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Memoria histórica
Nora Cortiñas: “Exhumen a Franco, no se puede homenajear a un genocida”
Nora Cortiñas es una de las fundadoras de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina. Este jueves visita el Valle de los Caídos con un mensaje claro: si no hay arrepentimiento ni un reconocimiento del dolor causado, no puede haber olvido ni perdón.
Nora Cortiñas es una de las fundadoras de las Madres de la Plaza de Mayo, el movimiento que ha puesto contra las cuerdas a los responsables de las 30.000 desapariciones forzosas durante la dictadura argentina. En unos días cumple 89 años. Hoy, tras ser homenajeada por el Ayuntamiento de Madrid, visita el Valle de los Caídos para pedir que se exhumen los restos del dictador y advierte: no hay reconciliación posible y solo la memoria puede reparar a las víctimas del terrorismo de Estado.
Llegas a tiempo para la huelga feminista, ¿te consideras feminista?
Hace poco que decidí aceptar que era feminista. Yo me creía que el feminismo era otra cosa, que era un desapego a hombre. Hasta que entendí que era ejercitar nuestros derechos, que los teníamos, y que muchas mujeres pasan muchos años sin darnos cuenta de que tenemos derechos desde que nacemos, pero según en el hogar que vivimos no aparecen para ejercitarlos.
Fui muchos años un ama de casa que creía que tenía deberes y no me daba cuenta de que tenía derechos. Pero así fue mi crianza. Después de que se llevan a mi hijo, salgo a la calle y empiezo a tener contacto, y me encuentro con muchas mujeres que me van contando que tengo mis derechos. Son formas de crianza, no estoy arrepentida de no haberlo conocido, pero qué bueno que lo conocí y puedo transmitirlo a esas mujeres.
¿Hay un momento en el que se produce ese cambio?
Los cambios se van dando, una nunca tiene la noción porque no vamos en busca de los cambios, sino que se presentan ante nosotras en el momento en que tienen que presentarse.
No puede haber un homenaje a un genocida que nunca se arrepintió de los crímenes que cometió y, al contrario, siguió pensando que era lo mejor
¿Apoyas el 8M y la huelga feminista en Argentina?
En Argentina suelo estar el 8M, hoy me llamó una compañera de Ni una menos porque se está preparando. Este año vino conflictuado, se mezcló política partidista cuando hasta ahora había sido muy espontáneo. Se trata de la aparición de la mujer en un escenario en el que tenía que haber estado siempre. La visibilización de la mujer; acá estamos, somos. Hasta ahora estaba todo muy oculto, la mujer estaba muy tapada. Ahora perdió ese ocultamiento y surge con mucha fuerza, vemos que cambió todo.
Tu pañuelo es el blanco, ¿también apoyas los verdes?
Los que trajimos se los acabamos de dar a dos mujeres kurdas, dos verdes. Los blancos no pude traer porque tenían que ir a imprenta para grabar nuestro lema. Estuvimos sin dinero y cuando recibimos el dinero no llegamos a imprimirlo.
La memoria, ¿qué tiene que ver con el feminismo?
Primero las madres de Plaza de Mayo nos formalizamos hace 42 años; hace 42 años que estamos yendo a la plaza sin pensar en el feminismo, fue espontáneo y visceral, y lo sigue siendo. Cada jueves el ir a la Plaza Mayo es muy visceral, y a lo mejor aparece una nueva madre que no había podido hasta ahora. No se va a buscarlas, la madre decide ir cuando encuentra su momento. Son 42 años. Con los años nos fuimos dando cuenta de que era una acción y un sentimiento feminista porque fuimos las que dijimos vamos las madres a la plaza.
Los padres igual no participan más que uno o dos, pero no es un movimento de padres, es de madres. Creo que la madre no dudó en ningún momento de la actividad de su hijo o hija, no así los padres, los padres vivieron una situación muy perturbadora. El padre estaba considerado que no podía llorar. La Iglesia pone que los padres no lloran, pero en este terrorismo de Estado que tuvimos y que sigue perdurando el dolor del varón es el mismo y la actitud o la metodología no está aceptada pero tienen la fuerza que no llega a tener el padre.
