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Bicicleta
3, 2, 1… ¡Iruña Bike Polo!
Si ya existen las carreras de caballos y las de bicis, y tenemos saltos ecuestres y en BMX, ¿por qué no vamos a jugar a polo en bici? Esta pregunta podría ser la que animó a las entre 8 y 12 personas que se reúnen semanalmente en la pista de hockey de las piscinas de Aranzadi para probar este deporte casi desconocido. El bike polo, que se inventó en 1891 e incluso fue deporte de exhibición —en su versión en hierba— en los Juegos Olímpicos de 1908, consiste en dos equipos de tres jugadores, que montados en sus bicis y ataviados con un casco y un palo llamado mallet, tienen que conducir la bola por la pista hasta marcar en la portería rival sin tocar el suelo con el pie.
El culpable de que este deporte se practique poco a poco en Iruñea es Víctor Rodríguez. Este txantreano de 34 años, que vivió en Manchester y Londres, descubrió allí el bike polo, y en 2014, en una de las visitas a su ciudad natal, organizó un evento de iniciación al deporte que no terminó de cuajar por falta de gente. El pasado octubre regresó para quedarse a vivir en Iruñea, volvió a intentar contactar con quienes participaron años atrás y…. ¡bingo! Gracias, entre otros, a Jokin Espierriz y Mikel Navarro, que estuvieron en aquel primer evento de bike polo, se pudo reunir entre la comunidad bicicletera a la suficiente gente para jugar un partido, y ahora quedan una vez a la semana para practicar este deporte.
El bike polo no tiene ninguna federación en el mundo y se autogestiona entre los propios jugadores. Son ellos y sus equipos quienes se implican en la organización de torneos y eventos, ya sea a nivel internacional o entre ciudades. En el Estado español hay equipos de bike polo en Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Burgos y Zaragoza, y la última en sumarse a esta lista ha sido Iruñea.
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Ese espíritu de autogestión también se refleja en el material de juego. Aunque ya se venden mallets hechos, muchos jugadores se los hacen con un trozo de tubería atravesado por un palo de esquí cortado con una tuerca y un tornillo. “Las tapas que los jugadores se ponen en la rueda para que no se meta la pelota por ahí normalmente son un círculo de plástico atado con bridas a los radios”, indica también Víctor.
Del bike polo hay que destacar también que sea un deporte mixto y que en los campeonatos se fomenta la participación de equipos formados por chicos y chicas. De hecho, en el campeonato mundial que se jugó en Argentina en 2019, Víctor cruzó el charco y participó con un brasileño y una belga.
Entre música, birras y buen rollo, se pasa la tarde de un partido de bike polo en Iruñea. Cualquier persona puede participar, ya que no hay requisitos ni siquiera sobre el tipo de bici a utilizar. Mientras tanto, Víctor y los poleros de Iruña Bike Polo aguardan a que la situación actual amaine para poder viajar a otras ciudades y disputar sus primeros torneos.