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Control de fronteras
Caminando Fronteras presenta la Guía para familias víctimas de la frontera
El colectivo Caminando Fronteras ha presentado este miércoles 26 de mayo la “Guía para Familias Víctimas de la Frontera” y el informe “Construyendo Memoria Migrante”, dos documentos inéditos por ser los primeros en contar y analizar “las dificultades que sufren las familias que están buscando a sus familiares en la frontera occidental euroafricana”.
La guía abre con una pregunta directa: “¿Estás buscado a alguien que ha desaparecido en el camino migratorio?” y recuerda que “siempre hay que denunciar para dejar constancia de la desaparición de la persona. Es imprescindible la denuncia para que los países inicien labores de búsqueda. Además, la denuncia sirve también para hacer valer tus derechos como familiar”.
“Recibíamos tantas llamadas y peticiones de familias de desaparecidas que vimos que había que hacer algo para ellas. Tienen derecho a saber, a buscar"
“Recibíamos tantas llamadas y peticiones de familias de desaparecidas que vimos que había que hacer algo para ellas. Tienen derecho a saber, a buscar, y los Estados tienen la obligación de hacer valer esos derechos”, ha destacado la portavoz de Caminando Fronteras, Helena Maleno.
Según explican desde el colectivo, su objetivo es “ayudar a todas esas familias a iniciar y facilitar las labores de búsqueda de las víctimas de las fronteras, ofreciéndoles distintas estrategias para sortear las dificultades con las que se irán encontrando a lo largo de todo el proceso; desde la denuncia hasta la repatriación de los cadáveres”.
En un primer apartado brinda información sobre las administraciones públicas a dónde recurrir, quién puede hacer la denuncia y por qué debe hacerse; en la segunda parte aconseja sobre el tejido asociativo al que acudir; y en una tercera sobre ¿qué hacer si se ha encontrado el cuerpo? Al final, se incluye una enumeración de los problemas más frecuentes y las estrategias para solucionarlos.
Fronteras
“Si no hubiésemos estado ahogándonos en la frontera, hubiesen venido a salvarnos”
El colectivo Caminando Fronteras publica su informe Vida en la Necrofrontera, una denuncia contra las políticas fronterizas que recupera la memoria de más de un millar de personas muertas o desaparecidas en su intento de llegar al Estado español por la Frontera Sur.
Respecto al informe, Maleno ha afirmado que a las personas migrantes se les niegan “los derechos no sólo en vida, sino también en muerte. A las familias les debemos la construcción de una memoria colectiva, donde todas tenemos que participar”, ha alentado. En él se analizan todas las aristas que conforman el drama por el que tienen que pasar las familias víctimas de la frontera y de las necropolíticas europeas que permiten que el dolor de estas se invisibilice.
“Cuando las familias de las víctimas de las fronteras inician la búsqueda de un ser querido, lo que desea siempre es encontrarlo lo más rápidamente posible y en las mejores circunstancias. Es decir, las familias y las comunidades quieren a las personas migrantes vivas. Así, con esa esperanza en su corazón, miles de familiares afrontan la búsqueda de las víctimas de la Frontera Occidental Euroafricana; con múltiples dudas acerca de cómo y dónde buscar y con miedo a ser criminalizadas y estigmatizadas. En muchas ocasiones se ven obligados a lidiar con la soledad de quiénes ven sus derechos negados por los estados”, asegura el informe en su inicio.
Se entiende como territorio de la frontera occidental Euroafricana el que ocupan Marruecos como país de origen y tránsito y Argelia como país fundamentalmente de origen. También Mauritania y Senegal, ambos como Estados de origen y tránsito. “Frente al cierre de fronteras de la Europa Fortaleza, las rutas desde Argelia, Marruecos, Senegal y Mauritania son cada vez más peligrosas”, refiere el informe.
Incluye la estadística de víctimas fatales que desde Caminando Fronteras han podido documentar en los últimos años: En 2019, 648 desapariciones y 195 cuerpos encontrados; en 2020, 518 desapariciones y 137 cuerpos encontrados, y en 2020, 2.107 desapariciones y solo 88 cuerpos encontrados.
