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Repartidores
Jugarse la vida como rider en Bilbao por cuatro duros y sin amparo legal
Iñigo se sube los pantalones y me enseña las piernas. Está lleno de moratones y cicatrices. Cualquiera diría que ha estado en una pelea, o en un partido de fútbol. Pero no es así: ha estado trabajando como repartidor de comida a domicilio. Iñigo ha tenido cinco lesiones en el trabajo en solo dos años, la última hace una semana, de ahí las cicatrices.
En el marco de una investigación internacional sobre este tema con periodistas de Bruselas y Milán, he hablado sobre accidentes laborales con una treintena de riders que llenan las calles de Bilbao. La verdad es que ninguno me ha confesado que el miedo a las lesiones o a la muerte sea su mayor preocupación. Están demasiado ocupados intentando “hacer pasta” como para preocuparse por su salud.
Precisamente por eso, el resto de nosotros deberíamos preocuparnos por la seguridad de los riders. He aprendido que, cuanto más tienen que apresurarse, cuanta más prisa tienen, mayor es el peligro que corren. Además, los que más apuran son los que menos protección económica y legal tienen si algo sale mal.
Glovo
Glovo Glovo espía y comparte los datos de sus riders incluso cuando no están trabajando
Riders 'sin papeles'
¿Por qué? Según me aseguraron todos los riders con los que he hablado, la gran mayoría de las personas que trabajan repartidores de comida a domicilio de Bilbao son migrantes, y la mayoría de ellos no tiene papeles, lo que significa que no tienen derecho legal a trabajar en España. Les pregunté qué porcentaje de los repartidores trabajaban sin papeles. En torno al 70-75%, me contestaron, aludiendo a la ciudad vasca.
Mientras que en España todos los riders tienen un seguro, los que no tienen papeles trabajan a través de una cuenta que han alquilado a otra persona, normalmente por un coste de entre el 25% y el 50% de su salario. Estos repartidores no pueden acceder al seguro si sufren un accidente, pues no está a su nombre.
Tras unos días en la calle hablando con los repartidores, me quedó claro que este era el problema número uno para la salud y la seguridad en el sector del reparto de comida a domicilio. Las historias más truculentas que escuché sobre accidentes de riders –piernas fracturadas, tobillos rotos– eran todas de repartidores “indocumentados”. Como muchos de ellos trabajan de ocho de la mañana a doce de la noche, sobre todo los fines de semana, porque la demanda es mayor, no es de extrañar que tengan más probabilidades de sufrir accidentes de tráfico.
“Si van al hospital pueden ser deportados, los riders tienen miedo de notificar sus lesiones”, afirma Pedro Mendonça, investigador en la Universidad Heriot-Watt
Pedro Mendonça, profesor titular de Trabajo y Empleo en la Universidad Heriot-Watt en Edimburgo que ha realizado investigaciones sobre riders sin papeles en el Reino Unido y España, explica a Hordago-El Salto: “El vínculo entre los trabajadores sin papeles y los problemas de salud y seguridad fue un tema clave de nuestra investigación y algo que destacaron los propios riders... Sin la documentación necesaria para trabajar, no pueden asegurarse de forma privada, por lo que se encuentran en un nivel de vulnerabilidad mayor en términos de salud y seguridad”. Y añade: “Si se lesionan, es bastante difícil acceder a cualquier servicio sanitario. Piensan que si van al hospital pueden ser deportados, por lo que siempre tienen miedo de notificar sus lesiones”.
Carlos de la Torre-Verdejo, secretario de Juventud, Nuevas Realidades Laborales y Migraciones del sindicato CC. OO. en Navarra, coincide en que los repartidores sin papeles son los que más peligro corren, y no solo por la falta de seguro: “Se han dado casos de cinco sustitutos entre el rider y el verdadero titular de la cuenta, por lo que se trata de una especie de estafa piramidal”, afirma Torre-Verdejo. “Glovo está fomentando el empleo sumergido. Desde luego, esta precariedad supone un gran riesgo para la salud del rider”.
Un portavoz de Glovo niega los problemas de empleo sumergido, asegurando que han añadido “procesos de verificación facial en toda España” para evitar el trabajo ilegal en sus aplicaciones.
