We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Querella argentina contra los crímenes del franquismo
Carlos Slepoy ya tiene su plaza en Rivas
Una plaza de Rivas Vaciamadrid lleva desde este domingo el nombre de Carlos Slepoy Prada, el abogado argentino emblema de la Justicia Universal, que formó parte de la Acción Popular en las causas judiciales contra las dictaduras argentina y chilena por genocidio y terrorismo, e impulsó la querella argentina contra los crímenes del franquismo.
El pequeño espacio verde elegido por el municipio para rendirle homenaje a cinco años de su muerte, se encuentra en la confluencia de las calles Aigües Tortes y Odesa, allí donde Slepoy compartía charlas con sus amigos cada vez que visitaba la ciudad ripense.
“Yo tenía en la cabeza otro parque, uno en el que a veces coincido con Julio (Grimaux, amigo de Slepoy) paseando el perro. Pero él me dijo, mejor este, el de las palmeritas, que a Carli le gustaban y cuando venía a verme, para él tenía especial encanto”, recordó el alcalde, Pedro del Cura.
Argentina
“Que los genocidas se sientan acorralados”
Al respecto, señaló que desde el municipio son conscientes “que la identidad de una ciudad, de un municipio tiene mucho que ver con cómo se llaman sus calles, sus edificios, sus parques, y eso genera una identidad, una cultura, un sentimiento de pertenencia”.
Carlos Slepoy Prada fue un abogado laboralista argentino que trascendió los límites del derecho laboral para defender los derechos de las personas migrantes y perseguir a los genocidas
Carlos Slepoy Prada, Carli para el amplio y diverso círculo de personas que lo conocieron, fue un abogado laboralista argentino que trascendió los límites del derecho laboral para defender los derechos de las personas migrantes y perseguir a los genocidas de las dictaduras de Argentina, España, Chile y Guatemala, entre otras.
Son recordadas sus palabras ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional cuando en 1998 el máximo organismo debía decidir sobre la atribución de la jurisdicción de España para perseguir los crímenes de las dictaduras argentina y chilena.
“El futuro va a ser contagioso. Y sus señorías lo saben. Mañana, otros tribunales del mundo pondrán en práctica estos principios. Que los genocidas se sientan acorralados, que la humanidad quede liberada de ese flagelo cada vez más, que se respire cada vez mejor en el mundo...”, enfatizó en aquella oportunidad.
Además de recordar su historial como defensor de la justicia universal, más de una docena de voces de familiares y amistades hablaron de historias compartidas y de las diferentes facetas de la vida del abogado. Algunas, de los años de su militancia política en contra de la dictadura argentina, lo que le costó la detención y el posterior exilio. Otras, del camino recorrido juntos en España.
“Al despacho venían los argentinos con él a jugar al ajedrez, traían la guitarra, cantaban. El despacho era un espacio también de divertimento, más allá de que a veces podía estar doce horas o más trabajando sin parar, sin comer, acompañado de Paco, su perro, que lo esperaba bajo del escritorio”, recordaron quienes compartieron bufete con Slepoy.
“Carlos Slepoy trabajó por la justicia universal, por la memoria y por las víctimas de las dictaduras mucho más que algunos estados democráticos incapaces de escarbar en su pasado”.
Como escribiera la periodista Olga Rodríguez el día de su fallecimiento: “Anoten bien su nombre. Quizá no sea objeto de homenajes oficiales ni de luto institucional, pero Carlos Slepoy trabajó por la justicia universal, por la memoria y por las víctimas de las dictaduras mucho más que algunos estados democráticos incapaces de escarbar en su pasado”.
Un monolito en el corazón de la plaza recuerda de ahora en adelante que ese espacio, “el de las palmeritas” lleva el nombre de Carli “por su compromiso con la defensa de los derechos humanos, la justicia universal y las víctimas de las dictaduras”. Nombrar es hacer memoria, nombrar a Slepoy es hacer justicia.