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Editorial
No lo esperábamos, pero lo habéis hecho posible
En mayo, como ya ocurrió en abril, no habrá edición impresa de El Salto pero sí hemos realizado una serie de contenidos que ofrecemos a las personas suscritas, quienes habéis hecho posible este proyecto durante años y también ahora, en la situación más crítica que, personal y profesionalmente, estamos afrontando.
No hay que ocultarlo, como medio de comunicación no estábamos preparadas para una pandemia. Pese a que el periodismo se ha transformado en los últimos años, el colectivo de trabajadoras de El Salto no tenía experiencia en sostener una redacción por medio del teletrabajo. Tampoco el colectivo editor tiene herramientas para manejar la cantidad de información que se requiere y se demanda cuando todo entra en crisis. Pero, sobre todo, no esperábamos recibir una respuesta tan positiva de todas las personas, socias y lectoras, que rodean El Salto.
La enfermedad covid-19 ha atravesado nuestras vidas, transformando lo que habíamos aceptado como normalidad. La tragedia que está teniendo lugar calle a calle, barrio a barrio, nos ha afectado personalmente y como proyecto. Nunca se está preparado para las enfermedades de los seres queridos como tampoco se está preparado para una crisis social y económica que amenaza con volverse de nuevo contra la mayoría de precarias y trabajadores pobres. Nunca nos resignamos a que esa precariedad fuera lo normal y desde ahí hemos trabajado, durante las casi siete semanas de estado de alarma, los contenidos de la página web.
En este tiempo hemos publicado 1.300 nuevos contenidos en la página web, un número que seguramente está por encima de nuestras posibilidades pero que muestra cómo el coronavirus ha activado a la comunidad de El Salto y cómo a través de ella se ha puesto en marcha el colectivo editor del proyecto para tratar de cubrir la información que nos mueve. Fruto de todo ese trabajo son los resultados que os hemos ido mostrando: hemos triplicado nuestra audiencia en marzo y en abril hemos conseguido mantener la atención generada en los primeros días de frenesí.
No estábamos preparadas, pero os teníamos a vosotras, socios y socias, que desde el primer minuto habéis comprendido y nos habéis apoyado cuando os hemos comunicado que teníamos que renunciar a publicar la edición impresa de abril y, posteriormente, también la de mayo. Ese impulso ha sido imprescindible para no asomarnos al abismo económico pero, sobre todo, ha sido emocionante. Vuestros mensajes han sido compartidos en nuestros canales de comunicación interna y en algunos momentos nos han hecho saltar las lágrimas.
Hace unas semanas os comunicamos que, en lugar de la edición impresa de mayo, íbamos a publicar una serie de contenidos especiales que llegarán primero a las socias del proyecto. Sabemos que muchas de vosotras, y muchos de vosotros, echáis de menos la revista impresa mensual y que en las pantallas se pierden algunas ventajas de la artesanía que aún conserva el papel impreso, pero no queríamos que pasase otro mes sin reconocer como mejor sabemos, desde los contenidos, ese impulso que nos ha hecho crecer durante estos dos meses tan difíciles.
Desde el punto de partida de compartir con vosotros y vosotras estas primeras sensaciones sobre el momento histórico en el que hemos entrado a partir de marzo de 2020, los contenidos que os presentamos remiten a algunas de las deudas pendientes de esa normalidad anterior al virus y cómo se verá afectada por la nueva situación.
Lis Gaibar escribe en este especial sobre la crisis del turismo y los problemas que pueden afectar a las kellys, las camareras de hotel, trabajadoras que sufren en primera persona el deterioro de los derechos laborales en este país.
El sociólogo y periodista Andrés Villena, autor de Las redes de poder en España, se estrena en El Salto con un análisis del papel del “Estado profundo” en esta crisis sanitaria. Un texto imprescindible para apuntar correctamente en la búsqueda de responsabilidades.
Las decisiones que se tomen en esta etapa de emergencia modelarán el futuro. También el de la ganadería, un sector en el que se abren ventanas de impugnación al modelo industrial, responsable indirecto de la crisis del covid-19. Alicia Fábregas trae un reportaje sobre la situación de las mujeres ganaderas.
Pablo Rivas aborda otro de los puntos interesantes que se abren a raíz de la crisis: cómo emerge la necesidad de un transporte seguro y, sobre todo, no contaminante. Las bicicletas pueden ser la respuesta.
Otra colaboración que esperábamos desde hace tiempo es la de Anna Pacheco, una de las voces más interesantes del periodismo actual. Pacheco escribe sobre el concepto de trabajos “no esenciales” y cómo esa clasificación clasista e interesada ha saltado por los aires a raíz de la crisis.
