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Euskal Herria
Los servicios mínimos del 100% exigidos por Gobierno vasco dificultan la huelga en el sector de los cuidados
La Gran Vía de Bilbao estaba llena este mediodía de personas que parecían ajetreadas. Lucía el sol y el buen tiempo invitaba a hacer recados acumulados. “Vengo de Eibar, no sé que reivindican, pero seguro que tienen razón”, afirmaba un señor mayor. “Que lo pongan en castellano si quieren que me entere”, desdeñaba una mujer sobre la pancarta en euskera, que también tenía el lema en castellano más abajo. Los sindicatos ELA, LAB, CC OO y ESK han salido juntos por segunda vez este año para pedir un sistema público-comunitario de cuidados, algo que todas necesitaremos a lo largo de nuestras vidas, pero un mensaje que aún no ha calado en la sociedad.
Las cuatro columnas de la manifestación, una por cada central sindical, se han juntado en la plaza Moyua. La insistente sirena del megáfono daba apariencia de más ruido del que en realidad generaban: apenas unas 300 personas. Las miles de trabajadoras de las residencias no han podido secundar una huelga que les interpela debido a los servicios mínimos del 100% exigidos por Gobierno vasco. ELA ha impugnado esta medida abusiva y ha recordado que hoy estaban obligadas a trabajar más trabajadoras que cualquier otro jueves.
Gobierno vasco, navarro, diputaciones forales —sobre todo— y ayuntamientos son las instituciones públicas responsables de los cuidados que la población recibe a través de diferentes servicios: atención a personas mayores, ayuda al domicilio, menores, trabajadoras del hogar, trabajadoras sociales.
“La ayuda a domicilio es un servicio casi en su totalidad privatizado, en el que las licitaciones municipales se han convertido en subastas en las que prima el precio-hora más bajo”, advierten
Reivindicaciones
Como siempre desde hace demasiado tiempo, en esta manifestación se ha vuelto a solicitar la derogación de la catalogación de especial en el régimen general de la Seguridad Social para las trabajadoras del hogar, como exige la Organización Internacional del Trabajo desde 2011.
Se ha denunciado que la ayuda a domicilio es “un servicio casi en su totalidad privatizado, en el que las licitaciones municipales se han convertido en subastas en las que prima el precio-hora más bajo, para el que en las escasas horas de servicio a las usuarias se impide un cuidado en el que se fomente la autonomía personal”.
Y, sobre todo, se ha incidido en los centros residenciales y centros de día, también en su casi totalidad privatizados por las diputaciones. “Se trata de un sistema de acceso restringido, con copago, de responsabilidad pública pero de gestión mayoritariamente privada en la que priman los beneficios a la calidad de los servicios, la cual pivota en las precarias condiciones de las personas trabajadoras”. Durante más de dos años, las trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa mantuvieron una huelga indefinida que el covid puso fin.
Representantes de las asociaciones de familiares Babestu, Bizkaia, Babestu Araba y Gipuzkoa Senideak, así como de las plataformas de pensionstas, colectivos feministas, Itaia, Irauli Zaintza y Malen Etxea han acudido también a las manifestaciones simultáneas celebradas en Bilbao, Donostia, Gasteiz e Iruña.
Esta tarde, frente a las diputaciones a las 19h, los grupos feministas tomarán el relevo mediante sendas concentraciones.
Trabajo doméstico
Txefi Roco: “Las trabajadoras del hogar son el último eslabón de la cadena”
El Gobierno ha asumido de forma “paliativa y deficitaria” la reivindicación histórica del derecho a la prestación de desempleo para las trabajadoras del hogar, sostiene Txefi Roco, de la asociación Trabajadoras No Domesticadas, ya que muchas mujeres siguen sin tener acceso al subsidio temporal.
Decisiones políticas
“¿A qué le van a dar prioridad nuestros representantes políticos? ¿Al capital o a la vida?”, se ha preguntado Irene Cerezo, de ELA, al llegar la manifestación al final de su recorrido. “Vamos a seguir peleando por un modelo de cuidados gratuito, universal y justo para sus trabajadoras”, ha añadido.
“Es necesario poner en el centro a las personas y eso no se hace con propaganda, sino con decisiones políticas y esas decisiones políticas no las vemos” ha resumido Garbiñe Aramburu, de LAB. “Durante la pandemia ha mostrado que las trabajadoras son esenciales para sostener la vida y ese trabajo debe ser compensado mejorando los salarios y aumentando la plantilla”, ha indicado sobre las ratios.
“Vamos a colocar los cuidados en primer orden de la agenda sindical, hoy no es un fin, sino una continuación para que los cuidados sean prioritario en la agenda política. No podemos pasar de los aplausos al olvido”, ha valorado Loli García, de CC OO.
Vejez
“Podemos aguantar la huelga de residencias de forma indefinida”, asegura el sindicato ELA
La huelga de las trabajadoras de residencias arrancó en septiembre de 2018 y el viernes cumplió la jornada 146. Lejos de solucionarse el conflicto, el sindicato mayoritario asume un mes más de huelga si el 11 de diciembre la patronal no aprueba su propuesta.
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