Opinión
El desafío del siglo: hacia un futuro que nos salve de nosotros mismos

El tic tac del reloj de la muerte nos susurra en el oído. Sobrevivir consistirá en replantear el futuro y nuestro modelo de vida capitalista, racista, patriarcal y ecocida. Tenemos una sola oportunidad.
Otxantegi Herri Lurra, en Berango 2
Otxantegi Herri Lurra, en Berango

“Muchos que eran de convicción socialista emigraron hacia el capitalismo. Lo tratan de adornar al capitalismo. Y hay otros, como yo y otros, que tratamos de administrar lo que podemos en el capitalismo, pero la solución no es el capitalismo. Hay que encontrar otras cosas, otros caminos. Y pertenecemos a esa búsqueda”. El expresidente de Uruguay y exguerrillero socialista, José Mujica, vislumbra en esta cita, que se puede ver en el documental El Pepe, una vida suprema (2018) de Emir Kusturica, el debate dialéctico que caracteriza a la izquierda.

El capitalismo deja sus huellas en las crisis ecosociales que asolan la Tierra. Sus coletazos ponen en cuestión el modelo económico y productivo –y de consumo–. Un modelo en el que se vislumbran dos vertientes. Por un lado, la rapidez de un modo de producción y consumo que requiere a trabajadores y trabajadoras funcionando como máquinas y sin descanso, lo que se traduce en fallos de seguridad y accidentes laborales. Y, por otro lado, la incipiente dependencia que tiene el ser humano de los combustibles fósiles. Tras estallidos ecosociales siempre se pone en cuestión el modelo, pero también siempre la crítica se queda en el tintero.

Un modelo insostenible con la vida

Que para abordar el cambio climático y frenar nuestro tren que va abocado al precipicio se necesitan políticas radicales no es algo que pida el Partido Comunista ni la Internacional Socialista. Es algo que pide Naciones Unidas. Mitigar el cambio climático es una necesidad vital y de existencia que compete al ser humano como responsable de la situación. La única forma de abordarlo es acudiendo a la raíz. Y la raíz es el modelo económico y de consumo.

La situación de las trabajadoras de todo el globo terráqueo está polarizada entre quienes son pobres en el mundo rico y quienes son aún más pobres en el mundo pobre. El modelo económico capitalista se sostiene sobre la premisa de que la desigualdad es un hecho natural y necesario. Quienes acumulan la riqueza en pocas manos, quienes no quieren redistribuir dicha riqueza y los recursos, son a quienes les interesa más que cale la idea de la naturalización de hechos que son sociales, aprendidos y construidos. Quienes construyen el mantra de la meritocracia, para que cale como ideología que sostiene el capitalismo, son precisamente quienes tienen menos méritos para ocupar las posiciones que ocupan. En la rueda del capitalismo, el capitalista necesita del consumidor –nosotras y nosotros– para funcionar como engranaje en su maquinaria de producción. Pero es que el modelo económico capitalista –y, sobre todo, su vertiente neoliberal– no permite que te muevas fuera de los márgenes, te obliga a participar en él.

El capitalismo neoliberal ataca las bases comunes y potencia el proceso de atomización socia

Superar el modelo capitalista y construir otro modelo económico y de consumo –y de vida– no es un capricho baladí. Es una necesidad. El ser humano es un animal gregario, un ser social, que se necesita de la sociedad. El capitalismo neoliberal ataca las bases comunes y potencia el proceso de atomización social. Todo lo que sea la reunión en asociaciones, en colectivos feministas o la sindicación es un acto revolucionario anticapitalista y en favor de la humanidad.

Sin embargo, no hay que ser ingenuos. Hay que acelerar los mecanismos de la historia, pero éstos se construyen peldaño a peldaño, con mirada larga y paso corto. Y aquí regresamos a la cita de Mujica. Debe haber una política del mientras tanto. Se requiere de la superación del capitalismo a un modelo isocrático – gobierno de los iguales – y poscapitalista, que sea ecológicamente sostenible, democrático, igualitario, no patriarcal y no racista. Y eso se construye en el mientras tanto.

Que a la alternativa capitalista se le ponga el nombre que se quiera. Pero la matriz ideológica no debe enturbiar la realidad

El capitalismo es un modelo que se sostiene sobre la explotación de las mujeres y la colonización del paralelo sur. Que a la alternativa capitalista se le ponga el nombre que se quiera. Pero la matriz ideológica no debe enturbiar la realidad. Para llegar a la alternativa se necesita de trabajo, colaboración y sentido crítico. No se puede cruzar un río bravo a nado, hay que construir el puente antes.

Las políticas progresistas y las políticas socialistas son la masa de hormigón armado de los pilares de ese puente. Y cualquier persona que se denomine de izquierdas es, en mayor o menor grado, socialista. Desde el comunista al socialdemócrata, ambas ramas del tronco del socialismo. El establecimiento de políticas redistributivas, como la propuesta del economista Thomas Piketty (¡Viva el socialismo!, 2021), con la instauración de un tipo impositivo del 90% sobre la renta de los multimillonarios es una necesidad de justicia social.

