Filosofía
Catalunya 2019: el imperativo vital de la revuelta

Analizamos, desde una perspectiva social transformadora, los movimientos que se dan cita estos días en Catalunya, a la luz de los combates contra el poder que han cristalizado en diferentes puntos del planeta.

Marchas contra la sentencia del Procés
La Marxa per la Llibertat, del tramo de Tàrrega, llega a Martorell. Victòria Oliveres
Profesor de Filosofía
22 oct 2019 09:00

Los cortes de carreteras que se han sucedido a lo largo de la semana pasada, llegando a cerrar la entrada por la frontera con Francia; las continuas manifestaciones y concentraciones que han llenado de reivindicación, de alegría y también de rabia colectiva plazas y calles; las acciones festivas y lúdicas, de carácter abiertamente intergeneracional, que han tomado el espacio público; la huelga general que paralizó buena parte del territorio y que culminó con la llegada a la capital catalana de las llamadas Marchas por la libertad; la ocupación de puntos estratégicos para la movilidad como el aeropuerto y las principales vías de tren, así como las barricadas de los múltiples movimientos de insurrección que cada noche iluminan las principales ciudades… En definitiva, un conjunto de acciones que configuran las distintas líneas del mapa de la revuelta popular que, combinando metodologías diversas y vías heterogéneas de lucha, se está produciendo ahora mismo en Catalunya como respuesta a la sentencia que ha condenado a los presos políticos a elevadas penas de prisión.

Con estos elementos a la vista, la revuelta catalana pone al descubierto un conjunto de tesis sin duda importantes para entender los procesos políticos y sociales que se han dado las últimas décadas, al menos a partir del movimiento alterglobalización y el 15M. Un análisis de las luchas que conecta, además, con la herencia de los movimientos llamados minoritarios que comienzan a ganar terreno desde finales de los años sesenta del siglo pasado —los feminismos, las luchas de las personas migrantes, de los trabajadores precarios y las estudiantes, de las personas con una orientación o identidad sexual distinta del patrón heteropatriarcal—, pero también con el legado del movimiento obrero a la hora de poner en tensión los límites del sistema capitalista. La primera de estas tesis apunta, como de manera clara recuerdan Michael Hardt y Antonio Negri en su último libro, Asamblea, al hecho de que “las resistencias son previas al poder”. Dicho de otro modo: los ciclos de luchas muestran, como se está viendo estos días, un nivel cada vez más elevado de autonomía ante el poder político y ante los límites de las instituciones tradicionales. Como en numerosas ocasiones explican Deleuze y Guattari a lo largo de su obra, el campo social se puede entender como un conjunto de líneas que huyen en muchas direcciones y que, solo posteriormente, el poder trata de reunir, dirigir y orientar en una dirección que redunde en sus propios intereses. Incluso desde una perspectiva ontológica, las alternativas tienen así una mayor potencia de creación que el poder establecido: los movimientos crean la realidad, rica y plural, en la que nos relacionamos; el poder la ocupa para vaciarla de cualquier contenido que pueda resultar políticamente y socialmente inflamable.

De esta manera, se entiende que el poder establecido siempre va un paso por detrás en relación con los movimientos de resistencia y creación de alternativas. Asimismo, se entiende que el poder establecido es mucho más reactivo que creativo, en la medida en que son los movimientos sociales los que dan lugar a nuevas formas de pensar y nuevos modos de producir relaciones que las instancias de poder se encargan posteriormente de ordenar, aprovechar y, en aquellos casos en que no se dejan reducir, eliminar del campo social. No se trata de negar con esto el carácter performativo del poder, que Foucault apuntara ya hace unas décadas. El poder crea formas de vida y de relación, pero no lo hace sino de forma parasitaria, mediante la extracción de una plusvalía vital con respecto a la creación de alternativas por parte de los movimientos sociales. Con esto se rompe la dirección de la dialéctica clásica, según la cual estos movimientos tienen en su mano únicamente la posibilidad de resistir ante la estrategia general del poder. En efecto, ahora ya no se trata de reaccionar dentro de los estrechos límites que habilita el poder para la protesta sino, en sentido spinoziano, de crear nuevas composiciones de cuerpos en el espacio, es decir, nuevas configuraciones de las relaciones sociales que, en la medida de lo posible, dejen de lado cualquier tipo de referencia a las exigencias del sistema.

Los ciclos de luchas muestran, como se está viendo estos días, un nivel cada vez más elevado de autonomía ante el poder político y ante los límites de las instituciones tradicionales.

