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Salud mental
La pandemia lastra los servicios de salud mental mientras la demanda no para de crecer
Unos 10 millones de personas podrían necesitar ayuda psicológica como resultado de la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, las terapias psicológicas se han disparado en el último año: las consultas al psicólogo por depresión han registrado una subida del 80,94% y las relacionadas con el duelo han aumentado un 135%, según datos de la plataforma de psicólogos online ifeel.
Tras el inicio de la pandemia, el 6,4% de la población ha acudido a un profesional de salud mental, según la Confederación Salud Mental España: el 43,7% ha ido a consulta por un trastorno ansioso y el 35,5% por uno depresivo. Más del doble de casos han sido mujeres. Ello a pesar de que casi un 60% de la población no trabaja su bienestar psicológico general, según un informe de Seguros Aegon.
España es uno de los países europeos con menor número de camas psiquiátricas por cada 100.000 habitantes
Mientras la demanda de atención psicológica no para de crecer, el covid-19 ha paralizado los servicios esenciales de salud mental en el 93% de países del mundo, según un estudio realizado por la OMS en 130 países publicado con motivo del Día de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre. “El mayor impacto de la pandemia ha sido que ha habido menos acceso a los servicios de salud mental, que ya era precaria”, según denuncian desde Médicos sin Fronteras, desde donde remarcan que dichos servicios ahora se han reducido más. Cristina Carreño, responsable de salud mental en el Departamento Médico de la ONG, explica que en los pacientes de renta baja y media hay una brecha de hasta el 80-85% en atención a la salud mental, lo que supone que solo una de cada 5 personas que necesita ayuda psicológica la recibe.
España mantiene abiertos 91 hospitales de salud mental y tratamiento de toxicomanías, según el informe de CIVIO Del viejo psiquiátrico a la atención comunitaria. Eurostat apunta que es uno de los países europeos con menor número de camas psiquiátricas por cada 100.000 habitantes. La falta de profesionales y recursos lastra la atención de los trastornos mentales graves.
Faltan profesionales y recursos
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de psicólogos colegiados en 2019 ascendía a 33.209. Sin embargo, solo una mínima parte trabajaba en la sanidad pública: el número de psicólogos en los hospitales del Sistema Nacional de Salud era de poco más de 2.000 en 2018, de acuerdo con un informe del Ministerio de Sanidad. Ante las largas listas de espera y la falta de recursos humanos y económicos, los pacientes con ansiedad o depresión que pueden pagarlo acuden al sistema privado, tal como indica el informe Pagar o esperar: cómo Europa —y España— tratan la ansiedad y la depresión, una investigación de CIVIO sobre el acceso a la atención psicológica.
En al menos siete países de la Unión Europea, los pacientes tienen que esperar más de un mes para ser tratados de algún problema de salud mental. En España, los tiempos de espera entre consulta y consulta puedan ser de hasta tres meses. Entre las comunidades que menos tiempo hacen esperar a sus pacientes se encuentra Asturias, con 26 días de media. En Aragón, Baleares, Cantabria o La Rioja la espera es de alrededor de dos meses. En la Región de Murcia, los adultos esperan una media de 71 días para la primera consulta y 43 entre la primera y la segunda cita.
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés señala que dos de cada tres casos de trastornos de ansiedad o depresión son atendidos por la medicina de familia, que prescribe el 90% de los tranquilizantes sin derivar al paciente a un especialista
España dedica el 5% del gasto total en sanidad a la salud mental, lo que supone 80,7 euros por persona. Aunque la salud mental forma parte de la cartera del Sistema Nacional de Salud, las administraciones públicas no son capaces de ofrecer estos servicios, según denuncia el Defensor del Pueblo en un informe publicado en enero de 2020. La falta de profesionales en psicología hace que los trastornos adaptativos o ansioso-depresivos leves o moderados se traten de manera habitual en las consultas de Atención Primaria, dejando la psiquiatría para los graves.
