Inteligencia artificial
En tiempos de crisis climática, ¿va a salvarnos la inteligencia artificial?

Una mirada crítica sobre extractivismo de recursos naturales, tecnosolucionismo climático y luchas locales.
Caida de Babilonia
Francia, Lorena, siglo XIII - Miniatura de un manuscrito del Apocalipsis - La caída de Babilonia - 1983.73.1.b - Museo del Arte de Cleveland (CC0 )
Investigadora postdoctoral en King's College London
29 ago 2022 06:48

Jéssica Silva fue asesinada por la Guardia Nacional de México después de manifestarse en contra del desvío de agua a los Estados Unidos. Debido a las largas sequías que sacudieron la región de Chihuahua en 2020, campesinas y agricultoras locales ocuparon la presa de Boquilla para cerrar sus compuertas y retener el agua, mostrando su rabia y descontento. Se manifestaban en contra de la decisión del presidente López Obrador de seguir desviando recursos hídricos a los Estados Unidos, cumpliendo así el tratado firmado en 1944 en el que México debe conceder una cantidad fija de agua cada 5 años. A pesar de las largas sequías que asolan esta región y la emergencia climática, no parece que Estados Unidos vaya a revocar dicho tratado de manera inminente. Al mismo tiempo, gobiernos, empresas privadas e instituciones anuncian a bombo y plantillo proyectos basados en inteligencia artificial (IA) para mitigar los efectos de la crisis climática.

Pero, ¿qué relación tiene la sequía de Chihuahua y la resistencia de su pueblo con la inteligencia artificial?

El pasado 20 de agosto se celebró la segunda edición de The Future of Code Politics, un evento en el que se debatió sobre “tecnologías del cuidado radical” desde una perspectiva “queerfeminista, decolonial, antiracista y anticapacitista”. Yásnaya Elena Aguilar Gil, lingüista y activista ayuujk (mixe), fue invitada como ponente plenaria para deconstruir el concepto de tecnología y reflexionar sobre cómo esta herramienta se ha implementado históricamente para dominar cuerpos, territorios y naturaleza. En la conversación moderada por Lorena Jaume-Palasí, Aguilar Gil retrató que la “tradición del pensamiento capitalista, patriarcal y colonial” se apropia de todo bien público para privatizarlo, ya sea agua, minerales o conocimiento tecnológico. No obstante, mientras gobiernos, corporaciones privadas y académicos “aman la razón y la lógica” para vendernos un futuro “hiper tecnologizado”, la activista denunció que todo es ilógico y que la IA tiene una realidad material que se ignora: “Basan su principio en un crecimiento tecnológico y económico infinito dentro de un planeta con recursos finitos”. Los sustentos físicos en los que se asienta dicha tecnología se están acabando: no queda agua, ni litio.

El auge del nacionalismo de las cadenas de suministro y minerales

Para diseñar un algoritmo basado en IA es necesaria una infraestructura, más o menos sofisticada. Algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) o de aprendizaje profundo (deep learning) se pueden programar y procesar en ordenadores portátiles. Si estos algoritmos son entrenados con grandes cantidades de datos, entonces es necesario utilizar servidores con mayor capacidad computacional para almacenar y procesar la información, que a su vez proviene de miles de millones de dispositivos como móviles o redes de sensores. Para construir esta infraestructura a base de chips es necesaria materia prima: hierro, aluminio, cobre, litio, silicio o cobalto y agua, entre otros (ver Figura 1). 

Minerales IA
Ampliar
Figura 1: Materia prima necesaria para la construcción de tecnologías digitales, entre ellas la IA. Extraído de “Materias primas críticas para tecnologías y sectores estratégicos en la UE - Un estudio de prospectiva”. Fuente: Boston Group Consulting.
Debido a la inestabilidad geopolítica, la crisis en las cadenas de suministro y la emergencia climática, en los últimos meses ha habido una explosión del nacionalismo de los recursos. Los gobiernos han anunciado sus planes de resiliencia para mantener el suministro de estas materias primas y la fabricación de chips.