Por esta razón, porque los movimiento se están dando en la calle de forma autónoma y, pues, al margen de las negociaciones entre partidos y sindicatos tradicionales, porque Barcelona y el resto de pueblos y ciudades están rebosantes ahora mismo de autonomía social, la revuelta catalana ha puesto tan nervioso al poder establecido. Asimismo, es este uno de los motivos que explica el desconcierto de una parte de la clase política supuestamente transformadora con presencia en las instituciones a nivel estatal. Después de repetir hasta la saciedad que este no era su movimiento porque respondía a un proceso de manipulación de la población civil, movilizada para defender los intereses de las élites y de la burguesía catalana, no han podido sino callar o mostrar su semblante más conservador al observar cómo las protestas han abandonado cualquier tipo de relación con los dirigentes de los partidos y la administración catalana. Si antes ya resultaba difícil cerrar los ojos ante una multitud que hace siete años empujó a la clase política catalana a subir a un tren en marcha, ahora ya no hay duda de que buena parte de la izquierda española ha jugado a confundir y despistar para no asumir sus responsabilidades en clave transformadora, precisamente ante el movimiento que de manera más decidida y clara ha conseguido hacer tambalear al Régimen del 78. De hecho, como casi toda revuelta, la catalana se ha dado aprovechando un cierto vacío de poder institucional, tanto en el ámbito estatal como en el catalán. En este sentido, el trabajo que se llevó a cabo durante el 15M, poniendo en duda la legitimidad del régimen español, ha supuesto un elemento clave para entender el éxito de las movilizaciones de masas que han tenido lugar en Catalunya desde el 2012. Que los que reivindican desde la meseta la herencia del 15M no admitan este punto, habla de la vergüenza con la que se ven obligados a cargar por un puñado de votos y, en algunos casos, por una mal disimulada ideología conservadora.

Autonomía y crisis de la representación

La autonomía con la que se han dado los últimos movimientos coincide con otro de los rasgos que definen los ciclos de luchas actuales, y que Hardt y Negri apuntan, igualmente, en su última obra: la ausencia de líderes. El hecho de que el Estado español metiera en la cárcel hace dos años a las principales cabezas visibles de los movimientos políticos y sociales mayoritarios de Catalunya desató una ola de indignación y, a nivel interno, un caudal de dolor y de rabia que ahora se está expresando con toda su potencia en las calles. Pero al mismo tiempo y seguramente sin buscarlo, ahondó en la línea de la autonomía que estamos apuntando. Ante la ausencia de líderes, los distintos movimientos sociales catalanes no han dejado de innovar y de ensayar para tratar de buscar la máxima coordinación y efectividad, a partir de formas de organización autónoma, asamblearia y horizontal. Los Comitès de Defensa de la República o colectivos como el Pícnic per la República o el Tsunami Democràtic, así como iniciativas que en un principio surgieron de las instituciones tradicionales, pero que finalmente la población ha hecho suyas hasta apropiárselas por completo, como el Debat Constituent, han puesto a las claras que la revuelta catalana responde a las condiciones no solo materiales, sino también subjetivas, de un territorio en el que la acción puede transitar más allá de los intentos de dirección de la clase política. El hecho de que con esto se haya producido un momento destituyente claro con respecto al Régimen del 78, el hecho de que en muchas de las acciones e iniciativas de los movimientos sociales se deje entrever incluso, aunque de manera latente, la creación de un contexto pre-constituyente por parte de una subjetividad heterogénea conformada por una multiplicidad de singularidades que, como dirían Deleuze y Guattari, no responden a ningún tipo de centro trascendente, muestran la solidez de la revuelta catalana; pero también, una vez más, la miopía o el conservadurismo de los que un día reclamaban precisamente un proceso constituyente por parte de un nuevo sujeto colectivo y hoy, en cambio, dan su apoyo a la represión gubernamental —caso de Más País y Errejón—, o se lamentan —caso de Colau y la mayor parte de los comunes— ante la insurrección catalana.

Independencia de Catalunya
¿La República Catalana como construcción del espacio de todas y todos?

La proclamación de la nueva República se puede ver como una oportunidad para dejar de lado el sistema de selección e integración de las identidades basadas en la dominación del otro.

