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Residuos
Sísifo en el río Guadarrama: la eterna denuncia de vertidos en un espacio protegido
Escombreras ilegales de constructoras en zona protegida, un poblado chabolista sin alternativa habitacional en la ribera del río, una urbanización “exclusiva” y una universidad privada vertiendo aguas fecales en un afluente, administraciones que se pasan la pelota de la limpieza y, para rematar, la sobreexplotación turística en el nacimiento del río, en pleno Parque Nacional. Es la historia de nunca acabar de los vertidos en el río Guadarrama, que ecologistas y vecinos llevan denunciando más de una década.
El afluente del Tajo nace en la sierra que le da su nombre, el mencionado Parque Nacional, y atraviesa el oeste de la Comunidad de Madrid camino de Toledo protegido también por el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama y su entorno.
El mapa de residuos de Ecologistas en Acción de 2022 señalaba su paso por los municipios de Arroyomolinos y Móstoles como dos de los puntos más “sucios” de la región
Las denuncias por basureros ilegales e incluso contaminación de sus aguas son una constante que incluso ha llevado en el pasado a que algún medio de comunicación lo bautizase como “el Ganges de Madrid”. El mapa de vertidos ilegales en la Comunidad de Madrid de Ecologistas en Acción publicado en 2022 señalaba su paso por los municipios de Arroyomolinos y Móstoles como dos de los puntos más “sucios” de la región.
Parques naturales
Despedida por denunciar la mala gestión del Parque Regional del Guadarrama
Los vertederos de ida y vuelta de Majadahonda
El último episodio público es la denuncia ante Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil por parte del PSOE de Majadahonda -gobernada por el PP- por la “proliferación de vertidos incontrolados en suelo protegido”. Se trata de hasta cinco vertederos ilegales localizados en parajes del Parque Regional, en las parcelas conocidas como La Parrilla, Barranco Merino, la Fontarrona y el barranco de La Serrada, donde se acumulan electrodomésticos, restos de obra y todo tipo de desperdicios.
Lo que lamentan, explica el concejal y portavoz socialista David Cabrera, es que se trata de repetir una denuncia que ya se hizo hace tres años. “Tras nuestra primera denuncia, en 2021, con la anterior corporación, se aprobó un contrato de urgencia, un parche en el que se actuó en solo cinco caminos concretos de los cincuenta y pico que tiene Majadahonda”. “Uno de esos cinco atraviesa una de las parcelas que hemos vuelto a denunciar hace un mes”, añade.
“Nuestra conclusión es que no solamente no se han acabado los vertederos, sino que se están incrementando”, concluye el edil del PSOE. “La única parcela de las que se limpiaron entonces que sigue intacta es porque el vertedero se ha trasladado 100 metros más adelante junto a la carretera”.
"Hablamos de vertidos, de camiones enteros de poda, de contenedores de escombro, que se ve claramente que lo son”, apunta David Cabrera, concejal del PSOE en Majadahonda
El concejal apunta que “no hablamos de un vecino que se cuele con una furgoneta, para que nos entendamos, hablamos de vertidos, de camiones enteros de poda, de contenedores de escombro, que se ve claramente que lo son”. En 2021 la Guardia Civil pudo identificar al menos a una de las empresas de la construcción que usaba la zona como escombrera de manera ilegal. La oposición pide al gobierno municipal un inventario de caminos rurales y mayor vigilancia para los mismos, creando una unidad especializada en Medio Ambiente en la Policía Local.
En la vecina Villaviciosa de Odón, por su parte, este 2024 puede ver final una situación irregular prolongada durante dos décadas: los vertidos de aguas fecales al Arroyo de la Vega, afluente del Guadarrama. Aguas fecales procedentes de la Universidad Europea de Madrid y de 60 viviendas de la urbanización de El Bosque. El caso ha llegado hasta la Audiencia de Madrid tras ser denunciado también por el SEPRONA, y en enero de este año el consistorio de villaodonense anunciaba una partida para las obras para un nuevo colector que ponga fin al problema.
El poblado de Las Sabinas y el “efecto llamada”
Tradicionalmente gran parte de los problemas de vertidos en el Guadarrama han sido atribuidos a los poblados chabolistas, o irregulares, situados en algunos tramos del río desde hace décadas, en la mayoría de los casos antes de la creación del Parque Regional, en 1999. El más conocido, polémico y que cada varios meses se anuncia su desmantelamiento es el de Las Sabinas, situado en el término municipal de Móstoles, y por tanto ,con poca o muy relativa incidencia en municipios como Majadahonda o Villaviciosa.
