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Renta básica
Malos tratos en las prestaciones para personas vulnerables
Soy Carmen, ciudadana de España, Madrid.
Tengo 56 años y mi vida se ha convertido en algo sin sentido gracias al sistema. Os cuento a groso modo para que podáis entender lo que quiero decir…
Provengo de una familia trabajadora, con un padre autónomo que se tuvo que costear a sí mismo cada vez que sufrió descalabros sociales… No voy a entrar en todos los problemas que nos ha puesto este sistema por delante. Estamos aquí y no es fácil.
Soy madre de dos hijos maravillosos, uno nació con una cardiopatía y otro tiene un problema endocrino, pero eso no le importa a esta sociedad que siempre busca retorcer nuestro sufrimiento.
Pues bien, en 2018 tras acabarse el subsidio del SEPE me vi obligada a pedir la Renta Mínima de Inserción (RMI): 137,78 € mensuales que me daban, porque el padre de mis hijos les pasaba judicialmente unos 400€ de pensión de alimentos, 200 € para cada uno. Es curioso que la pensión judicial de alimentos tenga que ser utilizada, cuando no tengo trabajo ni nada de nada, en lugar de para dar de comer a mis hijos, para pagar la hipoteca, la luz, teléfono y demás. Habrá a quien le parezca una suerte no trabajar y vivir tres personas con 500€. Yo no me he quejado nunca, hasta ahora. Hemos sobrevivido a duras penas.
En 2020, me vi impotente, desesperada y pedí como pude el IMV con un móvil y sin medios para más. No había ordenadores en mi casa, mis hijos estudiando y yo rastreando a ver que podíamos comer. 160 € de luz
El caso es que en julio de 2020 como perceptora de RMI me obligaron a pedir el ingreso mínimo vital (IMV) por que fue algo que salió en pandemia, y tenía que pedirlo o me quitaban esos 137€. Pagaba casi 200€ de mi mitad de hipoteca, dos hijos, sin trabajo, sin futuro, no sé ni como pudimos salir, inventé formas de cocinar garbanzos… mis padres aislados con 80 años pasaron el covid sin atención médica. Me vi impotente, desesperada y pedí como pude el IMV con un móvil y sin medios para más. No había ordenadores en mi casa, mis hijos estudiando y yo rastreando a ver que podíamos comer. 160 € de luz.
En 2021, en abril me concedieron el IMV, la única notificación que recibí fue un simple SMS sin más, recibí un montón de euros que nunca había visto en mi vida y sin saber por qué… intenté llamar mas de 1500 veces literales en cuatro o cinco días consecutivos sin éxito, hasta que lo cogieron, fue inútil total, las personas de detrás del teléfono no están cualificadas, eso me demostraron con su falta de atención y recursos, o les dicen que no digan nada y me consta por muchas veces que lo intenté y no sirvió para nada…
Renta básica
Ingreso Mínimo Vital IMV: una concentración recuerda el hartazgo ante una gestión que castiga a las familias perceptoras
No quiero perderme en los miles de fallos que les encontré, pero os diré algo que he tenido que aprender a costa de llorar y llorar y padecer ataques de pánico constantes, ansiedad y noches de eterna incertidumbre… esta prestación ha resultado ser un préstamo inmoral que hace que los contribuyentes crean que los pobres somos unos vagos que robamos sus impuestos, y además a los pobres nos obligan a devolverlo todo, nos convierte en más pobres porque nos genera cobros indebidos pues las administraciones no lo gestionan como sería lo coherente, en tiempo, en forma, lo hacen años después y no te lo esperas y te clavan el estoque en medio del corazón sin ningún pudor y nos transforma en morosos eternos.
