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Antimilitarismo
Por la presente declaro que no quiero financiar el militarismo con mis impuestos
Objeción Fiscal a los Gastos Militares
Me ha llegado la hora de cumplir con el IRPF, una de las vías que hay para contribuir con impuestos directos al sostenimiento de los servicios públicos y, en puridad, para redistribuir riqueza. Ya comentábamos en otra entrada reciente en que denunciábamos la militarización provocada por la COVID que teníamos una ocasión propicia para protestar: se llama Objeción Fiscal a los Gastos Militares (OFGM).
Vengo haciendo la Declaración de la Renta, como millones de personas en este país, desde que tengo obligación de tributar, convencido de lo dicho anteriormente. Desde entonces, hago también OFGM.
Como ya se explicó en este mismo blog, “la Objeción Fiscal [a los Gastos Militares] se configura como una herramienta de desobediencia civil que nos permite superar el papel de meras espectadoras o víctimas de estas políticas y convertirnos en agentes activos de la denuncia del gasto militar en particular y del militarismo en general”.
Sabemos que esta Objeción Fiscal no es un derecho reconocido. Sabemos que el sistema impositivo español se rige por el sistema de Caja Única: todos los impuestos van a un mismo sitio que el Gobierno, a través de los Presupuestos Generales del Estado, redistribuirá después como considera. Por eso la OFGM es un acto de desobediencia civil: porque busca oponerse a un acto manifiestamente injusto y, en nuestro entendimiento, ilegítimo; porque lo hacemos de manera pública, colectiva; y porque afrontamos en primera persona las consecuencias de nuestros actos, todo con el fin de promover un cambio social y establecer interlocución. Obviamente, el dinero que objetamos no lo utilizamos para desgravarnos en concepto de donaciones. No es una donación: es un acto político de protesta.
“En estos tiempos de crisis económica y social de consecuencias devastadoras, provocadas por una emergencia sanitaria agravada por el continuo adelgazamiento de los servicios públicos más esenciales (como lo es la Sanidad), con más razones que nunca hacemos nuestra Objeción Fiscal a los Gastos Militares.”
No se habla apenas en la palestra mediática de la sangría que suponen los Gastos Militares en nuestra sociedad (un recentísimo acto lo tenéis aquí). En estos tiempos de crisis económica y social de consecuencias devastadoras, provocadas por una emergencia sanitaria agravada por el continuo adelgazamiento de los servicios públicos más esenciales (como lo es la Sanidad), con más razones que nunca hacemos nuestra Objeción Fiscal a los Gastos Militares. No es de recibo que en Gastos Militares y Control Social el Estado español vaya a derrochar en torno a 30.000 millones de euros un año más (estimaciones aquí y acá) mientras tanta gente está haciendo colas para la repartición de comida por parte de los colectivos que han asumido una obligación que había de ser de las instituciones públicas. No hay dinero para comida, pero sí para armamento, para investigación en artilugios para matar, para controlar a los pobres, para pagar a miles de personas que debieran estar, como cualquier persona que cobre del Estado, procurando el bien común.
Por ello, no quiero contribuir con mis impuestos a sostener esta sinrazón. Mejor dicho, no queremos, pues somos miles de personas quienes utilizamos esta vía de protesta legítima. Por ello, marcamos una cantidad en una “casilla blanca” (este año, la 606), es decir, que no altera el cómputo final, con la cantidad que desviamos.
“No quiero contribuir con mis impuestos a sostener la sinrazón militarista. Mejor dicho, no queremos, pues somos miles de personas quienes utilizamos esta vía de protesta legítima. Declaro públicamente aquí, así como en la carta que he enviado a la ministra de Hacienda, que vuelvo a objetar a sostener el obsceno gasto militarista que el Gobierno me obliga a mantener.”
He de decir que por lo general me han llegado declaraciones paralelas para reclamar la cantidad objetada. También que en 2019 me reclamaron la OFGM de los últimos cuatro ejercicios. He asumido las consecuencias, pues esa es una de las exigencias de la desobediencia civil: no derivar en terceras personas las consecuencias de nuestros actos.
Por las mismas, declaro públicamente aquí, así como en la carta que he enviado a la ministra de Hacienda, que vuelvo a objetar a sostener el obsceno gasto militarista que el Gobierno me obliga a mantener.
La campaña de OFGM es una de las campañas antimilitaristas más veteranas que hay en el Estado español. Existía antes de otra, la de Insumisión al Servicio Militar Obligatorio, y existe después de que esta ominosa obligación se suspendiera (este año cumplimos el vigésimo aniversario). En los años insumisos parecía mentira que se pudiera lograr acabar con el impuesto de sangre. Y se consiguió. Hoy nos puede parecer mentira que podamos acabar con el impuesto económico para contribuir a mantener guerras, a matar a gente inocente, a controlar a personas pobres que intentan llegar a nuestras fronteras, a mantener un sistema jerárquico, patriarcal y cuartelero que huele a naftalina.
Si, tú que lees, quieres sumarte, tienes dos opciones.
- Una, objetar la cantidad que consideres que puedes asumir si es que te llega la reclamación de devolución. Si cada española contribuimos con más de 600 euros al año a mantener este status quo, hasta esa cuantía tienes margen. Valen 5, 20, 100, 300 euros… la cantidad con la que estimes que puedes desviar. Te arriesgas, solo, a que te lo reclamen.
-
Si, por lo que sea, prefieres una vía menos arriesgada, objeta simbólicamente 1 euro. Te sumas así a la campaña “Ni un hombre, ni una mujer, ni un euro para la guerra”. Si te lo reclaman y consideras que no debes pagar, por mucho recargo que genere ese euro será asumible.
Y, por supuesto, hazlo público. Es imprescindible enviarle a la ministra la carta informándole de tu opción, adjuntar el resguardo del ingreso que has hecho (aunque sea 1 €) a la asociación o colectivo al que has decidido desviar este dinero, e informar a la Campaña estatal de Objeción Fiscal a los Gastos Militares. Así, con un acto tan sencillo, te sumarás a esta veterana campaña de desobediencia civil.
Yo, igual que el año pasado, he ingresado 100 euros en la cuenta de Open Arms, porque considero que esta organización trabaja por valores antitéticos a los militares. Y 1 euro en la cuenta de la Campaña estatal de OFGM. Es decir, 101 euros.
Toda la información necesaria para realizar la OFGM está en esta página web.
“Nos importa la sociedad que estamos construyendo, y la que estamos destruyendo. Nos importa el modelo. Nos duele sufragar el (en el mejor de los casos) inútil gasto militar. Y sabemos que, sin nuestra contribución, no se podría sostener.”
Nos importa la sociedad que estamos construyendo, y la que estamos destruyendo. Nos importa el modelo. Nos duele sufragar el (en el mejor de los casos) inútil gasto militar. Y sabemos que, sin nuestra contribución, no se podría sostener.
Es una cuestión de responsabilidad individual, porque individual es el IRPF. Y es una cuestión política porque va de impuestos, de modelo de sociedad, y porque somos muchas las que seguimos por esta vía.
Con publicidad y…
responsabilidad.