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1 de mayo
El 1° de mayo interseccional vuelve a sacar músculo en Madrid: “No podemos separarnos”
Este 1 de mayo de 2023 ha sido el tercer año consecutivo en el que decenas de colectivos sociales y sindicatos combativos se han dado la mano para marchar juntos por el centro de Madrid. En una mañana demasiado soleada de mayo, en torno a 3.000 personas según los convocantes han engrosado la manifestación que ha comenzado en la Plaza Mayor y terminado en la plaza de Las Vistillas con diversas actuaciones musicales. “Sostener, tejer, agrietar” ha sido el lema elegido para esta jornada reivindicativa: “Lo más importante es estar juntas. Este primero de mayo es antirracista, antipatriarcal y anticolonialista”, ha dicho Tatiana Ramírez, portavoz del 1 de mayo interseccional.
Atravesados todos los colectivos participantes por la precariedad y la explotación laboral, las opresiones del sistema no se sienten igual en la piel racializada que en otra; en un papel que determina la situación irregular de una persona que en quien nunca se tendrá que enfrentar a ello; en esas personas vilipendiadas y que ni siquiera se las concibe como trabajadoras que en quien siempre tuvo un lugar en el sindicalismo. Conscientes de ello, “entendemos que son las personas migrantes y racializadas en la diáspora quienes sostienen este sistema y quienes están más invisibilizadas, y se les acortan o niegan derechos”, ha comentado Ramírez al respecto.
La marcha, que ha comenzado con casi media hora de retraso, bajaba hacia la Puerta de Toledo mientras retumbaban cánticos como “que viva la lucha de la clase obrera”, “ni gente sin casas, ni casas sin gente” y “el arma de la obrera, la solidaridad”. "Queremos reivindicar que hay una serie de trabajos, resistencias y militancias completamente invisibilizadas, que parece que no están ahí, pero que hacen que también nos sostengamos entre nosotras en las comunidades migrantes, en el sindicato o en los espacios LGTBIQ+”, ha desarrollado la portavoz durante la manifestación.
Pero no solo se trata de sostener y tejer, también de agrietar. Eso es lo que quieren los más de tres decenas de colectivos que han marchado unidos por el centro de Madrid entre los que se cuentan asambleas feministas de barrio, colectivos juveniles, sindicatos combativos, Regularización Ya!, el Movimiento Marika de Madrid, la Plataforma de Encuentros Bolleros, el sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS, el Orgullo Loko, el Observatorio de Derechos Humanos en Salud Mental, organizaciones de trabajadoras domésticas y el sindicato de manteros y de inquilinas, entre tantos otros.
“Estamos aglutinados en este espacio toda la base de los movimientos sociales. Las luchas y las opresiones no están separadas, por eso se formó el 1 de mayo interseccional. Por mucho que vengamos de espacios distintos, mi color de piel sea diferente a la de la persona que tengo al lado y mi orientación sexual no sea la misma de la persona que tengo enfrente, mi situación laboral es precarizada, al igual que las de quien me rodea en estos espacios. No podemos separarnos”, ha desarrollado la propia Ramírez.
El colectivo antirracista Regularización Ya! Madrid ha sido una de las agrupaciones que han formado parte de este 1 de mayo interseccional. “Nos gusta estar aquí porque encajamos bien, y eso no siempre pasa. Es un espacio abierto a la imaginación política y eso es esencial. Como no nos gusta el mundo en el que vivimos, tenemos que construir otro alternativo, no quedarnos en las trincheras que ya nos vienen marcadas”, ha dicho Mónica Goytare, portavoz del colectivo.
Entender bien la interseccionalidad ha sido clave para que esta convocatoria saliera adelante. Por mucho y muy alto que se pudiera cantar, con buenas intenciones, que “nativa o extranjera, la misma clase obrera”, ha sido uno de los típicos cantos que apenas se han escuchado en el recorrido. Según la propia Goytare, “en el 1 de mayo interseccional se entiende muy bien que esto no es así, porque no es lo mismo un español recogiendo la uva en Barcelona que una obrera marroquí en Huelva. No están atravesadas por las mismas opresiones”.
