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8 de marzo
Cientos de miles de mujeres inundan Madrid contra el patriarcado, los genocidios y los privilegios
“Las feministas decimos se acabó: nuestro bienestar precario no puede sostenerse sobre la explotación y la miseria de nuestras vecinas, de otros pueblos y de otras vidas. Se acabaron los privilegios”. Esta es una de las frases del manifiesto de la Comisión 8M de Madrid con el que se ha cerrado la jornada de lucha de este 8 de marzo de 2024. Una frase que esconde uno de los consensos a los que se ha llegado este año por primera vez: que la palabra “privilegios” vaya integrada en el lema, junto a patriarcado.
Con la intención de “acabar con el patriarcado, los genocidios y los privilegios” medio millón de mujeres, según los datos de la organización, han llenado las principales arterias de Madrid entre Atocha y Colón en un nuevo éxito del movimiento feminista madrileño autónomo. Horas antes de la manifestación Ana Useros, de la Comisión 8M, explicaba que para incluir la palabra privilegios en el lema “ha habido un trabajo intenso de entender cuál es nuestro lugar, y que hayamos podido consensuar que privilegio está al mismo nivel que patriarcado es algo a destacar”.
“Ha habido un trabajo intenso de entender cuál es nuestro lugar, y que hayamos podido consensuar que privilegio está al mismo nivel que patriarcado es algo a destacar”
Porque la marcha estaba ideada para que en ella cupieran todas y así ha sucedido. También las más precarizadas, las migrantes, las discas, las mujeres trans; en un ejercicio para reconocer el privilegio de los hombres frente a las mujeres, pero también el de unas mujeres frente a otras. Por eso, tras la pancarta inicial estaban las diferentes luchas de las mujeres de las periferias, migrantes, afros, trabajadoras de hogar. Distintos bloques que se entretejían en la cabecera no mixta con gritos contra la violencia machista que han convivido con banderas palestinas y pancartas en defensa de un feminismo transincluyente. Así hasta llegar a la batucada, tras de la cual se situaba la parte mixta de la manifestación, con partidos políticos y sindicatos, así como la Ministra de Igualdad, Ana Redondo, que ha escogido esta marcha frente a la convocatoria transexcluyente.
La tarde de este viernes, que amenazaba con lluvia pero que respetó los pasos de la marea feminista, también tuvo un espacio para la lucha de las trabajadoras de la Red de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género del Ayuntamiento de Madrid que estaban en huelga. Trabajadoras que días antes habían comenzado a calentar motores plantando cara a Almeida: en la ciudad solo hay 15 plazas de acogida para mujeres maltratadas que buscan un refugio urgente y así lo hacían saber mediante un comunicado. No quieren ser cómplices de la precariedad que se vive en ese servicio esencial para las mujeres y así lo han visibilizado este 8M por la mañana a las puertas del Consistorio y, por la tarde, cuando la marcha atravesaba Cibeles, y un potente abucheo ha ido volando hacia las políticas del alcalde popular.
Contra el genocidio
La oposición al genocidio en Palestina ha sido otra de las características diferenciales de la marcha de este año. Como se explicaba en el manifiesto “vivimos un genocidio en directo, en Palestina” pero además, hay “otros genocidios más, silenciados, en otros lugares, como en la República Democrática del Congo, donde se extermina para comerciar con los minerales que hacen funcionar nuestros coches eléctricos y nuestros teléfonos móviles”.
“Somos el feminismo que se manifiesta contra el genocidio en Palestina. Somos el feminismo que se une al grito global y que hoy junto a muchas otras y frente a toda impunidad decimos se acabó”
Mujeres palestinas han tenido un fuerte protagonismo en la marcha seguidamente a la cabecera, y los gritos contra el genocidio que está cometiendo Israel en la Franja den Gaza han sido una constante. “Somos el feminismo que se manifiesta contra el genocidio en Palestina. Somos el feminismo que se une al grito global y que hoy junto a muchas otras y frente a toda impunidad decimos se acabó”, expresaban antes de arrancar la marcha, las voceras de la Comisión 8M Ana Romo y Brisna Zaragoza. “Exigimos el alto al fuego, exigimos que entre la ayuda humanitaria, que se frene el comercio de armas y que se reconozca la existencia del pueblo palestino”, han proseguido.
Horas más tarde y frente a la estatua de Colón, la jornada cerraba con la lectura de un manifiesto que se enfocaba de igual manera. “Las feministas decimos: se acabó el colonialismo militarizado, racista y genocida. Junto a las mujeres palestinas y a todas las que trabajan activamente por la paz y la justicia y que luchan contra las acciones de sus gobiernos en Israel, en Estados Unidos y en todos los países, exigimos que cese inmediatamente el castigo colectivo contra la población palestina”, acababa la jornada.