We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Análisis
Elecciones 28 M: los reproches de los ex y ¿el fin del amor? (I)
Los votantes de Podemos y compañía tienen perfiles tan heterogéneos como cualquier otro partido. Su decisión de voto en anteriores elecciones no reflejaba ningún ideario homogéneo, ningún conjunto de valores progresistas común a todos ellos. Sus valores e ideas, opiniones y actitudes ante los problemas sociales, económicos y políticos del país y de sus vidas fueron siempre diversos y hasta muy diversos. Lo común era poco, pero tan importante y fundamental que amalgamó en ese voto a millones de personas en sucesivas elecciones. Incluso que eso común fuera poco, que la diversidad fuera tan grande, ampliaba su voto más allá de la típica izquierda extrema o tibia y daba fuerza a la idea de transversalidad y de desborde hacia otros espacios. El sueño de crecer, sorpasar, tocar poder de verdad.
Pero esa ilusión y la efervescencia social no se ha mantenido, la hegemonía cultural alternativa parece que solo era un sueño húmedo de politólogos laclausistas (deslumbrados por experiencias latinoamericanas con gobiernos de izquierdas cuando los mercados globales de commodities tenían altos precios). Las ideas del 15-M que amalgamaron la enorme heterogeneidad de votantes que confluyó en Podemos y compañía parece que han caducado o se han desgastado o las hemos encerrado de nuevo en el mundo de las utopías imposibles. Ya no se percibe a ese partido como avanzadilla, ni vanguardia, ni “obedientes mandatarios de la gente”. El mundo por venir sigue siendo precario, deprimente, hostil al precariado creciente, neoliberal, sin futuro, pero algo se ha roto, ya no activa e ilusiona el voto a Podemos. Ni siquiera la amenaza de Vox parece activar todo ese voto perdido y parece que hasta el exceso de uso del etiquetado “fa” da votos “no fa” a los “fa”, como el etiquetado “rojipardo” o inflar globos enormes en Twitter cuya explosión es la misma que un globo de goma: nada.
Opinión
Opinión La izquierda pos15M: formación, desarrollo y final
Quedan unas semanas para reconstruir ciertas ruinas, para intentar borrar toda esa decepción, para que todo ese voto perdido (o una parte) se reactive y no desaparezca en el humo de la abstención o la grillería de la fragmentación presente. Aún es posible “hacer, decir y esperanzar” para que no gane las elecciones generales un partido neoliberalcañí, distinto en sus formas a los desastrosos gobiernos de Aznar y de Rajoy, pero idéntico en su sustancia y en las consecuencias sociales de sus “haceres, decires y pesadillas”; un partido al que se suma el adorno “fa”, esta vez orgulloso de ser fa y de exhibir su fa y de crecer en votos y simpatías entre muchos no fa.
Me dirán que este funebrismo de palabra y de ánimo “mata”. Me harán una autocrítica o buscarán rojipardear esta pieza, de nuevo repondrán que ser derrotista es lo más peligroso y que nada está escrito hasta que no sea real en ese instante de después del recuento de votos. Que bastante tenemos con todos los medios hostiles inventando o sensacionalizando la paja de nuestros ojos y silenciado las vigas de platino iridiado que hay en los ojos, ideas, propuestas y comportamientos ajenos. Es posible. Es verdad.
Quedan unas semanas para reconstruir ciertas ruinas, para intentar borrar toda esa decepción, para que todo ese voto perdido (o una parte) se reactive y no desaparezca en el humo de la abstención o la grillería de la fragmentación
Las encuestas de hace meses comenzaron a pesar y medir este enorme agujero negro en el voto a Podemos y compañía. Hace unos días la medida de las elecciones municipales y autonómicas nos mostraron ese agujero enorme. Los analistas culpabilizan con el “no era esto, no era esto” orteguiano a la estructura partidista y piramidal que ha ido cerrando a Podemos. Un partido como cualquier otro que ha ido expulsando o autoexpulsando a los apocalípticos y quedándose sólo con los integrados. Un partido de gobierno que a duras penas ha arañado algunas conquistas o logros sociales en unos tiempos de shock pandémico, cansancio pospandémico, crisis energética, guerra europea y rearme ideológico orgulloso del liberalismo y del populismo fa.
Opinión
Izquierdas Y yo qué sé. Un par de reflexiones políticas en medio del tedio
Me he dado un paseo con los y las “ex”. Con algunos no hay amor pero aún hay cariño y respeto, con otros ya somos nada, un cero a la izquierda y para varios somos lo peor y están en el “contigo no, bicho”. En su caracterización he querido salirme de los pesos y medidas de todas las encuestas, de las variables al uso y las narrativas previstas que usamos muchas veces los sociólogos para barnizar de ciencia estadística algunas intuiciones. En todos estos “ex” hay una parte de mí, más no por la invención literaria o exponer un verbatim cogido por los pelos sino porque en todos nosotros y nosotras hay muchos de estos ex, aquí no estamos todas:
Ciclistas. “Es verdad perderemos, yo votaré, pero perderemos. Pero todo es un ciclo. Antes ganamos nosotros e hicimos cosas positivas, ahora ganarán ellos y harán cosas, luego volveremos a ganar nosotros cuando lo que hagan ellos fastidie a los suficientes, es la vida, es un ciclo”.