En febrero de 2022, la Casa Blanca publicó una declaración en la que aseguraba la inversión en las cadenas de suministro para extraer minerales a nivel nacional, acabando así con la dependencia exterior. En julio de 2022, el gobierno británico publicaba una estrategia similar: “maximizar lo que el Reino Unido pueda producir domésticamente”. En el mismo año, el gobierno de España anunciaba la inversión de más de 12 000 M de euros por parte de la Unión Europea para convertirse en referencia mundial de fabricación de chips, y acabar así con la dependencia de otros países de fuera de la Unión. Paralelamente otros gobiernos, de cuyos territorios salen la mayoría de estos recursos y sufren el extractivismo voraz del “Norte Global”, han empezado a nacionalizar la materia prima. Chile ha propuesto la nacionalización de todas las minas de su territorio. México ha aprobado una ley que prohíbe a la industria privada la explotación minera del litio.

Escasez de recursos y crisis energética: ¿cuánta agua y electricidad gasta la IA?

La dependencia que la infraestructura física de la IA tiene de los recursos materiales podría afectar a su desarrollo y mantenimiento dada la actual situación. El futuro de innovación y eficiencia que muchos gobiernos y empresas privadas sueñan puede verse interrumpido por los límites planetarios que estamos alcanzando, como bien denunciaba Aguilar Gil en su ponencia. Pero la IA no solo depende de materia prima durante la construcción de su infraestructura física, también lo hace a lo largo de su ciclo. Por ejemplo, los centros de datos y servidores necesitan grandes cantidades de agua para refrigerarse. Según un estudio publicado en la revista Nature de 2021, Google gastó 15.8 miles de millones de litros de agua mientras que Microsoft declaró el uso de 3.6 miles de millones (ver Figura 2). Pero no sabemos si estas cifras son fidedignas. Microsoft se ha visto involucrada en un escándalo sobre el gasto de agua de sus centros de datos. Mientras que la compañía tecnológica declaraba a las autoridades holandesas el gasto de entre 12 y 20 millones de litros, en realidad estaba gastando 84 millones. En Londres, la compañía de agua Thames Water anunció, en medio del escenario de sequía que asola el país, la revisión del gasto de agua potable que tienen los centros de datos del sudeste del país.

Mientras se estima que el consumo medio anual del sistema de refrigeración de un centro de datos de tamaño pequeño en los Estados Unidos es de 25 500 000 litros, el de una persona en Nigeria es de 12 410 litros — 2 000 veces menos—.

Por otro lado, Amazon, el mayor proveedor de servicios en la nube, no declara sus cifras.

Consumo de agua de centros de datos
Ampliar
Figura 2: Cantidad de agua gastada por los servidores de datos de Google (azul) y Microsoft (rojo). Amazon no publica sus datos. Fuente: [Mytton 2021].

La IA también depende de la energía. Sin electricidad no hay código, ni algoritmo que funcione. A mayor cantidad de datos a analizar, mayor consumo energético Algoritmos más sofisticados, que necesitan un mayor tiempo de computación, también consumen más. Por ejemplo, se estima que entrenar un algoritmo que produce texto automáticamente tiene un consumo de 190 000 kWh, 120 veces más que el consumo medio anual de una unidad familiar en Europa en 2020. Para generar dicha energía se vuelve a necesitar materia prima como materia orgánica, uranio, carbón o agua, entre otras. Aunque algunas de las grandes empresas tecnológicas aseguran que su energía es producida de manera sostenible, los datos muestran otra tendencia. En 2019, Greenpeace publicó un informe sobre el centro de datos de Amazon en Virginia (Estados Unidos), considerado uno de los principales de su infraestructura global. En este se alertaba del inminente crecimiento del consumo de energía en la región debido a este centro de datos.

A pesar de que Amazon prometió invertir en energía “verde” para este centro de datos, la realidad es que su inversión en combustibles fósiles ha aumentado descaradamente.


Se estima que en 2020 los centros de datos consumieron entre el 1-2% de la demanda eléctrica mundial, o lo que es lo mismo, entre 196-400 TWh. Debido al gran consumo de energía que tiene la IA y dada la crisis energética de los últimos meses, los sueños tecno optimistas de empresas y gobiernos podrían verse truncados por el alto precio de la energía.


