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Uranio
Berkeley: y dale con la mina
Se podría pensar que tras 15 años sin conseguir explotar un gramo de uranio y tras los serios reveses administrativos (denegación de la Autorización de construcción de la planta de tratamiento de uranio por el Ministerio de Transición Ecológica), judiciales (anulación de la Autorización de vertidos por considerar nula la Declaración de Impacto Ambiental por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León) o legislativos (la Ley de Cambio Climático y Transición Energética prohíbe la minería de uranio), la multinacional australiana abandonaría el proyecto, pero en las últimas semanas ha emprendido una nueva campaña de promoción para intentar continuar atrayendo incautos inversores que sigan pagando la fiesta en la que siguen embarcados los avispados impulsores del proyecto.
Los profanos en el mundo de las finanzas no entendemos los vaivenes del mercado o los batacazos bursátiles o financieros, como en el caso de las cibermonedas, y nos sorprende situaciones como las de la empresa Berkeley, en la que los directivos gozan de un sueldo considerable a pesar de no haber conseguido en década y media explotar el uranio prometido. Para esos señores ya no es necesario que se abra la mina, han logrado cubrir la mitad de su vida laboral vendiendo una quimera.
Berkeley ha emprendido una nueva campaña de promoción para intentar continuar atrayendo incautos inversores que sigan pagando la fiesta en la que siguen embarcados los avispados impulsores del proyecto.
Dentro de esa nueva campaña de promoción realizaron una presentación de su proyecto en un céntrico local de la capital salmantina, al que acudí para intentar comprender el éxito de su experiencia. Tras casi dos horas de charla y debate, sigo sin entender cómo se puede continuar vendiendo humo y que los pequeños inversores muestren interés por un tema agotado desde hace años, evidentemente a los directivos de Berkeley hay que reconocerles el mérito por seguir sacando conejos de la chistera.
Berkeley sigue afirmando que tiene intención de explotar tres minas de uranio en Salamanca: Retortillo, Zona 7 (Villavieja de Yeltes) y Alameda de Gardón, pero de estas dos últimas hace años que no ha realizado ninguna acción que nos permita confiar en que sigan interesados por esos proyectos. Además, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico inadmitió en diciembre del año pasado las solicitudes de autorizaciones previas como instalaciones radiactivas de primera categoría de las plantas de tratamiento de uranio de Alameda de Gardón y del Proyecto de explotación de uranio de Zona 7 en Villavieja de Yeltes. Eso no es óbice para que Berkeley siga sumando las reservas de esas otras dos zonas a la existente en Retortillo.
El Presidente del CSN, que seguirá en el cargo aunque cambie el Gobierno, ya ha dejado bien claro que el tema de Berkeley es un tema cerrado para ellos.
Los directivos de la empresa minera siguen confiando en que un cambio de Gobierno facilite su intención de continuar estirando el negocio de seguir ordeñando la vaca de la ilusión de explotar uranio en Salamanca, pero lo que no sabemos es cómo va a solventar el dictamen técnico desfavorable del Consejo de Seguridad Nuclear en el que desaconsejan la construcción de la planta de tratamiento de uranio por las elevadas incertidumbres del proyecto y la escasa fiabilidad de la empresa. El Presidente del CSN, que seguirá en el cargo aunque cambie el Gobierno, ya ha dejado bien claro que el tema de Berkeley es un tema cerrado para ellos. Por mucho que se empeñen no hay vuelta atrás, no es posible explotar uranio en Salamanca.