Apocalípticos. “Será todo un desastre, perderemos lo poco ganado y lo que hará esta derecha sin complejos será irreversible. Lo que se pierde no se recupera luego en dos días, se pierde para siempre”.
Sadomasos. “Lo hemos hecho mal, lo han hecho mal y hay que apechugar con las consecuencias (perder). No hemos estado a la altura. No hemos hecho nada de todo lo importante que podíamos haber hecho. Merecemos perder”.
Nihilistas. “estoy muy rebotado, resulta que son como todos, pero encima son los míos, son la izquierda. A la mierda todo, no votaré”
Testimonialistas. “Perderemos, pero hay que estar, estar aunque sea de pepitos grillos, mantener nuestro relato de la historia en los medios ¿como los mártires cristianos, despellejados pero dando testimonio?”.
Deterministas. “Somos así, está en el ADN de la izquierda española desde siempre, es nuestro destino: dividirnos y subdividirnos por cualquier cosa. Así que cada cual decida si vota o no”.
Como dice la poeta Ana E. Pena ”Vamos a follar hasta que nos enamoremos”, tenemos unas pocas semanas por delante. Habrá que empezar ya
Incombustibles. “La lucha es así, estar comprometidos, no desertar, militar a las buenas y a las malas. Las condiciones objetivas no han cambiado, somos imprescindibles para que se hagan cosas. Lo hemos hecho todo bien salvo alguna cosita”.
Reactivos. “Da igual todo. No me meto en lo que no se ha hecho. Hay que votar contra VOX porque si nos andamos con remilgos ganará VOX”.
Sociotibios. “Demasiado personalismo de …. y de … Como decía Ortega no era esto, no era esto, así que votaré al PSOE”.
Izquierda autoauténtica. “Hay que seguir votando, confluir o intentarlo, sumar ahora o sumar luego. Nosotros no hemos olvidado el 15M, ellos sí” (anticapis, PCEs, IU, Más lo que sea).
Antes-muertos-que-sencillos (izquierda nacionalista) “sin nosotros no hubiera habido gobierno progresista ni se hubieran aprobado todas esas leyes. Sin nosotros no hay nada”.
Acráticos. “Todo ellos, todo vertical, es un partido convencional y yo soy ácrata y estos son como el soe. Voté para nada. Hicieron bien lo que (…) Pero en lo demás nada, como el PP”.
Rojipardos. “Encima me tachan de rojipardo, a mí, que les voté, pero me han defraudado, son de ciudad, no nos entienden” (rurales aficionados a la caza, pequeños propietarios agrícolas, ganaderos… Perfiles transideológicos: conservadores en unas cosas y progresistas en otras).
Necesitamos construir e impulsar soluciones de disenso con concordia, de confluencia en la diversidad, de reactivación común de la ilusión sin egos, comisariados y purgas
Despistados. “Voté a Podemos, pero luego Carm… hizo lo de los Reyes Magos y ya supe que eran comunistas. Luego he votado a Ciudadanos y ahora votaré al PP”.
Ningunos. “Mi vida no ha cambiado, va a peor. Ninguno hace nada por nosotros o no pueden o no saben o no les dejan ni les dejarán. Ninguno. Eso somos, ningunos”.
Prestados. “Ya tengo años y he votado a casi todos menos al PP. Presto mi voto y si me decepciona voto a otro, no me caso con nadie, somos una sociedad madura, solo soy fiel a mi mujer”.
Análisis
Elecciones 28M Tristeza con cuchillos o solo tristeza
Alguno hasta habló de “condiciones objetivas” o más o menos pero con otras palabras más modernas. Este mundo y este país ya no es el Mundo ni la España del 15 M del 2011 y “nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”, porque hasta Neruda es hoy, con razón, un apestado. Pero la precariedad laboral, el debilitamiento de los servicios públicos, el incremento del número de personas en riesgo y/o exclusión, el poder de los oligopolios, la imposibilidad de hacer políticas progresistas, de impulsar una alternativa radical contra el Cambio Climático en la Unión Europea es hoy mucho más grave a pesar de los buenos datos de empleo porque a todo lo anterior se suma un guerra, una inflación imprevista y una nueva doctrina del shock que nos retrae y acobarda.
Necesitamos construir e impulsar soluciones de disenso con concordia, de confluencia en la diversidad, de reactivación común de la ilusión sin egos, comisariados y purgas que se ha demostrado que paralizan aún más a los antiguos ex votantes de Podemos y compañía, les incita al reproche, al sálvese quien pueda egoísta, absurdo y autodestructivo. Pero cada uno de los perfiles anteriores tiene su corazoncito, como dice la poeta Ana E. Pena ”Vamos a follar hasta que nos enamoremos”, tenemos unas pocas semanas por delante. Habrá que empezar ya.