La continua recolección y análisis de datos, así como la alta disponibilidad y capacidad de adaptación a diferentes cargas de trabajo esperada de los sistemas inteligentes, tienen otro efecto colateral. En la década de los 2010, Microsoft instaló uno de sus centros de datos para dar soporte a su nube en Quincy, estado de Washington. El centro contaba con numerosos generadores diésel que inicialmente sólo se utilizarían para cubrir caídas de la red o tareas de mantenimiento, aunque terminaron sirviendo para cubrir los aumentos de carga de trabajo de las máquinas, llegando a estar encendidos más de un tercio del año. Esto empezó a causar problemas de polución en la localidad, que hasta entonces pensaban que la nube digital y la IA no tenían los problemas de contaminación de otras industrias.  

La IA como herramienta para adaptarnos a la emergencia climática

A pesar de la dependencia que la IA tiene de recursos naturales, en los últimos años esta tecnología se ha propuesto como una solución para abordar el cambio climático. En un informe publicado en julio de 2022, se propone la IA como una herramienta esencial de lucha contra el cambio climático. Algunas de las soluciones que se proponen en este documento son: el uso de la IA para reducir y eliminar emisiones de carbono, predecir catástrofes o facilitar la investigación en temas climáticos. Además, también se invita a participar enviando soluciones que se evalúan según diferentes criterios como el impacto positivo en el medioambiente, la diversidad en el equipo o el diseño “responsable”. Pero, ¿puede la IA convertirse en tal herramienta dado el escenario de escasez y olas de calor?

Y es que la infraestructura física de esta tecnología puede que deje de funcionar en un escenario de crisis climática.

Por ejemplo, el episodio de calor extremo que vivió Londres el pasado mes de julio, con temperaturas batiendo récords históricos, dejó fuera de servicio los centros de datos de Google y Oracle por fallos en el sistema de refrigeración. Por otro lado, debido a la escasez de minerales para diseñar chips, la creación de más ordenadores y centros de datos para programar IA está en riesgo. Además, la crisis energética en la que Europa está sumergida, con precios del kWh estratosféricos, harán de la IA una tecnología solo al servicio de los que puedan costear su consumo energético. Eso si se consigue refrigerar los servidores y centros de datos en un escenario de escasez de agua. Todas estas consecuencias nos hacen pensar que esta tecnología no es resiliente a la emergencia climática, ni va a convertirse en una herramienta esencial. 

¿Puede ser que la IA tenga un impacto negativo a pesar de la buena voluntad por utilizar esta herramienta en contra del cambio climático?

La IA también ha contribuido a la crisis climática. Uno de los impactos que se ha analizado recientemente — y más llama la atención — es su huella de carbono. Como ya describimos en un artículo anterior, entrenar el algoritmo que escribe texto de manera automática tiene la misma huella de carbono que un viaje en coche que recorra la distancia de ida y vuelta a la Luna. Existen iniciativas para calcular cuál es la emisión de dióxido de carbono de algoritmos entrenados según el hardware, tiempo de computación, servicio en la nube empleado. En cuanto a los centros de datos, a pesar de la falta de transparencia, se estima que contribuyen a la emisión de 11 millones de toneladas métricas. Conscientes de las críticas que las compañías tecnológicas reciben por su huella de carbono, en los últimos años han desarrollado una estrategia para el ecoblanqueamiento: la compensación de carbono. Esta estrategia consiste en recibir grandes fondos de financiación para, en teoría, reducir los gases de efecto invernadero. Algunos de los proyectos más populares de compensación de carbono consisten en invertir en energías renovables o plantaciones de árboles. Es así como grandes tecnológicas se aseguran la etiqueta de “carbón neutro”. De hecho, en 2019 Google anunciaba que lleva 12 años siendo carbón neutral invirtiendo en más de 40 proyectos para contrarrestar sus emisiones. Pero este tipo de proyectos y su impacto medioambiental deben cuestionarse. Este verano, 14 000 hectáreas fueron quemadas en un incendio en Zaragoza (España) provocado por una empresa holandesa de compensación de carbono. El incendio se originó cuando uno de los operarios de la compañía Land Life — la cuál usa IA y drones para la reforestación — se disponía a plantar árboles en pleno mes de julio para blanquear las emisiones de carbono de alguna empresa. Este caso deja en entredicho las estrategias que el sistema capitalista desarrolla con ayuda de la tecnología para seguir destrozando el planeta. Como decía Peter Kalmus, un investigador climático de la NASA:

“Recuerda, la razón por la cual las compensaciones de carbono son tan populares entre las corporaciones es porque en realidad no funcionan, son solo un lavado verde barato”.

