Juegos Olímpicos de invierno
Óvalo Nacional de Patinaje de Velocidad.Foto: olympics.com

Juegos olímpicos
El boicot a los Juegos de Pekín y la geopolítica olímpica

Hace tiempo que los Juegos Olímpicos son una expresión política y también un gran negocio. El COI trata de proteger su producto por encima, muchas veces, de los intereses de los deportistas, mientras que las principales potencias mundiales convierten el evento en una más de las piezas de su tablero de juego.

Hoy, 4 de febrero, en medio de la indiferencia de la población española, darán comienzo unos nuevos Juegos Olímpicos. Sí, los Juegos Olímpicos de Beijing 2022. Y no es ningún error. Beijing, o Pekín si lo prefieren, volverá a ser sede de unos Juegos, los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno. Tras muchas dudas por la fortaleza de la variante ómicron, la antorcha finalmente se encenderá, aunque las pruebas se disputarán sin la presencia de público y bajo estrictas medidas de seguridad.

Por el camino se han quedado los mejores jugadores estadounidenses de hockey sobre hielo, a los que la NHL —la liga profesional de este deporte en EE UU y Canadá— no permitió participar por el riesgo de contagio y cuya selección formara con deportistas universitarios, como en los tiempos en que el Comité Olímpico Internacional (COI) hacía equilibrios extraños entre el amateurismo que pregonaba y la realidad del deporte profesional.

La delegación española contará con 14 deportistas, entre los que Lucas Eguibar y Queralt Castellet parten como las mayores opciones de medalla. Y en medio de toda esta incertidumbre provocada por el covid, el pasado diciembre la Casa Blanca anunció el boicot de la delegación estadounidense a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Pekín 2022. Pero no un boicot como el que se dio en Moscú 80 o la respuesta del bloque comunista en Los Ángeles 84. Esa fórmula, que dejaba a los deportistas en casa, sin llegar a hacer demasiado daño al país organizador, hace tiempo que demostró no ser eficaz a nivel político.

El gobierno de Estados Unidos anunció un boicot diplomático en protesta por “el genocidio y crímenes de lesa humanidad que se están produciendo en la provincia de Xinjiang y otros abusos contra los derechos humanos”. Esta decisión se traduce en que la administración Biden no enviará ninguna representación oficial o diplomática a Pekín. “No vamos a contribuir a la fanfarria de los Juegos… Levantarse a favor de los derechos humanos está en el ADN de los americanos. Tenemos un compromiso fundamental en promocionar los derechos humanos. Seguiremos tomando acciones para promover los derechos humanos en China y más allá”, declaró la secretaria de prensa del gobierno, Jen Psaki.

El anuncio puede parecer insignificante, pero la realidad es que Pekín tardó unas pocas horas en responder y lo hizo con contundencia. Zhao Lijiang, portavoz del ministerio de exteriores chino, declaró que “los Juegos Olímpicos no son un espacio para la política y la manipulación. El boicot es una violación grave del espíritu de la carta olímpica y una descarada provocación. Estados Unidos pagará el precio de su decisión”.

Mientras planeaba en el aire la posibilidad de que China respondiera con un boicot similar a los Juegos de verano de 2028, que se disputarán en la ciudad de Los Ángeles, los gobiernos de Australia, Reino Unido y Canadá decidieron sumarse al boicot estadounidense

Mientras planeaba en el aire la posibilidad de que China respondiera con un boicot similar a los Juegos de verano de 2028, que se disputarán en la ciudad de Los Ángeles, los gobiernos de Australia, Reino Unido y Canadá decidieron sumarse al boicot estadounidense. “Lo hago por el interés de Australia”, declaró su primer ministro, Scott Morrison. No queda claro si el interés de Australia es apoyar el boicot o la denuncia del genocidio en la provincia de Xinjiang del que se acusa a las autoridades chinas. Un viejo conflicto entre la población Uigur, de mayoría musulmana, y el Gobierno de Pekín, en la provincia que oficialmente se denomina Región Autónoma Uigur de Xinjiang. La población local viene denunciando desde hace décadas las medidas del gobierno chino para atraer población de etnia Han a su territorio y que están cerca de hacer de los Uigures una minoría en su propia región. Los enfrentamientos han sido frecuentes desde los años 50 y en los meses previos a los Juegos de Pekín de 2008 ya se produjeron atentados con numerosas víctimas. En los últimos años ha aumentado la presión del gobierno chino en la zona, al tiempo que se han extendido las acusaciones de abusos sobre la población uigur. Acusaciones que incluyen el encierro en campos de reeducación, torturas, destrucción de mezquitas… Esta es la situación que denuncia el gobierno de Estados Unidos como determinante para declarar el boicot diplomático.

