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Medios de comunicación
El Lince con botas, un relato de Extremadura
Dice María Moliner, en su Diccionario de uso del español, que lincear significa descubrir cosas con sagacidad. Sagaz lo define como el adjetivo que se aplica al que percibe la verdadera naturaleza de las cosas y lo que hay oculto en ellas.
Verbo y adjetivo son el atributo de un programa audiovisual que aún no ha recibido, como se merece, el suficiente encomio y reconocimiento por parte de las instituciones extremeñas, si bien le sobran, y a raudales, cuando le vienen dados de la ciudadanía, sea ésta rural o urbana, no de la que gusta del ruido sin ton ni son, ni de las prisas o de la servidumbre al chorroborro que nos aturde, sino de la que sabe ver el detalle de las cosas y gasta suelas en hallarlas, como lince con botas que recorre los caminos de la tierra extremeña y hace de sus hermosos paisajes y gentes el fundamento de su palabra.
Desde que El Lince inició su andadura, han sido muchas las trampas en su camino y los intentos por abatir su figura. Como se informa desde su página, en 2007 la serie fue retirada de la parrilla de Canal Extremadura TV
Hoy por hoy, El lince con botas se ha convertido en voz y espejo de una Extremadura memorialista, medioambiental, crítica. La serie documental, que va ya por más de 500 capítulos televisados y que en la actualidad se emite en Canal Extremadura TV, mezcla, en una ordenada armonía, espectaculares paisajes con una envolvente música, guiado todo por una conversación pausada, razonable, conciliadora, que hace de la locución filtro balsámico de Fierabrás que sana tanto las heridas del alma como el ánimo inquieto de quienes, embobados, con el magín rehén, seguimos el avatar de la historia que se nos narra. Como se dice en su página web, tantas cosas han contado que resulta ya complicado encontrar una parcela de la realidad cultural, gremial o natural extremeñas que no haya sido protagonista de algún capítulo de El Lince con Botas.
La productora, Libre Producciones, sabe de sinsabores y ninguneos, traducidos en el menosprecio de corte y alabanza de aldea. Desde que El Lince inició su andadura, han sido muchas las trampas en su camino y los intentos por abatir su figura. Como se informa desde su página, en 2007 la serie fue retirada de la parrilla de Canal Extremadura TV como consecuencia de un firme sectarismo del ente público y de quienes movían los hilos de la televisión extremeña. Eran los tiempos del ibarrismo puro y duro, ese cáncer enquistado en el poder extremeño que aún lo corroe, del proyecto de la refinería en Tierra de Barros y del sueño perverso de un plutócrata llamado Gallardo, hoy día venido a menos.
Cuando otros medios (radios, periódicos, televisiones) callaron y le hicieron el juego y la propaganda a la desenfrenada codicia de quienes aspiraban a ensuciar los cielos extremeños, Libre Producciones se mantuvo firme y renunció a seguir emitiendo a cambio de censurar los contenidos de sus documentales. El destierro duró cinco años, llegándose incluso a prohibir la emisión de documentales pasados, en un aviso a navegantes por parte de la Junta de Extremadura que dejaba claro quién era el amo y señor de estas tierras.
Cuando otros medios (radios, periódicos, televisiones) callaron y le hicieron el juego y la propaganda a la desenfrenada codicia de quienes aspiraban a ensuciar los cielos extremeños, Libre Producciones se mantuvo firme y renunció a seguir emitiendo a cambio de censurar los contenidos de sus documentales
Desde entonces, es proverbial la inquina y fijación que la Dirección General de la CEXMA (Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales) ha tenido con esta productora. En 2015 de nuevo se pusieron obstáculos a la emisión de su programa estrella, si bien los mismos se superaron y a día de hoy, siempre con espíritu libre y con un nuevo formato, El Lince con Botas 3.0, se sigue emitiendo en la televisión autónoma, en un horario que a veces hace difícil su visionado por lo intempestivas de las horas. Siempre nos quedarán los podcast, descargables desde la página de la productora.
Detrás de El Lince, serie de excelente calidad que debería emitirse en nuestras escuelas, hay un equipo que tiene tanto de humano como de animal agreste, anónimo, salvaje en la acepción libertaria de la palabra. De callada labor, enjundia sin igual y buen hacer están hechos sus mimbres y el quehacer de su horas y de sus días.
Ferrer Lerín, en su conocido Bestiario, tomándolo del Diccionario Infernal de Collin de Plancy, dice que al lince no solo le atribuyen la facultad de ver a través de las paredes, sino también la virtud de producir piedras preciosas. Es tal su naturaleza que, como la de El lince con botas en Extremadura, todo lo que produce es oro, filigrana en estos tiempos en lo que las cosas bien hechas escasean. Es de agradecer que aún queden espíritus valientes como el de Libre Producciones, que ponen la voz donde otros ponen la mordaza.
Todos los programas pueden verse aquí, en la página de Libre producciones, en la sección “El lince con botas”.