Pero el impacto climático de la industria de la IA va más allá de la huella de carbono. Como narra Eduardo Galeano en su obra “Los hijos de los días”, Miguel López Rocha, de 8 años, murió al caer a un río de Guadalajara (México). Pero no murió ahogado, sino envenenado. El río contenía tóxicos vertidos por varias compañías, entre ellas la tecnológica IBM. Durante la última década se ha hablado del impacto político y social de esta tecnología, así como de la ética de los algoritmos. El análisis del impacto medioambiental ha ido despertando conciencias analizando la emisión de carbono de la IA, pero mientras el análisis se centra en la etapa de programación, poco se sabe del impacto del antes y el después: desde la extracción de minerales para construir la infraestructura física de la IA, hasta los desechos en vertederos electrónicos. Existe la necesidad de ampliar la mirada crítica sobre cómo los algoritmos basados en esta tecnología se usan al servicio de las élites capitalistas, extrayendo recursos y degradando el suelo, ríos y el aire que respiramos. Todo ello reproduciendo violencias patriarcales y colonialistas. 


Las comunidades del desierto de Thacker Pass en Nevada (Estados Unidos) están resistiendo las embestidas de la industria tecnológica que quiere extraer el litio de la región.  Con el beneplácito del gobierno estadounidense y su estrategia de invertir en las cadenas de suministro nacionales de minerales, esta zona está en peligro a pesar de su riqueza natural y cultural. Esta lucha por el litio también se da en España. Extremadura también se está viendo amenazada por compañías europeas extractivistas que ven en la zona una oportunidad para explotar su riqueza minera, a pesar de la oposición de gran parte de la población local. La municipalidad de Cerrillos (Chile) también ha resistido a la incursión de Google en su región. El proyecto de un centro de datos que conllevaba la explotación de un acuífero de la zona y el consumo de 14 millones de litros diarios de agua se ha visto afectado gracias a la lucha y organización comunitaria de la región. Lo que nos recuerda a la lucha de la comunidad de Chihuahua por el derecho al agua que le pertenece. Mike Anane, periodista y activista climático, lleva años denunciando el impacto de los vertederos electrónicos ilegales. Cuando la infraestructura de la IA ya no es útil, parte se recupera, pero la otra parte que no puede reutilizarse es enviada ilegalmente a vertederos como el de Accra (Ghana). En el documental “E-Waste Hell”, Mike Anane explica el impacto que estos desechos tienen sobre los cuerpos y el territorio: ríos contaminados cuando hace 20 años el agua bajaba limpia, así como problemas de salud en la población local como consecuencia de los tóxicos que se respiran al quemar pantallas, cables y ordenadores. A pesar de que Europa tiene un marco legislativo que prohíbe el envío de estos residuos a otros países, la realidad es que estos envíos ilegales son una práctica común.

Todos estos ejemplos muestran cómo la infraestructura e industria de todo el ciclo de la IA tiene un impacto negativo más allá de las emisiones de carbono. 

No hay algoritmo que pueda traer el agua de nuevo a la región de Chihuahua, apagar los incendios que abrumarán Europa la próxima década, o que consiga cero emisiones netas. Por otro lado, el contrapoder de lo común y la resistencia a nivel local nos enseñan que son más prácticos que cualquier línea de código o función objetivo de proyectos ambiciosos para adaptarnos a la emergencia climática. Por mucho que las élites económicas se empeñen en promocionar proyectos de IA para mitigar los efectos del cambio climático o invertir en proyectos de compensación de carbono, la realidad nos muestra otro camino. Muchos de estos proyectos quedan en papel mojado,  malgastando ingentes cantidades de dinero público para realizar un ecoblanqueamiento del capitalismo en general, y de la IA en particular, y distrayendo el foco de atención sobre cuestiones estructurales. Es necesario establecer estrategias de auditoría que analicen el balance entre implementar un algoritmo que combata el cambio climático y el impacto que ya de por sí tiene en el cambio climático dicho algoritmo — y su infraestructura —. Pero la organización y la lucha de las comunidades por proteger lo que les pertenece permanece. Repensar la distribución de recursos: ¿agua potable para un centro de datos o para la vida? El pueblo de Chihuahua nos da una lección de lo importante que es cuidar a nuestra comunidad y organizarnos para proteger el derecho a la vida y al agua, entre otros. También nos muestra que el poder va a reprimir y utilizar su violencia, llevándose la vida de personas como la de Jéssica Silva, y tantas otras defensoras de los derechos fundamentales. Las élites económicas van a seguir con su estrategia de extractivismo voraz para no dejar caer este sistema capitalista que no da más de sí. La única forma que tenemos de adaptarnos a las consecuencias devastadoras de la crisis climática y evitar que, como dice la activista política Sofía Castillo, los recursos para la vida dejen de ser “viles mercancías” y “botines políticos”, es la de seguir juntas en el camino hacia el bien común.