De hecho, es también en relación a la capacidad constituyente de los movimientos sociales que la revuelta catalana supone un muy buen ejemplo para entender los últimos ciclos de luchas. En el siglo anterior, como señalaba Negri en su libro El poder constituyente, éste respondía a un único hecho: el gran Acontecimiento —pongamos por caso la toma de la Bastilla o del Palacio de Invierno—. Reconducido después del estallido inicial por parte del poder revolucionario, el momento de ruptura mostraba su capacidad no solo para poner en cuestión el poder establecido sino, al mismo tiempo y de manera casi necesaria, para deducir un nuevo orden de relaciones. En la actualidad, el poder constituyente responde en cambio a un proceso siempre abierto y esencialmente inacabado, aunque sostenido en el tiempo, en relación con un hilo rojo que se expresa de muy diferentes maneras y que da la vuelta al mundo, de Rojava a Chiapas, pasando por Ecuador, Chile o Catalunya, trazando así los múltiples caminos de la revuelta. Asimismo, si en décadas anteriores era necesaria la dirección política revolucionaria y un sujeto más o menos homogéneo —el Proletariado, el Pueblo, la Nación— para acabar de concretar y materializar las transformaciones motivadas por el momento constituyente, ahora es una multitud autónoma y diversa la que toma en sus manos la responsabilidad de desafiar directamente los límites del poder y, un paso más allá, de construir las alternativas en las que se puede concretar el poder constituyente. De hecho, en la medida en que ya no hay un solo Acontecimiento sino una multiplicidad de acontecimientos que se entrelazan, en la medida en que esta pluralidad conserva su vitalidad incluso cuando no se muestra de manera evidente, cualquier intento de acabar con la revuelta y con las insurrecciones de una vez por todas fracasará de manera tan estrepitosa como lo harán los intentos de la clase política por apagar la potencia transformadora de las multitudes en lucha.

Esto último guarda relación con otro de los puntos del análisis asociados a la revuelta catalana. Los últimos días una parte importante de la clase política que se alinea con las tesis republicanas ha repetido hasta la saciedad que los movimientos de insurrección que han tomado las ciudades durante la noche no representan a la sociedad catalana. Con esto, además de tratar de llevar la protesta hacia un carácter identitario, que separa entre un interior aceptable —la buena sociedad catalana que se manifiesta de manera pacífica— y un exterior o una alteridad intolerable —la mala y violenta parte de la sociedad que ni siquiera merece ser considerada como verdaderamente catalana—, olvidan otros tantos elementos que la revuelta ha puesto de relieve. Para empezar, que la multitud y sus luchas son tan globales y subalternas como, de manera inversa, absolutos y hegemónicos son los poderes que conforman el sistema capitalista. Para continuar —y siguiendo de nuevo el análisis de Hardt y Negri en Asamblea—, en la actualidad la revuelta está mostrando la crisis profunda en la que se encuentra la noción de soberanía, asociada precisamente a un poder centralizado, el Estado, cuya principal función es la de representar y disciplinar a una población que cabe definir de forma unitaria y homogénea. Como bien recordaba Deleuze en su “Post-scriptum sobre las sociedades de control”, la multitud ya no responde en la actualidad ni a los intentos de normalización del Estado ni a las consignas centralizadas que, bajo atuendo revolucionario, han utilizado en muchas ocasiones los sindicatos tradicionales para, en connivencia con el poder establecido, ahogar en la práctica la potencia transformadora de las movilizaciones sociales. Que las acciones del Tsunami democràtic tomen la apariencia de una nebulosa que se extiende en el campo social y que solo puntualmente, cuando las condiciones son propicias, se materializa de manera concreta, habla precisamente de la necesidad de escapar de los mecanismos de identificación, vigilancia y control, en definitiva, de las armas que el poder establecido usa para hacer efectiva la representación en el campo social. Véase, por este lado, no solo la forma de las movilizaciones sino también la compleja red de comunicación militante que se ha tejido a través de los códigos Qr, distribuidos de manera masiva aunque por personas de confianza del movimiento y desde la cercanía.

El poder constituyente responde a un proceso siempre abierto y esencialmente inacabado, aunque sostenido en el tiempo, en relación con un hilo rojo que se expresa de muy diferentes maneras y que da la vuelta al mundo, de Rojava a Chiapas, pasando por Ecuador, Chile o Catalunya.

Revuelta es creación de formas de vida

Para acabar, no debemos olvidar otro elemento central que la revuelta catalana ha puesto bajo el foco de atención, a saber: la necesidad de cuidarse de manera mutua, como se dice en las calles y, en definitiva, no solo de preocuparse por sobrepasar los límites del poder sino, un paso más allá, de poner las condiciones materiales y subjetivas para que la revuelta revierta en nuevas formas de vida. Las lesiones que se suceden los últimos días, algunas de extremada gravedad, como las que han hecho perder a militantes comprometidos con la revuelta un ojo o un testículo, o el caso de la manifestante que se encuentra aún en el hospital con diagnóstico grave a causa de una contusión craneofacial, provocadas todas ellas por el impacto de balas de goma de la Policía, así como la brutal paliza que el otro día se llevó un joven en las calles de Barcelona, como resultado de la contrainsurgencia llevada a cabo por el Estado, en este caso dejando margen para actuar a grupos de neonazis, ponen al descubierto otros dos aspectos.

