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Uruguay
Debates en diagonal: foro barrial y festival de bienes comunes
El Municipio B de Montevideo, uno de los ocho municipios de la ciudad ubicado en el casco histórico, celebró este fin de semana el foro barrial y festival de bienes comunes. Consistió en un espacio de debate sobre experiencias de resistencia y alternativas a nivel internacional, con especialistas de Argentina, Barcelona, Brasil, Colombia e Italia, y local, partiendo del concepto de los bienes comunes para ampliar los horizontes de posibilidad para la ciudad poniendo en diálogo los haceres y los saberes con el Estado. El corazón de la política municipal es el cuidado de la vida, impulsado por la alcaldesa feminista, Silvana Pissano, que muestra que estas iniciativas existen, recordando los diversos planes llevados a cabo como “Plantar es cuidar” o “Mi escuela, mi barrio”.
El Municipio reconoce este evento celebrado el sábado 18 de noviembre en la Diagonal Fabini de la Ciudad Vieja como una forma central de devolverle a la comunidad las propuestas así como recibir nuevas demandas en el marco de la celebración de los bienes comunes. Este espacio de encuentro y debate pertenece a las iniciativas del Plan de Desarrollo Municipal, que pone el foco en el derecho a la ciudad y la centralidad de los cuidados. Concretamente, el foro abarcó discusiones en torno al derecho a la ciudad, los cuidados, la ecología, los saberes comunitarios y el cooperativismo en las que participaron cientos de vecinas y vecinos, organizaciones barriales, cooperativas de vivienda, grupos de economía social y solidaria, representantes de los cuidados como Mujeres por historia y “La cuida”, además de colectivos y personas expertas en los ámbitos tratados y activistas.
El derecho a la ciudad defiende que la ciudad “pueda ser apropiada, usada, transitada, disfrutada por sus habitantes, que construyen la vida urbana en su diversidad”
Las mesas iniciales toman forma de apertura teórica desde los haceres y saberes. “Producción alternativa de la ciudad” fue el primer panel que comenzó con la experta argentina Ana María Vásquez Duplat del Centro de Estrategias y Acción por la Igualdad (CEAPI) de la mano del brasileño Rodrigo Savazoni del Instituto Procomún y de las uruguayas Valentina Ibarlucea de la Comisión Derecho a la ciudad y Alicia Maneiro de CUDECOOP. Vásquez Suplat planteó como prioridad la “construcción de la vida donde ganemos todas frente al capital transnacional que busca territorio donde asentarse”, sobre todo en ciudades como Buenos Aires con gran presencia de políticas urbanas de corte neoliberal, presentando la estrategia de las 5 D: “desmercantilización, descentralización, despatriarcalización, desfosilización y democratización”. Ibarlucea se suma a la resistencia a las formas urbanas extractivas mediante “la defensa del suelo público y la exigencia de participación y democracia” aclarando que “quienes construyen ciudad son las organizaciones que sostienen la vida: la olla, el merenderos, las cooperativas de vivienda u organizaciones barriales”.
El derecho a la ciudad defiende que la ciudad “pueda ser apropiada, usada, transitada, disfrutada por sus habitantes, que construyen la vida urbana en su diversidad”. Para abordar este derecho, desde el Municipio incorporan una perspectiva feminista para poner en el centro la vida y revalorizarla. “El vecindario, los servicios próximos, la calle, el espacio público, la vivienda e incluso la relación con el ambiente” obligaron a las personas asistentes a replantearse las lógicas que predominan en el diseño y la construcción de las ciudades así como el rol de los distintos actores.