La tecnología, y más concretamente la IA, también pueden ponerse al servicio del bien común. Yásnaya Elena Aguilar Gil explicaba en su ponencia el concepto de la tequiología, no como una manera de poner la tecnología al servicio del mercado, la competencia y lo privado; sino al servicio de lo común y la cooperación. Compartir datos, hacer el código accesible, diseñar infraestructuras digitales públicas. Empezar a utilizar la tecnología desde lo pequeño y local inspirada en la resistencia histórica de los pueblos oprimidos: “organizados en comunidades pequeñas crearon redes entre ellas para resistirse a pagar tributos u organizar rebeliones contra los abusos cometidos por la Corona española”. En este sentido, la IA en proyectos menos ambiciosos y locales puede ponerse al servicio del bien público, organizando rebeliones contra los abusos que se cometen, como tratados de agua injustos o extracción de recursos naturales. Reapropiarnos de la IA para ponerla al servicio de la gente y del bien común. En palabras de la lingüista ayuujk:

“Si el mundo tan solo adoptara esta visión tequiológica, entonces tal vez podríamos rescatar el trabajo creativo de la nueva tecnología de las garras de un sistema digestivo que fagocita y pone en riesgo la vida humana.”
Sobre este blog
Un blog colectivo sobre ciencia y poder.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derechos Humanos
Libertades y derechos Amnistía Internacional acusa al Estado de no investigar casos graves de violación de los derechos humanos
El informe anual de esta organización de derechos humanos denuncia “la persistente falta de rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado español”.
Inteligencia artificial
Inteligencia Artificial (IA) Inteligencia Artificial o la alucinación consensual masiva
Si tenemos claro que el uso de coches de gasolina o diésel, la sanidad privada, la compra de un iPhone, el turismo o los viajes en avión no son actos neutros políticamente, el uso de productos de Google, Microsoft, Amazon, Facebook o Twitter tampoco
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Sobre este blog
Un blog colectivo sobre ciencia y poder.
Ver todas las entradas
Memoria histórica
Memoria histórica Relatores de la ONU piden a España que actúe contra las leyes antimemoria de tres autonomías
Los relatores internacionales denuncian las posibles vulneraciones de derechos de dos normas en proceso y una aprobada por los Gobiernos de coalición de Partido Popular y Vox en tres comunidades autónomas.
Periodismo
Periodismo Desinforma, que algo queda
En la fecha que se conmemora el Día de la Libertad de Prensa, hay que analizar sus dimensiones, la opacidad en el reparto de la publicidad institucional, la necesidad de la alfabetización mediática y qué medidas concretas pueden llevarse a cabo.
Educación pública
Educación a la madrileña Huelga de profesorado en Madrid o cómo organizar la protesta desde abajo
El profesorado madrileño convoca los próximos 8 y 21 de mayo dos jornadas de huelga para que se reviertan los recortes de la época Aguirre en una protesta que tuvo su génesis al margen de la mesa sectorial.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.
Análisis
Análisis No dejemos de hablar de Siria
La situación humanitaria en Siria se endurece en un contexto de inestabilidad regional, mientras que la ayuda internacional que el país recibe es muy inferior a la necesaria.
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.

Últimas

Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Más noticias
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.

Recomendadas

Sidecar
Sidecar Las reglas del juego
Aunque es poco probable que el reciente intercambio de fuego entre Israel e Irán desemboque en una guerra total, este ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Israel en un momento político decisivo.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.