Patricia Reguero aporta en este número especial una historia de violencia machista, una de las miles que están teniendo lugar en el contexto de confinamiento.
La firma con opinión de este número especial la pone Brigitte Vasallo.
Y las fotografías, los coordinadores de fotografía de El Salto, David F. Sabadell, Álvaro Minguito y Elvira Megías, han reunido el trabajo de diversos fotorreporteros durante este confinamiento.
Los territorios que conforman las ediciones de Madrid, Galicia y País Valencià publican contenidos sobre las condiciones de partida de la sanidad, la situación de migrantes manteros en Madrid y Galicia, y el estado de las huertas valencianas durante este confinamiento.
Entrevistamos también a dos profesionales de campos distintos que ayudan a explicar el mapa de lo que estamos viviendo. La inmunóloga Adelaida Sarukhan relata de forma divulgativa y sencilla el origen, los avances médicos y las perspectivas del virus que lo está cambiando todo. La periodista Olga Rodríguez analiza críticamente el estado de los medios de comunicación durante la pandemia en una entrevista editada por El Salto TV.
Pikara Magazine colabora un mes más con El Salto con un texto sobre el vaginismo, una patología poco conocida que se convierte en un problema cuando la sexualidad se entiende solo desde el falocentrismo.
Gessamí Forner escribe sobre “la otra” Barcelona, la de las cooperativas y la economía social. Un tejido urbano que se mueve al ritmo del trabajo comunitario.
No hace mucho tiempo, los combatientes de Daesh se sentían invencibles. Ahora, sus cuerpos raquíticos cuentan una historia muy distinta; son hombres despiadados que piden misericordia. Yaiza Martín-Fradejas y Wilson Fache escriben sobre el centro de detención de Hasaka, en Siria.
Álvaro Minguito estuvo en Somalilandia los meses de enero y febrero. No te vas a a creer lo que hizo allí. Bueno, sí, fotos.
En Radical, nuestra sección de culturas, pensamiento y acción, nos acercamos a Peter Watkins, el maestro del audiovisual político cuya obra no verás en un cine multisalas, con el reportaje definitivo sobre el autor de La Comuna (París, 1871), por Ignasi Franch.
Marta Sanz escribe sobre la literatura tras la pandemia del coronavirus. Un texto que solo puedes encontrar en El Salto.
Las teorías de la conspiración en torno al coronavirus apuntan alto. Un reportaje de Layla Martínez.
Diez periodistas feministas han escrito Nietas de la memoria (Bala Perdida, 2020) una recuperación en clave de memoria histórica de mujeres anónimas que, ante la adversidad, enterraron muertos, tragaron lágrimas y gestionaron sus respectivos hogares en una trágica España. Por Sara Plaza.
En Contigo empezó todo, Eduardo Pérez recuerda la pandemia de 1918, y cómo la lucha social se mantuvo en un tiempo de luto y excepción que quitó la vida al 1% de la población española.
Y la ilustradora Yeyei Gómez también ha querido aportar su granito de arena, una viñeta sobre virus y noticias falsas.
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Ánimo. Sois de uno de los mejores digitales que hay actualmente. A mi me encanta recibir las ediciones mensuales, pero ya habrá tiempo. Tiempos de resistencia tocan
Creo que resulta más útil centrarse en la web digital que en la edición impresa
Gracias por vuestro trabajo y tranquilos por no hacer la edición impresa (a mí además aún me queda algún artículo pendiente de las últimas revistas). Y este avance de contenidos está muy bien. ¡Salud!
Muy de acuerdo con todos los comentarios publicados aquí. Estáis haciendo una gran labor en El Salto, un periodismo como tendría que ser, independiente, de calidad y de utilidad pública. Os necesitamos más que nunca y yo también estoy orgulloso de poder contribuir con mi humilde suscripción a este proyecto fantástico. ¡Una abrazada fuerte!
Como suscriptor os felicito por todo el esfuerzo realizado y me siento orgulloso de contribuir al proyecto a pesar de todas las dificultades. La edición en papel se echa de menos, es verdad, pero las redes sociales y la web se han llenado de un contenido especialmente valioso durante estas semanas (que han suplido esta pequeña renuncia y han reforzado el sentido de comunidad). Por ello, mucho ánimo, cuidaos mucho, cuidad y cuídemonos todos y todas.
Muchísimas gracias a El Salto por vuestro trabajo durante estos tiempos difíciles! Gracias a vosotras sigo creyendo en un periodismo independiente y de calidad. Un fuerte abrazo
Muchísimas gracias por vuestro trabajo. Me alegra profundamente que más y más gente se una al salto cada día. Hacéis mucha falta en un mundo como este.
Muchas gracias por vuestro trabajo! solo he leído los contenidos que ofrecéis en este número y .....corro a leerlos!!!