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Partidos políticos
El PP recrudece la bunkerización del Senado en un choque inédito y el PSOE finge demencia
Al mencionar “el hombre y la mujer”, la Constitución “no hizo más que elevar al máximo rango de jerarquía normativa la concepción tradicional del matrimonio entendida como la unión de un hombre y una mujer". Han pasado 19 años de la embestida del Partido Popular contra el matrimonio igualitario que impulsó Rodríguez Zapatero con el mismo argumento con el que ahora intentan bloquear la amnistía a los encausados del ‘procés’.
Poco originales, los cráneos conservadores repiten el argumento de la “reforma constitucional encubierta”. “Para el PP, la norma impugnada vulnera los procedimientos establecidos para cambiar la Ley Fundamental, y utiliza, a cambio, una vía encubierta para modificar el nombre de las cosas”, dice una crónica periodística del diario El País de octubre de 2005. Parece increíble pero el texto podría ser utilizado para una pieza de estos días.
En aquel momento, sin embargo, no se llegó al extremo que Génova ha aceptado para su odisea de 2024: perjudicar al bloque de investidura en un acoso y derribo sin cuartel ni descanso, aunque implique solamente perder tiempo y caer en cuasi delirios jurídicos. El miércoles el PP aprobará solicitar al Congreso que retire la ley porque entiende que invade competencias del Senado por tratarse de una “reforma encubierta” de la carta magna. Otra vez.
El callejón de las Cortes
“El PP se ha bunkerizado en el Senado e instrumentaliza la Cámara a su gusto”, dijo a fines del año pasado la portavoz socialista Eva Granados. A partir de entonces ese concepto ha sido repetido varias veces por miembros del PSOE porque el hemiciclo ubicado cerca de la Plaza de España de Madrid se ha convertido en una especie de fuerte en el que la derecha intenta repeler las leyes que le disgustan y erosionar lo máximo posible. Esto puede hacerlo porque el PP tiene mayoría absoluta allí, claro, y la Mesa del Senado está a su disposición.
La cruzada contra el proyecto de amnistía, que ya cuenta con la aprobación del Congreso, llega hasta el punto en que el PP planteará un conflicto de competencias entre las dos cámaras nunca visto en 45 años de democracia y que acabará resolviendo con toda seguridad el Tribunal Constitucional. Hace unos días en un escrito de seis páginas presentado por los conservadores queda constancia del argumentario y de la hoja de ruta. A lo aducido contra el matrimonio igualitario se añade que los diputados han “usurpado competencias al Senado”.
“Podemos responder o no, pero no varía que el plazo del Senado para devolver la ley sigue siendo de dos meses”, dicen desde la Presidencia del Congreso
Cabe recordar que el TC rechazó esta justificación en aquel entonces y nada parece indicar que ese tribunal de control (con mayoría progresista entre sus magistrados) vaya a dar la razón ahora al PP. “El Senado se ve conflictivamente mermado en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales”, señalan desde el grupo, a pesar que los letrados de la cámara alta les han advertido que impulsar esta táctica no les exime de tramitar el proyecto de amnistía y que en caso de no expedirse al respecto antes de mediados de mayo, la ley será automáticamente publicada en el BOE. La Mesa del Congreso tendrá un mes para pronunciarse una vez que el Senado apruebe la acusación de presunta usurpación de competencias.
Fuentes del entorno de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, han respondido a El Salto lo siguiente, ante la pregunta sobre qué harán al recibir el requerimiento: “Podemos responder o no, pero no varía que el plazo del Senado para devolver la ley sigue siendo de dos meses. Plantear que el TC paralice una ley antes de acabar su tramitación administrativa es de coña”.
Varias fuentes socialistas consultadas acaban dando la misma impresión a quien las oye: la táctica es la indiferencia. De hecho, El Salto pudo saber que hasta el último día hábil de la semana que acaba de concluir el grupo del PSOE en el Senado no tenía una estrategia definida y pactada frente a la nueva embestida del PP. “No se ha hablado nada, faltan varios días”, ha respondido una de las personas que conocen la estrategia de comunicación del PSOE senatorial.
Tampoco hay intención de Ferraz de darle oxígeno al contraataque de Génova y lo que ocurrirá el miércoles no está entre las prioridades del entorno de Pedro Sánchez y casi no hacen mención a este hecho que ha sido calificado por expertos como un escenario nunca visto en democracia. “Suponemos que esta actitud será parte de eso que dice Feijóo de la peor clase política de los últimos 45 años. Nosotros no vamos a seguir al PP en esta estrategia de desprestigio de las instituciones”, señalan desde la cúpula del PSOE.
Aprovechan la oportunidad, en tanto, para pedir la dimisión de Alfonso Serrano, senador por Madrid y número dos del PP regional, tras haber sido fotografiado teniendo una reunión privada con la pareja de Isabel Díaz Ayuso en estos días tumultuosos en los que se descubrió el fraude admitido a Hacienda y otras extravagancias éticas. “No tenemos muchas esperanzas pero no por ello vamos a dejar de denunciar los excesos diarios de los Serranos, Tellados, Cayetanas, Ayusos o los Miguel Angel Rodríguez”, machacan.
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La deriva trumpista del PP de Núñez Feijóo es una dosis de salvavidas para Pedro Sánchez, que no está en su mejor momento en las encuestas. La crispación y agresividad discursiva que se permite el PP estos días podrá tener que ver con que los sondeos exhiben cómo le va devorando cada vez más electores a Vox. La rapiña se materializa en el Senado más que en ningún otro sitio, cruzando líneas rojas como las que se hará el miércoles, pero en Génova deberían saber que algún sector conservador más moderado, a la hora real de ir al centro de votación, no premia el espíritu de guerra civil que sí da réditos en las tertulias.
