En el margen
Nsang Cristià Esimi Cruz: “Hay una carencia a la hora de contar la historia de África en español”

El panafricanista Nsang Cristià Esimi Cruz es una voz imprescindible para seguir la actualidad guineana. Desde su programa de radio La llave, empuja por el cambio social en su país, al que quiere libre de la lacra del neocolonismo y la corrupción.
NSANG CRISTIÀ ESIMI CRUZ
14 mar 2024 07:30

Nacido en Barcelona hace 46 años, Nsang Cristià Esimi Cruz lleva la mitad de su vida en Londres. Este mediador social empezó a militar en asociaciones guineoecuatorianas desde muy joven, pero es a raíz del juicio que se llevó a cabo contra Teodorín en Francia, en 2017, que sus actualizaciones de la situación del país se hacen imprescindibles en cualquier evento que se produzca entre la oposición guineoecuatoriana.

Forma parte de los colectivos “Somos más” y “Guinea Ecuatorial también es nuestra”. Cada primer viernes de mes lanza un poema sobre las terribles situaciones de violación de los derechos humanos que se dan en el país, bajo la campaña “Guinea Ecuatorial también es mía”.

Convencido de la importancia de la implicación de las mujeres y la juventud en el cambio que Guinea Ecuatorial necesita, realiza el programa semanal La Llave, en la radio “La Voz de los Sin Voz” de “Radio Macuto”.

Naciste en Barcelona, ¿cómo la recuerdas en los años en que viviste en ella?
Bueno, no tenía nada que ver con la Barcelona que ves ahora, que tiene tanta influencia migratoria. Por entonces mi hermana y yo éramos los únicos negros en todos los espacios y eso pasaba desde la ignorancia de la gente que te quiere tocar el pelo a los insultos fuertemente racistas. Era también la época en la que los skin-heads salían a cazar a la gente. Lo recuerdo como una época muy aterradora, ibas esquivando las plazas o los bares en los que sabias que se reunían.

También había racismo institucional. Tuvimos el caso del negro de Banyoles. Yo tuve la oportunidad o la desgracia de ir al museo con un campamento de verano. Recuerdo como una humillación la imagen de aquel guerrero bosquímano que me recordaba mucho a mi padre y a mis tíos, que están muy mezclados con pigmeos. Me chocó mucho encontrarme con esa figura ahí. Debía tener 14 ó 15 años y me quedé en shock, no entendía cómo se podía tener a una persona disecada de esa forma.

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Guillem Balboa “Nunca vuelves a la realidad que perdiste al emigrar”
Guillem Balboa, primer alcalde negro de Països Catalans con Més per Mallorca, nació en Malabo y se exilió con su familia a inicios de los 70. Es también coordinador de CNAAE (Comunidad Negra Africana y Afrodescedendiente en España) en Mallorca.

Hace años ya que vives en Londres, ¿Cómo fue el cambio, lo notaste menos racista?
A ver, el racismo existe en todos los lados, pero el racismo en el que tú sientes que alguien te puede insultar con impunidad, no se da aquí. En estos 22 años nunca nadie me ha llamado “negro de mierda”, ni he tenido que salir corriendo de un grupo de gente persiguiéndome. Lo primero que noté es eso, después también que había personas africanas y afrodescendientes de cara al público, algo que no existía en España. Aquí hay conductores, doctores, periodistas, profesores de colegio o de universidad. A muchas personas cuando venían por primera vez se les caía la lagrimita.

Luego estaban las oportunidades de trabajo, yo sentía que en Cataluña no podía ya llegar a más y aquí podía ir con las rastas a buscar trabajo sin ningún tipo de miedo a que se me fuese a juzgar por el peinado que llevase. Tampoco tenía problemas para alquilar pisos por ser negro.

Al compararlo con España, aquí estás dos pasos adelante. Aunque eso tampoco significa que estés en el paraíso.

¿Cómo y cuándo empezaste a vincularte con la oposición en Guinea Ecuatorial?
Mi padre era muy amigo del escultor Leandro Mbomío, esculpían juntos en la casa de mi abuela. Escuchando al señor Mbomío, considero que mi padre tendría un poco las mismas ideas y que no entendía la situación de Guinea Ecuatorial como buena, pero no era un político, ni estaba vinculado con la oposición, como tampoco lo está la parte de mi familia que sigue en Guinea Ecuatorial.

