Música
Miss Bolivia: “Mi primer contrato con Sony fue ultrasupervisado por los abogados más anarquistas de la ciudad”

Psicóloga de formación, la compositora, dj, productora y activista Miss Bolivia emplea todos sus conocimientos para potenciar el mensaje de un proyecto musical muy ligado a las luchas y reivindicaciones feministas en Argentina.

Miss Bolivia
Miss Bolivia. Fotografía de Guido Adler.
10 jul 2019 09:30

Paz Ferreyra vivía en la calle Bolivia cuando empezaron a “bajarle” las canciones. No tenía ni nombre con el que dar su primer concierto, así que pensó en llamarse como su calle, aunque esta quedara en Buenos Aires y ella de boliviana no tuviera nada. Después, llegaría inevitablemente la interpretación feminista en forma de “crítica a los concursos de belleza hegemónica y cruel”, o el hackeo de “poner un nombre yankee junto a una palabra sudaka”.

Mientras habla calmadamente en esta tarde de pesado calor madrileño, se parece más a Paz que a la incombustible e irredenta Miss que revienta todo en sus conciertos, cargados de baile, contenido antisistema, cumbia electronica, dancehall y rap. Todo eso se junta en esta psicóloga de formación, compositora, dj, productora y activista, para potenciar el mensaje de un proyecto muy ligado a las luchas y reivindicaciones feministas en Argentina.

Inmersa en el tour Se Quema, Miss Bolivia presenta single del mismo nombre y parará hasta 10 veces en la Península. Esta noche toca en Madrid. A sus espaldas quedan Alhajas (2011), Miau (2014), y Pantera (2017), tres discos en los que se observa a una artista en constante evolución que dispara en sus letras con conocimiento de causa. Canciones como “Paren de matarnos” o “Bien Warrior” son ya himnos de toda una generación consciente de la necesidad de referentes musicales comprometidos y con la capacidad de generarlos por sí misma.


El feminismo está rompiendo el silencio sobre la violencia sistémica y los micros han sido tomados ya para hablar de forma totalmente explícita, usando un estilo tan tradicionalmente masculinizado como el hip hop. En algún momento has dicho que a veces la realidad es tan dura que sería injusto meter una metáfora. ¿Cuál es la importancia de hablar sin rodeos en Miss Bolivia?
Para mí el gesto de nombrar es un acto político. El nombre le da comienzo a la visibilidad. Para poder transformar primero hay que poder decir. Nos han formateado con el sistema de forma agresiva y dominante y era muy difícil decir. Nos callaron, nos reprimieron, por eso el poder que otorga una canción o el poder que te da como artista un micrófono o un escenario, la visibilidad, la circulación de tus canciones, son herramientas súper poderosas.

Me siento súper orgullosa de que cada vez haya más mujeres visibles que dicen en el micrófono. No sé si ahora hay más, más bien siempre hubo, pero no nos veían. Ahora se ve y se oye, y creo que las canciones encaradas desde una perspectiva de género tienen un aporte muy importante como herramienta de transformación social.

A nivel lingüístico transité muchos momentos, desde lo académico super estricto, erudito y cerrado. Pero muchas veces transitar lo técnico cierra mucho el espectro del otro. El ejercicio con Miss Bolivia consistió en desacademizarme como gesto político, de inclusión, de apertura y democratización de los contenidos. Para mí, simplificar fue una forma de empoderar muchísimo más y transformar más en katana cada palabra.

Hoy está completamente asentada esta corriente de recuperación y apropiación de estilos populares, como el reggae y la cumbia, o incluso las raíces flamencas. Estilos con una arqueología de calle, de barrio, de la parte de atrás de las ciudades. ¿Por qué crees que estos estilos están sirviendo para que muchas mujeres alcen esa voz sin metáforas? ¿Es tu caso?
Como Miss Bolivia me reconozco en una columna vertebral donde están la cumbia, el hip hop y también lo urbano, quizás el dancehall, un medio reggae... porque tienen una cadencia o un latido muy similar al latido de la tierra o del propio corazón. Hay pulso. Y ese tipo de mantra me permite la libertad para hacer cosas con la palabra. Hay otros estilos musicales que son más estrictos, pero estos me permiten un libre discurrir a la hora de relatar.

Yo creo que hay momentos para la metáfora, y otros donde la ornamentación sería distractora de lo importante. Me gustan esos estilos porque me permiten generar más recursos retóricos y poéticos.

