Crisis climática
Aeropuerto hacia el infierno

Un llamamiento alegre y lúcido a movilizarse contra los grandes proyectos de infraestructuras.

ODG


J.B: Periodista y guionista. Activista de Extinction Rebellion y València en Transició. A.P: Ingeniero. Activista e investigador en el Observatori del Deute de la Globalització.
19 sep 2021 09:11

“Viviendo fácil, viviendo libre”, así comienza la canción de AC/DC a la que homenajeamos en esta pieza. Y así deben sentirse las élites extractivas de nuestro país. Aquellas que salvo algún pequeño susto en forma de República, llevan décadas –si no siglos- siendo las mismas beneficiadas de un sistema que las perpetúa en el poder. Quizá por eso se arrogan tanto la palabra más pervertida de la historia: Libertad. La suya, claro.

España es uno de los países del mundo donde la herencia es el factor más crucial en cuanto al origen de las grandes fortunas se refiere. El 54% de los milmillonarios de nuestro país lo son por derecho divino. Los beneficios caídos del cielo de la genética. En Estados Unidos ese porcentaje baja al 29%, en Reino Unido al 6%, en China al 2%.

Por ello, entre otros factores, España es uno de esos países donde las élites más habituadas están a hacer lo que les da la real gana. Que se lo pregunten al emérito comisionista. Si hay que hacer una parada de AVE en Yebes, a kilómetros de la ciudad más cercana para llevarse cientos de millones, adelante. Con Esperanza de que nadie pueda rechistar, y si lo hace alguien, de nada servirá. Si hay que hacer un almacén de gas que nunca funcionó y es chatarra a precio de oro, el Castor, pues se hace y ya se socializará la deuda de más de 3.000 millones de euros. Si hay que hacer una pirámide maya…bueno, ejem, ya sabéis. La libertad.

Quizá –o sin él-, ese sea el principal motivo del ensañamiento que hay contra cualquier proyecto o reformita tibia que busque redistribuir un poco de esa riqueza, un poco de ese omnímodo poder que los cielos otorgaron a las castas elegidas. ¿15 euros de subida de salario mínimo? ¿Restringir los beneficios caídos del cielo de las eléctricas? ¿Pagar cada energía a su justo precio? Socialcomunistas. Bolivarianos. Destructores de empleo, bienestar y de las sacrosantas leyes del mercado nuestro que estás en los cielos.

Hay ganas de reencontrarnos en el espacio público. Volver a sentir las calles para intentar evitar el rumbo de colisión al que las élites ciegas y la mano invisible nos van a llevar si no hacemos algo para impedirlo

Vivimos en el país de las constructoras y sus chanchullos, de los audios de Florentino y el resto de amigos del BOE. Vivimos en el país de Acento, (ojo con esto, no os perdáis al equipo de cracks que pretenden gestionar parte de los fondos europeos Next Generation, gracias a sus contactos). Y todo ello es posible gracias a los grandes medios de comunicación, plegados a un poder económico que se las da de patriótico, mientras vende tu sanidad y educación porque ya ni siquiera es nacional. Pues bien, en ese, nuestro país, el modelo ha llegado al final del camino, ha caducado como los yogures que recomendaba consumir Cañete. Ha llegado a una encrucijada. En la que se entrevén dos opciones: una con un camino claro, cristalino, que tendría que ver con asumir los límites y reaccionar para aclimatarse a ellos, y otro que, bueno, parece sacado de un mal guión. Pretender ampliar aeropuertos y puertos a estas alturas de la película es de una estupidez tan enorme, que no sabemos bien por dónde empezar…

Así que comencemos con un dato concreto: según el último informe filtrado del IPCC (el organismo más importante del mundo en análisis de la ineludible cuestión climática) hay que tocar techo en las emisiones en 4 años. En 2025. Y para poco más allá de 2030, habría que cerrar todas las plantas de carbón y gas. Ese gas que ya escasea en toda Europa porque –oh, sorpresa- los recursos en un planeta finito son finitos. Pretender ampliar infraestructuras de transporte a estas alturas es estar ciego. De poder y dinero. Es ver solo que como otras élites en otros lugares del mundo sí tienen su hub, las de aquí no pueden ser menos. Y esa es la carrera que ha despegado de la autopista hacia el aeropuerto que ahora nos lleva en volandas hacia el infierno.

Al infierno climático de unas temperaturas que se descontrolarán y harán de la vida algo mucho menos agradable, vivible. Al infierno de una situación de escasez energética por no solo no saber frenar, sino siquiera dejar de apretar con fuerza el acelerador. Mientras tanto, seguro que Bon Scott y Brian Johnson cantarían: “No stop signs/ speed limit/Nobody's going to slow me down”. Pero o se frenan esas inercias, o podemos dar por firmada nuestra condena a habitar un planeta inhóspito.