Yo empecé a vincularme con la oposición guineoecuatoriana porque me hice miembro de una asociación cultural bubi que se llamaba “Ribapua”.

En el 98 se dio el genocidio contra el pueblo bubi, acusándoles de haber querido crear un movimiento revolucionario para quitar a Obiang del poder. Esa asociación que te decía era como un centro social, al que se acercaban muchas personas, así es que empecé a mamar todas esas faltas de libertad que se daban en Guinea. Fuimos a Radio de Catalunya a explicar lo que estaba pasando y nos vimos involucrados. Ahí es cuando empezó mi activismo, a través de haber visto y vivido todo aquel sufrimiento.

Me gusta preguntar siempre: “¿Qué puedo hacer, cómo puedo ayudar?” porque mi lema es: “Si no es nosotros, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”

Cuando me vine a Londres, empecé con el activismo panafricano. En 2001 fui a Guinea y, en esos años, también fui a Ghana 3 ó 4 veces y observé cómo Ghana iba evolucionando mientras Guinea seguía bastante empobrecida.

Mi activismo contra Obiang empieza sobre el 2015. Me llamó Moises Nvumba, que lleva el proyecto de radio “La voz de los sin voz”, y me pidió que hiciese un podcast sobre panafricanismo que desde entonces he seguido haciendo relacionándolo siempre con Guinea Ecuatorial. Me gusta preguntar siempre: “¿Qué puedo hacer, cómo puedo ayudar?” porque mi lema es: “Si no es nosotros, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?”.

Empecé a entrevistar a varias personas en ese programa con la idea de hacer algo. Poco después fue el juicio en Francia a Teodorín. Fui a Paris a grabar eso y me pareció extraño porque el mismo día que llegué, me entraron más de 1.000 peticiones de amistad en dos horas. Por un lado, me gustó, pero, por otro, pensé: “¿Qué demonios pasa en nuestra comunidad guineana para que nadie esté haciendo esto?”. En Guinea no hay periodistas que cubran esa parte activista contra el régimen. Empezaron a llamarme desde Guinea y contarme cosas, de forma que al final del día todo el mundo estaba esperando mis actualizaciones. Cada día enviaba un video, un audio y un texto escrito, eso porque no todo el mundo tenía acceso a las redes. De esta forma, la gente estaba viviendo en vivo el juicio de Teodorin. A partir de ahí se me empieza a arrastrar, en el buen sentido, a las manifestaciones y reivindicaciones que se daban porque parecía que, si no estaba yo grabándolo, no se había producido.

Mi punto de vista es que Guinea Ecuatorial no va a cambiar porque Obiang se muera, lo va a hacer cuando lo hagamos nosotros, cuando lo haga la sociedad, incluida la diáspora

De ahí pasé a formar parte de “Somos más”, un grupo que está asentado en Guinea Ecuatorial y donde apoyo en temas logísticos y de comunicación. “Somos más” es un movimiento juvenil que hace campañas para mejorar las condiciones sociales y concienciar a la población de sus derechos.

Soy también parte de “Guinea Ecuatorial también es nuestra”, que es una plataforma de la sociedad civil donde trabajamos con políticos de la oposición democrática y con la ciudadanía.

Mi punto de vista es que Guinea Ecuatorial no va a cambiar porque Obiang se muera, lo va a hacer cuando lo hagamos nosotros, cuando lo haga la sociedad, incluida la diáspora. Mientras no cambie la sociedad, tendremos a uno u otro, pero siempre apoyados por las mismas estructuras neocoloniales: España, Francia y EEUU.

¿En qué sentido tiene que cambiar la sociedad?
La sociedad se tiene que dar cuenta de que somos ciudadanos y ciudadanas y tenemos unos derechos que están siendo vilipendiados por la dictadura y por las estructuras neocoloniales, ellos son los más interesados en que la situación no cambie, porque se están llevando más del 90% de los beneficios del petróleo.

