Urbanismo
¿Ha llegado ya el fin de la precariedad?

El modelo de negocio de Glovo en cuestión: su fundador se enfrenta a la justicia y su matriz anuncia un giro hacia la contratación laboral. Sin embargo, la pregunta clave sigue abierta: ¿es esto el fin de la precariedad o solo una adaptación más?
Glovo en Metro
Un repartidor de Glovo viaja con su bici en el metro de Madrid. No CC David F. Sabadell

El pasado martes Óscar Pierre, fundador de Glovo, defendía su modelo de negocio en sede judicial. Tan solo un día antes, la compañía matriz de Glovo, Delivery Hero, anunciaba la contratación de “sus repartidores en España”, o más precisamente que iba a “cambiar de un modelo autónomo a un modelo basado en el empleo”. Pierre se enfrenta a una causa penal comandada por la Fiscalía de Barcelona por vulneración reiterada contra los derechos de las y los trabajadores. Sin embargo, Cristóbal Martell, el abogado del fundador de Glovo, señalaba que el anuncio regularización no está relacionado con el proceso judicial en curso. Todo esto ocurre mientras el valor bursátil de Delivery Hero caía hasta un 12% en la bolsa de Francfort , algo especialmente relevante en un modelo fuertemente financiarizado, como es el de las plataformas digitales (Qi y Li, 2021). Sin embargo, más allá de valorar las oportunas casualidades y los consecuentes vaivenes financieros en el mercado, este anuncio nos invita a hacernos otro tipo de preguntas: ¿Qué implicará realmente este cambio? ¿Es el fin de la precariedad en el sector del reparto a domicilio?

Un modelo de precariedad en constante adaptación

El anuncio de regularización queda lejos de ser un acto desinteresado o una nueva apuesta productiva, sino más bien la respuesta estratégica a la presión legal y social. Lo que ha quedado claro a partir de las declaraciones de Pierre. Aunque el anuncio de contratación puede parecer un paso adelante, sería ingenuo asumir que este movimiento por sí solo resolverá los problemas estructurales que atraviesa la plataformización del trabajo. Si algo han demostrado las plataformas digitales, y en particular empresas como Glovo, es una gran capacidad para operar bajo contextos legislativos adversos. A pesar de las presiones judiciales y leyes específicas que impugnaban las condiciones laborales del sector, las empresas han buscado reinventar esquemas que perpetúan la flexibilidad. Esta precarizante idea de flexibilidad se articula sobre la base de la adaptabilidad productiva, pero también legal (Hyman, 2001). Decía Sadin (2018) que lo que él llamaba “economías del dato” han nacido en el contexto de las sociedades de crisis y poscrisis de 2008, lo que les ha configurado como modelos en adaptación permanente a realidades políticas, económicas, sociales y legales constantemente cambiantes.

Este escenario plantea más preguntas que respuestas. En primer lugar, ¿qué sucederá con las 15.000 personas que se estima que trabajan actualmente bajo este modelo? Parece evidente que laboralizar a las miles de personas que trabajan por cuenta propia es improbable. ¿A quiénes contratarán? ¿Cuáles son los criterios que guiarán esta decisión? ¿Bajo qué tipo de relación laboral?

¿Se hará responsable de los fraudes cometidos y las condiciones de inseguridad laboral que ha propiciado, incluyendo los accidentes mortales que deberían haber sido reconocidos como laborales?

Mientras tanto, persiste la cuestión del mercado laboral informal. Este trabajo invisibilizado parece haber sido durante años obviado entre las empresas del sector. La subcontratación de cuentas y el uso de perfiles alquilados es una práctica que ha profundizado la desprotección de quienes reparten. Este hecho ha llevado a una mayor pérdida de garantías, en tanto que los seguros sociales o provistos eventualmente por las empresas, los acuerdos formales con las plataformas o la capacidad de generar ingresos se verían puestos en cuestión por la situación de desprotección de las personas migrantes que prestan los servicios sin que la cuenta estuviera a su nombre. Los mecanismos de las empresas para controlar este fenómeno, como las mediciones biométricas o la confirmación de identidad de los usuarios de las cuentas, se han demostrado poco eficaces, o quizás nunca intentaron serlo. ¿Qué ocurrirá con estas personas? ¿Regularizará Glovo también a estos repartidores y repartidoras? Y si Glovo asume que estamos ante una relación laboral, ¿Se hará responsable de los fraudes cometidos y las condiciones de inseguridad laboral que ha propiciado, incluyendo los accidentes mortales que deberían haber sido reconocidos como laborales?

