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Seis jóvenes blancos apalizaron brutalmente a un hombre negro de 52 años la noche del sábado 13 de febrero en el barrio bilbaíno de Rekalde en una agresión racista, denuncia Sos Racismo. Juan —no es su verdadero nombre— ha perdido un diente de la parte frontal superior de la mandíbula, otros dos flojean, tiene cuatro puntos en la rodilla, un traumatismo craneal y otro torácico, además del cuerpo dolorido por las patadas y puñetazos que le dieron cinco chicos y una chica de entre 20 y 25 años de edad cuando salió de un portal y se dirigía a coger su coche.
“Si el perro ladra es porque no eres bueno”, le espetó el cabecilla del grupo de agresores a Juan, cuando ambos salieron de un edificio de la calle Sollube. El joven llevaba un perro. Juan le respondió que a él no le interesa lo que el perro pensara y prosiguió su camino hacia su coche. “Creo que si hubiera tenido el coche aparcado en otro lado y hubiera ido en sentido contrario, no me hubieran cogido, pero tenía aparcado el coche cerca de la rotonda, donde estaban sus amigos, a los que llamó y vinieron corriendo. Me empujaron contra la persiana de la panadería y empezaron a patearme. Conseguí zafarme, pero uno corría más que yo y me cogió de la camisa. Me caí contra el pivote de la calle y ahí me siguieron golpeando hasta que decidieron parar”, relata Juan.
Bajó la amiga a la que había ido a visitar en ese edificio y justo en ese momento —quizá por eso los agresores se marcharon corriendo— pasó una patrulla de la Policía Municipal, que llamó a una ambulancia. El parte médico del Hospital de Basurto constata las lesiones y ha sido adjuntado en la denuncia que Juan ha presentado en la comisaría de Miribilla. Ahora debe afrontar el pago de un abogado, el dentista y un fisioterapeuta. “Nunca pensé que esto fuera a pasarme a mí”, resume tras 21 años viviendo en Bilbao, es originario de Colombia.
“Siento rabia e impotencia. Al principio se me salían las lágrimas al recordarlo. Me han recetado medicamentos para el dolor, pero la sensación de susto que tengo cada vez que me mira alguien es complicada”, añade con su tono de voz parsimonioso, tranquilo.
No recuerda apenas qué le decían mientras le agredían. “Que me iban a romper la cara, que era un ladrón, no recuerdo mucho más, pasé miedo”, indica. Considera que ha sido una “agresión racista y que, aunque fuera un ladrón, tampoco hay derecho al maltrato, por lo que no veo que haya ningún motivo para que la gente actúe así”, agrega. Juan salía aquella noche de ver a una amiga, iba a volver a su barrio en su coche, regresó en ambulancia. La asociación Sos Racismo le está acompañando en estos momentos.
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El problema es que nunca pensamos que nos va a pasar. Y ahí están. En todas partes. En fín. Espero que se recupere y recuperemos todos la cordura. Que tiempos tan tristes...
Según medios oficiales esto NO es violencia. Solo es violencia quemar contenedores. Los contenedores de basura son sagrados y no pueden ser quemados, sería muy violento. Si un agente saca a balazos los ojos de la gente... eso son daños colaterales y se investigaran ... el año que viene si dios quiere. Amen.Otegi dice que hay ya agentes de las SS Bildu ingresando en la policía vasca, asi que todo se solucionara.
Supongo que esto lleva pasando aquí siempre, aunque es un asunto muy ajeno para mí. Supongo también que ocurría muy esporádicamente. La impresión que tengo de unntiempona está parte