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Memoria histórica
El monumento a Franco donde nació "la ilusión de la guerra libertadora"
Hasta finales de 2015 no fue eliminado en Tenerife el monumento que lo celebraba, ocho años después de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica.
Allá por el mes de febrero de 2014 leímos la noticia de que el Ayuntamiento de Arucas (Gran Canaria) había localizado entre sus archivos antiguas fotografías desconocidas de los años de la Guerra de España, incluidas algunas del general Francisco Franco, tomadas el día antes de que encabezara el golpe de Estado contra la segunda República que dio lugar a la contienda incivil. Aparecen entre esas 381 instantáneas en blanco y negro, impresas en papel de postal, escenas de militares o civiles armados que, según informó la corporación, se presume podrían haber sido captadas el mismo día en que tuvo lugar la sublevación militar, el 17 de julio de 1936.
De días anteriores datan otras en la que aparece el fallecido dictador cuando era capitán general de Canarias, y que tienen por asunto nada menos que el entierro del general Amadeo Balmes, gobernador militar de Las Palmas y autoridad fiel a la República, fallecido el 16 de julio en extrañas circunstancias. La muerte de Balmes se debió oficialmente a un disparo accidental mientras manipulaba su arma, suceso sobre el que ha investigado a fondo el historiador Ángel Viñas en un primer libro titulado La conspiración de Franco, donde se plantea la posibilidad de que el general fuera asesinado por sus colegas golpistas, hecho que aventura como hipótesis pero que entonces no pudo demostrar. Esa investigación la culminó Viñas posteriormente, en colaboración con el médico patólogo Miguel Ull y el expiloto Cecilio Yuste, con El primer asesinato de Franco, obra en la que hace al dictador responsable de la muerte Balmes, según se desprende de la autopsia del general “accidentado”.
En opinión de Ull, más que una autopsia se trata de “la transcripción que le dictaron al secretario del juzgado los forenses que llevaron a cabo la operación, pero sus firmas no aparecen. Utiliza términos no profesionales y contradice la versión oficial del disparo. Este se hizo desde el costado, no desde el abdomen, como se ha contado todos estos años". Para Ángel Viñas es impensable que a un experto en armas como el general Amadeo Balmes se le ocurriera desatascar una pistola apuntándola hacia su vientre.
Una vez en Gran Canaria para asistir al entierro de su colega, Franco partiría al día siguiente en el avión 'Dragon Rapide' hacia Tetuán para liderar la sublevación militar. De las fechas en que se hicieron las fotografías descubiertas hace cuatro años puede datar la instantánea que como investigador pude encontrar entre los miles de expedientes que reúne el archivo del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, expedientes todos ellos depositados en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. La foto se encuentra en concreto en el que corresponde al comandante de Intendencia Rafael Navarro Nieto.
Este militar hubo de comparecer ante el citado tribunal por su condición de afiliado a la masonería, en la que se inició en 1930 como integrante de la logia Tetuán, para pasar después a la logia Atlántida, donde alcanzaría el grado de maestro masón. Para hacer valer en su defensa su condición de implicado en el golpe militar triunfante, aporta esa fotografía en la que figura Francisco Franco al frente de un nutrido grupo de militares, entre los que aparece el entonces capitán Navarro Nieto, sin que haya indicación alguna que lo resalte. La información que aporta alude escuetamente a Franco en el monte de la Esperanza de Tenerife, "en un acto de adhesión al Caudillo con anterioridad al 18 de julio de 1936". El tipo de adhesión se supone, al ser la que figura como fecha de referencia.
En el boscoso paraje de Las Raíces, en el Monte de la Esperanza, estuvo hasta noviembre de 2015 un monumento al dictador erigido en octubre de 1958 por la Hermandad de Alféreces Provisionales de Tenerife, con el que “se quiso perpetuar el homenaje de lealtad de la guarnición de aquella isla a Franco en julio de 1936”, según recogió en su día el diario de la tarde Falange. Como era habitual en ese tipo de actos, el monumento fue bendecido por el prelado de la diócesis y ensalzado en los correspondientes discursos por parte del gobernador civil de la provincia y el capitán general de Canarias, recordando este último el papel jugado por Franco en aquel lugar y subrayando que “de aquella reunión nació la gran ilusión de la guerra libertadora”.
Hasta el mes de noviembre de 2015, ocho años después de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica que debería haberlo eliminado como monumento de exaltación de la dictadura -con el añadido de su especial significación por celebrar a juicio de los vencedores nada menos que la idea de una “guerra libertadora”- , no se decidió su demolición. El hecho de que fuera erigido poco meses antes de la inauguración del Valle de los Caídos, emparenta a ambos monumentos no solo en el tiempo sino en su respectiva simbología.
Si el primero exalta el inicio de la "guerra libertadora", el segundo celebra la culminación de la llamada "cruzada nacional" por los sublevados contra el orden constitucional vigente, con la agravante -en el caso de este último- de que sigue en pie tal como fue concebido. La basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos albergó además, hasta hace bien poco –como la mayor lacra sin duda del régimen instaurado con la Constitución de 1978 y de los gobiernos habidos durante cuatro décadas-, el santo sepulcro del dictador, cuyos restos fueron finalmente trasladados meses atrás al cementerio de El Pardo por decisión del gobierno de Pedro Sánchez.
En el caso del monumento de Las Raíces se habló de dos posibilidades, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica: la demolición o el traslado a otro lugar. Pudo más lo primero, algo que no ocurrirá con toda seguridad con el segundo de los monumentos, en donde permanecen inhumados los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, una organización caracterizada por la crudelísima represión ejercida durante la Guerra Civil.