Todos, todas y todes somos corruptos y me incluyo. Hay que parar la corrupción. Se da mucho cuando vamos a Guinea, esto de: “A ver si tengo un primo que trabaja aquí y me ayuda a hacer no sé qué”, “a ver si, para que no me paren en la barrera, le doy 10.000CFA” o “a ver si cuando voy a España, como me he comprado telas y esculturas de madera, para que no me molesten, le pago 20.000CFA”. Raramente verás en España que te pidan una tasa que desconozcas y encima regateando. Yo, cuando voy a Guinea siempre lo digo: “¿En qué artículo? ¿Qué ley dice que tengo que pagar 10.000CFA?”.

Hay que empezar a saber cuáles son nuestros derechos y exigirlos. Y también saber cuáles son nuestras obligaciones. Dos sectores muy importantes que se tienen que involucrar en el cambio social son las mujeres y la juventud.

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Juan Tomás Ávila Laurel “Hay mucha relación entre el poder de Guinea y gente de bastante poder e influencia aquí en España”
El escritor Juan Tomás Ávila Laurel nació en Guinea Ecuatorial cuando era una colonia española. En 2011, después de significarse en su oposición a Obiang, se exilió a Barcelona, desde donde sigue señalando la corrupción del gobierno guineano.

¿De qué manera deberían hacerlo?
Las mujeres tienen que recuperar el papel que les toca como mujeres africanas. El papel de las mujeres africanas ha sido siempre liderar los cambios sociales y gestionar las sociedades en las que viven, como dice Cheikh Anta Diop.

Ahora mismo la mujer guineana tiene muchos temas de discriminación de género que le afectan, como la violencia doméstica o la poligamia capitalista, como yo la llamo. La poligamia podía tener sentido en sociedades pre-industriales, pues servía a nivel de unión de los distintos clanes para tejer relaciones entre diferentes tribus, o de subsistencia, pero no en Malabo en 2024. La mujer debe volver a su papel real en la sociedad y debería estar liderando en asociaciones que buscan el cambio social, incluso el cambio climático. Guinea es el país con mayor porcentaje de ecosistema no destruido del mundo, el que más ha sabido vivir en su ecosistema sin destruirlo. Una vez más, la mujer es la que se va a ver más afectada por el cambio climático, porque la mayoría viven todavía del campo.

La juventud, por su parte, tiene que entender que la Guinea que se van a encontrar es la que se van a trabajar. Oigo a mucha gente decir que los mayores no han hecho nada, pero a partir de los 20, 23 años ya no tienes excusas. Todos los líderes y lideresas de las revoluciones contra el colonialismo y del Panafricanismo que han intentado cambiar sus países estaban en uniones de estudiantes. La juventud tiene que entender que esto no va de sentarse para ver qué pasa. Tiene que haber asociaciones, agrupaciones que creen cambio en algún aspecto de la sociedad, sea económico, cultural, social, de leyes, financiero, ideológico, artístico o lo que sea. Toda la juventud africana debería estar implicada en alguna asociación que esté involucrada en el cambio social.

Y lo mismo pasa con la diáspora, se tiene que acabar esa cultura de ir a Guinea y hacer como que no veo, no oigo, no hablo, que es lo que hace todo el mundo. Por eso cuando hay manifestaciones en Londres o en Madrid y la gente no viene porque tiene miedo, yo siempre les digo: “Imagínate, si tú tienes miedo, el que está en Guinea cómo estará”.

El trabajo fundamental que tenemos por hacer desde la sociedad civil, tanto en Guinea como los que estamos en la diáspora, es la concienciación del pueblo.

Están deteniendo a mucha gente, nosotros tenemos tres compañeros de “Guinea Ecuatorial también es nuestra” ahora mismo en prisión

Están deteniendo a mucha gente, nosotros tenemos tres compañeros de “Guinea Ecuatorial también es nuestra” ahora mismo en prisión. Es importante que se les de apoyo, que tengan para comida, para bebida, para que sus hijos se puedan matricular en los colegios. Yo siempre digo que el que no tenga tiempo, ponga dinero porque el dinero está ahí pero no lo estamos invirtiendo en el sitio correcto: aquellos proyectos sociales que están cambiando la sociedad.

