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Finlandia
De sumidero de carbono a emisor de gases: los bosques en Finlandia ya no capturan CO₂

Los objetivos de emisiones netas cero para 2050 fijados por la Unión Europea requieren una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para frenar el cambio climático. Finlandia quiso ir más allá y puso en marcha en 2022 una ley para alcanzar la neutralidad en carbono para el año 2035. Teniendo en cuenta que los bosques son un gran aliado para conseguir este objetivo, este país nórdico se enfrenta a un gran desafío para poder cumplir sus objetivos climáticos ante la pérdida de capacidad de absorción de CO₂ de las masas forestales.
Según el último del Instituto de Recursos Naturales de Finlandia (LUKE) sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en ese país, las tierras forestales han pasado de capturar 28 millones de toneladas de CO₂ y otros gases de efectos invernadero en 1990 a, en vez de captar, emitir 1,2 millones de toneladas de GEI.

De sumidero de carbono a emisor de CO₂
Las siglas LULUCF agrupan (por sus siglas en inglés) las actividades relacionadas con el uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura. Este concepto se usa para medir las emisiones de gases de efecto invernadero en los estudios medioambientales. De acuerdo con el estudio del LUKE, este uso y cambio de uso del suelo, que incluyen actividades como la agricultura y la silvicultura, en 2023, generó emisiones de CO₂ porque liberó más carbono del que pudo absorber.
Si bien las emisiones ligadas a estas actividades del uso de la tierra se habían mantenido muy estables desde los años 90, esto está cambiando debido al aumento de las emisiones del sector forestal. Antes, los bosques eran el principal sumidero (captador de CO₂); ahora, solo lo son los productos de madera aprovechada.
Liberación del CO₂ de las turberas y árboles envejecidos
Tal y como indica el estudio del instituto finlandés, existen diferentes razones por las que las tierras forestales ya no están absorbiendo carbono.
El cambio climático está haciendo que se libere dióxido de carbono almacenado en el suelo, principalmente en turberas. Estas son zonas donde se acumula la turba, un material orgánico compuesto principalmente por restos de plantas en descomposición y que se dan principalmente en países nórdicos.
El cambio climático está liberando dióxido de carbono almacenado en turberas y la subida de temperatura y sequías afecta negativamente a la salud de los árboles
Además, el aumento de las reservas de carbono en el suelo mineral se ha detenido. “Estamos siguiendo la situación muy de cerca en Suecia porque nuestros bosques son muy similares y en ambos países la captación de carbono por los bosques ha decrecido, pero, en Finlandia, el suelo ya ha llegado al límite” explica Lauri Sikanen, investigador del LUKE.
El aumento del calor y las sequías están haciendo que se incrementen las plagas y la mortandad de los árboles, pero también que estos crezcan menos por la falta de agua. Por otro lado, en el norte de Finlandia, los bosques están formados en una gran mayoría por pinos que están envejeciendo. Estos árboles más antiguos captan menos dióxido de carbono.
Por otra parte, desde 2024 ha habido un incremento de la tala de árboles en este país nórdico debido al cierre de frontera con Rusia, país proveedor de madera barata, el año pasado. Según el investigador finlandés, “nuestros recursos naturales están creciendo, pero estamos cultivando mucho, en el futuro debemos disminuir un poco estos cultivos”.
Se está talando más madera porque Finlandia ya no la importa de Rusia y porque este material ha empezado a sustituir a la turba como combustible
Otro motivo del aumento de la demanda de madera es que ha sustituido a la turba como combustible para generar energía. El material orgánico se utilizaba en el país nórdico para calentarse, pero el Gobierno dificultó esta acción por considerarla demasiado contaminante, con lo que pasó a gastarse más madera como combustible.
Los bosques europeos capturan cada vez menos carbono
La menor captación de carbono por parte de las masas forestales no solo se da en Finlandia. De acuerdo con el Instituto Europeo del Bosque (EFI), los árboles no pueden adaptarse a las nuevas condiciones que está generando rápidamente el cambio climático. El sumidero anual de carbono de los bosques, es decir, la cantidad de carbono que captan los árboles en toda Europa, caerá entre un 30% y un 40 % entre 2061 y 2080. El director del EFI, Robert Mavsar, cuenta que “los bosques captan el 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa”, pero los datos cambian según el país.
Eduardo Tolosana: “En España esto aún no está pasando, pero hay riesgos debido al calentamiento global, al abandono de la gestión y al bajo nivel de extracciones"
En España, según el último inventario de gases de efecto invernadero del Ministerio para la Transición Ecológica, el sector forestal en este país sigue siendo un sumidero. “En España esto aún no está pasando, pero hay riesgos debido al calentamiento global, al abandono de la gestión y al bajo nivel de extracciones [en los bosques]", afirma Eduardo Tolosana, Decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes.
Tal como explica el decano, “el abandono de usos agropastorales desde mediados del siglo pasado ha hecho que la superficie arbolada en España crezca un 33% en las últimas cuatro décadas. Con más bosques, muchos de ellos jóvenes al haberse establecido recientemente sobre antiguos pastos y tierras de cultivo, su crecimiento supone fijación neta de carbono”.
Monitorización de los bosques y otras medidas de prevención
En el país nórdico, con 5,5 millones de personas, las masas forestales son una fuente de recursos económicos para 300.000 familias propietarias de bosques. Ante el grave problema de la mortalidad de los bosques y la disminución de los sumideros de carbono, se están aplicando ya nuevas medidas para poder revertir la situación. Según Sikanen, del LUKE, la clave para invertir la tendencia en las emisiones está en la gestión de los árboles y los recursos naturales.
La silvicultura es tan importante para el país que han desarrollado un inventario nacional con los datos de los bosques en el que necesitan conocer “casi cada árbol”, según Lauri. La digitalización de los bosques utilizando nuevas tecnologías e inteligencia artificial están permitiendo detectar el estado de los árboles en todo el país. Esto es clave, por ejemplo, si hay una plaga para poder señalar en qué zona se encuentra y evitar que se extienda a otras zonas. En Finlandia, alrededor del 70% de los propietarios de los bosques son privados, pero pueden compartir la información de sus bosques a través de una aplicación móvil. Además, están sometidos a estrictas reglas sobre el uso de los bosques. Por ejemplo, si cortan los árboles, deben obligatoriamente volver a plantar.