Estamos en una situación de una urgencia enorme, con los movimientos sociales y el poder popular tocados por el golpe de la pandemia. Con una parte de la juventud –divino tesoro, pero cuánta ingenuidad- que cree que Vox es revolucionario cuando está demostradísimo que son esas mismas élites que les han robado el futuro las que levantaron el partido neofascista para defender únicamente sus privilegios.

Hoy, domingo, hay que salir a parar el proyecto de ampliación del Aeropuerto del Prat, que ya está herido de muerte y pende de un hilo. Pero al que todavía hay que enterrar en el suelo y asegurarnos de que nunca alce el vuelo. Y también a la vez en Madrid, para evitar la ampliación de Barajas. El 22 de octubre tendremos esa misma cita con las autoridades que pretenden ampliar el Puerto de Valencia en otro proyecto mastodóntico y carente de sentido –salvo para los pocos que se vayan a forrar con él. En Notre-Dame ya se logró que Macron claudicara y frenara otro proyecto de ampliación. Tenemos una parte de la historia que está de nuestro lado, pero es que además si queremos seguir teniéndola, historia, no nos queda otra. Estas paralizaciones pueden ser un punto de inflexión positivo.

No tenemos dudas. Es el momento de trazar un relato que una todas las luchas posibles otra vez. Hay ganas de reencontrarnos en el espacio público. Volver a sentir las calles para intentar evitar el rumbo de colisión al que las élites ciegas y la mano invisible nos van a llevar si no hacemos algo para impedirlo. La única duda que tenemos es –si no conseguimos una empresa pública de energía- a qué precio le cobrarán Endesa e Iberdrola la luz a AC/DC –y a todas las demás personas- en unos años, cuando la crisis de suministros que ya estamos empezando a notar sea aún más patente.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Ampliaciones de aeropuertos: ¿una política de interés general?
La ampliación de la capacidad aeroportuaria y la apertura constante de nuevas rutas constituyen elementos de una política que quiere dopar un sector mediante la generación constante de nueva oferta de vuelos y turismo.
Tecnología
Oligopolio tecnológico Un fallo de Microsoft provoca una caída internacional de servicios de transportes, bancos y emergencias
Una interrupción del servicio vinculada a la firma de ciberseguridad Crowdstrike y Windows ha paralizado la actividad de decenas de miles de empresas públicas y privadas poniendo de relieve la dependencia del oligopolio tecnológico.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Palestina
Palestina La UE apoya a Palestina con 1.600 millones de euros más pero sin entrar en la situación de Gaza
Los ministros de Exteriores europeos, que se han reunido en la mañana del 14 de abril con la Autoridad Nacional Palestina en Luxemburgo, no aumentan las sanciones contra Israel.
El laberinto en ruinas
Opinión “Madrugá” del 2000. Veinticinco años de nada
Hace 25 años la Semana Santa sevillana sufrió quizás la mayor conmoción de su historia. No se sabe qué ocurrió pero sí que a partir de entonces la fiesta ya no sería la de antes.
València
València La Generalitat supo del primer desaparecido el día de la dana ocho horas antes de enviar los SMS
La delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, testifica delante de la jueza que avisó a la consellera Salomé Pradas de una primera desaparición en torno a las 12.30h de esa mañana.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Más de 760.000 personas no tienen médico de familia o pediatra en la Comunidad de Madrid
En los 267 centros de salud existentes en la región faltan 3.812 médicos y médicas y 983 pediatras. Hay 43 centros de salud caídos, esto es, con menos del 20% de la plantilla, mientras que el año pasado había 21 centros en esta situación.
Censura
Extremadura El Partido Popular censura “flores republicanas” en el cementerio de Santa Marta de los Barros (Badajoz)
Izquierda Unida denuncia que la alcaldesa popular ha ordenado que “durante su mandato únicamente se colocarán flores de color blanco”. Han convocado a la ciudadanía a una nueva entrega floral este lunes 14 de abril a las 17 horas.

Recomendadas

Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.
Salud mental
Cambio de paradigma De la deprescripción de psicofármacos al refuerzo de plantillas: claves del Plan Nacional de Salud Mental
El Ministerio de Sanidad ha logrado un consenso para aprobar una nueva estrategia en salud mental, poniendo de acuerdo de un lado a todas las comunidades autónomas y del otro a todas las asociaciones.
Lobo
Especies protegidas Organizaciones tratan de evitar la caza del lobo: “Volver a la receta de la gestión letal no funciona”
El lobo está desprotegido desde la entrada en vigor de la ley de desperdicio alimentario el pasado 2 de abril. Organizaciones ecologistas y Podemos están llevando a cabo denuncias, recursos y otras acciones para revertir la desprotección del cánido.