Laboral
Sindicatos, laboristas y clase trabajadora miden sus fuerzas contra el Gobierno del Reino Unido

Después de una primavera de asimilación de la guerra y el primer verano sin restricciones tras la pandemia, otoño llega con convocatorias agendadas en Europa contra la crisis económica, mientras otras aún se están preparando en las asambleas de sindicatos de contrapoder y movimientos sociales.
Enought is enought
El secretario general del Sindicato Transportes, Mick Lynch, hablando en el mitin de lanzamiento de Enough is enough. Foto: WSWS

“Aumentar el sueldo a enfermeras, carteros y bomberos es inflacionista. Pero son necesarias las rebajas fiscales a las rentas superiores a las 150.000 libres. Ellos saben que están mintiendo, pero ¿lo sabes tú?”. Este es uno de los mensajes lanzados desde las redes sociales de Enough is enough. Ya basta, en su traducción al castellano, es una campaña que aglutina a sindicatos tradicionales y de inquilinas, así como a políticos laboristas, para protestar sobre la carestía de la vida. 

El sábado 1 de octubre medirán su fuerza en las manifestaciones convocadas en 50 municipios del Reino Unido contra la coyuntura económica, fruto de aplicar durante años una política neoliberal, colmatada con el Brexit y que ha sumido a la libra esterlina a una devaluación progresiva. El pasado viernes, tras el anuncio del nuevo ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, de unos recortes históricos en impuestos —más de 50.000 millones de euros— y con los que aseguran, desde la mirada de antaño, subir el PIB un 2,5% anualmente, la libra esterlina tocó su mínimo desde 1972 —con un cambio de 1,0327 dólares—.

El sábado 1 de octubre, Enough is enough ha convocado manifestaciones en más de 50 municipios del Reino Unido

Entre los recortes destacan rebajar el tipo fiscal del 45 al 40% a las rentas superiores a 170.000 euros anuales y del 20 al 19% a las de 57.000. Justo lo contrario anunciado por Ximo Puig, pero en la línea de las comunidades gestionadas por el PP. Reino Unido también reducirá la tasa en la compraventa de viviendas y obligará a los sindicatos a consultar a su afiliación las ofertas de la empresa con el objetivo de evitar huelgas.

Por su parte, Enough is enough tiene cinco demandas: un aumento real de los sueldos, una reducción drástica del precio de las facturas energéticas, poner fin a la pobreza alimentaria, viviendas dignas para todas y gravar a los ricos. 

Piden un aumento real de los salarios, una reducción drástica del precio de la energía, el fin a la pobreza alimentaria, viviendas dignas para todas y gravar a los ricos

Luchan contra la carestía de la vida y están conectando con la gente. Llenan los mítines que celebran tanto en polideportivos como en iglesias, a las que acuden feligreses, musulmanes y agnósticos. Y hay cola para entrar. Las organizaciones que componen Enough es enough son Communication Workers Union (CWU), el sindicato con casi 200.000 afiliados de la industria de las telecomunicaciones, móviles, correos y empresas financieras; National Union of Rail, Maritime and Transport Workers (RMT), de trabajadores del transporte de carretera, ferrocarril y mar, con 83.000 miembros; el medio de comunicación laborista-socialista Tribune; Acorn, un equivalente a un sindicato de inquilinas, y el colectivo contra la pobreza alimentaria Fans Supporting Foodbanks, fundado en 2015 por seguidores de los equipos del Liverpool y del Everton, e impulsada por el laborista Ian Byrne, quien también forma parte de Enough is enogh, junto con su compañera de partido Zarah Sultana.

La campaña se caracteriza por la contundencia y eficacia de sus mensajes en las redes sociales, sin olvidar que la oratoria tradicional en la distancia corta es igualmente importante. Pero el asunto no es cómo dicen las cosas, sino las cosas que dicen: solicitan aumentos salariales para todos, desde el SMI, al funcionariado, la hora trabajada (no menos de 15 libras) y las pensiones. Piden no solo un precio máximo al megawatio, también la nacionalización o creación de una energética pública renovable que rompa el oligopóleo petrolero. 

Y quieren que comer sea un derecho, con medidas como comidas escolares gratuitas y universales, así como cocinas comunitarias. Consideran que las colas frente a los bancos de alimentos y los niños que pasan hambre son “una vergüenza nacional”.

También abogan por regular el precio de los alquileres y construir más de 100.000 viviendas de protección oficial al año, así como limitar las viviendas turísticas y los apartamentos de AirBNB; aumentar los impuestos a los más ricos y sancionar la evasión fiscal debidamente. Recuerdan que nunca ha habido tantos multimillonarios y que las grandes corporaciones no habían obtenido ganancias tan abultadas como ahora. “Es hora de que finalmente les hagamos pagar su parte”, introduciendo un impuesto de patrimonio en los beneficios empresariales y nuevos impuestos que eviten la especulación. 

En Catalunya, la Taula Sindical está manteniendo conversaciones con la intención de comenzar un ciclo de movilizaciones conjuntas para luchar contra la pérdida del poder adquisitivo

Catalunya, País Vasco

En Catalunya, la Taula Sindical formada por CGT, IAC, COS, CNT, COBAS y Solidaritat Obrera está manteniendo conversaciones con la intención de comenzar un ciclo de movilizaciones conjuntas para luchar contra la pérdida del poder adquisitivo. En el País Vasco, los colectivos y sindicatos que apoyan la Carta Social convocaron paros en las cuatro capitales el 26 de mayo en defensa de las pensiones y los salarios, contra la carestía de la vida que origina el precio de la energía, la cesta de la compra y la vivienda. Tras el parón del verano, las organizaciones están trabajando en una agenda para avanzar en la movilización. 

