We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Alemania
El futuro de Europa pasa por la sucesión de Merkel al frente de la CDU
Sus nombres no dicen mucho, pero solo les falta un paso para ser dirigentes de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU). Friedrich Merz, Norbert Röttgen y Armin Laschet se disputan la sucesión de Angela Merkel y la primera posición para la candidatura a la cancillería en las elecciones de septiembre.
Entre los mil temas que protagonizan las noticias internacionales (coronavirus, asalto al Capitolio, Brexit), hay uno que escapa de los radares más mainstream y que promete determinar la política europea en los próximos tiempos. El congreso federal de la CDU, partido de la canciller Angela Merkel, tendrá lugar los próximos 15 y 16 de enero. Esta semana, 1001 delegados del partido elegirán a su próximo presidente y, a tenor de las encuestas desde hace casi un año, probablemente también al próximo canciller del país en las elecciones federales del próximo 26 de septiembre. Tras un liderazgo de 15 años, el sucesor de Merkel será el encargado de influir en la política alemana y, consecuentemente, en la Unión Europea. La elección bascula desde el continuismo de Merkel hasta el “Donald Trump alemán”.
Un repaso rápido a los tres candidatos nos permite comprobar las pugnas internas que existen en la CDU, de ninguna manera nuevas, pero que con la retirada de Merkel han vuelto a la primera línea mediática. Los tres hombres son Friedrich Merz, la derecha del partido, Norbert Röttgen, un liberal centrista, y Armin Laschet, la apuesta más continuista de todos. Merz lleva prácticamente un año dominando todas las encuestas entre el electorado de la CDU, pero como veremos a continuación, sus tesis conservadoras y las últimas protestas en Estados Unidos han rebajado significativamente sus posibilidades.
Laschet es Merkel en persona. O al menos eso es lo que él quiere que vean los electores y militantes de la CDU, sobre todo tras la renuncia de Kramp-Karrenbauer, actual presidenta del partido
Röttgen es un prototipo de liberal que, aunque quiere seguir con la estrategia “centrista” de Merkel (esto es, obteniendo apoyos de ambos lados del espectro ideológico), su pretensión va más allá, concretamente hacia el electorado de Los Verdes, que como veremos es una de las principales pugnas en el futuro inmediato de la CDU. Su currículum como antiguo Ministro de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (del 2009 al 2012) es un buen ejemplo de cuál es su estrategia electoral: el partido debe crecer entre los jóvenes, y ello lo combina con un claro conflicto con los Verdes. Dicho de otro modo, el partido debe modernizarse y robar votos a los ecologistas, que desde hace meses están alrededor de un 20% de media en las encuestas.
Para ello Röttgen apuesta por no bajar los impuestos (una medida estrambótica para otras derechas nacionales), condena sin ambages los incidentes del Capitolio y apuesta por una economía verde, con la digitalización como piedra angular de la Alemania del futuro más cercano. Solo es conservador en la medida en que sabe que su partido tiene una posición privilegiada en el sistema de partidos alemán, y por ello no quiere moverse mucho, pero ve necesario desplegar una serie de guiños ecológicos para dar el brazo del oso a los Verdes. Es europeísta con alusiones a la necesidad de una “Europa más social” y afirma que la austeridad no debe volver.
Laschet, por el contrario, es Merkel en persona. O al menos eso es lo que él quiere que vean los electores y militantes de la CDU, sobre todo tras la renuncia de Kramp-Karrenbauer, actual presidenta del partido, a competir en las primarias.
Desde 2017 Laschet preside Renania del Norte-Westfalia, uno de los Estados más importantes de Alemania, y su mayor baza, además de ser el continuista de la política de Merkel, es haberse aliado con el actual ministro de sanidad y figura importante entre el ala conservadora del partido, Jens Spahn, que sin embargo le puede acarrear problemas en la última semana. Spahn es un político bien valorado, que vivió una luna de miel el año pasado en su gestión del coronavirus. Sin embargo, en las últimas semanas los contagios y fallecidos han aumentado significativamente en el país. Con unos medios y ciudadanía que ha retirado (parte) del apoyo a Spahn. Laschet vinculó su destino al de Spahn (prometiendo que sería su vicepresidente) en bonanza sanitaria, pero ahora los delegados más conservadores podrían abandonar al ministro de Sanidad y apostar por el derechista Merz.
Todos los focos están en la figura de Friedrich Merz, un veterano del ala más conservadora de la CDU y que los medios le han apodado como el Donald Trump alemán por su postura dura con la inmigración
Laschet es un modelo de político gris, de otro tiempo, pero que funciona de manera notable en una estructura y cultura partidista como la CDU. Sobrio, quizá demasiado serio para muchos, quizás perfecto presidenciable para otros. Una de sus promesas ya realizadas es la de crear un ministerio de la digitalización. Otra muestra evidente sobre cómo el futuro de la CDU, para muchos, pasa por competir abiertamente por el electorado ecologista.