Los estudiantes en la historia de cualquier país son los que generan el cambio, no tienen un trabajo en el que han estado durante 10 años, no tienen niños, no tienen hipotecas, no tienen muchas obligaciones y tienen, por contra, la energía y el tiempo. Lo único que les falta es el dinero y ahí es donde deberíamos entrar la gente de mi generación para no caer en los mismos errores que las generaciones anteriores, acabar pidiendo fondos a las Embajadas de España, Francia o EEUU, porque estas fuerzas occidentales juegan a dos bandas. Por un lado, están a favor de la dictadura y, por otro, hablan de sociedad civil y democratización, de forma que gane quien gane, ganan ellos.

Mucha juventud sale y se forma en el exterior y no vuelven porque no ven ese potencial para crecer profesionalmente. Y así nos encontramos con la esclavitud del siglo XXI que básicamente no es que nos secuestren y nos torturen para llevarnos, sino que crean unas condiciones para que la fuga de cerebros sea inevitable.

Los estudiantes en la historia de cualquier país son los que generan el cambio, no tienen un trabajo en el que han estado durante diez años, no tienen niños, no tienen hipotecas, tienen, por contra, la energía y el tiempo

¿A cuántas personas has entrevistado hasta ahora en tu programa en Radio Macuto?
No te sabría decir. Estamos en el programa 400 y al menos he hecho unos 120 son de entrevistas, lo demás son podcast en los que hablo de historia. Además, lo hago en español porque creo que hay una carencia a la hora de contar la historia de África en español.

¿Cuáles son las principales violaciones de los derechos humanos que se llevan a cabo en Guinea Ecuatorial?
El derecho a la libertad de pensamiento, que es algo crucial. Ya no estamos hablando de la libertad de expresión, es que ni siquiera puedes pensar fuera de la estructura del PDGE (Partido Democrático de Guinea Ecuatorial). Luego están los derechos básicos: el agua potable, la luz, la educación, una vivienda digna. Podríamos vivir como viven en Arabia Saudí gracias a los réditos del petróleo.

De hecho, lo llaman “el Kuwait de África” por la cantidad de recursos y la poca población que tiene. Bueno, ahora ya no, pero tuvimos una época en la que teníamos el mismo poder adquisitivo por cápita que España o Italia, unos 33.000€ por persona al año.

Otro derecho importante es el derecho a la reunión, que no puedas reunirte cinco personas y hablar de lo que te dé la gana mientras no sea dar un golpe de Estado, que eso en cualquier país es un delito. Pero tú deberías poder reunirte y hablar de cómo vamos a cambiar la sociedad. O el derecho a tener una prensa libre.

Luego, una vez detenido, el derecho a la vida, el derecho a no ser torturado, el derecho a tener un juicio justo. Y lo mismo pasa con los derechos de los niños, el derecho a la educación, a la sanidad, a la escolarización, a la familia, y los derechos de las mujeres que tampoco se están cumpliendo.

Si miras el índice IDH (Índice de Desarrollo Humano) estamos muy por debajo en comparación con países vecinos.

Me gustaría que Obiang no muriese sentado como presidente en el poder, me gustaría que hubiera una transición hacia la democracia y aquí hablo de una transición no europea sino africana

¿Cómo prevés el futuro en Guinea Ecuatorial cuando Obiang muera?
Sinceramente, yo creo que si ahora mismo muere Obiang es lo peor que le podría pasar a Guinea. La sociedad no está preparada para un cambio drástico de la noche a la mañana, hay que concienciarnos, prepararnos y tener las estructuras suficientes.

Me gustaría que Obiang no muriese sentado como presidente en el poder, me gustaría que hubiera una transición hacia la democracia y aquí hablo de una transición no europea sino africana. Guinea Ecuatorial en cinco años, con un gobierno serio, que entienda que los recursos son del pueblo, pegaría un cambio increíble. Siempre digo que es bueno mirar lo que está pasando a nuestro alrededor. En Angola han conseguido dar un cambio, una transición hacia la democracia sin ni siquiera cambiar el gobierno porque el que está ahora era la mano derecha de Dos Santos. Ha perseguido a toda la familia Dos Santos, la hija que sabemos que era la africana más rica del continente, está detenida y todos sus bienes han sido confiscados.