Con motivo de los Juegos de verano de 2008 se puso el foco en la situación del Tíbet, aunque no se llegó a concretar ningún boicot. Durante los Juegos de Invierno de Sochi, en 2014, Obama decidió no acudir por la persecución, por parte del gobierno ruso, hacia los homosexuales. Este año se ha optado por declarar un boicot, al tiempo que, desde los sectores más conservadores del partido republicano, se pedía elevar la medida al ámbito deportivo y no enviar a ningún atleta estadounidense. Decisiones que encajan dentro del maniqueísmo de la política exterior de su gobierno, que presenta a Estados Unidos como un garante de la libertad y la democracia y a sus principales rivales como una amenaza para los derechos humanos.

El COI trata de hacer equilibrios manteniendo el principio, un tanto inocente, de que los Juegos no son un acto político, a pesar de que hace más de cien años ya tomaron la decisión de que los deportistas compitieran representando a sus Estados, desfilaran detrás de su bandera y escucharan el himno nacional al recibir la medalla de oro

Siguiendo esta línea, el veterano periodista de la NBC Bob Costas, presentador de la cadena en nueve Juegos Olímpicos, declaraba recientemente que “el COI merece todo el desprecio y repulsión que reciba por haber vuelto a China. Estuvieron en Pekín en 2008, en Sochi en 2014 y lo vuelven a hacer ahora sin ninguna vergüenza”. En mitad de esta tensión, el COI trata de hacer equilibrios manteniendo el principio, un tanto inocente, de que los Juegos no son un acto político, a pesar de que hace más de cien años ya tomaron la decisión de que los deportistas compitieran representando a sus Estados, desfilaran detrás de su bandera y escucharan el himno nacional al recibir la medalla de oro. Tampoco tienen problema en destacar las oportunidades que se presentan para una ciudad o un país a la hora de ser elegida como sede de unos Juegos. Cuando Pekín fue seleccionada como organizadora de los Juegos de 2008, el COI aseguró que se trataba de una oportunidad para que el país mejorara en el cuidado de los derechos humanos. El propio gobierno chino prometió que tomaría medidas que, a la hora de la verdad, nunca llegaron a concretarse. Algo que no fue impedimento para que, en 2015, la ciudad volviera a ser elegida, esta vez, como sede de los Juegos de invierno. Por precaución, en esta ocasión los líderes del movimiento olímpico prefirieron no asumir ningún compromiso alrededor de los derechos humanos.

Las contradicciones en las decisiones del COI aumentan si tenemos en cuenta que, desde los Juegos de Río en 2016, incluyen un equipo de refugiados para que, aquellos deportistas que sean reconocidos como tales por ACNUR, puedan participar bajo bandera olímpica. Un gesto que muestra un posicionamiento claro, pero que queda en evidencia cuando, al mismo tiempo, no dudan en conceder la organización de los Juegos Olímpicos de 2022 a una sede que en la última década ha multiplicado por siete el número de refugiados huidos de su país. Más recientemente, tras las declaraciones de la tenista Peng Shuai acerca de unos abusos por parte de un miembro del gobierno chino y la falta de información acerca de su paradero en los días siguientes, el presidente del COI, Thomas Bach, mantuvo una videollamada de 30 minutos con la tenista, tras la que aseguró que se encontraba en perfectas condiciones y que ningún deportista olímpico corría peligro por su participación en los Juegos. Esta declaración despertó las críticas de quienes veían en la actitud de Bach un gesto que buscaba asegurar la organización de los próximos Juegos, más que un sincero interés por el bienestar de la tenista, a lo que el COI respondió anunciando que su presidente aprovecharía su estancia en Pekín para reunirse con Peng Shuai.