También testimonios desesperados de familiares de las víctimas en una búsqueda interminable de alguna noticia sobre el destino de su ser querido. “He venido a buscar al hermano de mi nuera desde Italia. No me dan respuesta en ningún sitio. He ido a la policía para poner una denuncia, pero me han dicho que no podía, no era mi familiar. Les he dicho que mi nuera es muy pequeña, que está embarazada, que no aguantaría tanto dolor y problemas, por eso he venido yo. No me escuchaban y he acabado gritando, soy una mujer vieja ya y tengo mi carácter claro que sí. Entonces uno de ellos me ha dicho que si sigo molestando tal vez tengan que preguntarme por qué lo busco y qué información tenía de que iba a salir en una patera de forma ilegal. Me ha amenazado, pero he seguido alzando la voz, enfadada. Estoy buscando a un niño, que venía en una patera donde han desaparecido muchos… tal vez está muerto. De Italia a Canarias… no conozco a nadie. Le dieron a mi nuera el teléfono de vuestra asociación ¿podéis ayudarme por favor?, y perdóname si estoy tan nerviosa, pero es terrible lo que estamos viviendo”, expresa A.S. familiar en búsqueda de un desaparecido.
Fronteras
Crece un 143% la tasa de mortalidad de la migración por vía marítima
El Colectivo Caminando Fronteras denuncia que en 2020 en el intento de llegar al Estado español por vía marítima han fallecido 2.187 personas. De acuerdo al monitoreo realizado “es uno de los peores y más mortíferos años”. Desde la organización piden al Estado español poner en marcha las medidas necesarias para “garantizar el derecho a la vida”.
“Construyendo memoria migrante” es una visión crítica con las prácticas llevadas a cabo por los Estados en su control fronterizo, muestra cómo el enfoque policial impide a las víctimas el acceso a los derechos.“Me interrogaron todo el tiempo sobre el capitán. Acababa de llegar, estaba descompuesto, no les entendía. Había un policía y una persona de la cruz roja le traducía y yo, no sé no entendía nada. Había muerto mucha gente. Después la cruz roja me preguntó si conocía a quién había desaparecido y los cuerpos, les di los nombres que sabía. Sólo pensaba cómo le daría la noticia a la madre de uno de mis amigos. La policía no preguntó nada. El cuerpo quedó allí, supongo que ya lo enterrarían, yo tenía el contacto de la familia, pero sabes, no les importan nuestros muertos”, relata M. T., superviviente de un naufragio en Almería.
La investigación de Caminando Fronteras, ha permitido establecer también la importancia de que en los países de tránsito, con menores recursos científicos, haya una mayor sensibilidad para la identificación de los cuerpos. “Hemos constatado que esto está ligado a que dentro de su población también hay personas migrantes que mueren y, por lo tanto, comprenden en primera persona el dolor que afrontan las familias”, explican.
“Nuestros hijos también se ahogan en el mar. Duele ver estos cuerpos sin enterrar durante meses. Nuestra religión nos dice que hay que enterrar cuanto antes, es terrible ver cómo están".
“Nuestros hijos también se ahogan en el mar. Duele ver estos cuerpos sin enterrar durante meses. Nuestra religión nos dice que hay que enterrar cuanto antes, es terrible ver cómo están. Por eso hay varias personas africanas de organizaciones que vienen a identificar y les dejamos ver los cuerpos. La mayoría de las veces sabe quiénes son y podemos enterrarlos. Otras veces no, el año pasado 65 cuerpos se enterraron sin nombre. Hacemos lo que podemos”, confiesa D. S. trabajador de una morgue en Marruecos.
La desaparición o muerte de un ser querido supone un terrible impacto emocional y legal entre sus allegados y familiares. “La migración en la Frontera Occidental EuroAfricana tiene ya un histórico que permite a las personas compartir memoria y contextos sociales en el marco que afecta a todo su entorno de origen, y también a la comunidad migrante. Estas situaciones de violencia en las Fronteras alargadas en el tiempo, y con un número de víctimas que sigue creciendo cada año, deja una huella en las construcciones sociales de las comunidades”, concluyen desde el colectivo.
Al final, se suceden las voces de familiares que han perdido a hijas o padres en el viaje, a hermanos o tías. Un dolor que necesita cicatrizar, un duelo inconcluso de historias vitales por cerrar.
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Lo primero es acabar con la invisibilización de las injusticias. Mucho animo, con estos libros queda constancia porque Ca Minando Fronteras molesta a todos los gobiernos.