di cuenta de que estaba intentando agradar a la gente y no estaba orgullosa de lo que hacía. Hasta que me planté y decidí que iba a hacer lo que me apeteciera. Ahora noto cierto apoyo, pero también percibo que en esta sociedad capitalista se está perdiendo la espiritualidad. La gente ve el arte como algo bonito. Para mí no es eso; es una forma de expresión, sea bonito o sea feo.
"En esta sociedad capitalista se está perdiendo la espiritualidad. La gente ve el arte como algo bonito. Para mí no es eso, es una forma de expresión, sea bonito o sea feo"En este sentido, decías en tu Instagram: “Creo que el sistema es injusto y las injusticias crean en mí un huracán”. ¿Es el arte una herramienta de cambio eficaz?
Yo creo que sí, que permite visibilizar y movilizar. Yo utilizo mi obra para transmitir mensajes y hacer una visualización crítica de lo que veo. Y a veces esto incomoda, igual que muchas veces incomodan los mensajes feministas o los desnudos. No solo he recibido críticas en Internet, también en mi vida diaria cuando gente de mi entorno ha cuestionado mi libertad de publicar según qué cosas.
Alguna de tus ilustraciones van encaminadas en esa línea. ¿Cómo se evidencia el machismo en el arte?
De muchas maneras. Me quema la censura de obras artísticas porque aparezcan mujeres desnudas. Hay que diferenciar entre exponer el cuerpo por decisión propia a la mujer como objeto de consumo. Y veo que se utiliza una doble vara para medir. También percibo machismo con respecto a la edad. La obra de artistas masculinos se valora más con el paso del tiempo. Con las mujeres pasa lo contrario.
"Hay que diferenciar entre exponer el cuerpo por decisión propia a la utilización de la mujer como objeto de consumo"
Además, hay muchos galeristas varones, las exposiciones de mujeres son minoritarias y en espacios más reducidos, incluso cuando son más transgresoras. Y eso que hay más tituladas que titulados en Bellas Artes. Podría seguir: por ejemplo, el papel de la mujer en la historia del arte está infravalorado. En el colegio nunca me hablaron de mujeres artistas —salvo Frida Kahlo y muy superficialmente—. En general, hemos crecido sin referentes femeninos. Y claro que existen.
¿Qué significa para ti el feminismo?
Una forma de tener pensamiento crítico. Hace cuatro años, cuando empecé a colaborar con proyectos contra la violencia de género, nosotras mismas huíamos de la palabra feminista. Parecía que se relacionaba el término con “revolucionarias histéricas” y no teníamos claro lo que era. Pero investigamos y comprendimos, y vimos que la mayoría de nosotras somos machistas. Nos hemos educado en el machismo, en una sociedad que no invita a cuestionar lo establecido. Te dicen que esto es así, y que así ha de ser. Nos hacen temer lo revolucionario, cuando creo que la revolución es un deber y un derecho.
Usas la ilustración para trasladar un mensaje, y los receptores son fundamentalmente gente joven. Ahora puedes hacerlo con palabras: ¿qué quieres decirles?
Que procuren desarrollar su pensamiento crítico cuanto antes. Que no se queden con lo que les dan, que salgan de lo establecido. Que comprendan la importancia de ser diferentes, de saber pensar por sí mismos para poder hacer lo que les gusta. Y que usen Internet para investigar, para explorar sobre aquello que despierte su curiosidad.