Memoria y testimonio son temas de máxima relevancia en los procesos de transformación que estamos llevando a cabo y en ambos hay un componente de autosanación, de destejido de unos pasados violentos. Eres psicóloga, has acompañado procesos sociales duros, ¿Podemos encontrar también algo de este trabajo con lo emocional en tus canciones?
No es algo que haya buscado, pero tampoco es algo de lo que pueda zafarme. Siento que no hay mucha diferencia entre la licenciada en psicología Paz Ferreyra y Paz Ferreyra, la cantante de Miss Bolivia, a la hora de comunicar. Yo creo en la psicología primero como un circuito o un universo de comunicación donde el acto de sanación empieza por la palabra, con el decir, y que los síntomas, ya sean sociales o individuales, son formas de decir también. Pienso la psicología como una herramienta para deconstruir todo lo que nos hizo el sistema. Con mis canciones busco algo similar. No digo que lo busque pero cuando revisó el material, incluso corriéndome de su autoría, eso está. También tengo feedback a diario de gente que me agradece por algo así que tiene que ver no sé si con la sanación, o más con el empoderamiento de poder salir de lugares de oscuridad y violencia. Creo que la música de Miss Bolivia y la psicología son medio primas.

Entre las formas de encarar musicalmente esa violencia está Miau, un albúm como de amor universal. En Pantera, sin embargo, te vales de sonidos más duros o sucios, como la salsa cuando era la de la calle, bombos más bestias, ritmos más rápidos, incluso en los temas lentos se nota otra profundidad. ¿Estás de acuerdo en que Pantera es un disco mucho más agresivo musicalmente?
Yo siento una mutación entre ese gatito y la pantera: la pantera es mas vieja, mas salvaje y más negra. Y todo eso me fue pasando. En Pantera necesité hablar menos para decir más, fui más concreta, más concisa. Y sí, lo del amor universal a veces se me fue un poco. Pero eso se fue transformando en una actitud creo que más de marcar mi posición. Por ejemplo decía: somos tan distintas pero te quiero igual, pero yo ahora diría: hay diferencias que yo no tolero, y yo no te quiero igual, y eso es más sincero. Con toda tu energía odiadora, lesbofóbica, transfóbica, homofóbica, gordofóbica, racista.. con todo eso yo no te quiero.

El trap es otro ejemplo de música urbana asociada a los márgenes que ha pegado en los últimos tiempos. ¿Cómo ves que muchas de sus artistas parezcan haber sido fagocitadas por la industria?
En el trap en Argentina hay una usina muy fuerte, y me gusta que muchos de los traperos importantes no hayan firmado con las grandes compañías, porque ahora cambiaron las reglas del juego y saben que tienen el poder. Las compañías los quieren pero ellos no, están bien así, y eso me encanta.

¿Hasta qué punto firmar con Sony Music, como tú decidiste hacer, puede neutralizar la potencia de una música que nace de lo contestatario?
Yo vengo del punk, del do it yourself, hice discos con un sello, luego sola... y cuando empecé a trabajar con Sony fue difícil, tuvimos un periodo de adaptación, yo entré con los tacones de punta, muy punki. Con el correr de los años pienso que está buenísimo cómo trabajamos, realmente me siento independiente y, a la vez, tengo una cartera de recursos ampliada de la que no disponía de forma individual. Cuando firmé mi primer contrato con Sony fue ultrasupervisado por los abogados más anarquistas de la ciudad y de la Unión de Músicos Independientes. Ese contrato me da a mí absoluta libertad de contenidos, de ejecución, de si quiero tocar gratis, ceder mis canciones, sincronizarlas en películas... lo que sea. Y si quiero hacer una canción que se titule “Muerte a Sony” me la tiene que pagar Sony. Pero también conozco artistas que les han cagado, les han cajoneado el material o les tuvieron dos años un disco para sacarlo y quedó obsoleto. También gente independiente que se cansó y quiso pasar a una disquera. Hay muchas formas. Están cambiando las formas de la industria, y eso quiere decir que está viva. Pero hay que tener siempre al amigo abogado anarquista, es muy importante trabajar en red.

Desde aquí se siguió con mucho entusiasmo la deliberación por la legalización del aborto en argentina. ¿Cómo fue para el movimiento feminista allá ese momento en que no se aprueba la ley? Y a la vez, ¿cuál fue la victoria?
Creo que fue una victoria, y creo que está en proceso, no podemos pensarlo. Ahora estamos donde estamos porque hace 20 años que vienen unas viejas pidiendo eso. Somos hijas y nietas de ellas. Lo más poderoso fue la aparición y visibilidad de la marea verde, que son lo que Luciana Pecker llama la revolución de las hijas. Se alcanzó un nivel de organización y visibilización inédita en lo que es un reclamo urgente, y salió de las organizaciones militantes. Hubo un compromiso de toda la sociedad, desde quienes fuimos a exponer en las sesiones del congreso, médicos, funcionarios públicos, personas como yo que fui a contar una experiencia en primera persona, periodistas, filósofos, y todas las personas que pusieron el cuerpo, los artistas... eso es inédito, y el volumen es una victoria. Creo que la no sanción de la segunda etapa es representativo de cómo está en este momento organizada la patología social que se está desmantelando. La derecha se está robusteciendo en toda latinoamérica pero eso genera también la emergencia de toda una contracultura, un contrapeso, que está en la calle y que no se puede obviar ya.