Salud mental
Revolución PIR Psicólogos aspirantes a plazas públicas se movilizan por una mejor atención de la salud mental
Desde la plataforma No Gracias denuncian que hay una gran presión para psicologizar o psiquiatrizar el sistema sanitario. “No nos parece mal repensar el modelo de salud, hay que repensarlo desde los determinantes sociales de la salud pero sin psiquiatrizar ni psicologizar el sistema”, dice su presidente, Roberto Sánchez Sánchez, presidente de la plataforma.
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) señala que dos de cada tres casos de trastornos de ansiedad o depresión son atendidos por la medicina de familia, que prescribe el 90% de los tranquilizantes sin derivar al paciente a un especialista. España es el primer país del mundo en el índice de consumo por cada 1.000 habitantes de benzodiacepinas, los medicamentos para tratar la ansiedad, el insomnio o los trastornos emocionales, según un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
España, Italia, Portugal, Grecia y Croacia no superan el ratio de 20 psicólogos por cada 100.000 habitantes, mientras que Suecia o Dinamarca alcanzan los 50
“No cerramos los ojos a que hay unos malestares que deben ser atendidos, pero sin psicologizar”, porque “hacemos un flaco favor si todo lo psicologizamos. Tenemos que tener unas herramientas y unas ayudas y el debate es hasta cuándo tiene que ser profesional”, aseguran desde No Gracias. Para Roberto Sánchez, “muchos afrontamientos que tendrían que partir de uno mismo se estén llevando al terreno del sistema sanitario y la respuesta es medicalizar y psicologizar”. Sin embargo, “por mucho pensamiento positivo que hagas, hay una situación que te está haciendo estar en un estado muy lamentable: si no tienes ayudas para cuidar a tu padre soportas todo el sufrimiento emocional”. Son los determinantes sociales de la salud, que no siempre se tienen en cuenta a la hora de abordar este tipo de problemas.
Redefinir el modelo de la salud mental
El Defensor del Pueblo considera que hay que abordar cuanto antes el incremento de recursos de atención psicológica, extenderla al ámbito de la Atención Primaria y crear más plazas de formación especializada. Desde la plataformacreen que toca redefinir el modelo de la salud mental. “Tenemos que reformular mucho el sistema de salud para dar respuesta a este tsunami y establecer el nuevo rol de los psicólogos en el sistema, aumentando el número y poniendo psicólogos en Atención Primaria”.
Para el doctor Enrique Gavilán, autor del libro Cuando ya no puedes más, “las alternativas no son solo más psicólogos, sino mejorar la condiciones de vida de las personas, ciudades más saludables, acordar la distancia de los lugares de trabajo al hogar, para no tener que coger varios medios de transporte y tardar una hora en llegar al trabajo… Detrás de todas las cuestiones de índole personal y profesional hay una serie de condicionantes que dependen más de la sociedad y de nuestros hábitos”, recuerda este médico rural miembro del Laboratorio de Polimedicados, según el cual “habría que discutir si faltan psicólogos en Atención Primaria, igual que políticas para promover el ejercicio físico, condiciones de trabajo mejores para que las personas no tengan que estar trabajando con angustia de origen laboral”.
La media europea está en 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes. España, Italia, Portugal, Grecia y Croacia no superan el ratio de 20, mientras que Suecia o Dinamarca alcanzan los 50. España está a la cola de Europa tanto en el número de psiquiatras como en el de psicólogos. Según un informe del Senado sobre las necesidades de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud (SNS) realizado en 2010, en el sistema público de salud había 4,3 psicólogos por cada 100.000 habitantes, que ascendieron a 6 en 2018, según datos del Defensor del Pueblo. Mientras que comunidades como Madrid, Canarias o Navarra han duplicado o más el número de psicólogos, en el resto del país apenas ha variado en la última década. España se sitúa así muy por debajo de la media europea en psicólogos clínicos, que brillan por su ausencia en Atención Primaria o las UCI, salvo excepciones.