En primer lugar, que ante la creación de nuevas formas de relación y, en definitiva, de producción social con los que de manera intrínseca se vinculan los ciclos de luchas, el poder establecido responde con todo el potencial negativo del monopolio de la violencia. Por eso, como recuerdan Deleuze y Guattari al hablarnos de la necesidad de poner en marcha una máquina de guerra para propagar y aumentar la acción revolucionaria, en ocasiones, como nos muestra la revuelta catalana, no hay más remedio que hacer la guerra a la guerra en favor de la vida. En la misma dirección se expresa Thomas Edward Lawrence en la definición de la estrategia de la guerrilla que elaboró para la Enciclopedia Británica: para casos en los que es la población misma la que pone su cuerpo y su integridad física a la hora de defender el espacio común, cada golpe es como una pequeña piedra que cae en el estanque en el que todas y todos nos encontramos sumergidos, multiplicando y propagando el dolor en numerosas ondas expansivas. Por eso, igualmente, la defensa de los movimientos insurreccionales no es sino una forma de respuesta perfectamente legítima ante una violencia sistémica y estructural que, de no ser repelida de manera contundente, acabaría por sembrar las calles de terror. En segundo y último lugar, que la creación de nuevas formas de vida a la que estamos haciendo referencia, como efecto directo de los ciclos de luchas que se suceden y cuya vigencia estos días estamos reivindicando en Catalunya, se debe encontrar en el centro de toda convicción, al fin y al cabo, de todo imperativo vital con respecto a la revuelta. Dicho de otro modo, es nuestra obligación, en tanto que militantes, personas comprometidas con el colectivo y el bien común, favorecer cualquier tipo de movimiento que vaya en la dirección de acabar con los límites del sistema para transformar la realidad y dar lugar, así, a nuevos espacios de libertad. Que así sea.

Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Justicia
Reportaje El imperio de los jueces-soldado
La justicia española ha entrado en un callejón peligroso. Desde hace años, el Poder Judicial se ha mostrado escorado a la derecha y más como un problema para la resolución de cuestiones cruciales para el Estado.
Análisis
Análisis El independentismo en la Cataluña posprocés
El entierro del procés ha tenido muy pocas plañideras. Si algo evidenciará la próxima Diada será el fantasma de la división, la fragmentación y las peleas internas dentro del independentismo.
Generalitat de Catalunya
Catalunya Illa supera el efecto Puigdemont y es investido como president de la Generalitat
El candidato de Junts ha retornado a Barcelona con un acto público en las inmediaciones del Parlament, pero ha conseguido esquivar el cerco policial y permanece huido.
Vacalloria
24/10/2019 15:23

Pintarla como queráis pero no es una revuelta de izquierdas. Tal vez en el nuevo futuro que nos vislumbran no haya izquierdas ni derechas y seamos todos independientes los unos de los otros.

2
3
Flipaillo
22/10/2019 10:53

¿Pero como te atreves? La banda de Pujolone, Torrá y Puigdemont son un ejemplo de izquierdismo, y la revuelta catalana un ejemplo de movimiento popular espontáneo. No hay más que ver los objetivos y aliados del Procés: https://www.burbuja.info/inmobiliaria/threads/recordemos-los-objetivos-y-aliados-del-independentismo-catalan.1234946/#

2
6
Multitudes
22/10/2019 17:37

Una de las ideas centrales del texto es precisamente la de que estas movilizaciones han rebasado los intereses de esos a los que te refieres. Saludos

5
1
#42028
25/10/2019 23:07

y los que estamos por la autodeterminación (aunque no sea como prioridad) y contra la ley aragonés.. muy numerosos por cierto, que somos, gilipollas? Buf.. que pesaditos sois con vuestros discursos de manual..