Los padres tienen el mismo sentimiento. Eso de que los padres no lloran es un mito.
¿Qué comparten Argentina y España en cuanto a memoria histórica?
Compartimos muchos dolores. Compartimos los dolores de la tiranía de haber tenido dictaduras prolongadas y dolorosas. De haber tenido exilios, primero de acá para la Argentina hace cien años y después de la Argentina para acá, cansados de una situación económica muy mala con despidos, persecuciones políticas y hambre. Ahora los dos países estamos mal y de los dos hay intercambio. Al principio el éxodo fue porque acá había hambruna, ahora de la Argentina tratan de huir porque hay hambruna también desgraciadamente.
Si no hay un pedido de perdón, y si no hay arrepentimiento, no puede haber olvido ni perdón
El trabajo que se ha hecho de recuperación de memoria allí, ¿es algo de lo que España tenga que aprender?
Sí, España ahora tiene que aprender. Tuvimos una época de la justicia universal, acá en España juzgaron a los militares argentinos. Con Baltasar Garzón, con los fiscales, tuvimos la primera etapa de juicios, luego en Francia, Italia y otros países. Ahora pretendemos que en este cambio España reconozca que tiene que pleitear para que haya justicia. Nosotras no queremos reconciliación, cuando vine ahora me entero de que acá en el mausoleo de Franco hay el conflicto que tiene que haber, no puede haber un mausoleo de homenaje a un genocida. No puede, no debe haberlo. Ahora hay que sacar esos restos, dárselos a la familia y que los entierren lejos, donde quieran, pero particular. No puede haber un rito de homenaje a Franco. No podemos homenajear el genocidio en ningún país del mundo. No puede haber un homenaje a un genocida que nunca se arrepintió de los crímenes que cometió y, al contrario, siguió pensando que era lo mejor.
Vengo con ese sentimiento de decirle exhumen a Franco, dénselo a la familia.
Esto que debería estar claro genera mucha tensión. ¿Qué dice eso de la sociedad española?
Hay que cambiar la mentalidad y mostrar la verdadera historia para que los niños que van a la escuela crezcan con la versión de la pura verdad de lo que pasó. Se puede. Hay que intentar de a poco y no hay que unir en el mismo espacio a víctimas y victimarios. No puede estar Franco donde están miles de víctimas.
No bajar de eso, no hablar de reconciliación y tratar de salir adelante para que el verdadero homenaje sea a las víctimas del terrorismo de Estado.
Una vez que se hace ese trabajo de memoria, ¿las víctimas os sentís reparadas?
Hay una reparación que es la justicia, pero nunca hay reparación para un crimen tan fuerte, de lesa humanidad, que efectivamente lesiona la humanidad, ofende a la humanidad acá en España y en Argentina. No se encontró a los victimarios directos de mi hijo pero cada uno que va a la cárcel por otras víctimas nos reivindica un poco. El dolor, el duelo, es para siempre. La pérdida de un hijo con esta metodología aberrante e infame es como si te hubieran amputado una parte de tu cuerpo. Y no hay perdón ni hay olvido, solo lucha y búsqueda de toda la verdad y la justicia.
¿Cuándo acaba esa lucha?
No acaba, no quiero cerrarlo, quiero que esté la historia permanente por él y por los 30.000. Que haya actos, que haya homenajes, que los niños recuerden, que no se apaguen y quieran cortar la historia y acá no pasó nada.
Es mi modo de sentir, y hasta dentro de mi propia religión, si no hay un pedido de perdón, y si no hay arrepentimiento, no puede haber olvido ni perdón.
A las familias de los represaliados, ¿qué les dirías?
Que sigan luchando. No olvidar, no olvidar, tener permanente la memoria del familiar querido y exaltar sus valores.