Asimismo, la gestión del agua en los bosques y turberas es clave para evitar las emisiones. “Estamos controlando los niveles del agua. Antes se hacían pozos que sacaban el agua de los bosques o de las turberas, pero ahora, con el cambio climático y las sequías, estas turberas están demasiado secas y están emitiendo más CO₂”, afirma Sikanen. Así, el gobierno está restaurando estas turberas y haciendo campañas donde aconsejan a los propietarios de los bosques que los niveles de agua no sean tan bajos.
Según EFI, la restauración activa de los bosques combinada con una migración asistida, es decir, llevar especies de árboles de unas zonas a otras donde puedan adaptarse mejor al cambio climático, puede mejorar el sistema de secuestro de carbono.
Aumentar la gestión forestal y adaptarse al cambio climático
Para que esta situación no ocurra en España dentro de unos años, según Tolosana, debemos “aumentar la gestión forestal, hacer una gestión forestal adaptativa al cambio climático, incluyendo la investigación sobre árboles resistentes a la sequía y a las plagas”. Además, el decano considera que es necesario aumentar la prevención y facilitación de la extinción de incendios forestales y la extracción sostenible de madera. Eso ayudaría a rejuvenecer los bosques, reducir la acumulación de biomasa y aumentar la fijación de carbono.
Para poder alcanzar los objetivos de cero emisiones en 2035, Finlandia está apostando por energías renovables como la biomasa, pero también por otras energías como la nuclear, ya que revertir la tendencia en las emisiones de carbono de los bosques a corto plazo es todo un desafío. “Siempre pensamos que podemos continuar haciendo las cosas mal en otros sectores y que los bosques lo limpiarán, pero esto no funciona así. Los bosques tienen una capacidad limitada y tenemos que cambiar nuestros comportamientos en otros sectores antes que esperar que los bosques absorban el carbono que se ha emitido en otro sitio”, afirma el director del EFI.