Independientemente de la relación laboral que se establezca con las compañías, los dispositivos de control algorítmico seguirán siendo una herramienta clave en la organización del trabajo. Este modelo, caracterizado por la presión constante hacia una mayor productividad y una vigilancia intensiva, continuará marcando el ritmo de trabajo y ejerciendo una presión disciplinaria. Las plataformas son herramientas de organización del trabajo a través de las cuales las empresas buscan una optimización de los procesos, aumento de la productividad y extracción de plusvalías a través del trabajo. Así, el diseño de estas herramientas de organización productiva tienen una forma específica y deliberada, permaneciendo en muchas ocasiones más ocultos que las tradicionales, menos sutiles y difusas (Wu et al., 2019). Esta digitalización no es simplemente una mejora de los procesos en términos de optimización, rapidez, simplificación o facilitación de las conexiones. Las dinámicas impuestas por el capitalismo de plataforma han transformado el trabajo, intensificando la explotación a través de métricas de desempeño, incentivos opacos y penalizaciones automatizadas.

Más allá del anuncio

Desde sus inicios, Glovo y otras plataformas han funcionado con una agenda clara: flexibilizar los marcos laborales en su beneficio. Han acumulado decenas de sanciones de la Inspección de Trabajo, sentencias judiciales que declararon ilegal su modelo y una deuda millonaria con la Seguridad Social. A pesar de ello, la compañía continuó operando como si estuviera por encima de la ley, llevando a miles de trabajadores a un modelo explícitamente ilegal.

Ahora que el fundador de Glovo enfrenta un proceso penal, surge otra pregunta: ¿es sostenible este modelo de economía de plataforma? Según las estimaciones, esto supondría formalizar a entre 15.000 y 50.000 repartidores y repartidoras en España, lo que implica no sólo un desafío logístico y económico para la empresa, sino también decisiones difíciles sobre quién quedará dentro y quién será excluido. Este proceso, lejos de ser transparente, probablemente estará guiado por la lógica de maximizar rentabilidades.

Estas empresas han transformado el trabajo, donde la estabilidad laboral, los derechos colectivos quedan subordinadas a la búsqueda de flexibilidad y rentabilidad

Es fundamental no caer en la trampa de celebrar prematuramente este cambio como una gran victoria. La regularización es, sin duda, un paso positivo, pero no resuelve las problemáticas de fondo del capitalismo de plataforma. Estas empresas han transformado el trabajo, donde la estabilidad laboral, los derechos colectivos y las garantías básicas quedan subordinadas a la búsqueda de flexibilidad y rentabilidad.

La experiencia de Glovo no es un caso aislado, sino un reflejo de un modelo económico que sigue expandiéndose. El verdadero desafío no es solo lograr la regularización de los trabajadores, sino garantizar que esta venga acompañada de condiciones laborales dignas y de un marco regulatorio que priorice los derechos de las personas sobre los intereses empresariales.

La pregunta no es solo cómo Glovo y otras plataformas se adaptarán a este nuevo contexto, sino si la sociedad, las instituciones y los propios trabajadores serán capaces de evitar que esta readaptación continúe perpetuando formas de explotación bajo nuevas máscaras.

Parece que este no es el fin de la precariedad. La regularización será insuficiente si no se abordan las raíces del modelo de la plataformización, diseñado para explotar la flexibilidad, invisibilizar los sectores más vulnerables del mercado laboral y eludir los marcos legales.

Referencias

Hyman, R. (2001). La rigidez flexible: ¿Un modelo para una Europa social? Cuadernos de Relaciones Laborales, 19, 17–30.

Qi, H. and Li, Z. (2021), “A Political-Economy Analysis of the Financialization of the Platform Economy”, Economist, Vol.2021 No.10, pp 14-22. DOI: 10.16158/j.cnki.51-1312/f.2021.10.002

Sadin, É. (2018). La silicolonización del mundo. La irresistible expansión del liberalismo digital. Caja Negra.

Wu, Q., Zhang, H., Li, Z., y Liu, K. (2019). Labor control in the gig economy: Evidence from Uber in China. Journal of Industrial Relations, 61(4), 574–596. https://doi.org/10.1177/0022185619854472

