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A lo largo de estos días de campaña electoral estamos atentos a las propuestas programáticas de los partidos políticos que aspiran a tener representación en ayuntamientos y comunidades autónomas. Todo nuestro interés se centra ahí: programa, programa, programa, que diría Julio Anguita (Q.E.D.). ¡¡¡Pero qué broma es esta!!!, dirán los que han leído hasta aquí, y llevan razón.
En la realidad partidos que aspiran a la gobernanza en dichas entidades, bien solos o coaligados, están más pendientes de otras realidades que puedan servirles para obtener un puñado más de votos.
En la realidad partidos que aspiran a la gobernanza en dichas entidades, bien solos o coaligados, están más pendientes de otras realidades que puedan servirles para obtener un puñado más de votos
En concreto, todos sabemos que la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) realizó el anuncio del “cese definitivo de su actividad armada” el 20 de octubre de 2011. Sin embargo, doce años después está presente en cada acto político de dichas organizaciones. ETA, ETA, ETA, como banderín de enganche para los fronterizos de votar a X, Y, Z. Exacerban a las víctimas sin pudor alguno, mientras exhiben un patriotismo que viene a ser la excusa perfecta para evitar lo que tanto reclamaba Anguita: programa…
Exacerban a las víctimas sin pudor alguno, mientras exhiben un patriotismo que viene a ser la excusa perfecta para evitar lo que tanto reclamaba Anguita: programa…
Nada ni nadie puede defender que incluir a exetarras en listas electorales para el 28M contribuye a la reconciliación. Tampoco si así lo hicieran en elecciones ulteriores porque sea legal. Curiosamente, ayer amaneció mi pueblo de nacimiento, Guadiana, con pintada y pegatinas que nada tienen que ver con la otra reconciliación, la de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura.
Todos sabemos que el 9 de marzo de 2020 tanto el BOE como el DOE recogen “Acuerdo de 28 de enero de 2020, del Consejo de Gobierno, por el que se aprueba el cambio de denominación del municipio de Guadiana del Caudillo (Badajoz) por el de Guadiana”.
Extremadura
La negación, los marranos y el candidato
También sabemos que en diciembre de dicho año el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura desestimó el recurso que presentó el edil de Vox y exalcalde, Antonio Pozo. Ratificó, pues, la supresión del ‘Caudillo’ de la localidad de Guadiana al entender que dicha modificación está “suficientemente motivada” y se ajusta a Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, conocida como Ley de Memoria Histórica.
Decíamos que amanece Guadiana con pintada. Sí, que reivindica la vuelta “del Caudillo” a la denominación de la localidad. Y lo hace cuando han transcurrido más de tres años que el BOE y DOE recogieran su nombre actual por imperativo de la LEY. Y cuatro años después que el pueblo soberanamente así lo decidiera el 26 de mayo de 2019.
Todo indica que a falta de propuestas, de programa, “el Caudillo” se hace presente. Qué la reconciliación es cosa de otros lares y personas.
Miremos atrás para analizar si hubo polvos que traen estos lodos. Nos acordamos de aquel editorial de periódico regional que el 18 de febrero de 2011 recogía: “La Junta, al aceptar que Guadiana siga llevando el apellido” del Caudillo“, no es que no haya observado la Ley de Memoria Histórica, sino algo anterior a ella: no ha observado el espíritu con que se hizo la Transición, que obligaba a ir borrando los símbolos que trajeron tanta división y tanto dolor a los españoles”. Aquella Junta de Extremadura estaba presidida por José Antonio Monago.
Antifascismo
Guadiana despierta, Guadiana digna
Centenares de vecinos de Guadiana del Caudillo se concentraron el pasado 24 de noviembre en la plaza del pueblo bajo el lema: “¡¡¡Guadiana sin caudillo, ya!!!”. Habían sido convocados por la plataforma “Guadiana Despierta”, que nació de la voluntad de jóvenes del municipio, nietos de aquellos colonos que se asentaron en el pueblo al inicio de la década de los cincuenta.
Atrás queda la firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Guadiana por parte de dirigentes de la Fundación Nacional Francisco Franco, que condecoró en diciembre de 2016 al alcalde de Vox, Antonio Pozo, por su defensa en mantener la memoria “del Caudillo”. Dos años después, 9 de noviembre de 2018, era Santiago Abascal quien visitaba la localidad por invitación del alcalde de Vox, y estampaba su firma en dicho Libro de Honor.
Con estos antecedentes reivindicativos del dictador, es la presidenta del Partido Popular de Extremadura y candidata a la presidencia de la Junta de Extremadura, María Guardiola, quien da el visto bueno en febrero 2023 para la repesca de Antonio Pozo para ser su candidato en Guadiana. Monago mirando para otro lado permitió que en marzo de 2011se mantuvieran símbolos de división y dolor en Guadiana, y Guardiola bien parece que no renuncia a que “del Caudillo” vuelva a Guadiana.
Y de guinda: la pegatina del aguilucho por parte de quienes aspiran a más, sí a más patrioterismo.
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Y luego hay quienes siguen diciendo que el PP es centro-derecha. Blanqueando el fascismo y saltándose la ley, ya sea la memoria histórica o la renovación de la cúpula judicial. En cualquier otro sitio estarían ya ilegalizados, por apología del franquismo como mínimo.