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Yemen
377.000 personas han muerto en la guerra de Yemen
El nuevo informe del Pardee Center para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es devastador. La intervención militar de la Coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos y apoyada por los países occidentales ha sido un auténtico desastre. Según el estudio, 377 mil personas han muerto en la guerra. Cuesta trabajo asimilar estas cifras. 259 mil niños menores de cinco años han fallecido como consecuencia de la violencia, del hambre y de las enfermedades.
Utilizar cifras tiene el peligro de deshumanizar los conflictos, pero quizá lo más chocante es pensar que probablemente se queden cortas. Una opinión compartida por Eva Erill, de Solidarios Sin Fronteras y por la investigadora Helen Lackner. No es una conclusión disparatada si tenemos en cuenta lo que nos dice Erill. La población sigue estando en una situación límite y afronta serias dificultades para poder sobrevivir. La llegada del Coronavirus no ha servido para que Occidente preste más atención a Yemen, sino más bien para todo lo contrario. A menudo olvidamos que en Yemen la situación es tan apocalíptica que el Coronavirus es el menor de los problemas.
Si la crisis humanitaria es muy grave, el año 2021 ha vuelto a ser un año muy violento. Especialmente motivado por la batalla de Marib. Según el Armed Conflict Location & Event Data Project en el año 2021 han muerto más de 17.800 personas en combate
Las malas noticias vienen todas juntas. Si la crisis humanitaria es muy grave, el año 2021 ha vuelto a ser un año muy violento. Especialmente motivado por la batalla de Marib. Según el Armed Conflict Location & Event Data Project en el año 2021 han muerto más de 17.800 personas en combate. Precisamente el informe nos advierte de que las cosas se pueden poner aún peor si la guerra no termina. 1,3 millones de personas podrían morir para el año 2030. Por eso es incalificable la actitud de los gobiernos occidentales.
Responsabilidad española
A medida que hemos ido conociendo que esta guerra se trataba sobre todo de una guerra contra la infancia, los Gobiernos en España han tenido pocos reparos en seguir siendo cómplices de masacrar a la población civil. En este sentido, España se ha consolidado como uno de los mayores suministradores a los países responsables de la tragedia de Yemen. De hecho, España es el séptimo exportador de armas a nivel mundial y Arabia Saudí es su principal cliente.
Resulta un buen ejercicio comprobar cuáles han sido las respuestas que han dado los Gobiernos con el tiempo. El 30 de octubre de 2017 el Gobierno del PP respondía a Jon Iñarritu lo siguiente:
“...si se tuviese conocimiento o existiese riesgo de uso indebido de los materiales exportados, el Gobierno aplicaría el artículo 8 de la Ley 53/2007, de 28 de diciembre, sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso, por el que puede suspender o revocar una autorización previamente concedida.”
Cuatro años después, el 19 de octubre de 2021 el actual Gobierno respondía lo siguiente a Iñarritu:
“...si se tuviese conocimiento o existiese riesgo de uso indebido de los materiales exportados, el Gobierno aplicaría el artículo 8 de la Ley 53/2007, de 28 de diciembre, sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso, por el que puede suspender o revocar una autorización previamente concedida.”
Queda claro que la respuesta del Gobierno de España ha sido la misma a pesar de que el contexto internacional ha cambiado. Tanto es así que hasta los mismos EE UU han recapacitado y se han mostrado mucho más distantes con las autoridades saudíes. Resulta incómodo afrontar el hecho de que la posición del Gobierno español en relación al comercio de armas les asemeja más a los pirómanos neoconservadores del Partido Republicano que a la nueva administración Biden. Para conseguirlo, el Gobierno sigue utilizando la Ley franquista de Secretos Oficiales para conceder estos favores a la industria armamentística.
La infancia está en peligro por las armas que se venden desde Gobiernos como el español. En 2021 un niño menor de cinco años muere cada 9 minutos. Debemos recordar que utilizar el hambre como método de hacer la guerra es un claro crimen de guerra según el Estatuto de Roma
Las conclusiones de este informe son muy claras. La infancia está en peligro por las armas que se venden desde Gobiernos como el español. En 2021 un niño menor de cinco años muere cada 9 minutos. Debemos recordar que utilizar el hambre como método de hacer la guerra es un claro crimen de guerra según el Estatuto de Roma. Eso es básicamente lo que han hecho nuestros aliados. Es por esta razón que es desgarrador comprobar cómo este Gobierno sigue empeñado en vender cinco corbetas que probablemente serán utilizadas para asfixiar a la población.
Simplemente pensamos que el Gobierno no puede esquivar las conclusiones de este informe. Aproximadamente 223 mil personas han muerto debido a “problemas asociados con el conflicto como la falta de acceso a los alimentos, agua y sanidad”. Mientras esto ocurre, no puede ser que nos enteremos que los llamados “barcos de la muerte” siguen cargando armamento en nuestros puertos. La última vez el pasado 21 de octubre. Tal como ha informado Luis Arbide (La Guerra Empieza Aquí), “más de 30 barcos de la muerte saudíes han hecho escala en puertos españoles desde que el régimen iniciara los ataques contra Yemen en marzo de 2015”.
Que el Gobierno deje de vender armas significaría que se está desmarcando de todas las atrocidades que hemos visto durante estos años. De hechos tan deleznables como el descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi por órdenes del Reino de Arabia Saudí, o el envío de “bombas inteligentes” (tal como lo describió Borrell) que mataron a un autobús lleno de niños, y de tantas otras cosas que no vemos porque Yemen es la gran olvidada. Por favor, no olviden a Yemen.