Los sindicatos de contrapoder y los movimientos sociales —pensionistas, inquilinas— aún no han comunicado qué están preparando en Catalunya y País Vasco, pero desprenden intenciones. Es el momento. 

Coespe (pensionistas), CGT y otros sindicatos de clase han convocado una manifestación el 15 de octubre en Madrid. Desde Catalunya avanzan que están fletando autobuses, consideran que ese día será un “primer bocado”. El secretario general de CGT, Miguel Fadrique, se encuentre hoy en París para asistir al mediodía a una manifestación organizada por Union Syndicale Solidaires por “unos salarios dignos compatibles con la realidad diaria a la que se tiene que enfrentar la clase trabajadora”. “En Francia, Italia, Alemania o en el Estado español, las movilizaciones contundentes deben ser el camino, porque de lo contrario, con lo que viene, nos pasarán por encima de la clase trabajadora”, resaltó ya ubicado en la capital francesa.

Siguiendo el calendario de las confederaciones europeas CSI y CES, CC OO y UGT han convocado concentraciones frente a las patronales el 7 de octubre y una manifestación el 3 de noviembre

Por su parte, los secretarios generales de CC OO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, ofrecieron en el mediodía de ayer una rueda de prensa para comunicar su agenda coordinada a nivel europeo con la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que este año está dedicada a la “justicia salarial”. Se concentrarán frente a las sedes de las patronales el 7 de octubre y han convocado una manifestación el jueves 3 de noviembre en Madrid. En julio, tras el éxito de la huelga del metal en Cantabria, advirtieron de que no suscribirían un pacto de rentas si las empresas no asumen una subida salarial que consideren justa, y que llamarían a la conflictividad laboral en los centros de trabajo. De momento, la negociación con la CEO en los colectivos a renovar sigue parada.

Inflación
Inflación Los salarios menguan, la cesta de la compra encoge, las calles no arden
Es quien menos tiene quien primero percibe las crisis. María Luisa Venancio forma parte del Movimiento de Pensionistas de Bizkaia. No le gusta decir la cuantía de su pensión, pero a través de su relato se entrevé que la coyuntura económica incluso ha cambiado su nutrición: “Ahora como menos”, reconoce.

España no es Reino Unido

El Gobierno de España no es el del Reino Unido, que ha anunciado unas medidas económicas propias del thatcherismo. España ha avanzado en materias que hace solo ocho meses parecían imposibles para muchas personas: topar el precio del megavatio, gravar a la banca y a las grandes fortunas. Pero el calendario avanza, el frío se acerca y el menú de Navidad se prevé austero. No hay intención de crear una empresa pública energética, ni intervenir en el mercado de los alimentos —fomentando la producción agroecólogica y articulando los Observatorios de Precios que requiere la Ley de la Cadena Alimentaria— y frenar la especulación de un mercado inmobiliario que lleva desbocado más de veinte años. Los 20 céntimos de ahorro en el litro de diésel y gasoil apenas se notan en el bolsillo, tampoco la reciente bajada del precio del barril de brent. Repsol ha duplicado sus beneficios en el primer semestre —2.539 millones—. 

El Gobierno de Pedro Sánchez informó ayer de que propondrá una subida en las nóminas del funcionariado del 3,5%, lejos del IPC, lejos también de la bajada salarial de 2010 que decretó José Luis Rodríguez Zapatero. La gran pregunta es ¿las medidas asumidas hasta ahora por un tímido Partido Socialista, empujado por Unidas Podemos, contendrán la estabilidad social o seguirán propiciando la histórica devaluación salarial española? Mientras el salario medio en la Eurozona aumentó un 12,5% entre 2000 y 2020, en España retrocedió un 1,1%, según el Servicio de Estudios de UGT. 

Los cuatro sindicatos más importantes que representan a los 142.526 funcionarios de la Comunidad Autónoma Vasca —ELA, LAB, CC OO y UGT— valoraron a última hora de la tarde, de forma unánime, que “no aceptarán” que el Gobierno vasco se limite a replicar las condiciones salariales marcadas por los Presupuestos Generales del Estado. Reclaman una actualización acorde con el IPC.

Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) adeuda a la plantilla 25 millones por un error contable en las nóminas de entre 2003 y 2021, malestar que ha explotado con la pérdida del poder adquisitivo de este año

El potencial social de los autobuses de Barcelona

Los autobuses urbanos de Barcelona llevan en huelga desde el jueves 22 de septiembre. Empezaron con un paro de 24 horas y desde entonces y hasta mañana, los chóferes dejan de conducir dos horas por turno, lo cual hunde al sistema de transportes de la ciudad en un caos. Los sindicatos —UGT, CC OO, CGT, Actub y SIT— cuantifican el seguimiento del 100%. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) adeuda a la plantilla 25 millones por un error contable en las nóminas de entre 2003 y 2021, malestar que ha explotado con la pérdida del poder adquisitivo de este año. TMB les ofreció en la tarde de ayer una subida para 2022 del 0,8% sobre el salario base y una prima variable de 200 euros. La oferta no gustó. 

CGT Catalunya anunció que el comité de empresa entregará la convocatoria de huelga indefinida a partir del 17 de octubre, con el paro de dos horas en cada uno de los tres turnos de lunes a viernes. Recuerdan que la dirección se subió el sueldo un 7,25% en 2021. “Tendremos que demostrar a esta dirección que la plantilla sigue fuerte y lo demostraremos en la calle, es el único camino. ¡Nos vemos en las cocheras!”, firmaron ayer. Aseguran que esta huelga “tiene mucho potencial social”. El frío que entrará en los hogares será el mismo que calentará las calles. 

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