La emergencia del socialismo

Sobre la premisa de la rueda del terrorífico modelo capitalista en el que las personas son números productivos de consolidación del capital nacen las voces críticas en forma de paraguas interseccional. Las movilizaciones feministas, antirracistas, ecologistas y antibelicistas evidencian la hartura social con un sistema de vida basado en la colonización occidental y la explotación sexista que sostienen el modelo económico vigente. Un modelo que llevará al planeta al punto de no retorno del colapso.

Para ello hay que implantar políticas socialistas de carácter democrático-participativo. Combinar en las formas de gestión económica elementos de descentralización y autogestión

Para romper con esta forma de vida hay que caminar con paso corto y mirada larga. Y lleva tiempo. Hay que cambiar la estructura económica a una economía social, solidaria, circular y feminista, además de colaborativa y participativa. Para ello hay que implantar políticas socialistas de carácter democrático-participativo. Combinar en las formas de gestión económica elementos de descentralización y autogestión. Promoviendo la creación de cooperativas, empresas autogestionadas y holocráticas – la gestión se descentraliza hacia una forma de estructura jerárquicamente plana y autogestionada –, organizaciones comunitarias y empresas sociales.

Un Estado económicamente interventor que garantice los servicios públicos esenciales y cuyo órgano legislativo promueva la redistribución de la riqueza y la propiedad, e integrando mecanismos de democracia directa en diferentes niveles de gobierno. Esta forma de gobierno más democrática permitiría a los y las ciudadanas una mayor influencia sobre las decisiones políticas y económicas que guían sus vidas. Y, además, estableciendo estructuras de rendición de cuentas y de transparencia en todas las instituciones públicas.

Empresas sociales

Construir un modelo económico y de vida poscapitalista e isocrático no es una cuestión de un día. No es un proceso instantáneo a través de una revolución proletaria. No hay que ser ilusos. No se dan las condiciones para ningún camino que no pase por la coordinación democrática. Es un proceso que requiere tiempo, organización y paso corto. La construcción del puente requiere de un diseño previo, de montar los pilares y después el resto de la estructura. Montar un modelo de vida no racista, no patriarcal y ecológicamente sostenible vendrá de un trabajo institucional, un trabajo de acción directa en las calles y un proceso autocrítico personal en el que cada uno y cada una tendrá que sacudirse sus propias mierdas.

Las empresas sociales, aquellas que tienen un impacto positivo como modelo de negocio en la sociedad y en el medio ambiente, y una misión orientada a la mejora de éstos, pueden significar un ejercicio de transición a ese nuevo mundo. Esta forma de negocio también debe basarse en formas holocráticas y autogestionadas de forma horizontal. La empresa capitalista tradicional se fundamenta en una cultura de acumulación de capital en la cual la regla es vender y ganar más dinero. Este modelo transicional de empresa se basa en una forma de organización como comunidad, donde se tratan de satisfacer necesidades humanas.

La ruleta rusa

No es que el capitalismo sea un modelo injusto, que también, es que es insostenible con la vida. Su modo de operar basado en la acumulación, explotación y dominio es incompatible con la justicia social, la democracia y un planeta finito.

Abordar las crisis ecosociales y las desigualdades estructurales de manera interseccional requiere de la acción directa de todas y todos. Desde diferentes espacios – asociaciones, sindicatos, partidos políticos, revistas – y diferentes causas – feministas, ecologistas, antirracistas, laborales –. Toda aquella lucha que ponga en la luz pública a oprimidos frente a opresores, que ponga en cuestión desigualdades y que cause incomodidad constituirá una piedra angular para el cambio social. Hay que dejar de jugar a la ruleta rusa.

Sobre este blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Argentina
Luci Cavallero “Milei expresa lo más radical que están dispuestas a hacer las élites mundiales hoy”
La investigadora y socióloga argentina, integrante de Ni Una Menos, habla sobre los primeros meses del presidente argentino y el laboratorio neoliberal en el que se ha convertido Argentina.
Análisis
Análisis El PSC, a la mesa con los caníbales de Convergència
El PSC ha buscado una senda conocida y transitada antes por las fuerzas que compusieron Convergència i Unió. No se trata solo de nombres en puestos clave, sino de un programa económico que coincide en ser como agua de lluvia para las élites del país.
Pensamiento
Evgeny Morozov “La izquierda debe ser menos algorítmica, reinventar su pensamiento y el socialismo”
El intelectual ropone un sistema alternativo, innovador, centrado en la cultura, los hábitos sociales, el deseo o la creatividad propia del sujeto postmoderno.
Arabí
Arabí
19/7/2024 11:29

Totalmente de acuerdo. Un saludo.

0
0
Sobre este blog
El espacio para la libre expresión de los socios y las socias de El Salto. Si quieres participar sigue los pasos que encontrarás en Cómo publicar en el Blog de las Socias. El Salto no se responsabiliza de las opiniones que sus socios/as expongan en este blog.
Ver todas las entradas
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto como el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Uruguay
Uruguay La izquierda parte como favorita en la segunda vuelta de las elecciones en Uruguay
El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, parte con ventaja en las encuestas. El alto número de indecisos, y la ausencia de mayorías en parlamento y senado, marcan estos comicios.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.
Más noticias
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.