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Medio ambiente
El parque de La Cornisa quiere seguir siendo de barrio
El Parque de La Cornisa está “escondido” detrás de la Basílica de San Francisco Grande y se accede a él bajando por las calles del Jerte o Cuesta del Rosario. Es vecino del Seminario Conciliar de Madrid y del Centro Municipal de Mayores San Francisco, y hasta ahora se mantiene como un espacio libre del movimiento de turismo y visitantes del resto del barrio de La Latina. Desde que se anunció su reforma en septiembre de 2022, las vecinas de la zona llevan peleando centímetro a centímetro que se respete como un equipamiento para los habitantes de la zona.
La primera fase de la reforma se terminó el pasado mes de marzo, en la previa de las elecciones municipales, y costó cerca de 825.000 euros, según el Ayuntamiento. Las vecinas lamentan que la segunda no tenga más fecha que “algún momento de 2024” y que las reformas hayan empeorado lo que había: se ha eliminado verde, se han cortado árboles, se han eliminado las dotaciones deportivas y el parque infantil y no está previsto que regresen. Pedían bancos de madera y ahora tienen un graderío de piedras sin respaldo. Además de la opacidad de la que se quejaban desde que empezó la obra, lo que lamentan es que “no parece diseñado para la gente que vive aquí”.
Las asociaciones de la zona siguen intentando visibilizar La Latina, y el centro en general, como un sitio donde aún habitan y hacen vida muchas familias
La asociación Vecinas Corniseras se concentraron el pasado fin de semana en doble convocatoria: el viernes a las 17.00 y el sábado a las 12.00. El objetivo parece tonto, pero visibilizar la conciliación. El parque tiene a poco más de 300 metros, uno en calle Bailén y otro en Carrera de San Francisco, los CEIP Vázquez de Mella y Virgen de la Paloma. Las asociaciones de la zona siguen intentando visibilizar La Latina, y el centro en general, como un sitio donde aún habitan y hacen vida familias, más allá de las reclamaciones por ruido típicas de Cava Baja y Cava Alta.
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Recuerdos del “Pequeño Vaticano”
Carmela, portavoz de las Corniseras, explica a El Salto que “en el mandato pasado conseguimos un compromiso de que se iba a renovar el parque infantil, que ya no está, y que se iban a respetar las praderas, que como veis algunas están y otras no, y las que sí las han abandonado. Fue algo que votó hasta el PP. El objetivo, además, se suponía que era mejorar el drenaje del Parque, pero sigue con charcos, y eso a pesar de que hace bastante que no llueve”. Señalan también que la tierra donde crecía hierba se ha sustituido por terrizo mezclado con zahorra, para que no salga nada.
Es de suma gravedad lo que están haciendo en nuestros parques, mirar en la cornisa@VecinasCornisa pic.twitter.com/VB672Az7EU
— 🌳Mesa del Arbol de Carabanchel (@ArbolMesa) November 26, 2023
En el proyecto original había prevista una instalación junto al graderío de piedra que ha sustituido la zona infantil llamado “escenario”. “En principio ya no está, pero lo que inferimos es que se quería poner ahí algún tipo de espacio para el consumo o terraza, y que el diseño de los caminos original era para integrar esta zona, que había quedado como equipamiento para las vecinas que quedamos, en la parte turística, un espacio para hacerte un selfie para Instagram bajando desde San Francisco”, explica la portavoz.
"Mi madre venía a leer y desde que ha acabado la obra no viene porque no tiene donde sentarse. Hasta se ha pasado un tiempo sin iluminación que hasta te daba prudencia pasar por aquí en invierno”
Aquí vive gente
Beatriz, vecina del barrio, defiende que La Cornisa era un “parque vivo, donde la gente venía a hacer yoga, relajarse, hacer deporte… Mi madre venía a leer y desde que ha acabado la obra no viene porque no tiene donde sentarse. Hasta se ha pasado un tiempo sin iluminación que hasta te daba prudencia pasar por aquí en invierno”. Recuerda que La Cornisa es uno de los pocos lugares del centro “donde se hacen hogueras de San Juan, viene gente de todas partes de Madrid, por tradición y porque les gustan las vistas. Si se uniesen a defenderlo igual otro gallo cantaría”.
Carmela explica que se han convocado las concentraciones para “seguir presionando por unos plazos cerrados, que no nos dejen el parque así un año más. Que haya unas fechas, estén cerradas, se respete la opinión de la gente que viva aquí y se cumplan los compromisos”. Ya durante esta primera fase se consiguió que de 100 árboles que se iban a retirar, solo se hiciese con 28, y finalmente se haya previsto plantar otros 40. “El centro se planifica como si no viviese nadie, cuando se empezó a planificar nos tuvimos que enterar por la prensa y tardamos tres meses en poder ver unos planos”.
“Esto pasa aquí pero también en las Cruces, el Calero, Comillas… Es una manera de entender la ciudad muy poco respetuosa con zonas verdes... Tejemos redes porque, si tocan un parque, los tocan a todos”
A las movilizaciones de las Corniseras se han unido colectivos de otras zonas de la ciudad: la Plataforma No a la Tala de Arganzuela, la Mesa del Árbol de Carabanchel… además de las asociaciones de vecinos de Las Cavas o colectivo Olmo, que ya estaban en las protestas por La Cornisa desde que se anunció la reforma. Carmela concluye: “Esto pasa aquí pero también en las Cruces, el Calero, Comillas… Es una manera de entender la ciudad muy poco respetuosa con zonas verdes, salud de los vecinos, la crisis climática… Tejemos redes porque, si tocan un parque, los tocan a todos”.
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En la concentración del pasado domingo se recordó el proyecto del ‘mini-Vaticano’, de tiempos de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde. En 2007 se aprobó una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid que preveía la cesión al Arzobispado de Madrid de la zona “Cornisa de San Francisco-Seminario” con una edificabilidad de 25.000 m2 para la construcción de una Biblioteca Diocesana, una Casa de la Iglesia con 200 plazas de aparcamiento, una Residencia para Sacerdotes y un hogar para indigentes. Denunciado por los varias asociaciones vecinales y la oposición, fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) en dos ocasiones, 2010 y 2011.