Opinión
El fútbol masculino sigue encerrado en el armario

La Eurocopa, que se juega hasta el próximo 14 de julio en Alemania, vuelve a exhibir todo el simbolismo normativo del deporte más popular en el mundo.
Allianz Arena
El estadio Allianz Arena iluminado con la bandera LGTBIQ. Foto: F.C.Bayern

@jocasas78

Historiador y periodista

6 jul 2024 05:49

Ha transcurrido ya casi un cuarto del siglo XXI y el deporte de élite masculino más importante del mundo sigue blindado ante cualquier tipo de diversidad sexual. A pesar de algunas declaraciones y acciones de ‘pinkwashing’ surgidas de las propias entrañas de sus estructuras, a día de hoy apenas se cuentan con los dedos de una mano los casos de futbolistas que han declarado públicamente una sexualidad distinta a la heteronorma. Ninguno juega la Eurocopa que estos días se disputa en Alemania. Allí no hay. En la liga española, tampoco. Esto es fascinante, sobre todo si se compara con la diversidad sexual existente en el fútbol femenino y con la naturalidad con la que sus protagonistas han abordado este debate.

Solo un entorno muy conservador, machista y cargado de prejuicios podría albergar un panorama así. Y ese es el fútbol masculino de élite, donde conviven salarios millonarios al más alto nivel, negocios en palcos, aficiones que en algunos casos destilan fascismo en coros y danzas —en otros, afortunadamente, lo contrario— y, en definitiva, una masa de espectadores que muchas veces ha naturalizado una aberración estadística: un mundo exclusivamente hetero donde escasean del todo referentes LGTBI que contribuyan a normalizar la diversidad sexual.

Decía que hay casos más que aislados que impiden afirmar que nunca jamás haya habido un solo gay en el fútbol profesional, pero si los enumeramos terminamos pronto. Jakub Jankto es el más reciente, de hecho es todavía jugador en activo, lo que tampoco abunda al hacer un repaso de referentes LGTBI en este deporte. Jankto pertenecía a un equipo español, el Getafe, cuando hizo pública su homosexualidad, si bien jugaba lejos de los estadios españoles, en concreto en su país, Chequia. Ahora ejerce su profesión en Italia.

Jankto ha sido de los (muy) pocos, aunque no el único: lo más cerca que nos queda aquí es el inglés Jake Daniels, un jugador del Blackpool, equipo de tercera división; luego, según se han hecho eco algunos medios, hay varios ejemplos más en Australia y Estados Unidos. Ninguno de ellos de especial relevancia para las selecciones de sus respectivos países. Están los que se retiraron y entonces se atrevieron a hacerlo público para contribuir a normalizar algo aún excepcional, como el alemán Thomas Hitzlsperger, subcampeón de Europa en 2008 y que hizo pública su homosexualidad al finalizar su carrera. Y quienes no están aquí para contarlo, como el inglés Justin Fashanu, fallecido en 1998.

En todo lo demás, el fútbol masculino presupone una heterosexualidad obvia y a todos los niveles, más allá de honrosas excepciones como algunas peñas de seguidores LGTBI en equipos ingleses como el Arsenal —apoyados por su club al celebrar el Orgullo en Londres—. Por lo demás, y especialmente en ligas como la española, queda todo por hacer. Por el momento, lo único que hay son voces críticas de futbolistas —destaca la del bético Héctor Bellerín— que alertan sobre este elefante en la habitación.

España, entre lo rancio y una lección a los racistas

La opresión que afecta al colectivo LGTBI es solo una de las muchas realidades injustas que imperan en el sistema de privilegios del fútbol masculino de máximo nivel. La preeminencia de los hombres frente a las mujeres es otra, y ello a pesar de que el fútbol femenino está ganando espacio y audiencia a una velocidad enorme. Si hablamos del ejemplo español, conviene recordar la tibia y tardía respuesta colectiva de los jugadores de la selección española en el ‘caso Rubiales’, con un comunicado en el que ni nombraban a la víctima de la agresión, Jenni Hermoso. A este respecto, el capitán del equipo, Dani Carvajal, llegó a poner en duda si realmente la víctima lo era.

Aquellos días quedaron a la vista complicidades e incomodidades de los chicos en un tema que dio la vuelta al mundo. Pero también hubo espacio para honrosas excepciones, como Borja Iglesias, el mencionado Bellerín o Xabi Alonso. Demasiadas pocas voces.

La actual selección española, en todo caso, concentra una paradoja interesante para quienes todavía disfrutamos de este deporte pese al negocio millonario que lo rodea: hay ranciedad en la convocatoria, sí, siguen los capitanes que simpatizan con la extrema derecha y los porteros que invitan a que los futbolistas no hablen más que de dar patadas a un balón y no se metan en política; pero también se da un fenómeno que tiene rabiando a los fachas de este país: si España está llegando lejos en la Eurocopa es, básicamente, gracias a una delantera formada por dos jugadores racializados y jóvenes, Lamine Yamal y Nico Williams, hijos de migrantes que llegaron a España tras pasarlas canutas, es decir, de personas que hoy representan el principal objetivo de los disparos discursivos de la ultraderecha en nuestro país. Por eso, su sonrisa al meter goles y volver loco al rival es la sonrisa de muchos aficionados que aborrecen y condenan el racismo hispano de corte imperialista y nostálgico.

El fútbol, da igual en qué formato, nos sigue atrapando a muchos y a muchas. Su potencia es tan brutal que paraliza la vida de un país si su selección llega a la final de un mundial o de una Eurocopa o de una copa de América. Ojalá no tenga que pasar mucho tiempo para que se le caiga de la solapa la caspa que aún le asoma.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Un alto al fuego hecho a la medida de Trump
El esperando anuncio del cese temporal de los ataques sobre Gaza responde a una estrategia de los EEUU de cambio de paradigma regional. El acuerdo es injusto e insuficiente para los gazaties, que han sufrido un genocidio aún impune.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en “Excomunistas” la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.

Últimas

Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP sólo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo, que no es una de ellas.
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel firma el acuerdo con Hamás, pero todavía tiene que votarlo el Gobierno
Los representantes israelíes en Doha validan el pacto para un cese temporal de las hostilidades y un intercambio de prisioneros. Este viernes se vota en el Gobierno israelí, donde dos partidos ultras se oponen.
Euskal Herria
El Salto recomienda Diez películas en Filmin sobre historia alternativa, el conflicto y la cultura vasca
Hordago recomienda diez películas del catálogo de Filmin sobre la historia de Euskal Herria, su convulsa sociedad y una cultura rica y enigmática.

Recomendadas

Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.
Sareb
Derecho a la vivienda Civio lleva a la Justicia a la Sareb para que revele cómo malvendió 10.000 viviendas protegidas
La Fundación Civio presenta un recurso contra el ‘banco malo’ por negar el derecho al acceso a la información sobre los compradores y el precio al que fueron vendidas 9.400 viviendas de protección pública.