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De esta forma, se da un siguiente paso reflexionando sobre “Feminismos y común” con Débora Del Guerra del colectivo brasileño Etinerancias, Roser Casanovas del Colectivo Punt 6, experta en Urbanismo feminista para la vida cotidiana de Barcelona, Leticia Rodríguez Taborda de la Secretaría étnico racial y poblaciones migrantes de la Intendencia de Montevideo, Mariana Rodríguez Espinosa de la Mercada Feminista y Xabier Lertxundi Asteasuinzarra, alcalde de Hernani (País Vasco). Con las reflexiones sobre lo común se indagó en las alternativas a lo público estatal y lo privado. Rodríguez se suma a la apuesta por lo colectivo “es esencial llenar las organizaciones de participación y hacer una coalición de organizaciones antirracistas” trayendo los aprendizajes de los movimientos afrofeministas de que “la riqueza se construye solidariamente y a nivel comunitario” y reconociendo su valor como “guardianas de las semillas y del agua”. “Mucho de los feminismos a aportar a los comunes” y “mucho de los comunes que aportar a los feminismos” son las encrucijadas que Del Guerra dice que no se producirían “sin las mujeres negras, afro y trans”. Casanovas concluye así con la necesidad de “reivindicar quien ha puesto los cuidados en el centro de las políticas públicas” ya que la perspectiva feminista interseccional “es un trabajo que no se acaba nunca.
El Municipio afirma que “lo común permite reconocernos en colectivo y, a la vez, en interdependencia” entendiendo la posesión como colectiva ya que “devela entramados de resistencia y lucha ante un sistema que prioriza el capital por sobre la vida, la propiedad y la fragmentación por sobre lo común y colectivo”. Y es que estos diálogos “reivindican experiencias cotidianas capaces de poner en el centro la reproducción material y simbólica de la vida”.
“Arte público y gestiones colectivas” fue el panel elegido para finalizar esta parte del foro, con la presencia de la colombiana Ana López del Colectivo Arquitectura Expandida, de los italianos Matteo Locci del Colectivo Artístico Atti Suffix y Giuseppe Micciarelli del Observatorio de Bienes Comunes y las uruguayas Gabriela Iribarren y Adriana Goñi, además de artistas residentes. López reivindica “los lenguajes y saberes culturales” para colaborar con los movimientos de base para que “los distintos lenguajes puedan confluir”. Iribarren continúa en esta línea al defender “el derecho humano a la belleza” en relación a “las memorias afectivas” como una forma de “reconocernos en nuestra propia historia”. Hacer ciudad requiere de una dimensión material, simbólica y afectiva. Tras la reflexión sobre la superación sobre lo público y lo privado, entendiendo los comunes como procesos colectivos, se abrieron “nuevos modos de imaginar, decidir y gestionar lo urbano” mediante el arte público como elemento narrativo con el que construir una alternativa para los desafíos locales.
El encuentro se trató de disfrutar generando comunidad, con todos los medios al alcance posibles, apoyando a los proyectos cooperativos e iniciativas de economía social, feminista, solidaria y de proximidad
Para evaluar las necesidades, los saberes instalados en el territorio y cómo pueden articularse una vez establecido el marco teórico tuvieron lugar diálogos barriales. “Cultura, colectivos culturales y territorios”; “Ciudades cooperativas y propiedad colectiva”; “Cuidados, barrio y comunidad”; “Economías solidarias y transformadoras” y “Sembrando comunidad: de la semilla a la huerta” son los diálogos barriales abiertos que tuvieron lugar a lo largo del sábado. Sol Scavino, moderadora del diálogo de cuidados y Socióloga de la Udelar define estos foros como “una instancia de intercambio político participativo donde el Municipio busca instalar algunas ideas para el desarrollo de sus propias políticas que vengan de los haceres y saberes colectivos y en territorio”.
Surgió así una articulación muy clara entre distintas cooperativas de viviendas que estaban empezando a preocuparse por el papel de las vejeces. “A partir del diálogo pudieron reconocerse entre sí”, explica Scavino para así “comenzar un trabajo conjunto que también pueda ser articulado por el Municipio”. El encuentro se trató de disfrutar generando comunidad, con todos los medios al alcance posibles, apoyando a los proyectos cooperativos e iniciativas de economía social, feminista, solidaria y de proximidad. El foro termina conectando con el arte. De un concierto de Kumbiaracha, grupo cumbiero compuesto por mujeres y disidencias, y con los participantes bailando, a un rap colaborativo con Hurakán Martínez y Curaduría, la murga Metele que son Pasteles y para cerrar, Se armó kokoa, agrupación afrofeminista y disidente de hiphop y “rap negro y maricón”.