Un portavoz de Glovo lo niega, asegurando que han añadido “procesos de verificación facial en toda España” para evitar el trabajo ilegal en sus aplicaciones. Sin embargo, todos los riders con los que hablé sabían perfectamente cómo burlar el software de identificación facial, y coincidían en que era fácil hacerlo. Además, me hablaron de la existencia “mafias” que organizan la explotación en el mercado negro de los repartidores que tienen menos opciones de conseguir trabajo: “No puedo decir que las plataformas quieran tener un sistema tan permisivo [para el alquiler ilegal de cuentas], pero les es muy útil tener este tipo de trabajadores”, argumenta Mendonça. “Porque no se quejan, no hacen ruido, simplemente trabajan y normalmente jornadas muy largas, que es lo que quieren las plataformas”.
Seguro de accidentes
En el caso de los repartidores que pueden acceder a un seguro de accidentes, ¿qué ocurre después de sufrir un percance laboral? La buena noticia es que todos los riders con los que hablé, quienes podían acceder al seguro o afrontar los gastos médicos, dijeron que se les trató con respeto. Sin embargo, algunas historias eran algo más preocupantes.
A Pedro, rider, la mutua le dijo que estaba bien para volver a trabajar al día siguiente de ser atropellado por una ambulancia.
Pedro fue atropellado por una ambulancia en su bicicleta tras terminar su turno en Just Eat, la única plataforma en España que da empleo a todos sus riders. Como todavía estaba dentro de la hora anterior o posterior a un turno, en la que todavía están cubiertos por el seguro, a Pedro le pagaron los gastos médicos. Pero la mutua le dijo que estaba suficientemente bien para volver a trabajar al día siguiente, aunque todavía tenía molestias de la lesión cuando hablé con él, dos semanas después de que se produjera el accidente.
Josu, un rider de Glovo, resbaló mientras pedaleaba bajo la lluvia intensa de Bilbao, golpeándose fuertemente la espalda contra el suelo. Estaba dolorido y habló con el seguro. Le dijeron que sus lesiones no eran tan graves como para darle un día de baja, cosa que aceptó, pero trabajó menos de lo normal durante la semana siguiente porque no se sentía del todo bien.
L dureza de esstos casos nos recuerda que las compañías de seguros no son árbitros neutrales, sino clientes de las plataformas para las que trabajan y solo tienen en cuenta sus intereses. Las pólizas de seguros se pueden clasificar entre Glovo y Uber Eats de dos formas. Por un lado, para los que los riders son contratados principalmente como autónomos y, por tanto, solo tienen el seguro proporcionado por la plataforma. Por otro, Just Eat, que emplea a sus riders, lo que significa que están cubiertos por la Seguridad Social, así como por un seguro privado adicional negociado a través de un convenio colectivo con UGT y CCOO firmado en 2021.
¿Cómo se comparan estos dos modelos? Como muestra la siguiente tabla, los usuarios de Just Eat tienen una cobertura de seguro significativamente superior a los de Glovo y Uber Eats.
(Los repartidores de Glovo Express, la división de reparto de comestibles y que representan aproximadamente el 10% de los repartidores de Glovo, son empleados y tienen varios convenios colectivos que cubren los seguros, están excluidos de este análisis. Los riders de Uber Eats que también tienen la opción de trabajar con contratos de trabajo a través de subcontratistas –lo que hace aproximadamente el 30% de los repartidores– también están excluidos de este análisis).
Los usuarios de Just Eat reciben 100% de su salario cuando se encuentren incapacitados por un accidente laboral mientras que Uber Eats y Glovo ofrecen una indemnización fija de 40 euros al día durante 30 días, a partir del cuarto día de la lesión, y absolutamente nada después. Además, mientras que la duración de la cobertura de gastos médicos es de solo 30 días tras un accidente, en el caso de Glovo es de un máximo de 5.000 euros, y de hasta 3 meses en el caso de Uber Eats, con un máximo de 7.500 euros. Los trabajadores de Just Eat están cubiertos durante 360 días, prorrogables por otros 180 días si se espera recuperarse y los gastos están totalmente cubiertos.