Archivado en: Glovo Urbanismo
Sobre este blog
Un blog del Grupo de Estudios Críticos Urbanos (UNED), para profundizar en los principales debates sobre la ciudad desde una perspectiva crítica y con un fuerte compromiso con los conflictos sociales que se dan en la ciudad. Por este motivo, el principal objetivo de GECU y de este blog, es impulsar investigación urbana aplicada a la transformación social.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Glovo
Falsos autónomos Dos ‘riders’ de Glovo se personan como acusación popular en el juicio al CEO de la plataforma
Uno de los integrantes de la acusación popular asegura que, desde el anuncio del CEO de la compañía de regularizar a la plantilla, han surgido subcontratas que emplean como asalariados a 'riders', pero que no son capaces de contratar a todos los falsos autónomos.
Falsos autónomos
Explotación laboral Italia multa a Glovo por espiar a los repartidores incluso cuando no están trabajando
Según los investigadores que lo descubrieron, la empresa española podría estar haciendo lo mismo en todos los países donde trabaja.
Sobre este blog
Un blog del Grupo de Estudios Críticos Urbanos (UNED), para profundizar en los principales debates sobre la ciudad desde una perspectiva crítica y con un fuerte compromiso con los conflictos sociales que se dan en la ciudad. Por este motivo, el principal objetivo de GECU y de este blog, es impulsar investigación urbana aplicada a la transformación social.
Ver todas las entradas
Madrid
La burbuja del alquiler Sumar, Podemos y sindicatos de inquilinos presionan para convertir en indefinidos los contratos de alquiler
Sumar lanza una Proposición No de Ley para transformar en indefinidos los contratos del alquiler, una de las principales demandas de la manifestación por la vivienda del 5 de abril. Una moción de Podemos, rechazada en el Congreso, pedía lo mismo.
Líbano
Ocupación israelí Israel incumple el acuerdo de paz y mantiene tropas en el sur de Líbano para “vigilar” a Hezbollah
El Ejército sostiene la ocupación de cinco colinas a lo largo de la frontera tras evacuar sus soldados de decenas de municipios. Miles de civiles regresan a sus casas para descubrir que lo han perdido todo.
Madrid
Acusaciones de violencia sexual Monedero, bajo investigación de la Universidad Complutense por la denuncia de acoso sexual de una alumna
La confidencialidad del expediente no permite saber cuándo se presentó la denuncia ante la Unidad de Igualdad o cuánto se demorará la resolución. La Complutense afirma que la Inspección de Servicios está tramitando la acusación.
Justicia
Justicia Rubiales, condenado por agresión sexual y absuelto del delito de coacciones
18 meses de multa con cuota de 20 euros al día por un delito de agresión sexual. Es la condena al expresidente de la RFEF Luis Rubiales por los hechos ocurrido en la ceremonia de entrega e medallas del pasado mundial celebrado en agosto en Sidney.
Egipto
Egipto Ashraf Omar continúa en prisión provisional por dibujar
Ashraf Omar, caricaturista político del medio digital AlManassa, sigue en prisión preventiva indefinida tras ser arrestado violentamente en su domicilio el 22 de julio de 2024.

Últimas

València
València Suspendida “sin explicación jurídica” la primera declaración por desaparición forzosa del franquismo
La abogada remarca que no hay motivo jurídico por el que suspender la declaración que Carolina Martínez iba a realizar sobre la desaparición forzada y asesinato de su abuelo en 1939.
Opinión
Opinión Alemania como Israel
Un análisis personal y colectivo sobre las próximas elecciones en Alemania, un país en proceso de militarización de creación del enemigo y en un momento de rearme armamentístico y hundimiento moral.
Tribuna
Tribuna Verde de ecosocial, verde de educación pública
En nuestras aulas se ha colado una prisa ansiosa, que juzga al alumnado como un gasto, que lo dirige, poco a poco, a un mundo laboral tecnoptimista y completamente atomizador.
Más noticias
Airbnb
Pisos turísticos Consumo abre expedientes sancionadores a gestoras de pisos turísticos
El ministerio de Pablo Bustinduy incoa expedientes sancionadores a empresas que administran muchos pisos por prácticas comerciales desleales.
Ayuntamiento de Madrid
Ayuntamiento de Madrid Vecinos de Barajas exigen a Almeida que actúe contra las inundaciones antes de ampliar El Corte Inglés
La asociación Aeropuerto Participa alega contra la regularización de 11.000 metros cuadrados del centro comercial cuando desde 2012 existen informes para la ampliación del colector de Rejas y el barrio sufre inundaciones periódicamente.

Recomendadas

Inteligencia artificial
Militarismo La máquina de los asesinatos en masa: Silicon Valley abraza la guerra
Las fantasías distópicas sobre los futuros usos de las máquinas en la guerra están más extendidas que el relato de lo que ya está pasando en los campos de batalla.
América Latina
Extrema derecha Los soldados de Donald Trump en América Latina
Mientras algunos presidentes latinoamericanos, con mayor o menor ímpetu, intentan ponerle freno, otros tantos se arrodillan y le rinden pleitesía sin recibir nada a cambio. ¿Quiénes son los súbditos latinoamericanos de Trump?
Crónica
Crónica Locura y papeletas. Berlín, una semana antes de las elecciones federales
Un paseo nocturno por la capital alemana nos permite acercarnos al ambiente que late una semana antes de que la ultraderecha consiga sus mejores resultados desde el hundimiento del nazismo.