Por primera vez en nuestro país, durante la pandemia los psicólogos han empezado a formar parte de los equipos asistenciales de las UCI
En 2016, el Servicio de Salud del Principado de Asturias (SESPAS) incluyó psicólogos clínicos en las plantillas de algunos centros de salud y por primera vez en nuestro país, durante la pandemia los psicólogos han empezado a formar parte de los equipos asistenciales de las UCI gracias al Programa de Atención Psicológica en las UCI durante el covid-19, puesto en marcha por el Proyecto HU-CI de humanización de los cuidados intensivos.
Durante la primera ola de la pandemia, en un mes se realizaron 488 intervenciones de atención psicológica en casi todas las unidades de cuidados intensivos de Castilla-La Mancha, algunos hospitales públicos y privados de Catalunya y algunos privados de Madrid.
El Proyecto de intervención psicológica en las UCI durante el covid-19 “ha sido todo un éxito”, según los responsables del programa, y tanto pacientes como familiares y profesionales sanitarios —los tres grupos a los que va dirigido— se sienten agradecidos y reconfortados al sentirse escuchados, aunque también ha habido dificultades. En el caso de los profesionales sanitarios, tras jornadas de trabajo agotadoras, en algunas ocasiones les ha resultado difícil quedarse para participar de las sesiones grupales al terminar su turno. Cuando la actividad se ha realizado, sin embargo, la han valorado muy positivamente y han participado en grupos posteriores. Los 13 psicólogos que han formado parte de la intervención se muestran satisfechos por la acogida recibida en los hospitales y han mostrado gran flexibilidad para adaptarse a las necesidades específicas de cada centro.
Salud mental en la respuesta ante el covid
“La atención en salud mental y psicosocial tiene que estar integrada en la respuesta a la covid, pero no hay recursos”, reconoce Cristina Carreño, responsable de salud mental en el Departamento Médico de Médicos sin Fronteras. La ONG ha prestado durante la pandemia tanto atención a pacientes y familiares, personal de salud y población general, como ayuda para gestionar el estrés, cuidados y prevención.
España es el primer país del mundo en el índice de consumo por cada 1.000 habitantes de benzodiacepinas, los medicamentos para tratar la ansiedad, el insomnio o los trastornos emocionales
Como parte del proyecto europeo RESPOND, el Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid está llevando a cabo una intervención psicológica de la OMS no para tratar psicopatología, sino para gente que está estresada y necesita apoyo. “Ahora cuando pensamos en intervenir con poblaciones con un nivel de estrés, primero ofrecemos una intervención de baja intensidad y si sigues estresado, más intensa. Se trata de respetar los tiempos naturales de la persona, que desarrolle sus respuestas adaptativas, intentando no psicologizar o patologizar, sino que el tiempo juegue también su papel”, explica Roberto Mediavilla, investigador postdoctoral del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
Entre las estrategias de respuesta en salud mental ante las pandemias, los investigadores apuntan a la necesidad de que se creen oportunidades de hacer cribados en Atención Primaria, el acceso a los cuidados de salud a colectivos vulnerables, las medidas relacionadas con su aplicación fuera del sistema sanitario o la importancia del refuerzo de medidas preventivas y no solo de intervención, como analizar qué características definen a los grupos resilientes.
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Como se explica, la prevención y atención a las condiciones de vida son fundamentales. Así se ha ido entendiendo con el consumo de tabaco, p.ej., que ha resultado en la prohibición TOTAL de publicidad (entre otras normas).
¿Por qué un Ministro de Consumo (comunista) no ha prohibido TOTALMENTE la publicidad del juego? Es compatible la libertad de apostar con la prevención de patologías que sabemos puede provocar.
¿Qué tiene el juego que no tiene el tabaco (o el alcohol) para esa permisividad?