En este sentido, hay una anécdota importante para entender la postura de Laschet. En las elecciones de 2017, cuando la CDU/CSU perdió tres millones de votos, el presidente de Westfalia apostó por entablar negociaciones tanto con los verdes como con los liberales del FDP. Con un SDP en caída picada en las encuestas, si Laschet es candidato podríamos tener un gobierno “jamaicano” (coalición entre CDU/CSU con los Verdes). En el pasado él ha estado por la labor. En diciembre sus posibilidades eran escasas, pero la caída de popularidad de Merz a raíz de las protestas de Estados Unidos le han dado alas.
Sin embargo, todos los focos están en la figura de Friedrich Merz, un veterano del ala más conservadora de la CDU y que los medios le han apodado como el Donald Trump alemán por su postura dura con la inmigración y con un deseo explícito de girar hacia la derecha. Hasta comienzos del 2021 Merz protagonizaba todos los sondeos que se llevaban a cabo entre los simpatizantes de la CDU, no bajando prácticamente nunca del 40% de simpatía. La última encuesta de Infratest capturó una caída de 10 puntos de simpatía entre los simpatizantes de la CDU a causa las reverberaciones que tuvo el conflicto del pasado miércoles en Estados Unidos, dando un impulso fuerte al continuista Laschet.
Merz siempre ha sido crítico con la política de Merkel. Cree que haberse moderado y apostado por el SPD ha abierto un hueco grande a su derecha que ha aprovechado Alternativa por Alemania (AfD) para crecer en la última década. Considera que el partido ha claudicado a la izquierda en cuestiones como las políticas sociales y la inmigración, y no se esconde en cuanto a la estrategia que quiere aplicar en la CDU: volver a valores conservadores (sobre todo, culturalmente) para recuperar los votos perdidos a su derecha. De hecho, en uno de los últimos debates entre los distintos candidatos, Merz afirmó que el país tendría menos personas pidiendo el paro si estos no fueran a parar a las masas inmigrantes.
Pero Merz no es ningún aspirante nuevo. Merkel y él, en 2003, tuvieron un conflicto y la actual Canciller le apartó del control del grupo parlamentario. En 2018 el propio líder de la CDU compitió por el liderazgo del partido, perdiendo por tan solo 18 delegados contra la sucesora designada de Merkel y antigua ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer. Tras la renuncia de esta última Merz ve una posibilidad, de nuevo, de hacerse con el partido. Las similitudes con Trump son cuestionables en su radicalidad, y probablemente respondan más a una necesidad de etiqueta que a una realidad política, pero es obvio que Merz es crítico con la inmigración, quiere dar un giro derechista al partido y habla ya de posibles conspiraciones del establishment del partido (al que él, indudablemente, pertenece) para evitar que gane la elección.
Sin embargo, en última instancia lo importante es la orientación del voto de los 1001 delegados que elegirán al sucesor de Merkel. Ya hay datos que distintos medios de comunicación han publicado, en los que Merz va primero con 380 votos delegados asegurados. Detrás el continuista Laschet con 260 y por último Röttgen con 60. Todavía hay, por tanto, 300 delegados cuyo voto no se conoce y serán determinantes. Si no se llega a la mayoría absoluta de delegados, habrá una segunda vuelta, donde Merz puede tener serias dificultades para imponerse. Aunque todavía es pronto para asegurarlo.
Lo que está claro es que ya hay sondeos para comprobar la percepción del futuro candidato de la CDU entre los votantes alemanes. A la pregunta sobre qué candidato tendría más posibilidades para ganar las elecciones generales de 2021, destaca en primera posición un nombre que no ha sido nombrado hasta ahora: Markus Söder. Söder es presidente de Baviera y miembro del partido hermano de la CDU, la Unión Social Cristiana (CSU). Porque ganar el liderazgo de la CDU no significa ganar consecuentemente la candidatura a las elecciones en la coalición CDU/CSU. En las encuestas Söder aparece siempre como el que más simpatías despierta entre el electorado, y aunque en las últimas elecciones siempre se haya impuesto el candidato de la CDU, un Merz victorioso podría hacer bascular las alianzas a favor de un presidenciable más moderado como Söder.
La pugna está bastante abierta, y no parece que en los próximos días se cierre con un claro vencedor. Si Merz gana tendrá que mantener complejos y difíciles equilibrios para ser el candidato de la coalición de centro-derecha en septiembre, y si el continuista Laschet se alza con la victoria, también tendrá que mantener unidas las distintas facciones de su partido, porque no parece realista aunar una ambición que tiene en la mira al electorado de los Verdes con una que quiere recuperar los votos que el ultraderechista AfD ha ido consiguiendo en los últimos años. Ambos objetivos tienen consecuencias y deben partir de premisas diametralmente distintas, y en política no se mueve soplar y sorber a la vez.
Relacionadas
Análisis
Análisis El auge de Alternativa para Alemania (AfD): lo que era impensable ha dejado de serlo
Análisis
Análisis Vidas que importan. A propósito de la recién aprobada resolución del Parlamento alemán
Alemania
Unión Europea Alemania llevará su crisis a las urnas el próximo 23 de febrero
No dice que sea moderado, sino “más moderado” que Merz. No sé si lo es o no, pero dice eso.