En 2021 me quitaron la prestación en plenas navidades sin notificación previa alguna, me duplicaron la pensión judicial de alimentos de mis hijos y nadie quiso escucharme hasta que los llevé a juicio… me hicieron firmar desistimiento por acuerdo extrajudicial para evitar el juicio y me supuso nueva reclamación en 2023 por cobros indebidos procedentes de aquel supuesto acuerdo verbal (que por supuesto gané con bastante dificultad, pues no atienden teléfonos ni citas o las dan muy tarde, todo un despropósito) en este juicio fallido descubrí que la palabra de un letrado del INSS no tiene valor alguno. (si quieres que sirva para algo debe estar en papel oficial, si no, olvídate).
Pedir una ayuda en este país, es como pedir a cofidis que te eche una mano, pero al cuello. Una vez que la pides es como un laberinto sin final, una manera de no salir jamás de la pobreza
2024, estoy pendiente de un nuevo juicio… en noviembre 2022 me dan una cuantía que no corresponde por de más y reclamo para que lo revisen… no recibo respuesta, pero en marzo 2023 baja enormemente la prestación sin notificación alguna, en abril sube y tampoco recibo notificación. (no voy a juicio por dinero si no por dignidad)
Después recibo notificación que me quitan la prestación un día al otro otra notificación que me dan otra que no pido, por esta razón los voy a llevar a juicio, porque me están acosando sin necesidad y ahora no solo esto, ahora desde RMI resulta que me piden 1.377€ de cobros indebidos del 2020, ahora que han pasado cuatro años, nadie sabe qué demonios es esto.
Conclusión:
Pedir una ayuda en este país, es como pedir a cofidis que te eche una mano, pero al cuello. Una vez que la pides es como un laberinto sin final, una manera de no salir jamás de la pobreza, no encontrarás soluciones ni ayuda real, no encontrarás la manera de ser persona, de vivir dignamente... Pedir una ayuda en este país, es el suicidio asegurado.
Yo no sé qué va a ser de mis hijos con deudas eternas y sin futuro.
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El IMV es un monstruo que ha caído encima de mucha gente. Os lo tengo que decir: estoy sufriendo tanto…, de forma insoportable. El INSS me ha enviado una carta certificada donde me exige la devolución de lo que ellos llaman “cobros indebidos” del IMV de 2021. Una deuda de miles de euros, solo del año 2021, de “prestaciones indebidamente percibidas” en su mentirosa jerga burocrática… Y como he seguido cobrando, pueden perseguirme durante años con nuevas deudas inventadas… A mí, que nunca he tenido deudas; han destruido mi vida… Me dicen que me perseguirán por vía judicial si es preciso.
La carta no explica nada en detalle, es una orden tajante y despótica, por sorpresa, como esta gente suele obrar, tratándome como a un delincuente, como a un criado: un número…Ahora me lo quitarán de lo que me pagan, es decir que me dejan sin nada, la ruina... ¡¡Yo solo he cobrado las miserias que ellos me asignaron!! con rebajas de improviso que casi me matan, meses sin cobrar donde debí recurrir a la RAI (que me descontaban al año siguiente) y a mi familia.
Así que no merece la pena vivir, este mundo solo ofrece sufrimiento… Ahora debo reunir fuerza para reclamar al monstruo que es el Ministerio (lo servicios sociales no saben nada del Ingreso Mínimo Vital: Este engendro matapobres del bancario Escrivá y de la estafa de Podemos; una simple reproducción de las rentas de las comunidades, pero mucho peor).
Es el Leviatán que nos gobierna, los funcionario Es el Leviatán que nos gobierna, el funcionariado autómata que lo alimenta, y el populacho envidioso que lo reverencia. Yo quise sacarle las mantecas al menos, obtener lo mío, pero me ha aplastado como a un bicho, y la chusma se ríe…
Estoy solo aquí varado, en un pueblucho de esta muerta Castilla… donde no hay nada, hasta el paisaje y el cielo han devastado… Ya viejo, acabado, desesperado busqué libertad, escribir canciones si era capaz… pero ahora solo soy un esclavo del Estado…Y, si me mata, como hace con tantos desdichados, será lo mejor.