En Glovo, la “pérdida completa del movimiento del codo o la muñeca” supone solo una indemnización de 10.000 euros. La “extirpación de la mandíbula inferior”, por su parte, 15.000 euros.
Ahora bien, al leer la letra pequeña de las pólizas de Glovo y Uber Eats, aunque ofrecen pagos de hasta 50.000 euros en caso de invalidez total, en la mayoría de los casos los usuarios no recibirán ni de lejos la cantidad completa. Por ejemplo, en Glovo, la “pérdida completa del movimiento del codo o la muñeca” supone solo una indemnización de 10.000 euros. La “extirpación de la mandíbula inferior”, por su parte, 15.000 euros. Es decir, son lesiones que te cambian la vida y ni siquiera se compensan con un salario anual. En Just Eat, por el contrario, la cantidad mínima que se abona por invalidez total es de 40.000 euros.
Falsos autónomos
El número de repartidores de comida a domicilio que sufren accidentes laborales en España ha aumentado a gran velocidad en los últimos años. Los datos publicados en septiembre de 2023 por Umivale Activa, Mutua Colaboradora con la Seguridad Social, muestran que de los 4.735 accidentes laborales con baja de personas que se desplazaban en bicicleta o patinete eléctrico en 2022, el 15,5% lo sufrieron trabajadores del sector de la alimentación y bebidas. Asimismo, este número de accidentes supone un 52,9% más que en 2021 y un 208,1% más que en 2016.
Una fuente del Ministerio de Trabajo español explica a Hordago-El Salto que no pueden verificar las cifras de Umivale Activa, pero señala que el fuerte aumento del uso de patinetes eléctricos en los últimos años puede explicar el incremento tan repentino de las lesiones.
Aunque no se dispone de datos de este tipo para Bilbao o la Comunidad Autónoma Vasca en concreto, un estudio realizado por el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan) en 2020 dio la voz de alarma sobre los riesgos laborales del reparto de comida a domicilio. Los investigadores constataron que, si bien cualquier persona que se desplace en bicicleta o patinete eléctrico en el entorno urbano está en cierta medida expuesta a riesgos, la forma de organización del trabajo del repartidor –contratado por cuenta propia y organizado a través del teléfono móvil, mediante aplicaciones digitales– “aumenta la probabilidad de que se produzcan dichos riesgos”. “Tanto el uso específico de esta herramienta tecnológica como la nueva forma de organización del trabajo entrañan riesgos para el trabajador”, concluye el documento.
El Tribunal Supremo dictaminó que los riders son trabajadores por cuenta ajena y no por cuenta propia. Más de dos años después de la Ley Rider, siguen contratando a sus repartidores como autónomos.
El mismo año en que se publicó el documento de Osalan, el Tribunal Supremo español dictaminó que los riders de Glovo son, de hecho, trabajadores por cuenta ajena y no por cuenta propia. Un año más tarde, la Ley Rider dio rango de ley a la sentencia del Supremo.
Sin embargo, más de dos años después de la Ley Rider, Uber Eats y Glovo siguen contratando a sus repartidores como autónomos. La empresa matriz de Glovo, Delivery Hero, ha reservado hasta 400 millones de euros para pagar las multas impuestas por la Inspección de Trabajo española, mientras que, tanto Glovo como Uber Eats, se enfrentan ahora a procesos penales por falsos autónomos. ¿Está poniendo en peligro la seguridad de los riders la obstinada negativa de Uber Eats y Glovo a cumplir la ley?
La matriz de Glovo ha reservado 400 millones de euros para pagar las multas de la Inspección de Trabajo española, mientras Glovo y Uber Eats se enfrentan ahora a procesos penales por falsos autónomos.
Pedro, que resultó herido tras ser atropellado por una ambulancia, es empleado de Just Eat y también trabaja como autónomo para Glovo. Cree que habría sido más complicado recibir ayuda si hubiera trabajado para la empresa en el momento en que se lesionó, en lugar de para Just Eat. “Si eres autónomo todo es online, no hay una sucursal física, mientras que con Just Eat sí, por lo que hay gente que puedo conocer y con la que puedo hablar del accidente”, dice. “Con Glovo y Uber Eats todo es a través de un sistema automatizado”.