Archivado en: Música
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

A Catapulta
A Catapulta Poesía, música e sobremesas
O dúo Columna Vegana conxuga na súa proposta o humor, a poesía, o social e a intimidade compartida
Música
Música y política Apoyar a Palestina “es complicado” en la música antifascista de Alemania
La cancelación de conciertos en la escena antifascista de grupos que han mostrado su rechazo al genocidio evidencia la división del país respecto a Palestina.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Pensiones
Pensiones públicas El Gobierno y el PP sacan adelante la reforma de las pensiones para incentivar el trabajo hasta los 72 años
Con apoyo de la patronal, los grandes sindicatos y el partido de Feijóo, el Gobierno aprobó la reforma que permitirá retrasar de forma voluntaria la jubilación.
Congreso de los Diputados
Ley ómnibus El Congreso aplasta el ‘escudo social’ del Gobierno
La moratoria de desahucios y de cortes de suministros para familias vulnerables del ‘escudo social‘, así como los descuentos en el transporte y en el bono social eléctrico quedan suspendidos tras la derrota del Gobierno en el Congreso.
Fiscalidad
Impuestos Junts y PNV eliminan el impuesto a las grandes energéticas
Las derechas vasca y catalana se suman al PP y Vox para que no se prorrogue el impuesto pese a las concesiones.
Palestina
Genocidio No hay tregua para Israel, que multiplica sus ataques sobre la población de Cisjordania
Las Fuerzas Armadas de Israel han lanzado la operación “muro de hierro” sobre Jenin, donde se han producido más de diez asesinatos y docenas de detenciones en las últimas horas.
El Salto n.77
El Salto 77 La desastrosa gestión de la dana en la nueva revista de El Salto
A las vidas que se perdieron en el fango y la riada, a la gestión del desastre, dedicamos la portada de nuestro número de invierno de 2025.

Últimas

Crónica
Palestina El viaje vacío: el espejismo de la ayuda humanitaria en la frontera de Rafah
Un enviado especial de El Salto a Rafah explica cómo se ha producido el primer acceso de los periodistas extranjeros a este punto de la frontera de Egipto con Palestina tras el anuncio de alto el fuego en vigor desde el 20 de enero.
Estados Unidos
Crisis climática El portazo de EE UU al Acuerdo de París, una decisión que costará vidas
El magnate promulga en su primer día una batería de leyes anticlima y saca a Estados Unidos del plan global para frenar el cambio climático en el año en que el planeta ha sobrepasado los 1,5ºC de calentamiento.
Estados Unidos
Ola antigénero Trump, pasado y futuro del infierno que viven las personas trans en Estados Unidos
Aunque los atentados más graves contra los derechos trans en EE UU en los últimos años han venido de parte de los Estados, Trump empieza su mandato cargando contra el derecho a la no discriminación o los tratamientos médicos para el colectivo.
Galicia
Galicia Noruega frena una celulosa similar a Altri amparándose en la directiva europea que regula los vertidos
La Agencia de Medio Ambiente del país da carpetazo a la construcción de una fábrica en su territorio y argumenta su decisión por las potenciales afecciones a la calidad del agua. El proyecto, señalado por Greenpeace, era más pequeño que el gallego.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad a la madrileña La policía levanta una mesa que recogía reclamaciones en el Hospital 12 de Octubre de Madrid
Vecinas y vecinos de barrios y pueblos de Madrid llevan un año recogiendo reclamaciones por el estado de la sanidad. Este miércoles la acción ha sido impedida por la Gerencia del hospital, en un contexto de lucha.

Recomendadas

Palestina
Genocidio “Felicidad mezclada con mucha tristeza”, gazatíes en Egipto reciben las noticias del alto al fuego
Las personas palestinas refugiadas en Egipto celebran el alto el fuego aunque reconocen muchas dudas sobre el posible retorno a su tierra, toda vez que la campaña de Israel ha terminado con las infraestructuras y diezmado a las familias gazatíes.
Galicia
Galicia La Xunta reparte 2,6 millones en 59 convenios con los grandes medios gallegos basándose en el “interés general”
En poco más de año y medio, las consellerías firmaron 59 convenios para la publicación de campañas y contenidos periodísticos relativos a sus ámbitos competenciales, reservándose el derecho a hacer observaciones en los contenidos.
Yemayá Revista
Yemayá Revista El feminismo saharaui, una lucha debilitada por el abandono de un pueblo
Pese a lo esencial de la lucha de las mujeres saharauis por reivindicar sus derechos y los de su tierra, 50 años de exilio y colonización han tenido impactos en los ejes patriarcales de los campamentos de personas refugiadas en Tinduf.
Migración
Derechos Humanos 2.465 personas han muerto o desaparecido intentando llegar a territorio español en 2024
El informe ‘Derechos humanos en la Frontera Sur’ de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía pone el foco este año en la situación de los asentamientos en Huelva y Almería donde viven más de 12.000 personas.