Siempre digo que no estoy en contra del PDGE, estoy en contra de la ideología del PDGE. No estoy en contra de Obiang como persona sino como presidente dictador y de sus hijos que han conseguido crear una auténtica política de “dedocracia”, una dictadura donde todo pasa por el dedo. Así, tenemos ministros de cultura, de economía o de la mujer que no tienen ni la formación básica. Mucha gente te dice que se mete en los ministerios para intentar defraudar todo el dinero que se pueda.

Si Obiang muriera mañana, nos tendríamos que preparar para algo muy malo, muy brutal. Teodorín, el vicepresidente, lleva ya varios años ejerciendo como presidente de facto. Está haciendo demasiadas cosas más allá de su función como vicepresidente y ya se está postulando para coger el cargo cuando muera su padre.

Obiang tiene algo, ha asesinado a mucha gente, pero a la vez ha tenido mano izquierda, ha sabido ser políticamente más correcto. Intenta no matar a mucha gente en la cárcel, a pesar de las torturas, pero con Teodorín vamos a volver al tiro en la nuca. Si Teodorín sube al poder por parte de la comunidad internacional no se le permitiría estar más de tres o cuatro años porque desestabilizaría todo el sistema financiero del que se están beneficiando ellos y no el pueblo.

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Remei Sipi: “Somos creadoras de estrategias para la supervivencia de todo nuestro entorno”

La escritora Remei Sipi aborda desde el ensayo las realidades de las mujeres africanas, y recupera en sus cuentos las historias de Guinea Ecuatorial. Editora, investigadora y militante, es una referencia para las nuevas generaciones afrodescendientes. 

¿Qué responsabilidad tiene España y el resto de potencias occidentales en el mantenimiento de la dictadura en Guinea Ecuatorial?
Mi punto de vista es que el neocolonialismo existe y está claramente expuesto en el sistema que tenemos. Tenemos el franco CFA y todo lo que supone tener una economía que nos podrían desmontar cuando quieran. Esa economía mono-agricultural en nuestro caso es el petróleo.

Han creado un sistema donde no puedes cerrar el flujo del petróleo, no puedes diversificar la economía porque no te dejan, además de que estás malvendiendo tu producto. Por eso digo que el primer paso es la concienciación, darnos cuenta de que estamos siendo explotados. Yo diría que el 80% de la culpa de esta situación es nuestra y el 20% es de Occidente. El día que GEPetrol sea para Guinea, para el pueblo, y no una compañía que está beneficiando a unas pocas empresas americanas y a unas decenas de familias, Obiang dura dos segundos en el poder. Lo hemos visto con Nkrumah, con Lumumba, con Amilcar Cabral, con Gadafi... A toda la gente que ha querido beneficiar a sus pueblos le ha pasado lo mismo: Occidente los ha matado o derrocado.

Han creado un sistema donde no puedes cerrar el flujo del petróleo, no puedes diversificar la economía porque no te dejan, además de que estás malvendiendo tu producto

¿Qué supuso para el país el descubrimiento del petróleo?
Fue la maldición más grande que ha vivido Guinea Ecuatorial. Hay un libro del señor Obiang Bico que recomiendo a todo el mundo que lea, se llama Guinea Ecuatorial, del colonialismo al descubrimiento del petróleo y en él hay un apartado que habla sobre el narcotráfico de la familia Obiang. De hecho, hizo otro libro Quién es quién en el mundo del narcotráfico donde abunda en esa idea. Entre los 80 y los 90 se detuvo a mucha gente vinculada a la dictadura de Obiang por el tema del narcotráfico y ya estaban España, Francia y EEUU a puntito de cargárselo. Entonces apareció el petróleo y los intereses de Occidente cambiaron. El desarrollo de los derechos humanos ya no les importaba tanto. Esto lo digo como persona que ha estado sentada con embajadores de todos estos países, para ellos el tema de Guinea es “muy tóxico” y no lo quieren tocar. Como sabes, Rusia y China están ganando mucho espacio en África. De hecho, dicen que China quiere hacer una base militar en Guinea, algo que para las potencias occidentales sería muy desestabilizante.