Un portavoz de Just Eat España argumenta que “cobrar por contrato tiene un efecto positivo de mayor seguridad vial si lo comparas con un modelo de pago por entrega”, destacando que a sus repartidores “se les proporciona el equipo de seguridad adecuado y bicicletas eléctricas en buen estado (o reciben un subsidio por vehículo) y todos reciben una amplia formación en seguridad vial y uso de bicicleta eléctrica o vehículo durante la incorporación y de forma continua durante su ciclo de empleo”.
“La seguridad no es que el seguro pague el coste después de una lesión, sino evitar que los accidentes ocurran”, afirma Fernando García, responsable de plataformas digitales del sindicato UGT y exrider.
Fernando García, responsable de plataformas digitales del sindicato UGT y exrider de Glovo Express, asegura que este último aspecto, la prevención ante lesiones, es una diferencia clave entre la experiencia de los repartidores asalariados y los autónomos. “La seguridad no consiste principalmente en que el seguro pague el coste después de una lesión, sino en evitar primero que todo que los accidentes ocurran”. Añade que “si eres autónomo no recibes ningún apoyo en lo que se refiere a la prevención” y concluye que “esta es una diferencia clave porque el empleado sí dispone de esa seguridad”.
Soluciones políticas
¿Qué hacer desde las instituciones? María del Río Pereda, portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Bilbao, explica a Hordago-El Salto que está “”muy preocupada" por la seguridad de los repartidores en la ciudad, y propone un amplio abanico de acciones para atajar el problema, que incluyen campañas de concienciación, cambios urbanísticos para mejorar la seguridad vial y el apoyo al desarrollo de cooperativas de plataformas alternativas a las grandes plataformas a nivel municipal. A nivel estatal, se propone reforzar la inspección de trabajo, endurecer las sanciones a las plataformas que incumplan la ley y aplicar plenamente la Ley Rider.
Fuentes del Ministerio de Trabajo consultadas expresan que la Ley Rider sigue siendo el instrumento más eficaz para abordar los problemas de las condiciones laborales en el sector. Preguntada por la cuestión de los riders sin papeles y su posible regularización, esta fuente dice que está fuera de las manos de este Ministerio, ya que la regularización es competencia del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Fernando García, que también es miembro del grupo de RidersXDerechos, afirma que, si bien es cierto que el Ministerio de Trabajo, en manos de Sumar, no puede ordenar al Ministerio de Migración, dirigido por el PSOE, que tome medidas en materia de regularización, “podrían presionar más”.
”En lugar de que la policía acose a los repartidores, que investigue quién es el verdadero trabajador y le dé a esa persona un permiso de trabajo y le reconozca como tal“, expresa García (RidersXDerechos)
“En lugar de que la policía acose a los repartidores, que investigue quién es el verdadero trabajador y le dé a esa persona un permiso de trabajo y le reconozca como tal”, expresa García. “Es decir, lo que pedimos es que se reconozca la realidad, que el que hace el trabajo es el verdadero trabajador, no el que tiene la cuenta”.
El sindicalista destaca que ya se hizo una regularización extraordinaria con el Gobierno del PSOE, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2011. Se regularizó a 600.000 trabajadores en España y un estudio de 2021 concluyó que se recaudaron 2.300 millones de euros en cotizaciones a la Seguridad Social, sin contar el importante aumento del IRPF por tener a más de medio millón de trabajadores en nómina. A pesar de los beneficios potenciales, “no es optimista” respecto a que el Gobierno vaya a hacer algo similar ahora.
Si el Gobierno no lleva a cabo una regularización extraordinaria, hay pocas perspectivas de que las dos mayores plataformas de España, Glovo y Uber Eats, actúen por iniciativa propia, ya que ambas se benefician de una gran reserva de mano de obra en negro muy barata, en un momento en el que se enfrentan a una importante presión por parte de sus inversores financieros. Por lo tanto, si nada cambia, los riders indocumentados seguirán trabajando 16 horas al día por una miseria, y sus huesos sin seguro seguirán rompiéndose.
Uber Eats España, el Ayuntamiento de Bilbao y el gobierno de la Comunidad Autónoma Vasca no respondieron a la solicitud de comentarios para elaborar este reportaje.
*Este artículo se ha elaborado con el apoyo de Journalismfund Europe