Raúl Navarrete, de Ecologistas en Acción del Suroeste de Madrid, explica que, en la parte considerada irregular del poblamiento “quedan aún unas 20 familias, que por sus trabajos u otras circunstancias no han aceptado las alternativas que ha ofrecido la Agencia de Vivienda Social (AVS) de la CAM”. Aclara que “solo se les ofrece una alternativa, no dos, de vivienda social, como antes era obligatoria. En este caso, que les pilla muy lejos y supone un trastorno en su labor diaria, que pueden ser trabajos irregulares de todo tipo. También hay que decir que esa vivienda no es regalada, sino con alquiler social que puede variar, y que por la situación de estas familias, de las que no hay un censo fiable, puede no ser adecuado”.
Así que se combinan dos circunstancias: “este poblamiento irregular, que no es todo Las Sabinas, pero sí una parte, donde no hay agua corriente, ni recogida de basuras, ni nada… y eso acaba en el río… y el ‘efecto llamada’, vamos a decir” explica Navarrete.
“Sabemos que hay empresas de la construcción, o particulares, que vienen incluso de otros municipios, como Navalcarnero, y aprovechan esos basureros para hacer sus propios vertidos sin tratamiento ni coste alguno, de forma irregular. Con la idea de que, como ya está el poblado, no se va a notar” comenta el ecologista. “Hablamos incluso de vehículos abandonados ahí, coches que dejan a la intemperie en plena zona protegida”. Y además “es cierto que algunos vecinos del chabolismo hacen sus trapicheos, y cuando se han puesto contenedores, lo que han hecho es ‘alquilarlos’ a terceros”, añade.
Las mismas administraciones no se ponen de acuerdo sobre quién debe encargarse de limpiar la zona. Los trabajadores de la contrata de limpieza de Móstoles se han negado en alguna ocasión a actuar por entender que excede a sus competencias por la peligrosidad de los caminos, algunos de los cuales son casi intransitables, y entienden que no les corresponde.
La Comunidad de Madrid, aunque afecte al Parque Regional, afirma que está fuera de sus competencias. También podría corresponder al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITER), a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Pero, comenta Navarrete, “son trabajos complejos, tareas peligrosas y costosas: meter máquinas en el cauce del río, etc”. Hasta que no se realoje a las familias del poblado “esto no acabará, porque no se podrá cerrar el acceso y seguirán sirviendo de excusa a otros vertidos”.
Hemeroteca Diagonal
El aprendiz de río que escondía un tesoro (y el váter de una ciudad)
Radiografía de 92 kilómetros del cauce que cruza, además de la ciudad de Madrid, un coto de caza reservado a la Corona, un parque nacional y dos regionales.
En el municipio de Guadarrama, en plena sierra, se formó una asociación para limpiar las riberas en la resaca del ‘boom’ turístico en la zona a raíz de las restricciones de la pandemia
Vecinos limpiando el nacimiento del río
En Móstoles, Majadahonda o Villaviciosa de Odón se trata de problemas imposibles de solventar sin una actuación administrativa. En otros, más manejables, se da el caso que los propios vecinos han tomado cartas en el asunto ante la inacción. Por ejemplo, en el municipio de Guadarrama, en plena sierra y nacimiento del río con el que comparten nombre, donde se formó una asociación para limpiar las riberas en la resaca del ‘boom’ turístico en la zona a raíz de las restricciones de movilidad de la pandemia, en 2021-2022.
“Ese momento produjo un aumento de turismo descontrolado en los espacios naturales, que se tradujo en muchísima basura” explica Hugo Díez Santaolalla, de la Asociación Guadarrama Sí. “Estábamos naciendo como agrupación vecinal y empezamos a organizar recogidas de basuras. Porque nuestro municipio tiene muchas dehesas que son comunales, de todo el pueblo, espacios públicos que se quedaban abandonadas. También en montes de utilidad pública, como La Jarosa”.
El municipio de Guadarrama, paradójicamente, no está dentro de los límites ni del Parque Nacional de la Sierra ni del Regional del Curso Medio del río, pese a tocarse o formar parte geográficamente de ambos. “Un entorno natural único, porque tiene unos ecosistemas y unos paisajes con un valor incalculable, pero sin protección legal por ninguna figura”, señala Diez. “Por eso, y también en parte porque los gobiernos locales no toman decisiones que ayuden a gestionar ese turismo que ha seguido viniendo, con tantos proyectos de construcción en la sierra, digamos que están saliendo como setas uniones de vecinos”.
Que son “los que menos recursos tienen. Una cosa es que salgamos a limpiar basura del turismo, otra que aparezca un motor de coche o un carrito de la compra en mitad del río. Por muy buena iniciativa que tengamos los vecinos, no podemos mover eso” lamenta Diez.