Que el concepto de “sostener” aparezca en el lema de este año tampoco es baladí. Los colectivos que integran la convocatoria han preferido rehuir de crear un discurso desde la resistencia porque no todo el mundo puede resistir siempre. “A veces, resistir es un privilegio, por eso queríamos enfocarnos más en sostener el tipo de hermandades que creamos y la complicidades que se tejen a la hora de sostener situaciones dificilísimas”, tal y como ha relatado la portavoz de Regularización Ya! Madrid.
A decir verdad, la gran reclamación de este colectivo está íntimamente ligado con la asunción de derechos laborales. “Pedimos que los sindicatos mayoritarios también hagan suyo este reclamo porque lo contrario es tener a miles de trabajadoras y trabajadores sin documentación, privados de los derechos laborales que se han conquistado en este país en los últimos 50 años”, ha reflexionado Goytare.
Compuesto en su mayoría por mujeres y con gran presencia de personas trans, el sindicato OTRAS también ha participado en la manifestación. Tigra, una de sus integrantes, ha esgrimido que deben ser consideradas “clase obrera al igual que las demás personas que trabajan, porque también necesitamos derechos laborales para acceder a cosas tan básicas como vivienda, educación, pensiones y salud”.
“Somos las únicas personas que tenemos que estar permanentemente justificando nuestro oficio, diciendo por qué elegimos este camino y no otro”, ha continuado Tigra. Las trabajadoras sexuales están atravesadas por los sufrimientos que acechan a la mayor parte de las minorías oprimidas. El colectivo lo forman desde personas negras hasta personas no binarias, pasando por personas racializadas, del colectivo LGTBIQ+, lesbianas, bisexuales y personas con neurodivergencia, a tenor de lo explicitado por la propia Tigra. En sus palabras, “a todas las personas les afecta la precariedad, pero a las trabajadores sexuales cargan con un estigma que nadie más tiene”.
“De lo que más sabemos las prostitutas es de sostener, tejer y agrietar, porque solo nos tenemos a nosotras. Para una puta siempre habrá otras putas que le ayuden o le sostengan”, ha comentado Tigra antes de reivindicar la despenalización de su trabajo y la finalización del punitivismo hacia sus clientes. “Y por favor, que la gente aprenda a diferenciar entre trabajo sexual y trata de personas con fines de explotación sexual”, ha recalcado casi al final de la marcha.
Como ya lo hiciera el año anterior, este 1 de mayo interseccional y de clase 2023 ha terminado en la plaza de las Vistillas, donde sobre las 14.30 horas se ha procedido a la lectura de un extenso comunicado en el que así se han referido a la patronal: “Quieren brazos, pero somos personas, con afectos, deseos, resistencias. Quieren máquinas y somos cuerpos: vulnerables, frágiles y diversos”. “Tejer”, el segundo de los conceptos utilizados en el lema de este año, entronca directamente con la necesidad de que “otro mundo posible sea realmente nuevo y no una versión disfrazada del anterior. Nos organizamos desde la búsqueda siempre imperfecta de la horizontalidad. Construimos nuestras alianzas intentando tener siempre en cuenta la interseccionalidad”, han leído.
Sostener, tejer y agrietar, han insistido. Ha sido en agrietar donde más se han extendido en la lectura del texto ya que, de forma detallada y pormenorizada, han ido tomando la palabra las personas afectadas por cada opresión sufrida. Desde sanidad hasta el internacionalismo, pasando por la salud mental, la vivienda, la educación, el sistema de cuidados, las pensiones, la economía del trabajo y el sindicalismo, las trabajadoras autónomas, el aumento de la represión, la migración y la lucha trans LGTBIQ+, este 1 de mayo interseccional ha tenido palabras para todas estas realidades. Tras la lectura final del manifiesto, ya pasadas las 15.15 horas, cuatro grupos musicales han subido al escenario para amenizar la tarde en la plaza de Las Vistillas, donde cientos de personas se afanaban en encontrar un espacio de sombra.
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