Es difícil imaginar un adelanto de las generales salvo una catástrofe en las elecciones catalanas y europeas que no parece que vaya a ser tal
El PSOE surfea la ola a su manera: lleva al PP al terreno en que confrontarlo es más cómodo. El paseo de Sánchez por el Valle de Cuelgamuros recuerda al votante de centro que las leyes “de concordia” de la derecha y ultraderecha en las autonomías en donde actúan coaligada son el pasado casposo al cual el 23J se evitó volver. Y también manifiesta intención de dar la guerra cultural y no resignarse. Es difícil imaginar un adelanto de las generales salvo una catástrofe en las elecciones catalanas y europeas que no parece que vaya a ser tal.
En el día a día se percibe que hay Gobierno para rato. Comentaba un legislador no bipartidista el otro día tras una reunión parlamentaria con el ministro de Agricultura, Luis Planas: “Dijo varias veces que tienen tres años para desarrollar todos los programas. A nadie se le ocurriría pensar que se van antes de 2027”.
Un bloqueo alarmante
“Nunca se ha dado algo así anteriormente, es una muestra más de cómo en el PP están llevando las cosas. Empezaron con la reforma reglamentaria que finalmente hará tardar más el trámite parlamentario cuando se haga por urgencia que por vía ordinaria, todo con tal de perjudicar la amnistía. No es más que el uso torticero de la cámara para sus intereses partidarios”, dice en conversación con El Salto el senador Josu Estarrona Elizondo (EH Bildu).
El representante por Araba fue durante diez años miembro del Parlamento vasco. “En todo ese tiempo nunca he conocido este nivel bronco. Cuando la gente me pregunta yo le digo que allí nunca había escuchado ni siquiera un ‘usted está mintiendo’ dicho de un parlamentario a otro”. Cabe recordar que hace un mes el presidente del Senado debió llamar al orden a un legislador que le gritó a Estarrona “asesino” mientras este hablaba desde el atril.
“Ciertamente lo que ocurre en el Senado es grave, la deriva del sistema bicameral ya viene de atrás. En el planto teórico, un sistema bicameral tiene todo el sentido del mundo y supone un filtro más para mejorar las leyes que se tramitan atendiendo a una realidad territorial, e incluso en un Estado plurinacional tiene su lógica. Pero ante esta situación de enconamiento en torno al bipartidismo el Senado se ha convertido en un ariete para enfangar la política, hacer barro”, lamenta.
Estarrona señala un elemento que es síntoma de la embestida del PP, el mismo partido que se queja de los manoseos institucionales del PSOE en el CIS o RTVE: “Creo que sería interesante mirar el por qué varios letrados del Senado, incluido el mayor, han dejado de serlo y no han querido continuar, por motu proprio y no porque los hayan apartado. Por lo visto, les piden cosas que no comparten. Están retorciendo tantísimo las cosas que la gente sensata también se echa a un lado”.
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El dirigente abertzale no ha ocultado su frustración ante el bloqueo. “Entre nosotros nos preguntamos a veces hasta qué punto el PP mantendrá este nivel de enfangamiento de la política. Es preocupante porque nosotros como izquierda soberanista veíamos una segunda ventana de oportunidad que se podía abrir en el Estado (con el nuevo Gobierno) y es muy difícil avanzar en este contexto. Es un momento de impás”.
En tanto, fuentes de los equipos jurídicos de los partidos catalanes que bregaron por la amnistía tampoco están preparando una respuesta institucional ya que “el PP está haciendo lo que se sabía que haría, que es retorcer argumentos jurídicos,”. Además, apuntan que no es muy distinto de lo que haría el PSOE.
De hecho, recuerdan que hace tres años la entidad Amnistía y Libertad propuso el proyecto en el registro de peticiones formal y la Mesa controlada por el PSOE votó en contra junto al PP argumentando que no era constitucional (a favor solo se posicionó Unidas Podemos).
Además, dan por descontado que en caso de llegar al TC, ese tribunal no bloqueará la amnistía con los argumentos de la reforma encubierta por el simple hecho de que una normativa puede ser o no constitucional pero si no lo es, pierde su efecto pero en ningún momento modifica el sentido de la carta magna, además que el PP está haciendo este intento refiriéndose a un proyecto. “Que la gente no se confunda: los jueces se pronuncian sobre leyes, no sobre proyectos. No existe el control previo a la aprobación”, añaden los letrados.
El Senado tendrá este lunes otra parada en la estación de la crispación, con el desfile de barones del PP. Aunque se ausentarán unos cuantos, hay show garantizado con Ayuso que estará presente y Pere Aragonès que anunció su voluntad de ir a “trolear” a sus rivales. La idea es que los presidentes autonómicos repitan lo dicho en octubre pasado en contra de la amnistía frente al vacío que harán los tres presidentes del PSOE y el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu.
El PP tensa la cuerda y estira los límites. Parte de sus votantes, una minoría ruidosa y rabiosamente opositora al bloque de investidura, aplaude la estrategia, mientras que la otra no castiga. Si esa porción demoscópica española que es centroderecha moderada un día se pregunta si toda esta deriva es lo que corresponde hacer a un principal partido de oposición, la estrategia de tierra arrasada les será un bumerán.
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El PP es un cáncer terminal para la democracia. No duda en usar cualquier medio (mentiras, calumnias y abuso de poder entre ellos) para gobernar, en Madrid o en cualquier comunidad. Si no los ponemos en su sitio (que en algunos casos no es otro que la cárcel) lo lamentaremos, más aún.
De momento ya tienen a la alta judicatura en nómina.