En 2022 se celebraron elecciones presidenciales que Obiang ganó con el 99, 03% de los votos, ¿qué significa eso para ti?
La continuidad. A la gente que se sorprendió no la entiendo, la verdad. ¿Por qué iba a cambiar algo? Aparte de que son sus últimas elecciones. Después del referéndum de 2011, donde se cambió la legislatura a 7 años, ganó sus primeras elecciones en 2016 y estas del 2022 son sus últimas porque una persona no se puede presentar más de dos veces, aparte de que ya está mayorcito el señor.

A mí no me extrañó, pero sí me apenó ver la inactividad de la juventud en Guinea Ecuatorial y también ver las colas en la Embajada de Madrid para votar. Porque son dos sectores de la sociedad que deberían mostrar su talante. Es cierto que luego, cuando vas a pedir el visado, tienes que tener el resguardo de que has votado o el carné electoral. Entiendo que mucha gente de los que están en España lo han hecho precisamente por eso, pero es triste. Mientras sea obligatorio votar, tal vez haya que hacerlo, pero el voto tiene que ser privado o se puede votar nulo.

¿Y el bloqueo de las comunicaciones en Guinea Ecuatorial que se ha anunciado después de las últimas elecciones?
Irrelevante. Te digo mi experiencia, después del juicio de París yo me fui para Guinea, estaba con Weja Chicampo por el barrio de Ela Nguema y estaba asustado, mirando para todos lados por si me pasaba algo. Weja Chicampo me dijo: “Si a ti no te conoce nadie”. Las redes sociales no llegan tanto a Guinea, es un porcentaje muy pequeño el que tiene acceso regular a ellas, puede ser un 10% de la gente. Es distinto los que trabajan en oficina, pero los que no lo hacen pueden pasar días sin conectarse, si van a la oficina de alguien que tiene wifi entonces sí. Por eso no les envíes un video porque no lo pueden bajar, no les envíes un enlace de YouTube, por lo mismo.

Por otro lado, eso demuestra que el ruido que estamos haciendo está teniendo un impacto. Esto no es algo casual, lo empezamos en 2012. Tenemos gente que va bajando los audios, ahora hay bares en los que se ponen esos audios y todos los que están ahí pueden ir escuchándolos. El eco que hay en Occidente de los videos, de WhatsApp o de Instagram es más a nivel de la comunidad guineoecuatoriana en la diáspora.

Me gusta mucho el trabajo que están haciendo gente como los de “Somos más”, “Somos parte del mundo”, “Bocamandja” o “Locos por la cultura”, gente que se olvida del tema político como tal y se enfoca en desarrollar a la sociedad, ahí no necesitas redes, sino talleres de teatro o mesas redondas.

Es importante [como diáspora] que no tengamos el síndrome del salvador blanco. Tenemos que entender que no lideramos nada, los movimientos ya existen en Guinea y lo que tenemos que hacer es darles nuestro apoyo

¿Cuál crees que es la aportación de la diáspora a la lucha por los derechos humanos en Guinea Ecuatorial?
Es importante, primero de todo, que no tengamos el síndrome del salvador blanco. Tenemos que entender que no lideramos nada, los movimientos ya existen en Guinea y lo que tenemos que hacer es darles nuestro apoyo, dar voz y plataformas a esas luchas que están pasando dentro del país. Si, por ejemplo, los de “Somos parte del mundo” hacen un informe, nuestra obligación es darles eco, entrevistar a Melibea Obono o a Gonzalo Abaha y que llegue a cuantas más partes posibles.

Tengo que enfatizar que el liderazgo tiene que venir desde Guinea Ecuatorial, desde allí nos tienen que decir: “Estoy haciendo este proyecto” y nosotros preguntar qué podemos hacer. Estamos para empujar. Ellos que tiren y nosotros empujamos.

Por último, ¿qué piensas de la presencia de los expatriados guineoecuatorianos que vuelven al país?
El papel de los expatriados con raíces guineanas que vuelven al país también me apena mucho por cómo se llevan comportando desde el boom del petróleo, hace casi ya dos décadas. Van allí y, en vez de intentar cambiar la sociedad para desarrollarla, lo que hacen es acoplarse a toda la corrupción y, peor aún, a la explotación de todos sus conciudadanos. El tema de la poligamia, el tema de la corrupción, el tema de coger viviendas sociales, o el tema de comprar tierras no es correcto y no ayuda al cambio social.

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