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Desastres ambientales
Fosfoyesos: arsénico en las uñas, un informe ocultado y un plan “chapuza”
Un informe realizado por una veintena de expertas de la Universidad de Huelva constata la presencia de uranio, zinc y arsénico y otras sustancias altamente perjudiciales para la salud en las personas que viven próximas a la balsa de fosfoyesos. El estudio ha sido realizado a medio centenar de onubenses de entre 35 y 80 años mediante el análisis de sus uñas, en el que se comprueba las consecuencias de una exposición alargada. El informe, que se encuentra en manos de la alcaldía desde julio, no se ha hecho público por parte del ayuntamiento. Rafael Gavilán concejal de La Mesa de la Ría, colectivo que lleva años ejerciendo presión política para la solución de la problemática de los fosfoyesos, en el Ayuntamiento de Huelva, crítica al alcalde por no hacer público el informe: “hasta cuándo pretendía ocultárselo a la ciudadanía onubense. Ahora se entiende la negativa del máximo regidor de la ciudad a convocar al órgano de participación. Este informe deja a Gabriel Cruz con las vergüenzas al aire”.
El documento se muestra crítico con la propuesta de la empresa Fertiberia para enterrar los 120 millones de toneladas de fosfoyesos que se encuentran en las inmediaciones de la ciudad de Huelva. Esta empresa es la responsable de los vertidos ilegales que desde los años 70 han construido este foco de contaminación. En 2009, tras una sentencia de la Audiencia Nacional que reconocía la autoría de los vertidos, La Dirección General de Costas del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino ordenaba el cierre de esta fábrica de abonos químicos, cierre que nunca se llevó a cabo. La propuesta de la empresa, el Proyecto Restore 20/30, tiene como objetivo “el encapsulamiento total de los fosfoyesos“, para la restauración ambiental de las 720 hectáreas donde se acumulan las toneladas de desecho tóxico. La propuesta cuenta con la aprobación de Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y está a la espera de la confirmación de la Junta de Andalucía para comenzar con las obras.
Sin embargo, este último informe científico puede poner en peligro su puesta en marcha, ya que considera que la propuesta de la empresa “no puede ser considerada como una solución definitiva para la restauración de las marismas”, sino únicamente como “una actuación de urgencia para minimizar los riesgos asociados a las balsas de fosfoyesos”. El texto realizado por expertas de la UHU hace un llamado a las instituciones competentes para que “se busque una solución alternativa a la propuesta de Fertiberia”. Desde La Mesa de la Ría sostienen que: “el proyecto de Fertiberia es una auténtica chapuza y, por tanto, del todo insuficiente para recuperar medioambientalmente el espacio natural degradado bajo más de cien millones de toneladas de fosfoyesos”. Desde esta organización política, una vez conocido los resultados han instan a la Junta de Andalucía a que “se elabore un estudio epidemiológico para comprobar si en esa parte de la población (la sometida a una mayor exposición) se produce un aumento de las enfermedades asociadas a los mismos”.
Décadas de propaganda y silencios
La Mesa de la Ría ha denunciado la: "falta de información y datos oficiales con la que han tenido que elaborar el informe los miembros del comité de expertos” a pesar de que desde la década de los 90 la balsa de los fosfoyesos lleva siendo estudiadas por la comunidad científica y sanitaria a nivel nacional e internacional. Esto es debido a los impedimentos impuestos por las instituciones locales de facilitar datos a la comunidad científica encargada del estudio.
Este silencio se encuentra muy presente en el grueso de la sociedad onubense que a pesar de divisar diariamente desde sus ventanas la superficie kilométrica de fosfoyesos no han respondido a la grave situación con un movimiento estable y unificado para la solución del problema. El Polo Químico se construyó en Huelva en 1964, siendo una apuesta del régimen franquista por “el desarrollo y la modernización de la provincia”. En los sesenta el 19,3% de la población onubense era analfabeta y la provincia ocupaba el número 39 en el ranking estatal de renta per cápita, según recoge Manuel Rodríguez Illana en su libro Andalucía, Basurero del estado Español. Por lo que la población recibió el proyecto sin ninguna crítica con las expectativas del aumento del empleo para su ciudadanía. A pesar de que durante décadas el Polo Químico ha dado empleo a la ciudadanía, el desarrollo económico prometido no llegó a producirse, siendo Huelva aún una de las provincias que se encuentra la cola del PIB nacional, en el puesto 41, según los últimos datos del INE.
El discurso del desarrollo se encuentra aún muy arraigado en la población debido a un discurso mediático basado en la protección y la limpieza de imagen de las empresas del polo químico onubense a través de los medios locales, especialmente el periódico Huelva Información, que lleva años sin hacerse eco de los informes sobre la situación de los fosfoyesos además de no publicar ninguna información crítica acerca de las empresas que componen el complejo industrial, al contrario, haciéndose eco de lo publicado por sus gabinetes de prensa. Los sindicatos generales en Huelva, CC.OO y UGT, también han mantenido un discurso en defensa a las empresas que componen el Polo. En 2013, el secretario general de Fiteqa-CCOO, José Luis Montesinos, reconocía ante la Audiencia Nacional donativos de la empresa Fertiberia al sindicato.