3
0
#41830
22/10/2019 10:11

Pienso que el nacionalismo catalan es de todo menos de izquierdas

4
6
#42027
25/10/2019 23:05

el movimiento autodeterminista catalan (no todo él nacionalista) es muchas cosas, también muchas de izquierdas. Si no se entiende esta complejidad no se entiende nada. De verdad, como os cuesta bajaros del burro.. menos orgullo penya, está bien reconocer cuando uno se ha equivocado, no pasa nada

3
0
Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
Ver todas las entradas
Justicia
Reportaje El imperio de los jueces-soldado
La justicia española ha entrado en un callejón peligroso. Desde hace años, el Poder Judicial se ha mostrado escorado a la derecha y más como un problema para la resolución de cuestiones cruciales para el Estado.
Opinión
Revista El Salto Debajo de la palabra “lawfare” no está la playa
El sistema judicial, si se fijan, no obedece o asume propuestas o presiones del Ejecutivo o del Legislativo. Sino que más bien ocurre lo contrario.
COP29
Cumbre del Clima La COP29 cierra su acuerdo de financiación en 300.000 millones y corta la ambición de los países del sur
Tras dos semanas de negociaciones arduas, la Cumbre del Clima celebrada en Azerbayán ha aumentado sus objetivos de financiación, pero quedan muy lejos de las demandas de los países en vías de desarrollo que pedían al menos 500.000 millones para 2035.
Galicia
LGTBIfobia El jurado declara culpables de asesinato a tres de los acusados por el asesinato de Samuel Luiz
El tribunal popular aprecia homofobia en el crimen, absuelve la única mujer encausada y considera cómplice al único varón que no estaba en la cárcel.
América Latina
Leandro Morgenfeld “El triunfo de Trump va a empoderar a los Milei y los Bukele”
El historiador e investigador argentino especializado en la relación entre Estados Unidos y América Latina, analiza el triunfo electoral de Donald Trump y el impacto que tendrá en una región que Washington sigue considerando su “patio trasero”.
Euskal Herria
Cultura Los judíos en la tierra del euskera
Un repaso de la acogida que les brindó el Reino de Navarra tras su expulsión de Castilla y Aragón, a la red clandestina que los ayudó a cruzar la muga durante la ocupación nazi de Francia y las relaciones con el Estado de Israel
Opinión
Opinión Aprender de las fantasías de la conspiración
Difícilmente los desmentidos científicos convencen a quienes ya han incorporado una fantasía de la conspiración. Sin embargo, estas fantasías se corresponden con un hecho como que el desasosiego por el futuro es un sentimiento generalizado.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
La vida y ya
La vida y ya Huipil
Han escrito un libro que se titula 'Nuestros tejidos son los libros que la colonia no pudo quemar'. No hay lugar para las dudas sobre lo que te vas a encontrar al leerlo.
Opinión
Opinión La distopía no es un género literario
Hay grandes carteles por todos lados donde te hacen responsable de tener el móvil bien cargado y aconsejan llevar una batería externa para evitar percances.
Opinión
Opinión Yo he venido aquí a licitar
El capitalismo de licitación, o capitalismo licitador, es el modelo económico que mejor define las prácticas que los diferentes gobiernos del PP valenciano han llevado a cabo a lo largo de la historia.
Que no te lo cuenten
Que no te lo cuenten De contracumbres y personas sin hogar
VV.AA.
Abrimos noticiero con el G20 de Brasil y la ausencia de soluciones de vivienda para las familias afectadas por la dana.
Más noticias
València
Dana La Diputación de València adjudica a dedo otros 735.000 euros a una empresa de Gürtel para obras de la dana
El gobierno del Partido Popular contrata por el procedimiento de emergencia a CHM Obras e Infraestructuras, que tienen detrás a los hermanos Martínez Berna, condenados en el marco del 'caso Gürtel' a un año y nueve meses de prisión.
COP29
Cumbre del clima La propuesta de los países ricos para cerrar la COP29 enfurece a las naciones en desarrollo
El Norte global, causante histórico del cambio climático, propone 250.000 millones de dólares anuales para la adaptación y mitigación climática del Sur, cuando el propio borrador del acuerdo establece que al menos serían necesarios cinco billones.
Opinión
Opinión Vacío y censura en el colonialismo del interior
VV.AA.
La historia está siendo escrita con un silencio cómplice con el genocidio y mediante la censura a su condena. El silencio implica un precio terrible, pues consolida el borrado impune de la existencia, la cultura y el futuro del pueblo palestino.

Recomendadas

Dana
València Mazón se atrinchera detrás de un militar y cierra su crisis de gobierno
El president valenciano ha remodelado el Consell de la Generalitat dando salida a dos conselleras y fichando un general en la reserva para la vicepresidencia.
Argentina
Argentina El Bonaparte: la historia del hospital de salud mental que le torció el brazo a Milei
Es el centro referente en Argentina para tratamientos de salud mental y adicciones. Javier Milei intentó acabar con él, pero los profesionales sanitarios y los pacientes del hospital no lo permitieron. Esta es su historia.