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Hace varios cursos que hago la misma actividad. Escribo la palabra FUTURO en el centro de la pizarra. En grande. Con letras mayúsculas. Y les pido que anoten en un papel un sentimiento o una palabra. Solo una. Lo primero que les viene a la cabeza cuando leen esa palabra. Tienen 15, 16, 17 años.
Luego salen a la pizarra. Cada cual escribe la suya.
Incertidumbre. Caos. Inestable. Miedo. Tristeza. Ansiedad. Sequía. Catástrofe. Oscuro. Complicado. Extinción. Destrucción. Estrés. Desastre. Agobio. Cambio. No está escrito. Esperanza.
Escogen tres palabras de las que la tiza dejó depositadas sobre la pizarra. Miedo, incertidumbre y esperanza. Escriben situaciones donde sienten cada una de esas tres cosas. Después las comentamos.
Miedo. “Cuando pienso en el cambio climático, en que no tenga vuelta atrás”. “Que no haya agua”. “Que sobrepasemos el punto de no retorno, que haya un momento en el que aunque queramos ya no se pueda dar marcha atrás”. “La guerra, que haya guerra”. “Guerra ya hay”. “Bueno, pues que haya guerra aquí”. “Que no me llegue la nota para estudiar lo que quiero”. “Que no pueda pagar la universidad aunque me llegue la nota”. “Que alguna amiga se suicide”.
Hablan del miedo, de qué pasaría si nunca sintiéramos miedo. De su función adaptativa. De que nos permite estar alerta. De que el miedo solo paraliza si no sabes hacia dónde correr. Dicen que cuando se juntan con otra gente sienten menos miedo.
Incertidumbre (es la palabra que más han repetido). “Me resulta difícil no poder saber qué va a pasar”. “A mí me preocupa el futuro, no sé explicar bien por qué”. “A veces me parece que voy como sin sentido porque no sé imaginarme dentro de un año”. “La incertidumbre me agobia porque lo que viene después me lo imagino peor que lo de ahora”.
Hablan de la creatividad en momentos de incertidumbre, de que para transitar los tiempos que vienen va a ser necesario un esfuerzo grande de creación, que lo de ahora ya no sirve. Hablan de pensar en otra manera de hacer las cosas. Dicen que la manera de crear otra realidad distinta es poder imaginarse diferente.
Esperanza. “Saber que hay más gente preocupada, que no le da igual todo”. “Saber que no estamos solas”. “Saber que hay personas tratando de cambiar las cosas”. “Hacer acciones para que otras gente se dé cuenta de lo que está pasando, actuar”. “Sí, eso, hacer cosas, activarnos”. “Movilizarme con otra gente de mi edad”. “Luchar por un sistema educativo que no nos haga agachar la cabeza”. “Tomar conciencia de que si actuamos podemos conseguir que esto sea diferente”. “No dejarnos manipular”. “Hacer acciones que llamen la atención, que rompan con lo que se espera que hagamos, conseguir que los que toman las decisiones se escandalicen no solo por las acciones en los museos sino también por el cambio climático”. “Llenar las calles de pintadas de +1,5ºC”.
Y hablan de cosas que parecían inmutables pero que se consiguieron cambiar.
Hacen una actividad para imaginar futuros posibles y deseables. A todos los grupos se les ocurren cosas. Muchas cosas. Una chica dice: deseo que hagamos algo inesperado, mucha gente, algo que en el futuro contemos que fue lo que consiguió que los poderosos tuvieran que frenar las emisiones.
El resto de ideas las pondremos en común en la próxima clase.