Y en el último escalón de toda esta polémica alrededor del boicot y de las acusaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y China, aparecen los verdaderos protagonistas de los Juegos Olímpicos. El COI pregona con orgullo su lema “Poniendo a los atletas en primer lugar”, sin embargo, nadie les consulta a la hora de elegir la sede de unos Juegos, a pesar de que ellos también sufren las consecuencias de los boicots políticos. En los años 80, deportistas como Edwin Moses, Serguei Bubka, Arvidas Sabonis o Javier Sotomayor se vieron privados de la posibilidad de disputar unos Juegos Olímpicos por las decisiones de sus respectivos gobiernos. Ahora los deportistas podrán competir, pero igualmente se verán envueltos en la polémica y deberán responder las preguntas acerca de la idoneidad de la ciudad que los acoge. Al final, igual que ocurre con el Mundial de fútbol, los Juegos Olímpicos hace tiempo que son una expresión política y también un gran negocio. El COI trata de proteger su producto por encima, muchas veces, de los intereses de los deportistas, mientras que las principales potencias mundiales convierten el evento en una más de las piezas de su tablero de juego.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Resistencia olímpica: non au saccage!
La asombrosamente aburrida ceremonia de clausura de París 2024 construyó un supuesto mundo distópico en el que los Juegos Olímpicos ya no existían, había que recrearlos. ¿En serio?
Juegos olímpicos
Deportes y negocios El legado de los Juegos Olímpicos de París 2024
París 2024 ha demostrado que los Juegos Olímpicos contribuyen notablemente al endeudamiento público de la ciudad y el país organizadores, y que garantizan los beneficios únicamente a determinados sectores, como el de la construcción.
Juegos olímpicos
París 2024 La cara B de una fiesta olímpica “inclusiva” y “popular”
Más allá de una ceremonia inaugural con valores multiculturales y del fervor deportivo, los Juegos de París han comportado una “limpieza social” de las calles de la capital y una criminalización de los militantes ecologistas.
Gobierno de coalición
PSOE-Sumar El Gobierno toma nota de la presión social y cambia su discurso sobre vivienda
En la semana en que los sindicatos anunciaron la histórica manifestación estatal del próximo 5A, la ministra Isabel Rodríguez sube el tono.
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una propuesta legislativa para transformar en indefinidos los contratos de alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Cine
Kamal Aljafari “Palestina está en la raíz de la situación actual del mundo”
Kamal Aljafari lleva toda su carrera trabajando con materiales de archivo, indagando en las imágenes e interviniendo en ellas para preservar memorias en desaparición y para oponerse al proyecto colonial sionista y su falseamiento del pasado.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Opinión
Derecho a la vivienda Flex Living: el caballo de Troya de la precarización del alquiler
No es una respuesta moderna a las nuevas formas de habitar la ciudad. El ‘flex living’ no es más que la última jugada del sector inmobiliario y los grandes fondos de inversión para maximizar beneficios a costa del derecho a la vivienda.
Opinión
Opinión La unidad del anarcosindicalismo es la acción conjunta
Al hilo de supuestos movimientos desde la CGT hacia la unificación con CNT es necesario diferenciar entre lo que es una relación en clara mejora y lo que sería un proyecto real en marcha.
Galicia
Memoria histórica Cultura, exilio y lucha de las bibliotecarias gallegas durante la Segunda República
Durante los primeros años treinta, las bibliotecas se convirtieron en espacios de trabajo ideales para un modelo de mujer que aspiraba ser independiente y que había manifestado un claro compromiso político. La Guerra acabó con todas sus aspiraciones.

Últimas

Galicia
Galicia La Xunta de Feijóo, condenada por negar visitas a una mujer que murió de cáncer por tener covid-19
La jueza dice que la situación exigía “flexibilizar” las medidas de prevención. Falleció a inicios de 2022 en el Hospital Álvaro Cunqueiro durante los últimos meses de la administración del jefe del PP con Julio García Comesaña de conselleiro.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Sindicatos piden el cese de la dirección del Hospital 12 de Octubre tras las obras de remodelación
Los problemas con las nuevas instalaciones han cristalizado en una unión sindical que ha reclamado formalmente el fin de la cúpula de dirección tras ser “ignorados” de manera “sistemática”.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.

Recomendadas

Feminismos
Ana Bueriberi “El activismo tiene que ser colectivo: para contribuir al cambio es imprescindible despersonalizar la causa”
La periodista madrileña Ana Bueriberi reconoce que no sintió la discriminación hasta que llegó a la Universidad. Hoy, desde el proyecto Afrocolectiva reivindica una comunicación antirracista, afrofeminista y panafricanista.
Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.